Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Dulce Fantasía

Estaba con los ojos vendados. No veía nada. La habitación estaba oscura, y por tanto, no podía ver a través de la venda, que, además, era color negro.

Mis manos estaban atadas sobre mi cabeza, y me dejaba ciertamente inmovilizado. De todos modos no tenía ningún intención de moverme.

Hacía calor... Mucho calor.

Estaba algo sudado; imaginarme lo que vendría luego me ponía ciertamente... Caluroso.

Sentía su respiración en mi cara, pero no hablaba. No decía nada. Yo le había pedido que se guardara a silencio...

Realmente, la situación estaba con mi consentimiento. Confieso que no es lo que más me gustaría, pero...

Esas manos...

No, espera, son... Más pequeñas de lo que imaginaba... No importa, están frías. Se sienten bien...

Dulcemente, esas manos me recorren; mi cuerpo ya está al descubierto, pero aún no me tocaba... Era la primera vez que lo hacía, y aun así, había accedido a toda aquella atadura.

Seguidos escalofríos me recorrieron, en lo que sus manos subían y bajaban por mi cuerpo, trazándome con sus yemas, sus delicadas yemas...

Aunque no podía verle, sabía que me miraba. Es esa extraña sensación de que tienen los ojos clavados en ti. Es obvio que mientras me toca va a mirarme, pero... Lo hacía intensamente, podía sentirlo.

Me dejé llevar y pude ver esos ojos ámbar, esa mirada que tanto me moviliza, que me traspasa el alma con sólo posarse en mí, que me destruye en un instante con clavarse en mis ojos. Ahora, la figuraba mirándome a mí, todo de mí, mi cuerpo desnudo... Todo Bon entregado completamente...

No tardó mucho en posar sus labios en mi piel, primero en mi torso, y delicadamente comenzó a besarlo, poco a poco, haciéndome sentir más extraño que antes.

Esa boca, que tanto yo observo, que tanto anhelo, que tan hermosa voz desprende, que tan deseable lengua resguarda...

Ahora, imaginando su lengua, ya me sentía hecho una bola de nervios, y aunque no me estaba haciendo nada grave aún, ya empezaba a tiritar.

Pude oír que reía en un suspiro. ¿Qué es tan gracioso...? No se lo pregunté para que no me respondiera.

Sus labios y sus dedos marcaron todo mi torso, y subieron a mi cara, donde otra vez sentí su respiración ardiente y un suspiro que me rozó los labios. Yo no me moví ni un centímetro, pero abrí ligeramente la boca para dejarle paso...

Entonces, lamió mis labios, haciéndome estremecer, y empezó a juguetear con sus labios sobre los míos, dando lugar a un divertido pero excitante beso, mientras hundía sus dedos en mi cabello. Yo sólo deseaba que no me quitase la venda... La fantasía que se generaba en mi cabeza se desmoronaría...

Mientras me besaba, aquellos dedos bajaron hasta mi entrepierna, donde tocó suavemente, y al ver que yo suspiraba de placer, empezó a hacerlo con más intensidad. Lo sentía a él gemir muy suavemente, al parecer el hecho de tocarme lo excitaba bastante. Empezó a masturbarme con rapidez, y bajó hasta mis pezones para lamer uno de ellos.

Entonces, al verlo a él tras esa venda, en mi cabeza... El corazón casi se me detiene. Empecé a gemir con más intensidad, retorciéndome ligeramente ante el tacto del otro. Esas manos y esa boca... Las amaba tanto...

Yo apreté los dientes; realmente no quería que supiese lo que en mi cabeza pasaba en ese momento. Pero lo que hacía y yo imaginaba me prendía demasiado.

Quise pronunciar su nombre, pero no pude.

Nos guardábamos a silencio.

Esos ojos ámbar volvían a clavarse en mí, pero en una parte diferente... Más baja...

Lentamente bajó hasta allí, y con los labios casi cerrados, dio dulces besos a mi miembro erecto.

Yo veía desde mi lugar su cabellera roja, no podía ver su cara... Porque ahora estaba hundida en mi entrepierna. Lo metió en su boca lentamente, pero al poco rato ya subía y bajaba, provocándome una serie de sensaciones totalmente nueva. Nunca creí que se sentiría tan bien...

Mis gemidos iban aumentando, ya no lo aguantaba. Necesitaba gritarlo, suplicarle que fuese más allá...

-T-te amo...- fue lo único que yo pude decir. Creo que le dio el mensaje que yo quería transmitirle.

Me abrió ligeramente las piernas, y comenzó a trabajar en mi entrada con sus dedos. Yo me retorcí de nuevo; no sabía como reaccionar a eso. Sabía que se hacía mucho, pero nunca lo había intentado... Yo estaba estrecho de los nervios, no lo niego.

-Ah~ t-te... ¡Te amo!- dije más fuerte, mi pecho estaba que iba a explotar. Su cuerpo, por más ínfima parte que fuese, ya empezaba a estar dentro de mí. Quería más. Lo necesitaba.

A él, lo necesitaba. Con su voz rara, con ese cabello rojo que yo creía ver por la venda...

Por esa sonrisa que yo sabía que me estaba dedicando.

No contestó de nuevo, pero siguió actuando acorde a mi actitud. Se puso entre mis piernas, acomodando estas por sobre sus hombros, y sin apuro se hizo lugar allí. Aún no me penetraba... Pero no faltaba demasiado.

Yo ya me estaba encogiendo de sólo imaginarlo. No quería arruinar el momento, pero, a la vez, evitaba a toda costa físicamente que fuese perfecto. No me entendía. Yo deseaba esto, ¿No?

Creo que eché marcha atrás cuando sentí que se inclinaba hacia adelante y se hacía un hueco... Ya estaba listo... Pero yo no.

Quise evitarlo, pero... De nuevo lo imaginé. Lo vi a él, mirándome a los ojos, diciéndome que todo estaría bien. Quizás habíamos prometido no hablarnos, pero yo sabía que eso me diría si pudiese.

Entonces, pasó. Muy cuidadosamente, ingresó su miembro en mí. Pero no importaba que tan lento lo hiciera, dolió, y yo di un quejido.

"No te preocupes", oí su voz en mi mente. "Verás como no duele al rato..."

Y sonreí. Ya estaba calmado, aunque tenso, y me sentía algo más preparado... Vete tú a saber por qué.

Como vio que yo me relajaba, comenzó a hacerlo más rápido; yo ya estaba lo suficientemente dilatado para que entrara y saliese sin problemas, incluso si dolía tremendamente. Esa mezcla entre dolor y placer me volvía loco.

Y gemí como creí que nunca lo haría.

Yo temía decirlo. Temía pronunciar su nombre.

Y por eso no pude entregarme por completo. Pero yo le daba toda mi voz en forma de quejidos, suspiros, y pequeños gritos de placer que mi boca desprendía una y otra vez.

-A-ah~ s-sí, ¡Más...!

Mi mente era un espectáculo tremendo a todo esto. Su rubor, ese rubor tan extrañamente rojizo que se le prende a la cara, sus bellos hombros (sí, hasta sus hombros me imaginaba), sus labios torciéndose ahogando sus gemidos, o incluso mordiéndolos...

Esos ojos ámbar, tornándose oscuros por el éxtasis... Su carmín cabello pegándose a su frente del calor... Dios, yo ya sentía que tocaba el cielo.

Lo amaba. Lo amaba con locura.

Grité por última vez antes de deshacerme de placer en el clímax... Quería que esa noche durara para siempre, pero yo mejor que nadie sabía que eso no sería sano para ninguno de los tres.

Porque en cuanto terminó sobre mi abdomen, se inclinó jadeante hasta mi oído en lo que yo también me recuperaba, y mientras me quitaba la venda, susurró con esa voz que tanto se le parecía:

-Yo también lo amo, maestro...

Y mi vista se hizo clara; ahora que ya todo había terminado, había retirado la venda que cubría mis ojos.

Aún en la oscuridad de la habitación, pude ver su melena violeta... Sus ojos carmesí se fueron hasta los míos, y sonrió inocentemente.

No sabía él qué tan inocentemente lo hacía...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro