Ya habíamos regresado a la casa de eros y yo estaba viendo como hacía para irme sin tener que despedirme, pues el cuento de hadas ya había llegado a su fin, era justo y necesario irme, no podía encadenar a eros a un mundo sucio y vacíos como el mío, el tenía esperanzas en que yo cambiaría con amor, pero en la vida real todo el cruel y a veces el amor no salva.

—¿Qué quieres hacer?, porque hoy es viernes y mañana no hay clases. — me dijo y se recostó en el sofá.

—yo voy con Jorge, te veo luego. — me dispuse a caminar a la puerta.

—porque siento que algo no va bien?. — se acercó a mí y me tomo por la cintura levantando mi rostro hacia el.

—solo tengo que verlo. — intenté salir de su agarre, pero este se aferró más.

—no hagas nada, te veo luego. — me beso los labios en un beso corto y suave.

—ok cuídate. — salí sin mirar atrás.

Ya en la calle mire a mi alrededor y divisé la calle que daba a mi vecindario y sin pensarlo mucho la seguí, el sol ya estaba en lo alto y el reloj del teléfono marcaba las dos de la tarde.

Llegué a mi vecindario y mire la que era mi casa, porque un hogar nunca había sido, respire profundo y me arme de valor, tenía que entrar, coger mis cosas y enfrentarlos a los tres, pero no estaba dispuesta a quedarme en esa casa más.

Quizás le pidiera a Charlie quedarme en su casa por unos días, y luego me iría a otro lugar, cruce la calle y entre en la casa, no se escuchaba ningún sonido desde allí, ojalá no estuvieran en casa.

Pero mi suerte fue otra, pues estaban en la sala viendo la televisión y apenas entre me vieron, Sasha puso cara de molesta pero lo que no pensé fue que Harry se viniera encima de mi furioso y me lanzará contra la pared de un empujón.

—hasta que apareció la zorra. — mis padrastros llegaron a su lado y lo agarraron por los brazos.

—calma hijo. —pidio Sasha pero este solo jalo los brazos y se libero.

—ella me las va a pagar porque nadien me amenaza. — se pegó a mi y me apretó el cuello con las manos, me estaba ahorcando y el aire fallo en mis pulmones.

—no hagas una estupidez hijo. — le dijo mi padrastro pero este tenía la vista llena de venganza, pura venganza.

—suéltame. — medio dije, ya que las palabras no salían, le di una patada entre sus pelotas y me dejó caer tocando su miembro, yo comencé a toser y agarre mi garganta, tenía que salir de allí, corrí hacia mi habitación y Harry se vino atrás de mi persiguiendo mis pasos.

Cuando intenté cerrar la puerta no pude porque Harry la empujó y yo me eche hacía atrás, mire en busca de algo que me ayudara a defenderme pero nada servía, joder porque tuve que perder mi navaja.

—ahora si me las vas a pagar todas. — sonrió macabro y cerro la puerta con seguro, joder dónde estaban mis padrastros. — ellos no vendrán pues saben que no pueden meterse.

Se acercó a mí, yo mire la ventana y corrí hacia allí pero Harry fue más rápido y me jalo del cabello llevándome a la cama.

—idiota suéltame, no me toques. — las palabras salían dolorosas de mi garganta y lágrimas invadieron mis ojos, patalee todo lo que podía y Harry le golpeó la cara con la mano y me ardió la mejilla.

—me voy a cobrar todo lo que me debés. — se subió sobre mi y me inmovilizo las manos sobre mi cabeza.

Juro que si me toca lo mató, no podré vivir un segundo más con otro daño.

—voy a disfrutar ver cómo acabo con la poca luz que te queda, te déjate vagando en un pozo oscuro dónde pedirlas a gritos morir.— saco una inyectadora de su bolsillo y me inyectó lo que allí había. — y saber que llevo más de dos días con esta hermosura en mis pantalón esperando por ti. — señaló la inyectadora y mis párpados se sintieron pesados dejando que la oscuridad me tomara por completo.

Quien sabe que será de mi, después de esto.

Cuánta más oscuridad puede aguantar tu ser.

Cuánto más rota puedes llegar a estar.

Y cuánto más puedes desear que llegue tu fin.

Pues yo lo deseaba como nunca antes.