CAPÍTULO 1
Foto: Ivan
- Buenos Aires en verano es igual a... Humedad.- Comenzó Molly.
-Mmm a mal humor...- Respondió Matt.
-Sudor, mal olor...En axilas, en los pies, el cuello pegajoso...-
-Eres un asco, mi sudor es de macho.-
-Machomenos si el desodorante te abandona un día tan caluroso como hoy.- Soltó Molly con una estruendosa carcajada.
Molly y Mattew Travis, eran tan divertidos como buenos para nada. Los dos últimos de cuatro hijos, los más consentidos, los más rebeldes y los más problemáticos, aunque por otro lado, eran un par muy adorable, queridos por todos, pero buenos para nada al fin. Molly con veintiún años, no trabajaba ni estudiaba a pesar de la insistencia de sus padres, Matt con diecinueve años, aún intentaba terminar la secundaria solo para darles el gusto, pero sin intenciones de seguir una carrera académica. Ninguno era bueno haciendo nada y al tener siempre todo lo que quisieran, no tenían la menor intención de trabajar.
Molly se preocupaba más por encontrar al amor de su vida, aunque últimamente en su búsqueda perdiera más tiempo de lo que le duraban los novios. Aun así, no se rendía y Matt por su parte, solo quería perfeccionarse con su banda y ser reconocido, tocaba la guitarra maravillosamente y cantaba muy bien, sin embargo para sus padres, era una pérdida de tiempo.
-Gali...- Gritó Molly a lo lejos llamando la atención de una rubia con rasgos delicados, un cuerpo delgado pero con unas curvas perfectas.
-Hace más de media hora que los estoy esperando, de verdad que ustedes se pasan...- Soltó la Rubia.
Galiana de dieciocho años, aunque era más chica de edad, siempre había sido más madura que los hermanos Travis. Los tres se habían criado juntos, ya que sus padres eran amigos de hace años, y mientras el tiempo pasaba la amistad dejó como resultado la unión de sus familias gracias a sus otros hermanos.
Vall y Giselle, las hermanas de Molly y Matt, estaban casadas con los hermanos gemelos de Galiana. Más allá de que prácticamente fuesen familia, el vínculo estaba establecido desde que nacieron, ya que todos eran como primos o hermanos. Algo que Matt siempre negó. Él siempre sintió el mismo afecto por la familia de Gali, pero por alguna razón, le costaba hablar de ella como si tuviese un parentesco familiar. Simplemente no le salía.
-Que tanto estaban haciendo que tardaron tanto?- Los regaño Galiana.
-Es que Matt temía que con el calor, el desodorante... tu sabes... lo abandonara.- Soltó Molly susurrando la última palabra.
-No seas boba, no era eso, es que a ella le salio un grano del tamaño de un cráter y ni con polvo de ladrillo podía taparse esa cosa que parecía tener vida propia.- Dijo Matt con tal seriedad, que Gali no podía descifrar si hablaba en serio o solo bromeaba.
-Ya basta los dos, podemos ir a Estudiar. Matt, debes rendir Matemáticas de una vez por todas, es la única que te queda para terminar la secundaria. Hoy en dia, sin titulo no puedes trabajar en ningun lado.-
-No necesito titulo para ser músico y tampoco pienso trabajar de otra cosa que no sea cantar.- Dijo Matt muy seguro de sí mismo y las dos chicas intercambiaron miradas rodando sus ojos.
-Pues a la velocidad que tu mugrosa banda se hace famosa, yo diría que en esta vida no tocaras más allá del garage de tu amigo.- Dijo Molly recibiendo una mirada reprobatoria por parte de Gali para que sus palabras no hirieran el orgullo de Matt- Que? No me mires asi porque es cierto.-
Llegaron a MELODY, la cafetería de la familia Travis, un lugar muy conocido en el centro de la ciudad. Aunque para Kevin, su padre, era un tesoro, para ellos era una simple cafeteria. Ninguno de los cuatro hijos quiso seguir llevando adelante el lugar, el único que se hizo cargo y mostraba el mismo entusiasmo que Kevin, fue Chris, el marido de Vall y hermano de Gali. Este llevaba a flote el lugar con uno de sus amigos de la universidad, Iván. Ellos dos se encargaban de MELODY con una simpleza y dedicación tal y como lo hiciera Kevin en su momento.
Los tres llegaron al mostrador a saludar a Iván, y luego se sentaron en una esquina para estudiar. Molly se sintió de más, mientras Gali ayudaba a estudiar a Matt, por lo que se levantó nuevamente para matar el tiempo charlando con Iván. A lo lejos, Molly disfrutaba de ver a su hermano con los nervios a flor de piel, para ella no era un secreto que estaba enamorado de aquella rubia, pero Matt disimulaba bastante bien, de a ratos ambos se perdían en sus miradas y reían como dos tontos.
-Quizá a Gali también le guste Matt, no crees?- Dijo Molly a Iván sin sacarles la mirada a su hermano y a su amiga.
-Puede ser, esas miradas son exactamente las que intercambias con alguien que te gusta, te pone nervioso y no sabes disimular.- Soltó Ivan haciendo que Molly girara para encontrarse con sus ojos celestes.- Y tu? No intercambias esas miradas con tu novio?-
-Ni me recuerdes a ese imbécil...-
-Acaso ya no están juntos?- Soltó una sonora carcajada.- Por dios Molly, te duró menos que el anterior. Pierdes a tus novios, como tu madre la paciencia...-
-Si si, que gracioso... Pues no fue tan gracioso cuando me enteré que Esteban es casado y va a ser papá. Es un... Aish, no se como no me di cuenta. Creí que me había salvado de tener que trabajar, pero ni modo. Mi madre ya no tolera que estemos de holgazanes, por lo que tengo dos opciones. O me busco un novio que me mantenga, o tendré que trabajar de algo, porque para estudiar soy malisima.-
-Momento... Estas diciendo que estabas con él por su dinero?- Preguntó Iván algo sorprendido.
-No... Bueno, puede ser. No es secreto que no me gusta trabajar, mucho menos estudiar y si este estúpido podía mantenerme, bienvenido sea. Da igual, ya encontrare algun chico que me quiera sinceramente.-
- De verdad que no tienes escrúpulos.- Soltó Ivan conteniendo una sonrisa burlona.- Pero con este ya van...-
- Cuatro fracasos en menos de un año...- Soltó Molly con melancolía al recordar a sus ex novios.- Damian, que me di cuenta que estaba conmigo para darle celos a Gali, porque en realidad era ella quien le gustaba y no yo. Simon, quien se mudó y simplemente desapareció de la faz de la tierra. Bruno, el mujeriego que se acostaba con medio Buenos Aires y Esteban, el casado...- Volvió a suspirar.
- Waw, que valiente, eso sí que es ser una fracasada con agallas.- Dijo Iván a modo de burla.
-Mientras llega el indicado, disfrutare de los equivocados.- Respondió la joven con seguridad guiñandole un ojo, provocando una sonrisa en Iván.
-Escucha Molly, hasta que hora se quedaran?-
- No lo se, hasta que a Matt le entre algo de lo que están estudiando en esa cabeza de cacahuate que tiene... O sea tardaremos al menos una década.- Rio con exageración.
-Puedo pedirte un enorme favor?- Preguntó Iván con un tono de súplica.- Es que una de las camareras está de licencia por maternidad y la unica que esta trabajando me acaba de avisar que llegará más tarde, tú podrías ayudarme a atender algunos clientes? Esto se esta llenando y no podré yo solo, Chris viene en un rato con Vall para ayudarnos.-
-No lo se, no soy buena en nada... Jamás atendí clientes en mi vida.-
-No creas que es tan dificil. Ves aquella pareja, llevale esto, sonríe, saluda educadamente y le dejas la carta. Luego cuando te llamen, le tomas el pedido y listo.- Soltó con sencillez.
-Ok, te ayudo un rato, pero luego si rompo algo no quiero reclamos.-
Molly, quien jamás había servido a nadie, se dispuso a hacer lo mejor posible. Llegó a la mesa, saludó alegremente y dejo la carta. Cuando volvió al mostrador, Ivan meneaba la cabeza sin poder creerlo.
-Lo ves, no es tan dificil, ven acá.- Le hizo una seña para que Molly llegará hasta donde se encontraba detrás del mostrador.
Con agilidad la puso de espaldas a el y acomodo un delantal rojo con unas notas musicales en negro que se ajustaba a la cintura y era largo hasta la rodilla. Aunque era algo sencillo de hacer, le tomó una eternidad acomodar las cintas alrededor de su cintura, ya que había quedado hipnotizado con la blancura de su piel. Su cuello adornado por una simple cadenilla pedía a gritos ser besado, se percató de unas cuantas pecas en la parte superior de sus orejas y en la espalda que dejaba expuesta aquel bello escote. Deseó por primera vez, la necesidad de pasear su mano por su cuerpo, recorriendo su columna hasta llegar a su fin, allí donde debía anudar el delantal.
Cerró los ojos un momento para espabilar el deseo que había nacido en su entrepierna al verle el trasero, en ese mismo momento anudó a ciegas el delantal y no se abstuvo de rozar sus dedos en una pequeña porción de su cadera, donde la simple remera no llegaba a cubrir del todo su piel.
-Listo, ve y si necesitas ayuda aquí estaré.- Soltó Ivan tratando de mostrarse frío.
Lo cierto era que aquel rose había generado una extraña sensación en Molly. Se giró algo sorprendida por aquel simple contacto que la desconcertó por completo. Se detuvo unos segundos mirando con intriga sus ojos celestes llenos de una curiosa chispa de diversión, mientras su corazón latía desbocado.
-Qué pasa... Porqué me miras así?- Preguntó Iván dubitativo y ella solo negó con la cabeza, retirándose al salon.
Aquella sensación no era algo que le ocurriera siempre, sin ir más allá, los novios que Molly había tenido, jamás le habían hecho sentir tal emoción. Esa sensación electrizante que no solo viene cargada de deseo por besar sus labios, sino de querer acariciar su rostro, pasear sus manos por su espalda, sentir el calor de su piel.
<Pero porqué Ivan? Un chico tan insignificante, un amigo del cual jamás había sentido nada más que afecto y cariño, con el que podía compartir largas horas de charla.> Pensó Molly y se dijo que sería la estupidez más grande sentirse de ese modo justo con él.
Más clientes iban llegando a MELODY, Matt y Gali seguían estudiando, mientras que Molly iba y venía tomando pedidos y sirviendo las mesas. No pasó mucho tiempo para que tomara confianza y llevará el ritmo de aquel trabajo. Iván se concentró en algunos pedidos, pero una voz gruesa lo sacó del presente.
-Buenos días Iván.- Saludo Kevin, el dueño de MELODY y padre de Molly y Matt.- Esa que está ahí es Molly?- Preguntó casi sin poder creerlo.
-Así es señor.- Contestó automáticamente Iván.
-Y Matt? Porque donde está Molly de seguro está el.- Soltó Kevin con el ceño fruncido mirando el salón.
-Tiene razón...- Sonrió Iván.- Está allí con Galiana estudiando.- Señaló hacia ellos en la esquina donde se encontraban concentrados entre libros.
-Iván, este tipo de cosas me las tienes que decir despacio, podría morir aquí mismo.- Soltó bromeando y palmeando la espalda del muchacho- Creo que no me vieron, asi que no les digas que llegue, estaré en mi oficina, y por favor llama a un doctor, creo que me dara un infarto ver a estos dos haciendo algo productivo.-
-No se si podrá llegar el doctor Señor Kevin. Hay una enorme nube negra amenazando con una terrible catástrofe natural.- Soltó serio, pero al instante comenzaron a reír por la ironía de aquel comentario.
-Tienes razón. Estos dos chicos harán que se caiga el cielo a pedazos con lo que están haciendo.-
Su relación con Iván era muy buena, Kevin adoraba a ese muchacho, porque de la nada había aparecido a trabajar en MELODY, y desde ese momento se ganó la total confianza y un merecido respeto. Iván era administrador junto con Chris. Y aunque la presencia de Kevin en la cafetería no era necesaria, de igual manera iba de vez en cuando, ya que después de tantos años se le había hecho muy difícil despegarse de ese lugar.
- Iván, Juro que estarás en mi testamento, si logras que Molly se dedique a hacer algo de su vida. Estas logrando en un dia lo que nosotros no hemos podido lograr en años...- Sonrió Kevin con un gesto de agradecimiento.
< Y ella ha logrado en un minuto, lo que nadie ha logrado en mucho tiempo. Robarme el corazón con todos mis malditos sentidos...>
***********************************
Que tal mis queridos lectores. Gracias x continuar esta historia, espero que les guste y me sigan apoyando. Esta es la última de la Serie MELODY, la cual contará con muy poquitos capítulos. Así que a disfrutar!!! Los re kierooo \(^D^)/
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro