《7》
-otro más?.
Dejó de leer unos documentos mirando a la rubia.
Los dos estaban en la oficina del emperador, Aine estaba sentada en uno de los sillones de su oficina comiendo dulces y leyendo algunos documentos.
Ella se encargaba de la administración de los países -ex reinos- Lua y Siodonna junto a otros países, además de que ayudaba a Claude con algunas cosas.
-sí, hace meses tuve otro sueño, el que te conté esa vez, y hoy tuve otro sueño extraño.
Le contó mientras bebía algo de té ante la mirada del rubio.
Habían pasado 8 meses desde que estaba en la ciudad imperial, en pocos meses se cumpliría 1 año.
-qué ocurrió esta vez? -terminó de firmar unos documentos esperando que ella le relate su sueño.
-fue algo confuso, primero estabas tú en el suelo -ante eso la miro, ella estaba mirando a su regazo pensativa -parecía dolerte la cabeza y había una joven de cabello marrón que te sostenía y luego...apareció un hombre cerca de ustedes, no pude ver su rostro pero tenía la vestimenta Real.
Claude se quedó en silencio ante eso, los sueños de Aine siempre eran confusos pero tenían un gran significado.
Desde que la conoció le pasaba eso, ella soñaba cosas confusas que le daban pistas de un posible futuro.
Algo que los ayudaría a cambiar las cosas.
Pero...él no conocía a ninguna mujer de cabello marrón o a un hombre que le permitiera portar la vestimenta Real.
Ante el recuerdo de unos ojos esmeralda frunció el ceño.
-no te estreses tanto por un sueño, los magos solo han dicho que pueden ser posibles predicciones pero no están seguros ya que no has heredado magia por parte de tus ancestros.
Era cierto, desde que Claude ascendió al trono ordenó que la torre investigará los sucesos extraños con sus sueños que después de un tiempo se llegaban a convertir en predicciones.
Los magos habían dicho que existía la posibilidad de que sea un don heredado de sus ancestros, pero lo dudaban ya que la realeza del ex reino Lua desde hace generaciones habían perdido sus habilidades mágicas.
En las generaciones actuales ya no existía alguien que portará magia en el ex reino Lua.
El caso quedó en la nada cuando Aine se fue de la ciudad imperial y ella dejó de decirle a Claude que tenía sueños extraños como cuando era niña.
Pero ahora que había vuelto al palacio, volvió a tener sueños extraños.
Los magos no habían encontrado una solución a eso luego de retomar el caso en esos meses.
-encontraron algo sobre los Fuiltha*?.
-lo único que pudieron descubrir es que eran seres con habilidades mágicas en la naturaleza, pero no hay registros de qué eran o quiénes eran los progenitores de esos seres.
Ante la explicación del emperador volvió a quedar pensativa.
Tal vez ella sea descendiente muy lejana de esos seres y por eso se sienta tan conectada con la naturaleza.
Claude se levantó de su asiento y fue a sentarse a su lado. Ella lo miro al sentir que tomó su mano.
-quiero que asistas al banquete de Jim.
Ella parpadeo curiosa y luego recordó que faltaban días para el cumpleaños de Claude.
Pero antes de eso venía el cumpleaños de Athanasia...el aniversario de la muerte de Diana.
Cerró sus ojos sonriendo con suavidad al saber que su mirada demostraría su tristeza.
-sé que no te importan los rumores así que asistiré, hace tiempo que no pasó junto a ti un cumpleaños.
El rubio sonrió y acarició su mejilla haciendo que lo mire.
Aine vio el brillo en esas gemas y se sorprendió al ver un brillo suave y especial.
Pero dejando eso de lado sonrió y se dejó besar por el emperador.
Por algún motivo el mana que Claude le daba desaparecía cada vez más rápido, ningún mago lograba descubrir ese hecho extraño así que el emperador se encargaba de darle todo el mana posible para que ella se mantuviera a salvo.
Pero Aine sabía que esos besos habían dejado de ser transmisores de mana y cada vez que avanzaba el tiempo los besos que el rubio le daba, eran por otro motivo.
Pero a ella no le preocupaba, tarde o temprano el momento llegaría.
Ella era la única concubina del emperador y en algún momento tendría que hacer realidad ese hecho.
Sus grandes ojos cerúleo miraron la luna llena de esa noche fría.
Su cumpleaños número 5 había llegado.
-"Aine me regalo un cuadro que ella hizo de mí y papá pero me lo entregó días antes de mi cumpleaños, pero era lógico...mi nacimiento es el día de la muerte de Diana".
Apoyó su mentón en sus brazos aún mirando el cielo.
Claude le había regalado mucho chocolate y devuelto a sus amadas hermanas pero no asistió a su festejo.
Igual que Aine.
Los dos rubios aún sufrían por la pérdida de Diana.
Ellos tres fueron muy unidos, era algo entendible, ella lo entendía.
-dentro de 2 semanas viene el cumpleaños de papá...cuándo es el cumpleaños de tía Aine -susurro confusa.
Tal vez deba preguntarle a Lily o Felix, ellos eran los que conocían a su tía desde hace años.
.
.
.
-no lo recuerda?!.
Inevitablemente grito ante la respuesta de Felix, que sonrió con una gotita.
-ella no recordaba su fecha de nacimiento y Lady Diana, sin saberlo, declaró que el cumpleaños de Lady Aine era la misma fecha que la de su majestad.
-entonces, la tía Aine y papá festejaban su cumpleaños juntos? -movió sus pies sentada en el sillón mirando curiosa a su escolta.
-mmmm supongo que mirar las estrellas se puede llamar festejo para Lady Aine -rasco su mejilla al recordar la negativa de Aine cuando Diana quería festejar su cumpleaños.
Por lo que había contado Diana, desde que se conocieron Aine jamás quiso festejar su cumpleaños. A ella le bastaba con mirar las estrellas con su hermana.
-...que romántico -susurro al pensar que Aine y Claude cumplían el mismo día.
Con esa pequeña historia hasta parecía que Diana era el cupido de esos dos rubios, que esa bailarina amable y hermosa se encargó de crear el hilo rojo de Aine y Claude.
-gloria y bendiciones a su majestad, el emperador -todos los nobles hicieron una reverencia ante la llegada del rubio.
El cual sostenía la mano de la rubia oji violeta.
Ella portaba la vestimenta común de la realeza del ex reino Lua, combinado con la vestimenta del ex reino Siodonna.
Cuando todos la miraron no tardaron en elevar sus sospechas.
La única concubina del emperador había regresado a la ciudad imperial y existía la posibilidad de que sea la futura emperatriz.
-su majestad, Lady Aine, gloria y bendiciones.
El duque Alfierce se acercó a los dos rubios al momento en que bajaron de las escaleras.
Aine simplemente sonrió amable y el rubio lo miro con neutralidad.
-Lady está tan hermosa como siempre.
Antes de que sus palabras siguieran Claude avanzó su caminar aún sosteniendo la mano de su concubina.
-gracias por el halago Duque -le sonrió la dama ante la mirada del duque.
El oji ámbar los vio iniciar el primer baile de esa noche y sus alarmas se activaron con ferocidad.
Desde que la vio al lado de la princesa sus alarmas se encendieron, el que la princesa haya sido nombrada princesa imperial lo alertó pero el saber que la concubina del emperador volvió a la ciudad, lo aterrorizó.
Toda la sociedad sabía el poder que tenía Aine tanto en la sociedad como en el emperador.
Ella era su concubina, consejera y parte de la familia Real al ser tía de la princesa imperial.
Sin importar su pasado ella era una pieza importante y clave de ese imperio.
Una pieza que tenía varias piezas a sus pies.
Todos sabían sobre la estrecha relación de esos dos y era cuestión de tiempo para que la concubina del emperador, aparezca con un nuevo heredero en brazos.
Tal vez debería adelantar sus planes.
Los demás nobles empezaron a bailar disfrutando del banquete.
Cuando vio solo al emperador no dudó en acercarse.
-su majestad.
Claude lo miro de reojo algo fastidiado.
Tenia que soportarlo en las audiencias y reuniones, acaso en su banquete no podía dejarlo en paz.
Su hija tenía razón, era un perro blanco.
Un perro que no sabía dejar de ladrar.
-he oído que su alteza no tiene amigos con quien jugar, como sabe tengo un hijo que es 3 años mayor que ella y una niña bajo mi tutela que tiene su misma edad.
-esa niña que es hija de tu pariente muerto -afirmo sin sutileza alguna, volvió a mirar los bailes de los nobles sin prestarle atención.
-sí, es una pequeña muy amable e inteligente, ella puede ser una gran amiga para su alteza.
-mi hija será quien decida sobre sus amistades, si no tienes nada importante que decir lárgate.
Roger sintió una gota de sudor correr por su mejilla.
-también, quería preguntarle a Lady Aine si podría enseñarle sobre hierbas a mi hijo y sobrina, ellos se han interesado mucho y admiran a Lady Aine por ser una dama tan inteligente a corta edad.
Claude alzó el borde de sus labios con molestia.
-por qué alguien de la realeza debería de enseñarle a unos niños mimados.
-solo deseo que mi hijo y mi sobrina puedan conocer a tan maravillosa persona su majestad, además he visto a Lady Aine y presiento que ella es muy buena con los niños, estoy seguro que cuando su majestad y Lady Aine tengan sus propios hijos, será una gran ma..
Se quedó en silencio al ver los ojos brillantes del emperador.
-parece preocupado duque, acaso es por la sucesión del trono?, Jim aún no muere y tú ya estás buscando un nuevo sucesor, que atrevido se ha vuelto.
-n-no quise ofenderlo su majestad.
-tal vez deba de darle varios herederos a este imperio para dejar en sus manos los territorios de aquellos que han estado metiendo su hocico en cosas que no le incumben.
Ante su sonrisa y sus palabras tragó saliva aún sonriendo amable.
-...si el emperador tiene otro hijo, el imperio será nuevamente bendecido su majestad.
Hizo una reverencia ante la mirada oscura del emperador.
El rubio le dio la espalda y salió del salón ante la mirada del duque.
-"maldición, si el emperador tiene un hijo de esa concubina es capaz de convertirlo en su sucesor o darle territorios del imperio".
Cuando un emperador tenía varios hijos o hijas, los cuales eran favorecidos por igual, si la familia imperial tenía una relación sólida.
El emperador los convertía en duques o archiduques, les daba territorios importantes y los mantenía cerca de la familia imperial para no perder sus lazos.
Aunque si había escases de territorios libres, el emperador o emperatriz le sacaba parte de sus territorios a algún noble y se lo daba a su hijo o hija.
El sacarle el territorio a algún noble mayormente era considerado un castigo o futuro castigo.
Sacarle parte de su territorio a un noble era signo de que su casa provocaba el descontento de la realeza y en algún momento serían borrados del mapa.
Cuando estuvo en los pasillos puso su mano en su rostro sintiendo una gota de sudor correr por su mejilla.
No importaba si un hijo provenía de una concubina, si ellos recibían el favoritismo del emperador eso sobrepasaba todas las murallas que se levanten ante ese niño o niña.
Pero...y si Aine se convertía en emperatriz?.
Una concubina que ascendió a consejera e integrante de la familia Real solo por ser la favorita del emperador. Tenía el poder suficiente para subir más alto.
Aine podía ascender al trono de emperatriz.
No!, no podía dejar que otra persona interfiera en sus planes.
El trono debía ser de ellos.
-luce preocupado duque.
La voz serena de una dama lo exaltó y se giró.
-l-Lady Aine -sonrió amable.
Ella al ver su nerviosismo cerró sus ojos sonriendo y al abrirlos lo miro con suavidad.
-no le da vergüenza pertenecer a uno de los ducados más importantes del imperio cuando solo es un perro avaricioso que no sabe detener su ladrido?.
Sus palabras lo dejaron en shock y la miro irritado viendo la sonrisa de la menor.
-...lady debería reservar sus pensamientos, nadie sabe lo que podría pasar si escuchan salir palabras tan venenosas de una dama tan pura como usted.
Los ojos de la menor brillaron de oscuridad y sonrió se manera ilegible mirándolo fijamente.
-duque, ha estudiado el idioma antiguo del ex reino Lua? -ante su pregunta la miro confuso -[tarde o temprano el traidor caerá junto a todo su séquito].
Roger quedó sorprendido ante lo dicho y ella le sonrió de manera brillante.
-espero que mi futuro hijo o hija sea tan amable y brillante como su pequeño hijo -ladeo la cabeza acariciando su vientre con suavidad.
El duque abrió la boca en shock viendo directo a su vientre.
-l-lady...
-o que sea tan encantadora como su sobrina.
El oxígeno se fue de sus pulmones ante sus palabras.
El silencio reinó entre ellos hasta que la menor cerró sus ojos sonriendo para luego darle la espalda.
-que tenga una hermosa noche duque.
La figura de la rubia se fue alejando más hasta que la oscuridad impidió que vea a la concubina.
Al quedar solo suspiro pesadamente con los nervios de punta.
Cómo demonios se enteró de Zenit?!.
Acaso esa concubina sabía que Zenit era de la realeza, quién le dijo sobre ella, qué sabía esa mujer.
Pero, eso no era lo más importante.
La concubina favorita y única del emperador estaba embarazada!.
Un nuevo heredero nacería, un nuevo enemigo para tener en sus manos el trono.
Tenía que buscar una manera para acabar con esa concubina sin ser asesinado por el emperador.
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Fuiltha: Fuil 'sangre' mheasctha 'mezclada' -en irlandés-.
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