Capitulo 33 (extra #2).
Volví a la realidad y mire la habitación, la sentí tan deprimente, tan oscura y fría que me dió rabia con todo lo que mire, todo me recordó a ella, su olor todavía estaba en el aire, cerré la puerta detrás de mi y mire la cama, allí seguía aquella carta que encontré después de llegar del hospital, no la había leído todavía, no tenía el valor.
Tire la chaqueta mojada en un lado y me quite los zapatos, me sentía asfixiado con una presión en el pecho creciendo cada segundo que pasaba, me acerque a la cama y respire profundo, tenía que hacerlo, tenía que ver qué decía, eso fue lo que ella quería, la tomé y me senté en la orilla de la cama, solo era una hoja doblada, cerré los ojos y respire profundo, mire la botella de ginebra tirada en un costado de la cama, la misma que bebió ella antes de yo llegar.
Me acerque y la tome, olí su contenido y un ardor me pegó en la nariz, no me importo y me di un trago largo que quemó mi garganta, la dejé en un lado y abrí la carta, era ahora oh nunca.
Se que soy pésima para expresar lo que siento y en esta carta lo mostraré, primero quiero que Jorge sepa que lo quiero como aquel hermano que siempre quise, que el muy idiota siga sus sueños,aunque yo no esté, porque si no lo persigo desde donde esté.
Y tú eros, mi eros, nunca pude decirte así, se que debo estar molesta contigo por traerme a este lugar, pero también se que lo necesito, aunque yo ya tenga una decisión tomada, se que será fuerte para todos y más para ti. Pero debes ser fuerte y buscar tu propio camino salir de este pueblo y soñar en grande, nunca te olvidaré lo prometo, y espero que tú nunca lo hagas, porque si no, no respondo, bueno escribo esto bajo la mirada de todos, están atentos que no haga algo estúpido con el lapicero, aunque bueno que más puedo hacer que escribir.
Sean felices sin mi, aprenda a vivir sin dolor y busquen sus caminos en este mundo, que pronto nos veremos aquí, yo siempre los estaré esperando.
Los quiero mucho a los dos.
Att: aurora.
Tire la la carta en la cama y me bebi otro trago de la ginebra, lágrimas rodaban por mis mejillas, nunca podrá olvidarla, ni encontraría a alguien que llenará este vacío que dejó, me paro y reviento la botella en la pared, ahora me siento furioso, porque no pude hacer más, porque no luche más, comencé a tirar todo en mi habitación y pegar puños y gritos a las paredes, mi madre entro y me miró triste, así en mi estado de destrucción.
—calma hijo, que eso no hará que vuelva, ya pasara el dolor. —me gire bruscamente hacia ella.
—nunca, me olles nunca pasará el dolor, ella se había vuelto mi todo. —llore más fuerte y cai de rodillas al suelo, mi mamá me abrazo.
—sera difícil, pero al final aprenderás a vivir con el, porque no haces una maleta y te vienes conmigo a europa, un aire nuevo te hará bien.
—no puedo irme, tengo que estar con ella, no la abandonaré.
—amor ella ya no está, si te abandonas a ti mismo, será como abandonarla a ella, vamos esto no te hará bien.
Y con eso la deje hacer mis maletas, yo tome una ducha y me vesti de negro, ya no había color que me llenará la vida, salimos de casa y le dejé a Jorge un mensaje diciéndole que necesitaba espacio, que pronto nos veríamos, el estaba destrozado como yo, pero sabía cómo llevar el dolor mejor que yo, me deseo suerte y me subí al auto de mamá y luego nos fuimos al aeropuerto, quizás un aire nuevo me ayudara a despejar un poco.
Lo único que sabía que nunca pasaría, sería dejar de amarla y de repetirme que pude hacer más, mucho más.
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