Capítulo 3
—Claro, soy la mejor de todo el pueblo. Lástima que no te vi a ti montar, sino te habría dado consejos— respondo lo más indiferente que puedo.
—Uy, tenemos que ir a recibir a las gentes que están llegando, pero están en su casa, eh, cualquier cosa que ocupen pueden decirnos.
Agradecemos a Doña Jimena que se lleva a su marido y a su hija de nuestro lado.
Me separo de mi familia y voy hasta donde están mis amigas, las saludo de beso en el cachete a ambas.
—¿Andabas platicando con el Aaron? Esta guapo, verdad.
—Es un prepotente, mentiroso y aprovechado— digo con desprecio asegurándome que nadie me escuche, pero aquí nunca se sabe.
—¿Pues qué te dijo?
—Nada, luego les cuento. ¿Dónde andabas ayer Sofía? Que ya no te vimos.
—Me encontré con un amigo y después ya no vi a ni una, ¿con quién te quedaste tú?
—Con la Renata, pero cuando me vi con Camila para irnos a la casa ya no encontramos a nadie más que a Valentina y Rosita. ¿Y Camila no va venir? ¿Y las demás?
—A Valentina la castigó su mamá porque llegó vomitando— hago un gesto de asco —y Camila y Renata vienen con Ximena en su carro.
Asiento, volteando alrededor a ver qué más se ve, entonces reconozco a Julián, amigo de Aaron que estuvo anoche en la plaza, lo veo enojada por mentiroso y deseando que no diga nada de nuestro encuentro de anoche, a parte ya conozco a los hombres, seguro Aaron Montaner ya le contó con detalle todo lo qué pasó en el granero.
Volteo a ver a las muchachas cuando Rosita nos dice que va a ver a sus papás, y luego siento una mirada fija en mí.
—Aaron te está viendo, amiga— Sofía solo me confirma lo que ya sabía.
—Claro que me está viendo, si yo fuera él también lo estaría haciendo.
Al seguir sintiendo sus ojos sobre mí volteo a verlo, me sostiene fijamente la mirada por unos segundos, sonríe, hace una seña con su cerveza hacía mí y luego voltea a otro lado.
—¿Me explicas qué acaba de pasar? — Pide Sofía a lo que me aseguro que no hay nadie cerca y comienzo a susurrar en su oído.
—Anoche cogimos.
—¿¡Qué!?
—Dios Sofía, cállate no llames la atención. No fue nada, yo no sabía que era él. Jamás me dijo que era un Montaner y ahora estamos fingiendo que no nos conocemos.
—¿Y te gustó? — pregunta con una sonrisa insinuadora.
—Ese no es el punto, no va a volverá a pasar jamás, es un aprovechado, mentiroso y no quiero volver a verlo jamás en la vida.
—Ay mija, pues eso va a estar difícil porque se unió a los charros, yo creo que lo vas a ver mucho.
—¿Cuántos eventos tenemos juntos?— preguntó agüítada.
—Varios todo el verano, pero pa empezar la fiesta de San Antonio en dos semanas.
—Chingada madre con mi suerte, de veras.
🐎🐎🐎
Ya casi van dando las seis de la tarde cundo mi papá llega a la finca de los Montaner, me saluda con un beso en la frente y luego le presentan a Aaron, que lo saluda educadamente, es bien amable y me cae mal.
Me acerco a donde están platicando Don Porfirio, Aaron, el hermano mayor que se llama Francisco, otros dos señores y mi papá, veo como las señoras del pueblo me ven mal por estar metiéndome en la platica de hombres, pero me importa tanto como me importa una mosca.
Mi papá me abraza por los hombros y me acerca más a él.
—Tu muchacha ya está bien grandota, se ve que es bien trabajadora —. Don Manuel me alaba y mi apá sonríe.
—Sí miren, no podía pedirle nada más a Dios, es trabajadora, bonita, inteligente, talentosa, buena pa los caballos y mi orgullo, sea lo de cada quien.
—Ay ya apá, no me presuma tanto.
—Como no te voy a presumir mija, si eres bien chingona, mi apá siempre me decía, como se murió antes de que naciera el Mariano, que no servía que tuviera puras mujeres de hijas, como le hubieras callado la boca de veras.
—Fíjate Amadeo, yo me siento igual con mi Aaron, este muchacho es mi orgullo, él administraba la finca de allá de Texas y la tiene funcionando al cien, también es inteligente, guapo, todas mías y bien trabajador que es lo más importante.
—¿Y por qué lo regresó a México, Don Porfirio? Si se puede saber—. Le pregunto ahí casualito, como si no me importara mucho.
—Me puedes preguntar a mi, eh, que no muerdo —si muerde, las marcas en mi piel lo confirman—. Me regresé porque extrañaba mucho México y como Francisco quería darse una oportunidad en Texas, le intercambié el rancho.
—¿Y te vas a quedar mucho rato, muchacho?—Le pregunta Don Manuel.
—Depende de como se acomode Francisco en Texas, pero por mí me quedaría aquí, me gusta mucho el pueblo.
—¿Qué es lo que más te gusta de aquí?
—Las mujeres, —contesta, sin dirigir sus ojos hacia mí, pero siento como me mira de reojo—. Son preciosas aquí en Azules.
—¿A poco ya conociste a alguna que te moviera el tapete tan pronto?
—Si, Don Amadeo, hay una en especial que me sorprendió de muy buena manera.
—Pues tu muy bien, mijo, sin duda ninguna mujer se compara a las qué hay aquí en el pueblo—. Don Porfirio declara antes de colocarle una mano en la espalda a su hijo, luego se gira hacia mí y no se porque, pero este señor sabe más de lo que nos está haciendo creer—. ¿Y tú, Alannita, ya tienes novio?
—No, Don Porfirio, a los hombres les da miedo las mujeres poderosas, no ha existido hombre que tenga lo suficiente como para hacerme pensar en algo más que no sea el trabajo y la escaramuza.
—A lo mejor no has conocido al hombre correcto—. Aaron me atraviesa con su mirada y sin importarme quienes están presentes, se la sostengo.
—Y dudo que lo conozca pronto eh, no existe ni siquiera un candidato elegible—. Quito una pelusa inexistente de la chaqueta que traigo en el hombro.
—Y mejor así —interrumpe mi papá —, al pendejo que se le ocurra acercarte a ti, y te distraiga de las nacionales lo corro a balazos del pueblo.
—No te apures apá, eso no va a pasar.
🐎🐎🐎
Cuando llegamos al rancho Ferreira, checamos que los animales estén bien, que tengan agua, las gallinas ya están dormidas y los perros juegan con mi hermano y sobrina, mi mamá y hermana se van a la cocina disque a hacer café y es entonces cuando mi papá me llama y me pide que vaya a la oficina con él, no se me hace raro porque como yo estuve con el veterinario, seguro quiere saber cómo están los caballos, pero no me pregunta sobre ellos.
—¿Qué te pareció Aaron Montaner?
La pregunta me saca de onda, pero mantengo mi cara de póker, que en eso soy experta para disimular.
—¿Honestamente? Es tan amable que me cae mal, se nota que en el fondo es igual de presumido y chinga quedito que todos los Montaner, si quieren mi amá y tu que sea amable con él, va a estar difícil eh.
Veo a mi papá más confiado cuando me escucha hablar, como si le hubiera quitado un peso de encima.
—Ay Alanna, no le digas a tu hermana pero eres mi hija favorita, no mentía cuando andábamos allá, que eres mi orgullo y me decepcionaría mucho ver que te dejas llevar por algún muchacho que nada más te quiere perjudicar, así como le pasó a Daniela, pero que bueno que no estás tan mensa como ella.
—Claro que no apá, mi único objetivo es ganar las nacionales, y luego ayudarte con el rancho y que seamos los principales exportadores de tequila de todo México y nadie me va a quitar eso.
—Ya se, mija, confío en ti, pero por las dudas, prométeme que vas a mantenerte alejada del Aaron, no me gustó la manera en la que te veía en su rancho.
—Ay papá, imaginaciones tuyas, y aun así él puede hacerse todas las ilusiones que quiera, no te apures, que me mantendré lejos de él todo lo que pueda y por voluntad propia, hasta cuando tengamos que estar juntos por la charrería, yo soy capitana y él no.
—Ándele pues, mija. ¿Amos por un cafecito?
—Vamos—. Le sonrió cuando me abraza de los hombros y salimos juntos de la oficina, hasta la cocina.
🐎🐎🐎
Ahora que llegó el verano en el pueblo hay mucho que hacer, tenemos varios eventos, fiestas y kermeses que se preparan por meses para la feria de Tierras Azules, cada año para los últimos de Agosto celebramos a San Agustín con muchas bandas, charreadas, gallos y toda clase de eventos que podemos tener, pero los preparativos comienzan desde mucho antes.
El primero es en una semana más, la fiesta de San Antonio es siempre la inauguración a todos los eventos posteriores que ayudan a recaudar fondos pa la feria.
Por eso nos llamaron a todos los grupos del pueblo, los charros, la escaramuza, el folclore, la tabla rítmica y la banda de guerra estamos aquí. La mayoría de los jóvenes del pueblo participamos en al menos una actividad de las que habíamos, es una manera de llevar con orgullo las tradiciones de nuestro pueblo.
—Muchachos, gracias a todos por venir, ahorita les voy a decir cual va a ser el recorrido que vamos a dar, nomas que ocupo hablar con todos de los presupuestos, ¿bueno?— nos llama Fernando, el coordinador cultural del pueblo.
—Les mandé felicitaciones con sus capitanes por la competencia de hace una semana, pero se las repito una vez más, estuvieron muy bien, mis charros ocupo que le sigan echando ganas, ojalá se adapten rápido al Aaron.
El nombrado asiente ante las palabras de Fernando, volteo rápidamente la vista para que nadie se dé cuenta de que lo ví así fuera solo un minuto.
—Y mis muchachas bonitas, son el orgullo del pueblo, muchas felicidades de veras, el gobernador del Estado les manda decir felicidades que sigan así. Alanna, ¿noticias de las nacionales?
—Aún no, Fer. Pero seguimos en espera.
—Ta bueno pues, pendiente a eso mija, mientras tanto les aumentaron el presupuesto un diez por ciento, yo te hago llegar el cheque pa que vayas a cobrarlo y me mandas las facturas ¿Simón?
Todas agradecemos a la par, la verdad siempre nos hacen falta cosas, no es que sea un deporte barato así que el dinero siempre nos cae bien. La voz de Víctor, capitán de los charros, sobresale de las nuestras preguntando por el presupuesto de los charros.
—Hijole mijo —, empieza Fer—, este mes hubo recortes, pero para la próxima competencia, dijo el gober que si se ponen las pilas y traen uno de los primeros tres lugares, les asigna algo, es qué hay que dar para recibir.
—Pero a ellas les aumentaron el presupuesto.
—Yo nomas soy el mensajero, no tomo las decisiones, además ¿ya las viste? Se ven bien bonitas en el caballo y andan dejando en alto el nombre del pueblo y del Estado. Pero échenle ganas, seguro son muy buenos también.
—Pues ya que, ¿vamos a ensayar el desfile o que? Nosotros si tenemos trabajo que hacer, de algún lugar hay que sacar para los gastos.
—Si es que como nosotras no ponemos nada de nuestro bolsillo, nada más tenemos que vernos bonitas, ¿verdad Victor?—Sofia lo pica y yo le doy una mirada para que se calme, lo último que queremos es pelear con los charros que además son del mismo pueblo.
—Bueno, chavos. No queda nada mas que a darle, ¿pueden ir por sus caballos en lo que comenzamos? Quiero que los del folclore que digan que les falta para su viaje a Jalisco.
Nos ponemos de pie y vamos hasta donde dejamos todos los caballos, el mío está, vaya pinche coincidencia, al lado del de Aaron.
—Hace mucho que no estaba aquí para las fiestas, ¿sí se pone chido? — me pregunta pero lo ignoro— tú siempre has vivido aquí me imagino, en Texas está padre pero nada como mi rancho para sentirme en casa.
—Alanna, te está hablando— me susurra Rosita como si no lo escuchara yo misma.
—Ah, no se preocupen, a veces hablo con los caballos y ellos tampoco me contestan— intenta hacerse el gracioso y yo me subo al caballo de un salto para irme.
Terminamos el ensayo del recorrido en poco tiempo, y seguida de mis amigas empezamos a dirigirnos cada quien para su casa, me despido de Fernando, de mis amigos y comienzo a agarrar las calles que dan a mi rancho.
Las casas de todas son relativamente más cerca que la mía, el rancho Ferreira es el que queda más lejos de todos, al igual que el de los Montaner pues somos vecinos.
A penas y me alejo de la calle principal, escucho un galopeo cercano a mí, no es necesario voltear para saber de quién se trata.
Aaron Montaner está cabalgando a mi lado, quiero perderlo pero no es seguro ir rápido en el caballo en estas calles, salen niños por todos lados.
—Alanna, espera, podemos hacernos compañía en el camino.
—No, eh, no lo veo necesario.
—Ya es tarde —, insiste —, no es seguro que vayas sola por el camino.
—Puedo cuidarme solita, no tienes que ser mi niñera eh, a penas va a oscurecer.
—Bueno, entonces cuídame tu a mí, a mí si me da miedo ¿y si me pierdo por el camino? Todavía soy nuevo—. Sonríe creyendo que es chistoso.
—Si te pierdes me da igual, ya te encontrarás, no tiene pierde el camino, tendrías que ser muy pendejo para irte por otro.
Dale, Zeus, saliendo de las calles le damos a todo ¿oíste?
—Tienes razón, nadie se va a perder, pero si quería hablar contigo.
—No tenemos nada de que hablar.
—¿Y sobre lo qué pasó en el granero qué? Me dejaste un chupetón, hazte responsable de él.
Me tenso completita, lo que advierte a mi caballo que algo no anda bien, comienza a resoplar y ponerse inquieto.
—Eh eh, quieto quieto, estamos bien. —Lo calmo acariciando su cruz y obligándome a relajarme, los caballos son altamente intuitivos —. Pues en el granero no pasó nada, mejor vete mentalizando de eso. Y tú también me dejaste uno pero no te voy a estar reclamando por eso.
—No se que tan buena seas tu olvidando las cosas, pero yo soy muy malo sobre todo con lo que me gustó demasiado, y tú me gustaste. Y hasta donde recuerdo, yo te gusté a ti.
—Todos cometemos errores, y el mío fue acercarme a ti, sobre todo sin saber quién eras, pero tú si que sabías quien era yo ¿no cierto? Sabías justamente y te aprovechaste de eso, porque de haber sabido yo que eras un Montaner, jamás en la vida te hubiera volteado a ver, así que déjame en paz o le contaré a mi papá lo qué pasó y tú escuchaste, te saca del pueblo a balazos.
—Él dijo que sacaría a aquel que te distrajera ¿Yo te distraigo? —Me quedo callada a su pregunta, dos cuadras más y me desharé de él. — Y sé que no le dirás nada a tu papá, porque te tiene en un pedestal y no quieres que se entere de como eres en verdad.
Sus palabras me hacen arrugar la frente molesta.
—¿A que te refieres con como soy en verdad? No sabes nada de mí Aaron, neta que eres un pendejo.
Por suerte salimos de las calles y ordeno a Zeus que corra a toda velocidad, escucho como Aaron va tras de mí, pero es difícil seguirme el paso.
—¡Alanna, espera! No fue mi intención que sonara así.
Es lo último que escucho antes de hacer un salto de camino, alejándome completamente de él.
buenaaaaas qué tal como están como los trata la vida? 💕
Yo estoy cerrando semestre y me tiene loca tantos trabajos y exámenes lol, por eso no hubo capítulo la semana pasada pero ya la próxima salgo así que nos vamos a darle con todo va.
Nos vemos la próxima semana!
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