『SEIS』
No pude levantarme de la cama luego de que Bon robase mi virginidad. Literalmente.
Dormí durante un buen rato (diría yo un par de horas), y cuando desperté...
Había levantado fiebre.
Me dolía todo; las caderas, las piernas, la cabeza. Tiritaba de frío, y sentía que iba a largar todo en cualquier momento. No quería decirle nada a Bon, no quería que se preocupase. Se me notaba que estaba hecho mierda, pero de todos modos, como siempre, él andaba con la cabeza en cualquier lado.
Yo intentaba sonreír para esconder mi malestar; mientras más la víctima me hiciera, más habría posibilidad que preguntase. Y eso era lo último que yo quería.
De todas maneras, no aguantaba más. Necesitaba descansar, y si me dormía en su casa, su padre me iba a encontrar allí, y lo nuestro terminaría.
-Bon, creo... Que volveré antes a casa. ¿Sí?
Lo peor que pude haber pedido.
-¿A dónde irás?- me preguntó intentando ocultar sus evidentes celos. -¿Te encuentras con alguien?
-No, pero tengo mucho sueño. Necesito descansar.
-No quieres estar conmigo.
-¡No es eso! Sólo...
-Está bien, vale- interrumpió enojado. -Vuélvete a casa.
-Bon, no te enojes...
-No me enojé. Vete.
Anda, que se le notaba a la legua. Aun más que mi fiebre.
-¿No me acompañarías?- le pregunté con ternura intentando acercarme a él, pero en cuanto estiré mi mano a su cara, me la sacó de un golpe.
-Que te acompañe el viento- refunfuñó frunciendo el cejo sin mirarme.
-Bon...
-No quiero hablarte.
Tras ese comentario estúpido, fue a sentarse en su cama dándome la espalda, y como si yo no estuviera ahí, se puso a leer su revista con una cara de enojo tremenda.
Nunca creí que fuese tan... Posesivo. Me pregunté entonces qué pasaría en la noche cuando yo no estaba.
-Bon, escucha, yo... Quedé muy agotado, nada más. Necesito... Descansar.
-De mí, quieres descansar.
-No digas esas cosas- reí, sentándome cerca de él. Yo noté que me vio, porque bajó la mirada. -Yo no querría descansar de ti, te amo.
-Es mentira...- dijo con un nudo en la garganta, mientras sus ojos se vidriaban.
-No, es verdad- le dije con una sonrisa abrazándolo por detrás. -Te amo, Bon...
Disimuladamente se acomodó en mis brazos, y antes de darme cuenta, se había puesto a llorar.
-No llores- lo consolé angustiado. Sus lágrimas me destrozaban.
-Es que... Es que... No... Yo no quiero perderte, Foxy...
-Y no lo harás.
Lo abracé más fuerte, y lo acaricié para calmarlo. Odiaba sentirlo llorar. Realmente, no entendía porqué lloraba de la nada, pero quería calmarlo.
-No sabes lo que te extraño cuando no estás... Me haces mucha falta...
-Tú también me haces falta.
-No te vayas antes, por favor- suplicó volteando a abrazarme también. -Quédate conmigo...
-Está bien...
-¿De verdad?- preguntó con un brillo especial en los ojos.
-Todo por ti, Bon.
-Te adoro- dijo sonriendo, como si no pudiese creer lo que yo acababa de decir.
Nos volvimos a fundir en el abrazo, y al poco rato, ya estaba completamente calmado. Como si nada hubiera pasado.
Y nunca notó que yo estaba enfermo.
***
Al día siguiente, desperté igual. Estaba muy agotado y adolorido. Pensé por un momento de quedarme el día en casa, pero Bon se enojaría. Seguro pensaría que era una excusa.
De todos modos, me retrasé un poco; quise llamar a alguien más. No sé, hacía bastante que no veía a mis amigos, ya los extrañaba. Y se me ocurrió llamar a Freddy.
Sin dar muchas vueltas o pretextos, al rato estaba en mi casa, y yo ya estaba intentando desayunar. Digo "intentando" porque la comida me daba náuseas.
-Y, ¿Cómo va todo con Bon?- me pregunta sentándose frente a mí en la mesa.
-Perfecto- le dije encogiéndome de hombros. -Igual que siempre.
Pude notar que me miraba con atención. Mucha atención. Si hay algo que siempre caracterizó a la mirada de Freddy es que cuando te mira a los ojos, parece que te lee. Siempre supo ver más allá.
-¿Qué pasa?- le pregunto extrañado.
-Nada, que... Te ves raro- afirmó, dándome un nudo en el estómago.
-¿Raro?- río para disimular. -Son ideas tuyas.
-Supongo- respondió. Tampoco era de discutir, y eso logró evitarme más preguntas al respecto.
No sin antes disculparme, me levanté entonces de la mesa, sabiendo que no iba a poder comer, y me acosté bostezando en el sillón, que estaba a algunos pasos. Freddy me seguía con la mirada, y de alguna forma se notaba que no encontraba forma de iniciar una conversación.
-Estoy hecho papilla- le comento entonces riendo, posando una mano en mi cabeza. -Creo que me agarré algo.
-Ya decía yo- dice meneando la cabeza con desaprobación, para entonces levantarse de su asiento con timidez, y acercarse a mí. Posó su mano en mi frente con delicadeza, y afirmó: -Estás afiebrado.
-Bah, ya pasa...- le consuelo con una sonrisa. -Ahora en un rato iré a verlo.
-¿A Bon?- preguntó preocupado, a lo que asentí con la cabeza. -¿Por qué mejor no te quedas aquí?- me dice haciendo una mueca. -Tienes que recuperarte.
-No, se va a enojar si llego a quedarme aquí... Creerá que estoy con alguien o algo así.
Intentaba hacerlo sonar con el mayor humor posible, pero la verdad no tenía gracia alguna. Yo, en ese momento, lo veía con humor. No me tomaba muy en serio los enojos de Bon. Se veía hasta tierno.
-Bueno, me quedo hasta que te vayas- me dijo Freddy algo decepcionado, sentándose en el borde de la cama.
-Y lo aprecio mucho- respondí con una sonrisa. -Necesito algo de...
-¿De?
-...
Iba a decir "cariño". Pero, Bon me daba cariño, no era algo que me faltara, ¿O sí?
Él me adoraba. No dejaba de decirlo. Me abrazaba si estaba mal, me hacía sentir querido...
-Nada, olvídalo.
-Vale...- suspiró algo... Preocupado, pude sentirlo. -Iré a buscarte un trapo.
***
-¡Falta poco para mi cumpleaños!- me dijo Bon con júbilo en cuanto crucé la puerta de su casa. -¿No estás emocionado?
-¡Claro!- le dije intentando sonar emocionado, pero la verdad no tenía idea de qué día era. Mi rutina era tan marcada que el tiempo pasaba y yo ni cuenta me daba.
-Vamos a festejar juntos, ¿No?- preguntó abrazándome el brazo mientras caminábamos escaleras arriba a su cuarto.
-Obviamente, eso ni se pregunta.
-Espero que no esté papá ese día, tengo muchas ideas de cosas que podremos hacer.
-¿Saldremos a alguna parte?- le pregunté, mientras me daba paso a su cuarto antes de él. En cuanto entré, cerró la puerta tras nosotros, y le dio dos vueltas de llave.
-No lo creo- rió guardando la llave en el bolsillo. -Es más divertido estar adentro.
-Eh... ¿Por qué la llave?- le pregunté con un dejo de sospecha. La alegría en su rostro era bastante notoria. Sobre todo cuando volteó a verme.
-Porque... Sí- respondió encogiéndose de hombros con una risita.
-A veces tu alegría me aterra- bromee entre risas, sentándome entonces en la cama. Estaba con bastante sueño todavía, y me gané su mirada de rabia cuando bostecé.
-¿Tienes sueño?
-No, estoy perfecto- respondí bostezando.
-Mentiroso.
-No soy un mentiroso- espeté refregándome los ojos. -No quiero que te preocupes, nada más...
-Hmmm...
-Deja de ser tan paranoico- le pedí alzando las cejas con tono conciliador. -Yo no te miento.
-...
-Mírame a los ojos. Yo no te miento, Bon- repetí con firmeza mirándolo directamente a los ojos, para que notara que yo no titubeaba.
-¿Ah, sí? Entonces, podrás decirme porqué tardaste tanto hoy.
-Estaba con Freddy, te lo dije por teléfono.
-¿Por qué con él?
-¡Es un amigo!
-¡Entonces no quiero que tengas amigos!- me gritó poniéndose rojo de cólera. -¡Nunca me consta lo que haces cuando no estás, siempre dices que son "amigos"!- me dice haciendo grandes comillas con los dedos.
-Hey, no tienes motivos para ser tan celoso...-le dije con algo de fastidio levantándome pesadamente de la cama. -Yo te doy todo mi tiempo, vuelvo a casa sólo a dormir.
-Y a estar con él- me echó en cara cruzándose de brazos, y entonces me fui acercando a él con cautela para no enojarlo más. Resopló un poco para calmarse, y quedó jadeando suavemente. -Tú eres mío.
-Soy todo tuyo- afirmé en cuanto estuve lo suficientemente cerca.
-No quiero que tengas amigos- repitió tomándome de la camisa. -Yo no tengo amigas, tú tampoco, ¿Me oyes?
-Sí, claro- respondí asintiendo con la cabeza y con una sonrisa débil, para entonces besarlo con ternura.
Correspondió un poco, y se separó entonces para mirarme suspirando con aire enamorado.
-Te adoro.
-Yo también...- le respondí en un susurro en el oído mientras lo rodeaba con mis brazos por la cintura.
Sin mucho revuelo, llevó sus manos a mi cuello, y nuestros cuerpos quedaron unidos en ese delicado pero satisfactorio abrazo.
Nos abrazamos por un rato, algo que me hacía bastante falta en mi estado febril, diría yo. Como yo lo tenía por la cintura, comencé a acariciarle por esa zona, e instintivamente, nos quedamos moviéndonos ligeramente de lado a lado, como si estuviésemos bailando lentamente.
Yo posaba mi rostro al lado del suyo, casi a la altura de su cuello, y podía sentir su aroma directamente. Sin contacto físico exagerado, podía detenerme en los detalles, y pude sentir ese aroma débil pero tan característico que tenía. Sin darme cuenta, le di un pequeño beso en la mejilla, y eso lo hizo reír. Había olvidado que los contornos de su cara le daba cosquillas.
Por poco, había olvidado porqué me enamoré de él. Esa ternura que tenía, era tan dulce cuando se lo proponía... Lo amaba demasiado como para no perdonarle sus escenas de celos.
-Te amo- susurré en su oído, antes de darle otro beso.
-Te adoro- respondió con una sonrisa, rodeando mi cuello con sus brazos, dejándonos cara a cara.
Algo en mí no cuadraba ya que nunca me respondía los "te amo", más que la única vez que me lo dijo. Pero no lo tomaba como que no me amaba.
Tal vez, sólo lo demostraba de forma diferente...
Se puso en puntas de pie para llegar a mis labios, depositando un suave beso con una pequeña sonrisa pícara dibujada en la cara. Cerró los ojos, y yo correspondí inclinándome hacia adelante, cerrando los ojos también.
No había notado lo cerca que estábamos de la puerta... Hasta que me volteó chocándome contra ella. El mareo que me provocó fue impagable, tuve que sujetarme la cabeza y concentrarme un poco para no desvanecerme. Recordé cuánto me fallaban las piernas, y casi caigo de bruces al suelo. Pero no. Debía mantenerme en pie.
Bon puso una mano a cada lado de mí, como acorralándome, y me miró a los ojos, con cara de análisis. No tan lectora como la mirada de Freddy, pero todas las cosas que ocultaba se le notaban al mirarme. Intentaba evitarlas, yo ignorarlas, pero ambos las conocíamos.
No convenía desatar esos secretos.
-¿Te pasa algo?- me preguntó alzando una ceja.
Yo negué con la cabeza.
-Estoy bien- le dije apoyándome en la puerta para no caer. -No me pasa nada.
-¿Otra vez mientes?- preguntó haciendo una mueca. Volví a negar.
-No.
Era un idiota.
Podría haberle dicho "estoy mal, necesito descansar."
Pero lo negaba. Odiaba hacerme la víctima.
Pensaba que si me convencía que era verdad, no sería mentira.
Y una enfermedad le haría perder el tiempo.
Porque... Yo... No estaba tan mal.
-Sólo... Necesito...
Me tomé la cabeza. Un mareo.
Bon sólo me miraba.
-¿Agua?- preguntó. Pero yo sentía su indiferencia.
-Por favor.
-Bueno, deja que bajo a la cocina, y vuelvo- me dijo como si más da, encogiéndose de hombros. Me movió un poco al costado para abrir la puerta. -De haberlo pedido antes- dijo entre risas.
Me alejé de él un poco, y pude notar cómo me miraba mientras abría la puerta, y luego la cerraba.
El sonido de la llave.
Me había dejado dentro.
Por alguna razón, me sentí angustiado. Me estaba encerrando. Pero lo compensé pensando en que lo había cerrado con ambos dentro. Seguro era por seguridad. Si papá llegaba, no subiría si estaba cerrado. Yo pensé que su razonamiento sería ese, no me pareció disparatado.
Y es que... Yo no sospechaba que no sería la última vez que me encerraría.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro