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Desperté, solo podía escuchar el incesante sonido de mis latidos siendo monitoreados por una maquina, estaba en el hospital, de nuevo, aquel hospital especializado en omegas. Tal parece que me desmaye ¿el por qué? Aún no tengo respuestas; mi cabeza duele y pulsa, siento mi cuerpo bastante caliente abajo... estoy en problemas.
— Lo arruinaste. —
Una voz femenina rezono en la habitación, al alzar la mirada pude notar a mi vieja conocida: Sangría. Ella estaba ahí luciendo espectacular como siempre, aunque sus palabras me pesen demasiado.
— Se que tienes problemas y que eres un omega defectuoso, pero en serio deberías de gestionar mejor tus calores, tienes suerte que la mayoría del staff sean betas, pudieron controlar la situación y traerte aquí, apenas te vi quise ahogarte ¿sabes cuanto me costo conseguir ese papel para ti? Lo has echado a perder. —
— Sangría, no seas tan dura, mira su pupila, sigue dilatada, no está en sus 5 sentidos aún. — Era un omega, cabello blanco de ojos azules, Ithaqua.
— ¿Lo... arruine? — Matthias aun estaba mareado y caliente, sentía un cosquilleo de deseo bajo su piel, y los olores de los omegas frente a él sólo le incomodaban.
— ¡MATTY! — Una chica pelirroja salió de detrás de ambos omegas. — Florian tenía razón ¡Eres tan lindo! —
— Ni te esfuerces, esta tan perdido en su calor que apenas puede pensar. — Sangría tomó a la chica pelirroja de la pela y la sentó donde estaba.
— ¿Florian...? — La pupila de Matthias se contrajo trayendolo de regreso a la realidad. Se sento en su lugar, sintiendo que respiraba de nuevo. — ¿Qué fue lo que paso? Cuánto tiempo dormí? —
— Y regresas, buen día, Matthias, acabas de arruinar tu carrera como actor. —
— No te vayas a los extremos, Sangría... Hola, Matthias ¿me recuerdas? —
— Tú... ¿Ithaqua? ¿Qué fue lo que pasó? — Matthias pasó su mano por su cabello, su piel aún estaba caliente y cosquilleante y el aroma en aquella habitación no era muy bueno, por lo menos el toque lechoso en el aroma de Ithaqua lo calmaba.
— Bien, ahora, Matthias... si lo arruinaste, Sangría trabajo muy duro para poder conseguirte un papel de aquella cinta, podía ser tu nuevo despertar en la industria del cine, pero tenías que ser tan irresponsable. —
— ¿Quién es el que habla de irresponsabilidad? — Sangría recibió una mirada molesta de Ithaqua en ese momento.
— Además de que tu cuerpo no está acostumbrado a los calores, desde hace tanto tiempo no habías tenido uno que este solo fue demasiado para ti y te desmayaste, tu olor eta tan fuerte que me hizo vomitar varias veces. Estuviste sedado todo este tiempo ya que no posees un alfa y mucho menos una marca para al menos calmar tu aroma y que no llene el hospital. —
— Florian vino a verte varias veces, pero no lo dejaban pasar ya que... pues alfas y omegas. — Lily jugueteaba con las mangas de su chaqueta desde su lugar. — Pero me dijo que te diera esto. — Lily se acerca a Matthias y en su regazo pone una camisa de Florian, marcada de su aroma. Ithaqua solo se aguanto sus ganas de vomitar al percibir el aroma de otro alfa que no era el suyo.
Matthias alzó la mirada, observando a Ithaqua por unos segundos, tratando de organizar sus ideas. — ¿Tú.... no estabas desaparecido? Mi alfa me había dicho que tu eras el omega de Sterling, por todo eso del incendio se había dicho que aprovecharte para escapar ya que fuiste el culpable. —
— Oh no, yo no escape, de hecho quedé debajo de algunos escombros, me lastime una pierna y no podía salir, el equipo de rescate me sacó de ahí y Sterling estaba para morirse, su rostro... jamás lo olvidaré, apenas me vio pude ver sus pupila vibrar, supe que estaba preocupado por mi. Fue satisfactorio por lo menos saber como hacerle un poco de daño. — Ithaqua hace una pausa para suspirar, se sentía realmente bien al recordar aquello. — Ya sabes, me había sacado de este hospital por la vez que se metieron a balear a los demás pacientes, no supe en ese momento el porqué estaba preocupado, pero ahora veo... que si le importo... la cosa es que después me volvió a traer aquí para que me atendieran. —
— El embarazo le sienta bien. — Mencionó Sangría recibiendo un golpe de Ithaqua como castigo. — Digo la verdad, no se que habrá cambiado en estos últimos meses, pero desde el incendio... eres alguien diferente, más... cariñoso, maternal. —
— Que raro que estén hablando de esto con una estudiante... — Lily se meneaba en la silla, parecía que se iba a caer en cualquier momento. La adolescente estaba texteando en su celular, parecía bastante concentrada y al mismo tiempo asustada.
— No es raro, la maternidad, cuando es deseada, es algo bellísimo, el solo poder crear vida con tu cuerpo lo considero un simple regalo divino. — Sangría actuaba como si hubiera sido madre, alguien que agradecía eternamente por llevar a vida en su vientre.
— Es raro escuchar eso a alguien que ya tuvo dos abortos y esta soltera. — Mencionó Ithaqua, estaba recargado sobre la cama ahora, observando como Matthias hundía su rostro en la prenda que Lily había traído.
— Dije: maternidad deseada, yo no he deseado el ser madre... es triste escuchar eso de alguien en tu situación. —
— ¿Te burlas de mi? —
En ese momento la puerta fue abierta de portazo, asustando a todos los presentes, no era nada más ni nada menos que Florian.
Su ropa estaba empapada, había esta lloviendo fuera, se le veía tan acabado, tan... asustado.
— Florian, hola, por fin has llegado. — Lily guardo su celular, ya había hecho lo que debía.
— Fuera de aquí... — La voz de Florian se escuchaba apagada, triste, pero a la vez desesperada.
Lily solo miro a Florian por unos momentos antes de pasar a su lado, dando un juguetón golpe en su hombro susurrando hacia el: "Tú omega es bellisimo" antes de irse de la habitación.
Sangría ayudo a Ithaqua a levantarse, apenas 4 meses pero Ithaqua ya sentía que no podía caminar, la juventud de hoy en día.
Ambos pasaron a lado de Florian, Ithaqua se cubrió la nariz con asco, el olor de Florian era... extraño, era como si estuviera mezclado con algún otro, pero a la vez tan inestable.
— Sujetame, Sangría, me voy a desmayar en cualquier momento. —
Ahora en la habitación solo había dos personas: un omega de mirada perdida y un alfa con una mirada cargada de arrepentimiento.
A paso lento Florian se acercó a la camilla donde Matthias estaba recostado, se desplomó sobre el, abrazando sus muslos mientras toda el agua que llevaba encima mojaba aquellas sábanas blancas.
Sus lágrimas se convinaban con su rostro mojado, sus sollozos eran acallados por los muslos del omega.
— ¿Florian? ¿Qué ocurre? Tu no eres del tipo que llora ¿me has extrañado tanto? — Matthias pasa sus manos por el cabello de Florian, su cabello mojado era agradable al tacto y su aroma se había hecho mucho más suave gracias al rocío en su cuerpo.
— Los siento... lo siento tanto... — Fueron las únicas palabras pronunciadas por Florian, cada vez que lo repetía sus sollozos se hacían más fuertes y miserables, podías sentir el arrepentimiento que tenia en su corazón cada vez que decia alguna palabra.
— ¿Alfa...? —
— Matthias... Matty... mi milagro... perdóname por todo, perdóname por todo lo que he hecho... mi corazón es completamente tuyo, no hay nadie más... porfavor... te necesito conmigo. — Los dedos de Florian se aferraron con fuerza a la cintura de Matthias temiendo de que si lo soltaba lo perdería, no podría soportalo.
— ¿Qué ocurrió? ¿Podrías contarme? —
— No, si lo hago, me odiarías, detestaria qie me odiaras... solo prome que te quedaras conmigo... —
Matthias miró a Florian con más atención, paso su mano por las mangas de Florian descubriendo sus brazos; rasguños.
Los brazos del alfa estaban llenos de rasguños, arañazos, marcas de moretones y al sentir sus uñas no era un misterio el saber quien los había hecho.
Se sentía sucio.
La piel de Florian era como si no fuera suya, se sentía asqueroso, aún podía sentir las manos de aquella persona sobre su piel, lo único que le quedaba ahora era aquel omega de olor tostado, aquel omega que le daba una razón para seguir viviendo después de haber tocado aquel infierno.
— Te amo... Matthias. —
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