Al terminar de bañarme y vestirme con un vestido que eros me había entregado me dispuse a bajar, me sentía rara en ese vestido, pues nunca usaba vestidos, mi ropa siempre era pantalones negros, franelas olgadas oscuras y mis botas o vans deportivos, pero ya era la segunda vez que me vestía fuera de mi estilo.

Baje las escaleras y un olor a pollo horneado invadió mis fosas nasales y mi estómago rugió.

Eros estaba de espaldas a mi, su vista estaba clavada a través de la ventana y en su mano tenía una copa de vino, que estaría pensando.

Carraspeó la garganta y este se volteo a mirarme y una sonrisa de lado apareció en sus labios al escanearme de pies a cabeza.

—sabia que te quería muy bien, estás hermosa. — se acercó a mí y tomo mi mano.

—yo me siento extraña, y tú estás!. — lo mire, este tenía puesto un pantalón azul oscuro, una franela blanca y sus zapatos deportivos. — bien.

—solo bien?.

—si. — me gire y mire la mesa que estaba adornada por unas flores en un jaron de vidrio y dos velas rojas..

—ven. — jalo mi mano y me llevo a la mesa. — espero te guste y no sea tan cursi esto.

—ya todo esto lo es, pero gracias por el detalle.

—por hoy te dejo tomar una copa de vino. — me sirvió una.

—si papá. — yo rodé los ojos y tome la copa de vino tinto.

—espero te guste lo que prepare.

—huele delicioso ya, o es que tengo hambre.

—seguro lo segundo. — ambos sonreímos y eros se fue a buscar la comida y yo le senté, desde allí podía ver cada movimiento que hacía y estar allí y así, me gustó mucho, tenía que disfrutar eso ya que en casa me esperaba lo peor.

—sabes que Sasha ya llegó y me está buscando. — le hable y bebi un sorbo de vino y mi sistema lo agradeció pues ya me estaba pegando la abstinencia de no fumar o jalar algo de mi respiró.

—y que le dijiste?.

—llamo a Jorge y el la amenazó con delatar todo a la policía. — eros puso frente a mí un plato con pollo, verduras y espárragos salteados que delicia.

—eso deberías hacer, ya es tiempo que dejen de abusar de ti.

— eso no importa ya falta poco para irme y cumpliré mi mayoria de edad y podré irme sin problemas.

—cuando cumples?.

—la otra semana. — eros abrió mucho los ojos.

—y porque!, no me habías dicho nada.

—no es relevante mi cumpleaños. — me encongi de hombros y comencé a comer, estaba realmente delicioso eso.

—pues para mí si es importante, te haré una fiesta. — yo negué con la cabeza.

—no quiero fiesta, solo cumplir la mayoría de edad y irme de su casa.

— a dónde irás?.

—ya veré ese día. — me miró serio.

— puedes irte a mi casa, allí casi nunca hay nadien, siempre estoy solo y la casa es grande.

Yo lo mire y negué, aunque su casa fuera grande, estuviera solo y allí no corriera peligro con respecto a Harry y mis padres apdotivos, no podía depender de el, tenía que ya valerme por mi sola.

— no puedo eros, todo lo que has echo por mi, te lo agradezco, pero yo debo buscar mi propio camino.

—solo déjame ayudarte y estar a tu lado.

—ya veremos qué pasa, mejor cambiemos de tema, dime qué vas a estudiar cuando te gradues. — me sonrió.

—bueno hay dos carreras que me gustan, una es arquitectura y la otra ingeniería en sistemas, pero todavía no he decidido bien.

—eso suena genial, yo quiero algo que me lleve lejos de este lugar.

—podemos irnos juntos y comenzar de cero en otro lugar.

—tu no sabes que decir para que me quedé a tu lado.

—ya me estás conociendo, es que no se porque siento que debo estar contigo, aurora es muy enserio me gustas y quiero estar contigo.

Lo mire sin hacer ninguna expresión y terminé de tragar la comida, lo que eros estaba haciendo me gustaba pero me estaba asustado igual, y si el no podría vivir mi vida, y si el creía que con su amor mi vida se volvía color de rosa, que saldría victoriosa de esta carrera que era mi vida. Lo estaría engañando porque nunca podría salir de esta vida, nunca podría borrar todo lo malo que me pasó y lo que hice, eros no merecía una chica dañada como yo, tome el resto del vino que me quedo en la copa y lo mire fijamente detallando su rostro, su expresión al masticar, al tragar y al momento de beber su vino, y comprendí algo muy realista. Eros no pertenecía a mi mundo y mucho menos yo pertenezco al de él, Éramos muy distintos en todo, y que se juntara conmigo solo le traería malos ratos, así que apenas llegáramos mañana me desaparecería de su vida y lo alejaría, era lo mejor para ambos.

Pero esa noche me dejaria llevar por el.