Momo se empezaba a sentir mal, tenía muchos malestares y se la pasaba vomitando, sus feromonas se hacían mucho más fuertes de lo normal y su celo se había retrasado.

No le contó nada a Dahyun, no quería dar una falsa alarma con lo que era su sueño frustrado desde que tenía quince años y empezó a sentir esa sensación de deseo por tener una familia. la omega se encontraba en su trabajo, atendía alegremente como siempre, claro, con aquella pequeña molestia en su estómago.

Al preparar un ramo de flores que un beta le había pedido con tanto esmero por no saber cuales escoger para su pareja, casi cae al suelo por una arcada que ahogó, era todo muy raro, quería ir al hospital pero no tenía tiempo, sus últimos días de trabajo antes de acabar el año siempre eran los más concurridos y no quería faltar por nada del mundo. Si sus suposiciones eran correctas, necesitaba el dinero de más que le dan por atender en fiestas decembrinas en un horario diferente al habitual.

—Momo, ¿Segura que te encuentras bien?.—Su compañera de turno le preguntó, Soojin era una omega hermosa, siempre que llegaba en la mañana, llenaba el sitio con olor a lavanda proveniente de sus feromonas, las cuales, tenían un poco mareada a Momo.

—S-si, no es nada, tranquila Soo, solo son los bajones de energía de siempre.—Mintió, Soojin sabía que lo hacía, aquella sonrisa sospechosa y forzada la conocía desde que comenzó a trabajar allí.

—No me mientas, sabes que no me gusta eso y menos cuando se trata de tu salud.—Dijo, la pelinegra se cruzó de brazos frente a la menor esperando una respuesta.—Así que, dime, ¿Qué tienes? ¿Por qué te la pasas mareada y vomitando a cada rato?

Hubo un silencio un tanto incómodo para Momo, no sabía si contarle iba a mejorar las cosas o empeorarlas, no sabía si iba a enojarse con ella por haberle ocultado algo.

—Creo que estoy en cinta.—Soltó sin más rodeos, la reacción de la mayor fue mejor de la que se imaginó, se sorprendió, claro, una noticia como esa sorprendía a cualquiera.

—Dios, ¡Me alegro por ti! Pensé que era algo más grave.—Soojin dio uno que otro saltito feliz por su amiga, pero aún tenía una duda que no encajaba con las demás piezas del rompecabezas.—Pero, Dahyun ya lo sabe, ¿Cierto?.—Momo no dijo nada, más, bajo su cabeza.

Quería decir algo, sin embargo, no pudo. Sabía que estaba mal ocultarle algo así a la alfa pero no quería ilusionarla con algo con lo que siempre soñó.

—¿Por qué?—Preguntó Soojin, arrodillándose al frente de la menor, no habían clientes en ese horario por lo que tenían tiempo de sobra para hablar sobre el tema. Cosa que no le gustaba del todo a la menor.

—Siento que...la puedo llegar a ilusionar con algo que ella siempre deseo tener, no quiero verla así por mi culpa, no lo soportaría.—Dahyun era la mejor persona que Momo llegó a conocer, no quería verla triste por su culpa.

La campana de la entrada sonó, ninguna la había escuchado, Dahyun había entrado pensando que en ese horario era el descanso de la omega, la alfa le quería dar un ramo de girasoles solo porque sí a la menor, le hacía ilusión dar ese detalle desde chiquita.

—Disculpa, ¿Se encuentra Momo?—Preguntó la alfa al acercarse a la recepción, Momo se escondió rápido, la mayor no alcanzó a verla. Soojin la miró de reojo, vio como la menor cerraba los ojos con fuerza para no ser descubierta en un momento tan frágil como ese.

—Lo siento, Momo está entregando un pedido, ¿Gustas dejarle algún mensaje?—La pelinegra intentó ocultar lo nerviosa que se sentía sabiendo todo lo del embarazo de la pareja sin que la persona que tenía al frente estuviera al tanto de.

—No, gracias. Pero dile que vine a buscarla, tal vez se alegre.—Dijo agregándole una sonrisa llena de confianza al final, Dahyun salió del negocio y hasta que Soojin no vio que se había apartado lo suficiente, no le habló a Momo.

—Tienes que decirle, y si es necesario, voy a estar contigo en el momento aunque sé que no es mi asunto. Dile, no creo que pase nada si luego de unos meses se enteran que no son verídicos tus síntomas.— Soojin se arrodilló de tal manera en la que quedara a la altura de Momo que seguía pegada a la vitrina.

Momo asintió, pero la idea de contarle a Dahyun no se le hacía la mejor opción, pero optó por hacerlo.

Holaa, lo sé, llevo desaparecida por mucho tiempo, pero ténganme paciencia, esto de querer ser la mejor estudiante de mi curso no es tan fácil. Sin embargo, acá tienen un nuevo capítulo, no prometo nada pero intentaré subir otro hoy mismo.

Espero les haya gustado, no olviden votar y comentar en todas mis historias, nos vemos pronto <3

—Ann 💫