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Cap. 12: Dónde todo comenzó.

Los siguientes días fueron agotadores para Matthew. Eran ya seis días que iba con el director Thorne quien le enseñaba a usar su Liber Mortis. El último día habían avanzado mucho, Matthew ya era capaz de usarlo sin pensar en hacerlo.

—Hoy te llevaré a un lugar especial señor Crowne — Decía con su característico cigarrillo — Iremos a dónde comenzó todo.

—¿Dónde todo comenzó?— decía curioso — ¿Se refiere al límite sombrío?.

—No señor Crowne. Es un lugar distinto, algo lejos del Límite Sombrío y del internado. Hasta podría decirse que de Apocrypha.

Caminaban sobre escalones creados por Thorne, iban de una isla a otra. Cruzaban una isla llena de unas estructuras triangulares muy parecidas a las pirámides Mayas. Un intenso bosque cubría la mayoría del lugar. Matthew sentía cientos de miradas sobre ellos y sonidos extraños invadían el lugar.

—Allí señor Crowne— señaló adelante— Allí inició la pesadilla. Allí inició el fin de una era lejana.

Entre la maleza sobresalía una puerta cubierta de musgo y hierbas. Era de color gris y carecía de perilla.

—¿Hacia donde lleva?— preguntó Matthew al ver que atrás no había nada, solo el vacío.

—No lo sé. Solamente el usuario de Liber Mortis puede acceder a ella. Tu padre jamás contó que había al otro lado pero después de ir cambió para siempre— Thorne encendió otro cigarrillo — Dime ¿Podrás entrar?.

Matthew se acercó a la puerta, puso su mano sobre ella. Lograba sentir un lejano sonido, parecido a un latido muy tenue, casi al borde de la muerte.

—Entraré— Dijo convencido— ¿Qué peligros habrá al otro lado?.

Thorne trago saliva, se veía nervioso. Su mirada estaba intranquila, algo ocultaba.

—Tu padre encerró allí a Ymir y Alexei—Dijo con un ligero tono de miedo— Será un viaje largo y trata de no llamar la atención de los dos.

—¿¡Entraré ahora!?— Dijo desconcertado — Estaré aquí mucho tiempo, me gustaría hablarlo con Allison para no preocuparla.

—Esta bien señor Crowne — Dijo después de pensarlo— Mañana entrará. Avísale a su amiga.

Los dos cruzaron la isla de nuevo, Matthew veía nuevos detalles que había pasado por alto, grandes estatuas parecidas a la que le mostró Eintracht en el lugar maldito. Llegaron al final y tomaron rumbo al internado. Al llegar a la oficina de Thorne los dos volvieron al mundo real.

Matthew regresó a su habitación, no sabía cuánto tiempo había pasado allí pero suponía que algunos días. Cuando llegó se encontró con Allison, ella hacia la tarea de los dos.

—Regrese, Allison— Dijo tranquilo — Te he dicho que no es necesario que hagas eso.

Allison se sobresaltó al oírlo, hacia tres días que Matthew no regresaba de la oficina.

—¡Matt!— dijo alegre— Estaba preocupada. Y si es necesario hacer la tarea ya que estamos en diciembre y pronto habrá exámenes y sabes que no tienes nada de tareas.

—Ah— dijo avergonzado — Perdón. Ven necesito contarte algunas cosas.

Allison calentó unos refrigerios mientras Matthew le contaba sobre la puerta gris y el viaje que haría al siguiente día. Allison lo veía preocupada.

—¿Así que mañana te volverás a ir?— Decía la pelirroja triste — Y serán muchos días.

—Lo siento Allison — Dijo con la boca llena— Sabes que debo ir.

—Iré contigo.

—No Allison no vendrás.

—No te pedía permiso, te estoy diciendo que iré contigo, quieras o no.

Matthew la miraba preocupado. Sus ojos verdes lo miraban con una seguridad que Matthew dudaba. Pero no quería poner en peligro a otro ser cercano a el. No quería perderla.

—He estado practicando lo que me contaste para entrar a la pesadilla — Dijo ella— Y sabes algo ya puedo entrar y salir por mi voluntad. Los he observado algunas veces. Aún no se que puede hacer mi Necro Tenebrae pero aún así iré. No te dejare sólo.

Matthew agradeció el gesto. Terminaron la tarea juntos y cenaron juntos. Ya se había hecho tarde, afuera como de costumbre la lluvia asediaba el internado.

—Tengo que irme Matt—Dijo Allison — Mi compañera de cuarto empieza a cuestionar sobre a dónde voy y en dónde duermo estos días.

—Perdón por hacerte pasar por todo esto— Matthew le tomó la mano—Gracias.

Allison salió ruborizada de la habitación. Matthew se tiró a la cama, estar en la pesadilla era tan agotador; en cuanto se dejó caer en su cama quedó dormido.

Al día siguiente Matthew y Allison se encontraron en la puerta de la oficina de Thorne.

—¿Estas lista, Allison?.

—Si Matthew.

Los dos entraron. Thorne se encontraba viendo por la ventana, veía la lluvia caer con su cigarro en una mano y una taza de café en la otra.

—Señorita Eintracht, que sorpresa tenerla aquí — Dijo algo confundido — ¿A qué se debe este honor?.

—Quiero acompañar a Matthew en este peligroso viaje— Dijo con convicción.

—Señor Crowne— Dijo con seriedad — Creo haber sido muy claro ayer. Solo el portador del Liber Mortis puede pasar la puerta, solo el portador y nadie más.

—Usaré el Rigor Mortis— Dijo tranquilo — Al usarlo y unirlo al Necro Tenebrae, Allison podrá pasar.

—¿Perdón?— Dijo desconcertado — ¿Rigor Mortis?.

—Estuve leyendo y en cierta página hace mención al Rigor Mortis. La unión de nuestra sangre y alma, así ella será considerada portadora del Liber Mortis y podrá pasar.

Thorne solo miraba asombrado. No sabía si dejar hacer eso sería buena idea pero dos es mejor que uno.

—No me haré responsable si algo pasa adentro, tu te harás responsable de su seguridad  de su vida— Dijo derrotado — Señorita Eintracht ¿Sabe usar su libro?.

—No señor, no se usarlo— Dijo algo avergonzada— Pero haré mi mayor esfuerzo para aprender allí dentro.

—Esta bien, síganme los dos.

Thorne chasqueo los dedos y desapareció. Matthew y Allison se miraron y tomados de la mano entraron a la pesadilla, allí Thorne ya los esperaba en el patio con los escalones listos. Salieron y lo siguieron a través de las islas flotantes y puertas hacia extrañas dimensiones. Llegaron a la isla y pasaron entre las pirámides y los ídolos gigantes, grandes cabezas de piedra y raros altares de piedra negra parecida a la obsidiana. Llegaron a la puerta y se detuvieron.

—Muy bien jóvenes, hasta aquí puedo llegar. Les deseo la mejor de las suertes.

—Le prometo que regresaremos con los dos libros restantes— Dijo Matthew con seguridad — ¿Lista Allison?.

Allison asintió. Matthew tomó la mano de Allison y con una pequeña navaja corto un poco su mano, después hizo lo mismo con la de el y la unió con la de ella; juntando así las dos sangres. Con la misma mano sangrante tomo la puerta, está se iluminó intensamente y se abrió, dentro solo se veía un mundo sombrío. Entraron y lo último que vieron fue al director Thorne viéndolos fijamente, estaban dentro de dónde todo había comenzado. La puerta se cerró en silencio.

Caminaron en silencio durante un tiempo, todo era un enorme desierto gris, el cielo estaba completamente oscuro y un fuerte viento les azotaba en la cara.

—¿Crees que este desierto tenga fin?— preguntó la pelirroja.

—Esperemos que si, de lo contrario estaremos jodidos.

Siguieron caminando, la arena les irritaba los ojos. A lo lejos solo veían interminables dunas y oscuridad. Al subir por una de esas enormes montañas de arena vieron una pequeña cabaña en ruinas.

—Estaría bien entrar allí y descansar un poco— Sugirió Allison.

—Es buena idea— Dijo Matthew — allí pensaremos un poco que haremos.

Bajaron hacia la cabaña. A medio camino Allison tomó de la camisa a Matthew y lo jaló provocando que cayera al suelo.

—¿¡Que demonios!?.

—Shhh, baja la voz y mira la cabaña.

Matthew la miró pero no noto nada extraño.

—¿Qué pasa con la cabaña?.

—Las luces están encendidas, sale humo de la chimenea y… no se algo más se siente allí dentro.

Se acercaron con mucho cuidado a la cabaña en ruinas. Con cada paso que daban el viento se intensificaba, era como si un remolino la envolviera. Llegaron a ella, Matthew hizo una seña que avisaba que miraría por la ventana. Miró con detenimiento y lo más cuidadoso posible, la cabaña estaba completamente vacía.

—No hay nadie adentro — Dijo Matthew en un susurro— ¿Entramos?.

—¿Entrar?— Dijo con miedo— No creo que sea buena idea.

—Vamos Allison, tal vez encontremos alguna pista sobre Ymir o Alexei.

Matthew se puso en pie y entró a la cabaña sin darle tiempo a la pelirroja de protestar. Dentro estaba cálido y era como entrar a una cabaña distinta, todo estaba en completo orden y limpio.

—Mira Matthew — Dijo Allison — Hay una cama y parece que alguien estuvo aquí hace poco.

—No creo que eso sea una preocupación —Dijo Matthew algo aterrorizado— Mira aquí — Apuntó hacia la mesa— Hay un brazo humano y la sangre aún se siente tibia.

—Creo que es mejor irnos— Allison dio media vuelta pero se detuvo dando un grito ahogado.

La puerta se había abierto, en el umbral una sombra estaba parada. Era completamente anormal, un hombre bestia de un poco más de dos metros sostenía la mitad de un cuerpo humano. La sangre fluía a borbotones y la criatura bufaba con cada respiración lo que provocaba que vapor saliera de su boca y nariz. Solo llevaba un pantalón de mezclilla, su cuerpo estaba cubierto de un espeso pelo negro y su cara era muy parecida a la de un ¿Perro?.

—No te muevas, Allison — Susurró Matthew.

Allison solo asintió con levedad. La criatura dejó caer el medio cuerpo, se encorvo hasta que sus manos tocaron el piso. Caminó hacia Allison, olfateando.

—No… te… muevas— Susurraba Matthew.

Ambos habían notado que la criatura llevaba una especie de bandana cubriendo sus ojos. Se paró frente a la pelirroja y la olfateo, se detuvo y se enderezó hasta su punto más alto, soltó un gruñido aterrador. En eso Matthew salto hacia el y le enterró un cuchillo en un brazo, este solo se enterró muy poco; al parecer si piel era muy dura.

—¡Corre!.

Los dos corrieron hacia la salida mientras la criatura chillaba de una manera horrorosa. Llegaron a la salida, al momento de querer abrir una silla impactó la puerta, seguido de más objetos.

—¡Por aquí Matthew!.

Corrieron hacia un corredor que no habían visto ¿Realmente había estado allí siempre?. Corrieron por el pasillo con la criatura pisandoles los talones.

—¡Usa tu Liber Mortis Matt!.

Era cierto, su Liber Mortis podría acabarlo con facilidad. Se detuvo y abrió su libro <<Se acabó>>. La criatura de detuvo, olía el ambiente. Algo raro ocurría. La criatura gruño con agresividad y saltó directo a Matthew, llevaba sus garras listas para desgarrarlo. Allison quiso correr para ayudarlo pero estaba paralizada de miedo, <<Soy patética>>

—¡Matthew!— Gritó desesperada.

El pasillo tembló de la nada, se comenzó a derrumbar. Las garras de la criatura se detuvieron a centímetros de Matthew. La criatura se hizo polvo de la nada. ¿Qué había pasado?. Los dos cayeron inconscientes.

Unas frías gotas de agua comenzaron a caer sobre el rostro de Matthew, abrió los ojos y ya no se encontraban en la cabaña en ruinas, ahora estaban en un campo de flores rojas. El lugar era de un color gris haciendo resaltar el color rojo. Busco a Allison con la mirada, ella estaba adelante.

—Allí Matt —Apuntaba hacia adelante— Allí se encuentra el Maledictus Cosmos.

—¿Cómo lo sabes?.

—El Necro Tenebrae me lo ha dicho.

Matthew caminó hacia adelante, subió una pendiente que se prolongaba un poco. Al llegar a la cima y mirar a dónde apuntó Allison se quedó sin aliento.

—¿¡Que carajos es eso!?.

Una inmensa pradera roja se extendía hasta el horizonte. Al final de ella un extraño ser flotaba en el viento, sosteniendo un libro en sus brazos.

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