Aquí está de nuevo, envolviéndome en su... nada. Porque eso es lo que es; nada. ¿Tristeza? No. ¿Angustia? Tampoco. ¿Dolor? Peor. Es la ausencia de cualquier emoción. El Vacío.

Como un agujero negro que devora todo a su paso, ella consume mis exiguas ganas por mantenerme de pie, apagándome hasta que solo queda una carcasa sin contenido; un cuerpo sin alma arrastrándose en su miserable existencia.

No está aquí porque la haya invocado, ni tampoco se debió a la sugestión de una sórdida experiencia. Simplemente apareció, de repente. Tocó la puerta de mi casa, y cuando me aproximaba para abrirla, ella ya estaba adentro.

¿El motivo de su visita? Recordarme mi exasperante realidad; mis inalcanzables sueños; mi voluntad flagelante. El calvario del día a día.

«¿Por qué sigues vivo?», musita en mis oídos y me estremece más que esta fría noche.

La interrogante se repite en mi cabeza, desencadenando pensamientos suicidas; quisiera tener el coraje para acabar con esto, mas cuando tengo un cuchillo entre las manos, en lo único que puedo pensar es en lo cobarde que soy.

¿De qué sirvió todo? ¿Ser el mejor en la escuela? ¿Ser el mejor en cualquier cosa que hago? ¿Mis logros? Ojalá pudiera decir que al menos me reconfortan, que me hacen sentir especial y preciado, pero al final, nada valió la pena.

«Todos moriremos», susurra.

Y es cierto, todos lo haremos. El universo no tiene sentido. No tengo una razón para existir, solo soy un insignificante humano viviendo en la inmensidad de un planeta habitado por millones de personas que se engañan a sí mismas con un falso propósito.

¿Un ascenso en sus trabajos arreglará sus vidas? ¿Ser el más popular los hará felices? ¿Considerarse más inteligente que el resto inunda sus almas con superioridad? ¿La belleza que ostentan durará para siempre?

Lloro.

Al comienzo, solo es una lágrima; el preludio de una tormenta de sentimientos reprimidos. Frustración, rabia, vergüenza, aflicción... Pero después resbalan por mi rostro como un manantial, empapando las sábanas de mi cama; la única testigo de mi abatimiento.

Ni siquiera sé por qué estoy llorando, pero estoy seguro de que ella ya se fue, porque ahora siento dolor. Y la pena me agobia, me obliga a sollozar en silencio.

Dios, si estás viéndome, ¿podrías ayudarme?

Si no estuviera tan desesperado, probablemente me habría recordado lo estúpido que aquello sonaba. Porque sé que ningún dios existe y estoy solo en el mundo. Pero en este momento nada me importa.

Las lágrimas se secan. Los sentimientos encontrados se apaciguan. El silencio me acobija. Y entonces, me tumbo entre mis almohadas, esperando que un milagro imposible suceda. Pero sé que no pasará.

Mañana será un nuevo día, mañana estaré mejor. 

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Nota: Hola c:

Este pequeño escrito estaba en mi obra de "Oneshots y microrrelatos", pero, revisándolo bien, me di cuenta de que era mejor tenerlo en Fragmentos c:

Como lo dije en ese entonces, esto está inspirado en la depresión que sufrí hace años, y se trata de la descripción del peor día de mi vida, cuando no sabía qué hacer con mi existencia; me sentía vacío y abrumado. Y después, de la nada, una sensación negativa me invadió y empecé a llorar c:

Espero haberlos hecho sentir tristes y miserables <3

Afortunadamente, hace mucho tiempo no me he vuelto a sentir así (creo que dos años o más). Lo aclaro para las personas que me aprecian y les importo, así que tranquilos c:

Probablemente en el futuro hable de esto en mi Blog. No es algo que me haga sentir mal y mucho menos avergonzado, solo que, si voy a hablar de ello, necesito ahondarlo con prolijidad, porque es un tema importante e interesante para algunos. Y en estos momentos me encuentro escribiendo muchas historias, así que no tengo tanto tiempo. Pero soy consciente de que puedo ayudar a muchas personas, o al menos, hacerlas sentir menos solas c:

Gracias por leer, cositos lindos hermosos. Ya casi llegamos a las 11.000 lecturas. QUÉ PROS, COÑO, ARRASANDO EN WATTPAD. c: