Capitulo 29
—lista?, para ir por tu baño aurora. — me habló una de las chicas que me escoltaba, yo asistí y juntas salimos las tres, rumbo a los baños.
—olle tifanny, no sabes que le paso a Andy?. — ya venían con los chismes, perfecto para mí, porque cuando salimos pude ver qué la tarjeta de acceso la puso en su bolsillo de atras.
—olle si, pobre lo dejo la novia, quizás necesite una visita. — par de arpías y zorras, no pierden una.
—toma tu ducha te veo desde aquí. — me señaló la misma ducha de siempre y yo obedecí, me quite la ropa y entre a la regadera, desde allí las veía hablar y hablar sin parar, esas como que no tenían más nada que hacer, que chismear y llevarme a bañar como una niña pequeña.
Al cabo de unos minutos ya estaba lista y fingía un mareo.
—estas bien chica. — se acercó una.
—solo fue mareo, no he descansado bien.
—bueno anda para que descanses. — perfecto una se puso a mi lado y yo fingía caminar decaída a su lado, mire por el rabillo de ojos la tarjeta y cuando ya estuvimos en la puerta y la que abrió la puerta fue la otro, yo fingía que me desmayaba sobre ella y caímos al piso juntas sacando yo la tarjeta y metiendo la en mi pantalón rápido.
—¿estás bien?. —me levantaron.
—si ya pasó, mejor voy a descansar. — ambas asistieron y yo entre acostado mi cuerpo en la cama, ellas me vieron y se fueron, perfecto primera face completaba, ahora solo esperar un poco y al caer la noche adiós lugar feo.
Ya a las nueve de la noche, no había gente por allí, solo el que quedó de guardia, perfecto era hora de salir. Me asome por la ventanilla y eso estaba solo, así que pase la tarjeta por el lector y la puerta se abrió sin hacer ruido.
Salí mirando a todos lados y pude llegar a la recepción sin problemas alguno, me salí en silencio a la parte de la puerta que daba a la calle y entro un guardia, pero que gracias a mi reflejo logré esconderme bajó una mesa, porque si me atrapan no me salvó.
Logré salir a la entrada, pero estaba protegida del exterior con un muro alto y enredaderas por la pared, así que no lo pensé y comencé a trepar de que salía, salía.
Logré salir y ya en la calle mire en todas las direcciones, no sabía a dónde estaba, no conocía esas calles. Salí a la avenida y miré a una señora a la cual me acerque.
—disculpe, en dónde estamos?, es que mi bus se pasó y no se dónde me dejó. — le dije una excusa y está se la creyó, y me dijo dónde estaba y me preguntó a dónde iba, así que le dije a dónde y me explico cómo salir.
No estaba tan lejos del pueblo, solo a una media hora en la autopista, así que fui a la parada de buses que me indico y mire como hacía para colarme en uno, pues no tenía dinero para pagar.
—disculpe señorita que hace. —una anciana me pillo buscando entrar por la puerta de atrás del bus.
—es que no tengo dinero para el bus. —puse cara de indefensa y está funcionó porque me miró con una sonrisa materna.
—oh, bueno yo se lo pago, pero dígame se va a escapar?.
—no soy de aquí, vivo en ese pueblo, he vivido de fiesta.
—venga vamos a por unos hacientos.
La seguí y juntas subimos al bus después de haberlo pagado, le agradecí y me senté al final, quería estar allí lejos de todos.
Llegué al pueblo ya el reloj dando las once de la noche y me dispuse a vagar por las calles que ya conocía, le fui donde el tipo que me vendía, lo encontré dónde mismo y me acerque.
—olle, necesito un poco.
—el dinero?.
—horita no traigo, pero te prometo que mañana te lo doy.
—sabes que el negocio no es así, pero como eres de mis clientes fijos, te la paso, mira que andabas pérdida.
—si, estaba haciendo unas cosas, mañana vengo.
—disfrutalo. —le entrego lo que necesitaba y me escobulli entre la oscuridad y fui a parar al parque donde me escondí entre unos árboles y me relaje en el suelo dándome lo que tanto había anhelado esos días.
Un pinchazo, un ardor y luego a volar como me gustaba, recosté la espalda del árbol y dejé que aquello que tanto me gustaba hiciera de lo suyo en mi cuerpo, que me tomara entera y me llevará a un lugar donde nada me perturbara.
Un lugar al único que yo podía llamar hogar.
Un lugar donde no había preocupación.
Pero sobre todo no había dolor.
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