Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

;; 17

—Dubu, no quiero enfrentarla. Siento que me va a rechazar, de seguro va a pensar que la decepcioné o que me merezco todo lo malo. Yo—Momo hizo una pausa, se estaba angustiando sin siquiera haber visto a su madre. Dahyun la miraba, esperando que con eso y las caricias que le propinaba en sus manos, la chica se calmara. Momo siguió
hablando, ahora más calmada.—solo quiero que lo acepten, que acepten a nuestra cría.

—Amor, tranquila. Lo van a aceptar, y si no lo hacen, ¿Qué más da? Lo vamos a aceptar y a amar mucho, eso es lo que importa.—La alfa habló con seguridad, ahora teniendo el rostro de la menor entre sus manos, acariciándola suavemente, con sumo cariño.—Además, si te dicen algo, nos vamos de una vez. No voy a permitirlo de ninguna manera.

—¿Vamos?—Preguntó la menor, ahora sin tener nervios por delante.

—Vamos.—Dahyun respondió con entusiasmo, la ayudó a bajarse del auto y antes de ir hacia la casa, se abrazaron, creando así un ambiente cálido cuando sus feromonas se mezclaron, Momo sintió como su cría se movía con alegría y nerviosismo, sintiendo todo el amor que las chicas desprendían y el olor a confianza que sus feromonas empezaban a crear, cosa que mientras iban avanzando hacia la mayor, se disipaba sin que ellas quisieran.

—¿Ya dejaron el cotorreo? Dios, me estoy congelando aquí afuera, digan lo que tengan que decir rápido, quiero arreglarme el cabello.—Tocándose el cabello dijo. Desde lejos, Miyeon miraba la escena, fastidiada de que no contaban el por qué estaban allí de sorpresa.

—¿De esa manera nos recibes, madre? ¿Dónde quedaron tus modales? ¿Crees que sigo siendo el algodón de azúcar de tu vida? Porque al parecer, tu vida se amargó cuando me viste.—Momo caminó con Dahyun detrás, a la menor le fastidiaba cuando la mujer de comportaba de esa manera.

Sin embargo, después de que Momo haya hablado, hubo un silencio un tanto largo, luego, se abrazaron, siendo tan raras como siempre lo han sido, quizás solo estaban acomodando todas sus ideas.

Todo el fastidio que se tenían no se comparaba nada con lo mucho que se extrañaban.

—Creo que debería tener cuidado señora, no queremos que nuestra sorpresa se espiche.—La alfa, al contrario de Momo, se encontraba mirando a las mujeres. Se le ocurrió decir tal comentario para que se supiera de una vez la noticia, no quería esperar más, necesitaba ver la reacción de sus suegros para así, saber qué debería hacer después.

—¿De qué estás hablando?—Se separaron, Miyeon cuestionó mirando a Dahyun con el ceño fruncido, confundida.

—Oh, cielo. Qué sorpresa, ¿Qué te trae por aquí, cariño?—El padre de Momo llegó, interrumpiendo la conversación, yendo a abrazar a su hija.

Al igual que su esposa, vestía pantuflas negras y una bata blanca, con un pantalón de pijama y sus anteojos ahora en su cabeza, su cabello castaño cayendo en ondas profundas y sus feromonas con aroma a café con leche haciéndose presente en la entrada de la casa, aquel alfa era Nam Yoon Soo, esposo de Miyeon y un gran escritor.

El alfa terminó de abrazar a su hija, sin embargo, vio a Momo hacer gestos de dolor al separarse, aquello lo hizo dudar. Luego vió a Dahyun, quien a excepción de la menor, se encontraba apartada tanto de la puerta como de la escena.

Dahyun no estaba lista para el paso que iban a dar ese día. Ninguna de las dos, de echo.

—Oh, Dahyun, que gusto verte de nuevo, ¿Qué haces ahí parada? Ven, entren de una vez, ¿Tienen maletas?—Dahyun y el mayor no se llevaban tan mal como pasaba con la pelinegra mayor, de echo, él encontraba mal las acciones de su esposa en el pasado con ella, siempre se disculpaba cada que se ven si sus actitudes no cambian o son peores.

—Gracias papá, aunque primero queríamos hablarles de algo. Tenemos maletas pero primero queremos saber si nos podemos o no quedar.—Momo intervino antes de que Dahyun pudiera decir algo. Se notaba que quería avanzar de una vez y no solo platicar como pasaba siempre que iban.

—¿Me tengo que decepcionar desde ahorita?—Preguntó la mayor de todos, la sonrisa que mantenía Momo desapareció lentamente gracias a las palabras de su madre.

—Miyeon, calma.—Su esposo intentaba relajarla, su dulce voz a veces funcionaba, pero en este caso no lo logró.

—Disculpe señora, pero eso ya depende de usted y de la idea que se cree. Si no es mucha molestia quisiera hablar las cosas por separado con ustedes dos.—Dahyun habló, no le había gustado la forma tan despectiva con la que la mayor hablaba sin saber del tema.

Más allá de eso, la decisión de hablar por separado la tuvo la castaña, puesto que el olor del ambiente le generaba náuseas por tantos olores combinados.

Las feromonas dulces de Momo y las ardientes de su madre, le hacían picar la nariz y se le empezó a retorcer el estómago, mientras que las feromonas de hombre castaño le estaban dando sueño, hasta sus propias feromonas le estaban dando dolor de cabeza.

—B-bien, ¿Vamos a la cocina papá?—Esta vez, la omega menor decidió hablar, el ambiente se sentía tan tenso que hasta su cría estaba ansioso, se movía mucho y aún si quisiera darle caricias, aún no era el momento de hacerlo.

Su pancita de embarazada no se notaba mucho con la ropa que llevaba, sin embargo, sus caras de inconformidad la dejaban al descubierto. Agradecía que el gaban que traía puesto era ancho y calientito, además de largo y cómodo, perfecto para que si su niño quería estirarse más, su pancita no se viera tanto.

La pareja y el castaño fueron a la cocina, por suerte, el comedor pequeño que Dahyun conocía seguía allí, por lo que la pareja se sentaron quedando en frente del mayor.

—Bien, ¿Qué pasa?

La alfa miró a Momo, la omega le devolvió la mirada. Se dijeron con los ojos que ya era momento de hacerlo saber.

Un suspiro abandonó los labios de la pelinegra.

—Estoy embarazada.—Dijo Momo sin ruedo alguno, pudo jurar que su padre casi palideció.

El castaño dejó de mirar a las chicas, se levantó de la silla en la que estaba, abrió la llave del lavaplatos y se echó agua con ayuda de sus manos, parecía como si estuviera soñando.

—¿Estoy soñando?

—No señor, Momo y yo estamos esperando una cría.—Dahyun contó, con una sonrisa en su rostro, acariciando el cabello de su omega para tranquilizar tanto a su cría como a su pareja.

Los ojos del mayor se cristalizaron mientras que una sonrisa reposaba en sus labios.

Mientras que su hija y los alfas hablaban en la cocina, Miyeon estaba ansiosa.

¿Será que es lo que está pensando? ¿Su hija realmente estaba embarazada? No, eso no podía ser posible, a Momo nunca le había interesado ser madre, o al menos, no según ella.

Estaba caminando de un lado a otro en la sala de estar, sentándose en cada silla cada que se le cansaban las piernas, sus uñas permanecían en su boca, mordidas.

Quiso ir a la cocina, escuchar qué era lo que tanto escondía la pareja, fue hacia la puerta principal de la casa a tomar aire fresco, el estrés ya no la dejaba en paz. Decidió ir a su estudio por un cigarrillo y un poco de vino, aquella era la mezcla que creía perfecta para que el tiempo se le pasara volando y así, su estrés disminuyera.

—Mierda.

Maldijo bajito, recordaba que había sacado todo rastro de vino de su estudio la última vez que había ordenado, pensaba que ya no tenía que recaer a su querido método antiestrés.

Decidida de ir hacia la cocina, se detuvo, escuchó llanto, uno bajito pero audible, suave y sin tristeza de por medio. Sus dudas empezaron a aparecer otra vez, una, dos, tres veces hasta que sintió su cabeza pesada, no dolía, pero le pesaba pensar tanto.

Cerró sus ojos para intentar disipar sus dudas. Cuando los abrió, vió a Dahyun salir de la cocina, yendo a buscarla.

—Oh, señora. Ya está aquí. Pasé, es su turno.—Como si de una entrevista se tratara, la señora se sentó al frente de las chicas con sus manos juntas encima de la mesa, su esposo estaba recargado en el mesón detrás de ella.

—Bien, ¿De qué se trata todo esto señoritas?

—Estoy embarazada mamá.

Soltó sin más.

Casi igual a su padre, palideció. Pero, miró para atrás de si, viendo a su esposo, tenía brillitos en sus ojos, él estaba completamente feliz y se podía oler en sus feromonas.

—¿D-de verdad?—La mujer no se lo creía, dejó de mirar a su esposo para poder mirar a las chicas. Sus ojos llorosos y una sonrisa nerviosa que quería salir pronto.

—Si, señora. ¿Está feliz?—Dahyun preguntó finalmente lo que tanto temían escuchar. Las chicas cerraron los ojos y entrelazaron sus manos con fuerza, casi que haciendo changuitos con sus dedos a los lados.

—Claro...¡Claro que sí!—Se paró con emoción para poder abrazar a su hija.—No sabes cuánto lo estoy, cielo.

Aunque minutos antes estaba pensando una y otra vez que aquello podía ser posible, no le desagradaba la idea. Ella sabía que era pesada pero lo era para que Momo empezara a tener actitudes fuertes y decididas, cosa que pudo lograr, pero solo una pizca de lo que quería.

Ser abuela era algo que nunca pasó por su mente, hasta hace rato, ya se había imaginado ahí, mirando los primeros pasos, dándole de comer, llevándolo al parque o jugando con la criatura.

—P-pensé que te decepcionaría.—Momo dijo ya cuando se separaron, la mayor todavía tenía lágrimas corriendo por sus mejillas, ahora, se encontraba cerca de su esposo.

—N-no. Amaría ser abuela, no podría decir que me haría más feliz que a nada, pero me causa ilusión. Siento haber sido tan dura contigo desde hace mucho hija.—Empezó a decir, siendo abrazada por la cintura por parte del alfa, limpiando aún las lágrimas que salían sin que quisiera liberarlas. Está vez, miro a Dahyun.

—Siento también haberte tratado mal desde que te vi, pensé que si dejaba a Momo a tu lado, la iba a perder para siempre. Los rumores eran tantos que me dejé llenar la cabeza de basura, te miré tan despectivamente cada una de las veces que te veía aún si sabía que Momo era feliz a tu lado. Ten por seguro que serás una madre excelente.—Se sinceró la omega, la expresión dura que tenía cada que la veía, desapareció. Le agradó eso, era buen camino.

—¿Hay más sorpresas?—Yoon cuestionó, si tenían algo más oculto, quería saberlo sin más esperas.

—Si el que sea niño es una sorpresa, pues si la es, supongo.—Momo dijo después de soltar una risita, esto en lo que se quitaba el gaban, le estaba empezando a dar calor. Dahyun la ayudó y los mayores quedaron boquiabiertos al ver el tamaño de la pancita de su hija.

Finalmente, los alfas entraron las maletas en lo que las omegas platicaba en la cocina mientras la mayor cocinaba algo para la cena, se había oscurecido pronto, al igual que empezó a salir la luna acompañada de sus estrellas.

Ese día las chicas descansaron mejor que otras noches, estaban felices de que la familia de la menor hayan reaccionado bien. No esperaban más del alfa, pero la reacción de Miyeon las había dejado un poco desconcertadas.

Ahora, solo faltaba esperar dos meses para que pudieran tener a su hijo en brazos.

Holaaaa. Oigan, ¡Feliz Navidad!
De mi parte, este es mi regalito para ustedes, puesto que este es el último capítulo antes del final.
Espero lo hayan disfrutadoooo, no olviden votar y comentar en todas mis historias ^^
Los quierooo

—Ann💫

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro