Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4

Mi semana consiste en practicar, alimentar caballos, recoger huevos de las gallinas, visitar la destiladora con mi papá, dar paseos por el rancho y ordenar el presupuesto de la escaramuza.

A pesar de que hago todo lo que se me pide, todo lo que me gusta, todo lo que debo hacer, mi humor sigue por los suelos. No suele importarme lo que la gente me diga, vivo en un pueblo de 6,000 personas, hay chismes sobre todos todo el tiempo, me han dicho caprichuda, creída, mamona, entre muchos insultos más, estoy acostumbrada a que la gente hable mal y bien de mí.

Sin embargo, aquí estoy, carcomiéndome la mente pensando en las palabras de Aaron Montaner. No creo que disfrutar de mi vida sexual con libertad y responsabilidad sea malo, lo hago desde que tenía 17 y no me arrepiento, bueno sí, me arrepiento de haberme fijado en él aquella noche.

Pero, que no le cuente a mi familia todo lo que hago con algunos hombres no tiene nada que ver con la persona que soy, porque es mi vida y yo elijo con quien la comparto y con quien no. Y sí, me escondo un poco porque como dije, en este pueblo la gente no sabe hacer otra cosa mas que juzgar y criticar, así igual que Aaron. Aún recuerdo como destrozaron a mi hermana cuando salió embarazada, como no toman en serio a ninguna mujer qué haga lo mismo que yo, pero sin esconderse.

Es jueves por la noche cuando llega Sofía entrando directo al despacho de mi papá que a veces uso para trabajar.

—Hola, guapa, ¿Qué haces? Vengo por ti pa irnos a un baile.

—Estoy facturando el cheque de Fer, y no tengo ganas gracias— respondo repasando la cuenta una vez más.

—Pero como no vas a tener ganas de salir, si no hicimos nada el fin de semana. Ándale, vamos al baile es en San Francisco de Asís, se pone chido.

—Que no, Sofía, invita a otra no tengo ganas de salir. Estoy cansada.

Sofía me mira con ojos de cachorro manipulador, pero yo me enfoco en los tíquets en mis manos, se sienta frente a mí y me los quita.

—¿Qué tienes? Jamás, desde que cumplimos los quince me has rechazado un baile.

Me tallo la cara con fastidio, antes de dejarme caer en la silla. Sofía es mi mejor amiga, de las 7 es con la que mejor me llevo y la que más cosas sabe de mí.

—Estoy estresada, el viernes me encontré con Aaron y-

—¿Cogieron?

—No, güey, no hicimos nada desde la ultima vez. Tuvimos un encuentro que me hizo enojar, me sentí muy idiota por haber caído por él, ¿sabes lo que dicen desde que llegó?

—¿Que esta bueno?

—No—, ruedo mis ojos—, que es un pinche mujeriego que se cree que todos están a su pies, y yo no pienso ser una más de sus juegos, pero el hecho de que nomas llegó fui la primera con la que se metió no ayuda.

—¿Y quien te dijo que fuiste la primera? — Pregunta seria y arrugo la frente.

—Cállate, Sofía, no ayudas.

—A ver, pues— mueve los papeles de en medio de ambas—, déjame ver si te entendí, ¿no quieres salir conmigo porque un pendejo que conociste hace dos días te hizo sentir mal a pesar de que él no conoce nada de ti? Sí, la gente dice que es un mujeriego, pero la gente no sabe que tú eres igual, así que tú no caíste por él, él cayó por ti, no eres parte de su ganado, él es parte del tuyo.

—Las personas no somos ganado, y él y yo no somos nada.

—¿Entonces cuál es tu problema, Alanna? Porque te juro que no te entiendo.

—Mi único problema ahora es que no quiero salir, no quiero ir a ningún baile y tú sigues insistiendo—. Termino levantando la voz.

—Quédate aquí a compadecerte entonces, neta que flojera me das.

Se levanta enojada y sale de la oficina dando un portazo, yo cierro los ojos frustrada, retomando mis hojas par seguir con la facturación.

Segundos después la puerta vuelve a abrirse, pero en esta ocasión entra Daniela.

—¿Se pelearon? — Pregunta a penas asoma la cabeza.

—Que te importa.

—Uy, que genio te cargas, Alannita. Yo nomas preguntaba, pero si no quieres hablar mejor me voy.

—Te lo agradecería mucho, adiós.

—Ahora no quiero irme— se sienta—. Tienes que aprender que no siempre se hará tu santa voluntad.

—¿No tienes nada mejor que hacer? — Pregunto, enojada—. ¿Cuidar a tu hija, a lo mejor?

—Kenia se fue con mamá y Mariano a la plaza por un barquillo, así que estamos solo tú y yo, hermanita. ¿En qué momento creciste tanto? Si todavía recuerdo cuando estabas de la edad de Kenia.

—Daniela, estoy ocupada.

¿Por qué chingados me faltan trescientos pesos aquí?

—¿Te ayudo? —Se asoma.

—No, tú qué vas a saber.

—Entonces sigue batallando con esa suma que hiciste mal acá— la señal— no sé en que estabas pensando, 3568 mas 1693 no dan 4861, dan 5261.

¿Qué?

Verifico dos veces la cuenta y tiene razón, pero esa suma fue hace tres cálculos, así que tengo que rehacer esa parte.

—De nada, bonita. A ver si a la próxima te relajas un poco antes de ponerte a trabajar, como dices tú. Ahora que terminamos, ¿quieres saber que me contó Lucia en el curso de uñas?

A ver, no suelo ser muy chismosa, pero Lucia siempre cuenta cosas que nadie más sabe, y no se como se entera, claro que tengo curiosidad.

—¿Qué?

—Que le dijo su hermana, que tú andabas muy juntita bailando el día que ganaron las Estatales con Aaron Montaner, obvio que yo le dije que era mentira, porque ustedes no se conocieron hasta un día después ¿no es cierto?

Usa ese tono de ironía y superioridad que ha utilizado siempre cuando me habla a sobre algo, que gorda me cae de veras.

—Mira, Daniela—comienzo a recoger mis cosas—, estoy harta de escuchar hablar de ese tipejo, si tu tema de conversación va a girar en torno a los Montaner, que hueva, y dile a Lucia que no ande esparciendo chismes míos. —Me voy de ahí dejando a Daniela encerrada en la oficina y camino hasta mi cuarto, donde me encierro para que por fin nadie me vaya a molestar.

Pues claro que alguien nos debió ver bailando, que mensa estoy. La plaza estaba llena de gente, y aunque no es el único con el que baile, si fue con el último que debieron verme, como a alguien se le ocurra inventar algo más sobre nosotros y eso llegue a oídos de mi apá... mejor dejo de pensar en esas cosas y me enfoco en lo que tengo que hacer mañana. No debí haber hecho eso.

🐎 🐎 🐎

Cada quincena acompaño a mi apá al campo a pagar a los peones que están trabajando ahora, la materia prima es muy importante al momento de hacer los tequilas Ferreira, y aunque es un proceso largo es sencillamente muy hermoso, casi mágico.

Detrás de cada botella de tequila hay muchas personas y un largo proceso que mi familia siempre ha intentado que se haga con amor.

Como sea, cada dos sábados llegamos a los campos con los fajos de billetes, el contador ha intentado que implementemos el pago por tarjetas, pero nuestra gente jamás confiaría en pedazos de plástico, ellos quieren ver los billetes, quieren contar los centavos.

Los campos están atrás del rancho, así que llegamos a caballo, aunque es difícil seguirle el ritmo a mi apá cuando se da cuenta de que algo no anda bien ya qué hay varios trabajadores reunidos en el limite de la propiedad, y no en la entrada como es común.

—Ahí viene Don Amador, el patrón, se pueden arreglar con él.

—¿Qué alboroto traen? —Mi progenitor se acerca y yo lo sigo, dándome cuenta de que está un muchacho joven en traje, detrás suyo están Don Porfirio y Aaron.

—Dice el licenciado que trae una demanda, Patrón. —Aclara Juanjo, que fue el que según llamaron porque andaba cerca.

—Trae pa'ca— el disque licenciado le da la carpeta mi papá, por daños y perjuicios en contra de su patrimonio, al decir que algunos de sus trabajadores cruzan la línea terrenal que marca el límite de las dos propiedades ocasionando daños en sus tierras, las cuales por cierto están en un proceso legal desde hace años.

—Esto es una mamada— exclamo terminando de leer.

—Señor, ¿puede firmar de enterado?

—No voy a firmar nada, ¿Quiénes se creen que son para venir a mis tierras para querer demandarnos. ¿Es en serio, Porfirio? ¿Quieres agregar más problemas a los que ya tenemos?

—Nada más procedo a lo que me corresponde, Amador. No es nada en contra tuyo.

—Papá, fírmale la hoja de recibido nada mas, le voy a hablar al abogado.

Mi apá reniega un rato pero termina firmando, y los tres empiezan a subirse a su camioneta para irse, antes de subir Aaron voltea a verme, pero finjo que no lo noto pues lo importante es llamar al abogado para que nos diga cómo podemos proceder.

El abogado me responde rápido, me dice que nos verá en el rancho en dos horas más y cuando cuelgo veo que mi papá está muy enojado.

Saco de mi mochila los sobres de dinero y comienzo a decirle a los trabajadores que se formen para sus pagos.

—Ya apá, vamos a arreglar eso no te preocupes, tráete las hojas para que los muchachos firmen su quincena.

Él me ve y me sonríe, se que lo hace para no querer preocuparme, pero yo soy consciente de lo mucho que le afecta y le mortifica tener, un problema legal más, y con esa familia, no sé qué tanto nos vaya a perjudicar pero lo que sí sé es que no nos vamos a quedar de brazos cruzados, y si bien con los Montaner ya estábamos en guerra, hemos comenzado una nueva batalla.

🐎🐎🐎

Dice el licenciado que la demanda, tal cual pensé yo, no tiene muchos fundamentos y eso me regresa el alma al cuerpo.

—Para serle sincero, Don Amador, yo veo esto más como una estrategia desesperada de sacarle algo de beneficio a la situación, desde hace quince años que comenzó la pelea por las hectáreas del terreno, nunca habíamos estado tan cerca de obtener una ventaja real y se nota que los Montaner son conscientes de igual manera sobre el suceso, es por esto que están utilizando toda clase de estrategias para ganar tiempo, porque si bien no tiene mucho fundamento la demanda tiene que concluir un proceso justo, la única manera de que esto sea corto es declarar allanamiento a la demanda y pagarles lo que quieren, y no buscamos eso ¿verdad?

—Mi lic ya sabe que no le entiendo cuando me habla así, uste' nomas dígame qué hay que hacer y se hace.

—Ay apá, el licenciado dice que Don Porfirio nomas quiere chingarte con procesos largos para ganar tiempo y que si le dices que tiene razón y le das dinero podemos seguir con lo otro pero no nos conviene, qué hay que pelearles esto pues.

—Muy buena dando resúmenes señorita, —me halaga el licenciado Hernández—. Lo que haremos ahora, es que vamos a responder la demanda, redactaré la contestación y la llevaré mañana a los juzgados, pero vamos a presentar una contra demanda, por haber presentado esta misma y alargar el proceso de la pelea principal, que es sobre las tierras.

—¿Y eso no alargará más el proceso?

—No realmente, porque se tendrán que resolver las dos al mismo tiempo, una no impide el proceso legal de la otra, como ocurre con la pelea de hectáreas. Solo, manténganse alejados de ellos por un tiempo, no hagan nada que les de razones para meter alguna otra demanda más, se ve que lo que quieren es ganar tiempo, y mientras mantengamos de manera cordial el proceso, será mejor.

El licenciado se despide de nosotros y mi apá lo acompaña a la salida del rancho, mi mamá se acerca a preguntarme qué sucedió y yo le explico lo más resumido que puedo.

—Ay no, mija pues que difícil, de veras que esa gente nomás quiere estar moliendo, pero ya no te estreses tanto por eso pues, mejor ve a arreglarte ya que ya casi nos tenemos que ir al desfile, viste.

—Si mamita, me voy a ir en el Zeus hasta allá para no tener que enganchar la traila.

—Ándele pues, yo voy a cambiar a la Kenia que Daniela se fue al pueblo a traerle unas medicinas para la tos.

🐎🐎🐎

El desfile, tal cual lo habíamos practicado es en las calles principales de Azules, que no son nada más que cinco cuadras, comenzando por la calle Juarez y terminando por la Iturbide, como traemos los caballos somos los últimos en salir en el desfile, primero la escaramuza y después los charros, nosotras nos acomodamos en pares, quedando yo al final junto con Sofía, por cualquier cosa que pueda pasar, aunque sigamos sin hablarnos del todo después de esa ultima pelea.

Víctor, el capitán de los charros se acerca hasta donde estoy, hay mucho gentío y ruido, pero se las apaña para acercarse lo más que puede, aun cuando ambos estamos en caballos.

—'Tonces, Alanna...— empieza— ¿qué tal te va? ¿Ya te respondieron los de la Federación?

—Todavía no, pero tardan mínimo dos semanas en anunciar algo, y se cumplen mañana, gracias por preocuparte.

—Oh pos como no me voy a preocupar, si ustedes son mi escaramuza favorita, yo les anduve echando porras el otro sábado, ¿con qué caballo hiciste la punta?

—Con Cuervo, con el siempre compito ¿No que nos estuviste viendo?—Curvo una ceja, retándolo a que siga de hablador.

—Si pues, pero quería sacarte plática, siempre que quiero hablar contigo te me huyes.

—¿Y eso no te dice nada? —Le pregunto, esperando que deje de hablar, pero no se rinde.

—Oye, ¿y la Renata sigue con el Luis?

—Sí, ¿por qué?

—Ah no nomás, es que me dijo el Jorge que lo vio en un baile con una muchacha, y como la Renata le gusta al Rodrigo, pensé que ya estaba solterita y mi carnal podría hacer uno de sus movimientos.

—Pues no, dile al Rodri que se guarde sus movimientos, la Renata sigue con ese baboso.

—¿No te cae bien, eh? —me da un leve empujoncito, cosa que molesta a Zeus.

—Me suelen caer mal los tipos aprovechados que no tratan a mis amigas como se merecen, que son, casi que todos los novios que han tenido.

—No pues es que en el pueblo no hay mucho de donde escoger, el mejor partido soy yo, y tú sabes que hace mucho nomas tengo ojos pa ti, que me traes como burro sin mecate.

—Yo ya te dije que no es que no me gustes, que no me gustas, pero yo ando enfocada en otras cosas—. Se ajusta el sombrero.

—Como quiera, chula, no pierdo esperanzas de que un día tus ojitos nomas me vean a mí.

—¿Saben a que hora vamos a empezar?—Nos interrumpe Aaron, que se ha acercado por alguna razón bastante a nosotros, ruedo mis ojos por su interrupción pero él acerca más su caballo hacía mi.

—Ya no debe tardar Fernando en dar el aviso, no se me desespere mi Aaron.

Víctor le da una palmada y Aaron se mueve enojado, ¿y ahora a este qué mosco le picó?

—¿Te puedes hacer para atrás?—Le pido—. Estas molestando a mi caballo.

—Tú hazte para adelante.

—¿Cómo me voy a hacer pa' delante si no hay espacio—, le reclamo.

—¿Y para atrás crees que sí hay? Si no me quieres cerca muévete tú.

—Neta que insoportable eres— muevo un poco mi moño del pecho, me está dando calor con toda esta gente.

—Tú eres la única que tienes problemas con que este aquí, no me voy a mover solo porque tú lo digas.

—Aaron, vuelve a tu lugar ya casi comenzamos. —Le ordena Víctor y pongo una sonrisita triunfante. Estamos en evento y él es su capitán, le tiene que hacer caso.

Da la vuelta en el caballo dramáticamente volviendo al fondo, a su fila.

El desfile no es muy relevante, solo paseamos en los caballos, hacemos bailar algunos por algún punto, reconozco casi todas las caras aunque no recuerdo muchos nombres, pero sé que todos ellos sí conocen el mío.

Víctor pasa toco el camino haciendo comentarios que casi me hacen reír pero me contengo porque tengo el traje de media gala y debe usarse con respeto, aunque a veces es difícil resistirme a sus burlas, mínimo sonrío.

Desde mi lugar le echo el ojo a las muchachas, que como siempre lo hacen todo bien. Llegamos al final del recorrido, que concluye en la entrada al jardín frente a la iglesia, la gente empieza a reunirse en grupos, pues va a empezar a tocar una banda, amarro a Zeus en él área de caballos, al igual que mis amigas, que ya empiezan a dispersarse, veo a Víctor caminar hasta mí.

—Alanna, te invito un elote, ¿quieres?

Volteo a verlo y de reojo noto como Aaron se acerca a amarrar su caballo a un lado del mío.

—Claro, pero solo es un elote, eh.

Le advierto y él sonríe, agarrándome de la cintura para llevarme al puesto de Doña Geno, que es la que vende elotes mas ricos de todo el pueblo. 

—¿Te cae mal el Aaron? Es buena onda. —Me pregunta Víctor una vez que nos entregan los elotes, el mío en vaso porque no me quiero chorrear.

—No me cae mal, solo no lo aguanto. Ya sabes, por lo del rancho. Pero es tu amigo, no te voy a hablar mal de él. —Explico rápido comiendo de mi elote, está bien bueno.

—No es mi amigo, a penas nos conocimos, es buen jinete pero muy callado, casi no sale con nosotros, de hecho el día que ganaron ustedes, se fue con otros amigos suyos que son de otro pueblo.

Ah, con que por eso no conocí al Julián y al Gerardo. Ellos sí que no eran de aquí.

—Míralo, y pa que se unió a los charros, si estos grupos no solo sirve ser compañeros, también hay que ser amigos.

—No sé mija, pero tuvimos que aceptarlo porque se nos acababa de ir el Mauricio, ya ves que se fue a estudiar a la capital.

Asiento, dejándolo contarme cómo fue que él Mauricio los dejó sin avisarles con tiempo, todo porque le dieron una beca en no se que escuela de la capital.

Yo no estudio, terminé la prepa en la escuela del pueblo, pero antes de ir a la universidad decidí tomarme un año sabático, para entrenar para las nacionales, igual que todas mis amigas. Aunque las únicas que queremos estudiar una carrera después , somos Rosita, Valeria y yo.

Voy a estudiar administración, o algo parecido que me sirva para cuando tenga el rancho a mi cuidado, yo lo que quiero es que los Ferreira seamos los principales exportadores de Tequila en todo México. Es un sueño grande, pero no imposible.

Nadie en mi familia tiene carrera, mi amá estudio hasta la secundaria y mi apá hasta la prepa. Daniela se salió de primero de prepa cuando salió embarazada de Kenia, así que yo seré la primera Ferreira con estudios, aunque lo inteligente sí lo llevo en la sangre, mis papás con los pocos estudios que tenían convirtieron el rancho Ferreira a lo que es el día de hoy, y somos de mis cinco tíos, los que estamos más acomodados, aunque mi apá es el único hijo varón de la familia, y por eso le tocó el rancho a él.

Víctor me invita a bailar y acepto, bailamos un rato con la banda, después me sacan otros de los charros e incluso una la bailo con otro muchacho que no se quien es, pero me enfoco en divertirme, disfrutar de la banda, del ambiente y nada más.

Cuando dan las 12 mis papás me dicen que nos vayamos, el pueblo es muy seguro, así que no hay problema de que yo vaya sola en el caballo hasta el rancho, pero por cualquier cosa me iré detrás de la camioneta.

Cuando voy hasta donde está Zeus, me encuentro otra vez a Aaron, desamarrando su caballo.

¿Es que me lo voy a encontrar hasta en la sopa?

—¿Vas a seguir de testaruda negándote a que te acompañe?

Su hombro chocando con el mío hace que me estremezca, no quiero demostrarle lo mucho que me afecta tenerle cerca, porque cada vez que mi piel roza con la suya decenas de recuerdos indecentes llenan mi cabeza.

—Pues fíjate que sí, eh, no necesito compañía tuya, de hecho me siento más segura cuando estás lejos de mí, que cuando estás cerca.

—¿Pues yo que te he hecho?

—Engañarme para que me acostara contigo, tratarme como me trataste el otro día, aparecerte en todos lados cuando ya te dije que no quiero verte, demandarme ¿le sigo o ya con eso?

Aprieta los labios en una línea, pensando por un momento que decir, luego de unos segundos de reclamarle, responde.

—Hasta donde recuerdo, la que propuso que nos acostáramos fuiste tú, y no me alcanzara la vida para disculparme por haber dicho lo que dije el otro día, de eso si me arrepiento, perdón. Pero yo no te demandé a ti, mi apá demandó al tuyo. Y los problemas de nuestras familias, nada tienen que ver con nosotros, Alanna.

Que bien se escucha mi nombre dicho en sus labios.

—No Aaron, no te equivoques, a lo mejor tú te fuiste mucho tiempo, pero aquí de donde ambos somos, la familia es lo más importante y va primero, y si alguno de los tuyos le hace algo, a alguno de los míos, si es asunto de ambos.

Holaaaaaaaa
Aquí tienen el capítulo de esta semana, lamento la hora pero tengo buenas noticias ¡Terminé mi semestre!

Así que estoy de vacaciones ya, y espero estar escribiendo más, aunque mi prioridad es mi otra novela (momento Spam por si no la leen) trataré escribir más de esta! Así que capítulos no nos van a faltar jajaja

En fin ¿ustedes están estudiando? ¿ya salieron de vacaciones o les quedan clases aún?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro