Capitulo 4
Al salir de clases me dispuse a marcar el número de teléfono de Charlie y preguntarle si tenía algo para mi.
—Siempre tengo ven. —mi sonrisa creció, lo necesitaba después de tanto estrés.
—Ya salgo para allá. —le avisé y Vi a Jorge acercarse.
—Ven a mi departamento.
—Perfecto, nos vemos. — Jorge llegó a mi lado.
—Quién era. —me señaló el teléfono.
—Charlie.— me miró mal.
—Sabes que ese solo quiero algo de ti?. —me dijo y cruso sus brazos sobre el pecho, a veces era muy protector conmigo, y más porque sabía lo que yo hacía con Charlie.
—Pero es mi decisión. —nos encaminamos a la salida.
—Solo cuídate.
—Siempre lo hago.— lo tranquice.
—Nos vamos.— me dijo alguien a mi espaldas.
—Nos vamos?, Y es costumbre tuya, aparecer por detrás de las personas.— lo mire y este se encogió de hombros.
—Solo te vi y me acerque. — Jorge estaba con una sonrisa que no le cabía en la boca.
—Pues siento decepcionarte, pero no voy a mi casa, será otro día. —me gire y me alejé, tomando el camino contrario a mi vecindario y lo vi irse hablando con Jorge, ese vende amigos.
—Ponte cómoda ya lo traigo. —se alejo Charlie a buscar mi "respiro".
—Olle puedo beber algo. — grité desde la sala.
—Si lo que quieras. —me grito de vuelta y me fui a la cocina y busque una cerveza de la nevera.
—Listo, ven. — esparció todo en la mesa.
—Primero voy al baño. —este asistió.
—Yo mientras preparo esto. —se dispuso a rellenar las jeringas y yo me fui al baño.
Entre en su habitación en la que he dormido algunas veces, me fui directo al baño y me baje el pantalón para luego hacer pis, una vez terminado me limpie y abrí el cesto de la basura y lo que mis ojos vieron allí no me gustó para nada, no es que Charlie y yo tengamos una relación amorosa, era solo sexo y ya, pero saber que se acostó con otra me inquietaba.
—Listo toma. — me tendió la mía.
—Has dormido con otra. —lo encare y este me miró.
—Bueno lo nuestro no es serio no?.— me preguntó.
—No lo es, pero joder, por lo menos te cuidaste. —y algo hizo click en mi. —Conmigo no te has cuidado. —palideció mi rostro y este me miró preocupado.
—¿Estás bien?. —se acercó y me tomo por los hombros.
—Nunca no hemos cuidado Charlie y si quedó embarazada. — sentí mi garganta seca.
—Tranquila eso no pasará. — me dijo relajado se fue a su sitio y tomo la jeringa.
—¿Cómo estás?, Tan seguro.
—Hace uno dos años me hice la vasectomía, no quiero hijos. —y el color volvió a mi.
—Idiota y porque nunca me dijiste. —le lance un cojín del sofá.
—Porque no le ví importancia. —se encogió de hombros.
—Y porque usaste condón. — le pregunté y me apreté el brazo con el cordón y introduje la jeringa y fue lo mismo, un pinchado con ardor y luego mi cuerpo se relajo.
—Por alguna enfermedad, contigo se que estoy seguro, porque solo yo te toco. —y se recostó del sofá y una sonrisa broto de mis labios, idiota menudo susto me dió.
Me relaje y me deje volar por un rato. Dónde no existió dolor, angustia ni nada que dañará mi paz, me sentía volar y ser libre, nadien venía a mi, era solo yo y un prado inmenso bajo el cálido sol y el canto de las aves, que delicia de vida si fuera real.
Al día siguiente estaba en la ducha de mi habitación lavando mi cuerpo, dejando que el agua sacará todas esas sensaciones de vacío que embargaba mi cuerpo. Recosté la cabeza a las baldosas y dejé que el agua me diera en la nuca y me relaje, aproveche que la casa estaba sola ese día para relajarme un rato, era sábado y no tenía clases y mis padrastros estarían por allí en algún lado.
Un ruido dentro del baño me hizo ponerme alerta y mire a Harry a través de la puerta de la ducha que era transparente, quien me miraba sin pudor, con sus ojos oscurecidos y fijos en mí, mi reflejo fue tapar mis pequeños senos y mi centro.
—Ya he visto eso de sobra. —dijo cínico. —Y mejores las he visto. — escupió.
—Largo idiota. —abrí la puerta y como pude tome la toalla y envolví mi cuerpo y salí de la ducha. —¿Qué haces aquí?, fuera. — lo eche pero este ni se movió, mi respiración se estaba agitando.
—Algún día me las cobraré ya verás. — yo intenté pasar por su lado y este me jalo pegándome en su pecho.
—Suéltame que te pasa. —intenté empujarlo pero fue en vano, pues su fuerza era mayor que la mía.
—Eres una gata sucia, crees!, que no se lo que haces en aquel sitio y con ese pendejo. —me apretó los brazos y me hablo muy cerca de la cara, pude ver sus pupilas dilatadas, estaba drogado.
—Suéltame oh grito. —lo amenacé y este se rió en mi cara.
—Si!, grita, quiero verte gritar pero cuando esté dentro de ti y me pidas más, así como haces con el. —yo me congelé en seco. —Ahora no eres tan valiente no!. —me jalo la toalla y quedé desnuda frente a el.
—No me toques, aleja tus manos de mi. —me removi con todas mis fuerzas.
—Por ahora no te haré nada, pero ya vendrá el momento, solo cuídate y andate con cuidado. —me miró los senos y paso su lengua por sus labios y me apriciono contra la pared, yo patalee y este llevo mis manos sobre mi cabeza y metió una pierna entre las mias dejándome inmóvil, mi respiración era dificultosa y mi corazón parecía querer salir del pecho.
—Suéltame, no me hagas daño. —Pedí, pues una cosa era ser valiente y otra estar a punto de ser abusada por tu hermanastro.
—Suplica que te deje, haslo. —me habló muy cerca.
—Nunca en tu puta vida me verás suplicarte algo. - le escupí seca.
—Ya lo harás, ya lo harás. — y llevo su boca a mi seno el cual uso a su gusto, yo solo podía sentir asco. —tu cuerpo pide por mi aunque lo niegues.
—Eres un asqueroso, déjame. - pedí casi con lágrimas, yo solo podía buscar moverme incómoda y retener las lágrimas que luchaban por salir.
—Y tu eres tan delicada aunque quieras ser ruda. Yo se que es estar roto por dentro, nadien te entenderá más que yo. - con una mano me sujeto las dos manos sobre mi cabeza. —Se que es querer escapar de esta asquerosa realidad que nos tocó. —Llevo su mano libre a mi centro que estaba sobre su pierna y puso dos dedos presionando mi entrada sin introducirlos. —Y se que es querer estar en otra piel. — y comenzó a mover sus dedos suavemente, yo no sentía más que pánico en ese momento y ganas de llorar, me sentí sucia por sus toques.
—Para Harry, para. —intenté darle una parada y una de mis manos fue liberada y le di una bofetada, este se echó hacía atrás, yo cubrí mi cuerpo con mis manos.
—Esto no se quedará así. — se llevó una mano a su mejilla que estaba roja por mi bofetada.
—Y en tu vida, vuelvas a tocarme. — lo amenacé, el iba a venir otra vez por mi cuando se escuchó la puerta de la entrada ser abierta y las voces de mis padrastros invadieron el lugar.
—Ya nos volveremos a ver. —salió de la habitación a toda prisa y yo pasé seguro a la puerta rápido y me eche hacía detrás mirando la puerta y dejando las lágrimas brotar sin control.
Esa era la amenaza de la cual me había hablado antes.
Me sentía sucia.
Me sentía asqueada de mi cuerpo y de Harry.
Y me sentía más rota.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro