La pareja ya estaba lista con todas las cosas que necesitaban, el viaje de su hogar hasta el lugar donde estaban los padres de la menor quedaba a casi un día entero de distancia.

Las chicas iban muy alegres, pero siempre tenían que parar cada cierto tiempo porque Momo se mareaba, sin embargo, eso no era impedimento para la mayor, ya que, aún si la menor probablemente era la que tenía más nervios de ver de nuevo a sus padres y con una nueva noticia, Dahyun también se encontraba nerviosa pero creía que entre más tiempo se demoraran en llegar, les beneficiaría para poder alistarse para decir la noticia.

—¿Cuánto falta para llegar, Dubu?—Momo estaba ansiosa por llegar, no quería esperar más, pero sus síntomas no colaboraban. Tal vez dormir era la única solución que tenía para que se le pasara rápido el tiempo y dejara de pensar en lo difícil que sería dar la cara frente a sus padres nuevamente.

—Falta la mitad del camino, amor. Si quieres descansa, voy a estar aquí pendiente de ti por si necesitas algo.—Dahyun, quien conducía, estaba a nada de dormirse pero no podía, no quería crear un accidente y menos en el mejor momento de su vida con la menor. Momo, por fin, decidió querer dormir, quería estar pendiente del camino pero de igual manera, necesitaba descansar, llevaba casi el mismo tiempo que Dahyun despierta y no quería que eso le afectará en el resto del día.

Mientras tanto, Dahyun pensaba en cómo dar la cara ante los padres de la menor una vez más, pero ahora, de una mejor manera. Después de lo sucedido aquella vez en su adolescencia, solo tuvo un solo momento para poder hablar con ellos y dejar que el mal rato que habían pasado aquel día, desapareciera, pero claro, no fueron más de cinco minutos.

—Buenas tardes...—Dahyun estaba practicando el tono de voz que utilizaría, no sabía si sonar con mucha confianza, desconfiada, seria o nerviosa. Estaba segura de que al llegar a la puerta y ésta fuera abierta, tartamudearía hasta que ya no pueda más.

La alfa no quiso matarse más la cabeza con eso, por lo tanto simplemente puso algo de música en volumen bajo para no despertar a su omega y seguir con su camino.

—Listo, llegamos.—Dahyun suspiró, se estiró aún sentada mirando a Momo por un rato, admirándola.—¿Sabes algo? Pensé que no tenía fin la carretera.—El viaje de las chicas por fin había acabado, Momo todavía yacía dormida en esos momentos y aunque la mayor no quiso despertarla, le daba pena llegar a la puerta sola.

Dahyun salió del auto sin hacer mucho ruido, fue bajando las maletas y todo lo que habían empacado, no sabían si se querían quedar en la casa de los padres de la menor o en la casa de una tia de Dahyun, parte de la familia de ella vivía no muy lejos de donde se encontraban.

Ya con las maletas fuera y cerca de la puerta de la casa, quiso despertar a Momo, la alfa se había demorado un buen rato puesto que quería hacer cada cosa con suma lentitud para que los nervios no le ganaran, sin embargo, no pudo dar media vuelta y la puerta de la casa, a la que miraba con cierto miedo, se abrió, dejando ver a una señora, alcanzaba a llegar a los treinta, vestía una bata blanca, pantuflas negras y su cabello azabache lacio cayendo encima de sus hombros, estaba recargada en dl msrco de la puerta acompañada de una taza de té en su diestra.

—¿Ya te cansaste de ella y me la viniste a dejar?—Miyeon, la mamá de Momo, la miró de arriba a abajo, con total desprecio reflejado en sus ojos cafés.

Dahyun no sabía si contestar, ignorarla y simplemente ir por su omega o encarar a su suegra y despues, ir por Momo de igual forma.

—Buenos días para usted también señora, no creo que sea un gusto para las dos volvernos a ver, pero una visita de vez en cuando no cae mal.

Dahyun contestó, por fuera de veía neutral, pero por dentro, sus nervios la consumían con solo verla. Le dió la espalda a la pelinegra después de hablar, alcanzando a escuchar a la mayor bufar ante sus palabras, escuchándose ofendida.

Dahyun fue hasta el auto, en dónde la menor seguía dormida, quizás con un poco de frío, la manta que la alfa le había puesto recién la omega quedó profunda, estaba a la mitad de sus brazos.

—Amor.—Le susurró suavemente al oído, tratando de ser lo más cuidadosa posible para no asustarla. Momo se removió un poco, pese al frío, la menor empezó a abrir sus ojos poco a poco, encontrando así a la alfa a su lado, asustándose un poco al ver en dónde se encontraban.—Tranquila, estamos juntas, podemos hacerlo. Tu mamá ya me vió, está en la puerta, le dije buenos días y creo que si antes me odiaba, ahora me odia más que nunca.—Se permitó soltar una risita, le dió un beso a la omega de buenos días y acarició por un momento la notoria panza de la menor para así hacerle saber al bebé que estaba con él, que están seguros.

Holaaaaa, je, lo sé. Está vez si me pasé, pero la escuela últimamente se puso difícil, pero ya salí a vacaciones y ya tengo más tiempo para actualizar ^^

Si me quieren dar una paliza, la recibo con mucho cariño, me lo merezco ><

Pero bueno, ya dije todo, ahora sii, nos vemos mañana. No olviden votar y comentar en todas mis historias.
Lo quieroo ♡

—Ann💫