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4.

JungKook tuvo que morder la almohada cuando TaeHyung terminó de anudar en su interior para así no llamar la atención de los cachorros, escuchando el jadeo de su marido mientras se salía de su interior, sus piernas temblando gracias al orgasmo que experimentó segundos atrás.

Ahogó el grito que quiso soltar al sentir el azote en su culo. A TaeHyung parecía encantarle hacer eso a pesar de que varias veces le dijo que no lo hiciera, pero su alfa le ignoraba con descaro.

- No me gustan los azotes - Se quejó, girándose, pero TaeHyung sólo rodó los ojos.

- Me gusta ver tu culo rojo - Respondió TaeHyung.

Y eso fue todo, porque TaeHyung era su alfa, y él actuaba según lo que consideraba mejor.

Frunció sus labios, poniéndose de pie, sin embargo, antes de dar dos pasos, TaeHyung lo agarró de la muñeca, deteniéndolo. Lo observó con expresión inquisitiva.

- Ven, recuéstate un momento - Dijo el alfa -, ¿Crees que ya estás esperando un bebé?

Soltó un chasquido con su lengua, aunque trató de suavizar su expresión porque no podía mirar a un alfa de esa forma.

- Tae, sólo han pasado tres semanas desde que lo estamos intentando - Trató de explicar con poca paciencia.

Su celo acabó la semana pasada y fue muy intenso, con TaeHyung follándolo casi en todo momento y anudándolo sin descanso. JungKook lo único que quería era que TaeHyung le mimara, se volvía más viejo y berrinchudo con cada año, pero entendía que su alfa quería un cachorro como se lo prometió.

TaeHyung lo agarró de las caderas, sus labios deslizándose por su vientre desnudo, gruñendo con gusto, y le arrancó un par de risas gracias a las cosquillas.

- Un nuevo cachorrito - Canturreó TaeHyung, contento -, ¿Sabes lo feliz que soy con eso? He esperado mucho por este momento - Le dio otro beso enorme- ¿Te imaginas fueran gemelos? ¡Y alfas! Dos bebés alfas...

Sintió la sonrisa desaparecer de su rostro.

- Bueno, ¿Y si fueran dos omegas? -Preguntó con el ceño fruncido.

TaeHyung levantó la vista, la sonrisa todavía en su rostro, aunque algo más tensa.

- Yo los querría igual - Replicó TaeHyung -, pero quiero alfa, ¿Me entiendes, Omega?

JungKook bajó la vista. Cuando TaeHyung le trataba de Omega era para darle una advertencia de que se estaba pasando.

Y él no quería pelear más, la verdad, quería volver a la comodidad y calidez de su hogar.

- Sí, Alfa - Contestó, para luego soltarse de su agarre- Iré al baño para darme una ducha y volveré a dormir, ¿Está bien?

TaeHyung asintió, sin dejar de mirarlo.

Una vez dentro del baño, JungKook miró su reflejo en el espejo, echando a correr el agua de la ducha, pero sin entrar y, aprovechando todo el ruido, rebuscó en el botiquín de emergencias que tenían. De allí sacó los anticonceptivos que tenía escondidos, y tomó el correspondiente a ese día.

En la ducha, con el agua humedeciendo su rostro, se recordó quince años atrás, con diecinueve años, en medio del parto, y los difíciles, dolorosos meses después. Con dos gemelos que demandaban toda su atención y su instinto materno... su omega...

Luego vino JiMin, su cachorrito precioso, y todo fue más fácil, pero el dolor seguía allí, en el fondo de su corazón. Tres hijos estaba bien, JungKook no entendía porque TaeHyung quería más, porque tenía esa necesidad de otro bebé que fuera alfa. ¿Acaso no los podía querer a todos por igual?

JungKook era un mal omega, era egoísta, porque TaeHyung quería otro cachorro y JungKook no iba a dárselo a pesar de todo. Le estaba mintiendo, eso le hacía sentir horrible y una mala persona, pero JungKook, por esa vez, quería priorizar su situación.

Minutos después salió ya limpio, entrando al cuarto con el pijama puesto. TaeHyung roncaba, por lo que se acostó a su lado, acurrucándose contra el alfa, que segundos después le abrazó.

- Te amo - Murmuró JungKook.

TaeHyung gruñó con gusto.

- Yo también te amo - Respondió TaeHyung.

TaeHyung no se enteraría de eso y ellos estarían bien. Todo iba a mejorar.

Las cosas se calmaron. Todo pareció retornar a su lugar días después: JungKook continuó con su rutina, no peleó más con TaeHyung, los niños continuaron yendo al colegio y JiMin regresaba a casa con sus hermanos sin llorar.

Sin embargo, JungKook no se sentía muy bien. No porque estuviera de pronto esperando un cachorro, sino porque algo parecía ir mal.

O él estaba demasiado paranoico con tanta calma, con el regreso a la simpleza.

TaeHyung y él hacían el amor por lo menos dos veces a la semana, el alfa preocupándose de anudar siempre en su interior, y JungKook aplacó gran parte de su molestia e ira ante la situación. Seguía consumiendo los anticonceptivos, agradeciendo que su marido fuera tan distraído como para no notarlo: TaeHyung no solía preocuparse de revisar sus pertenencias porque confiaba en su omega, así que no había amenaza de un embarazo, por ahora.

Pero eso no significaba que estuviera seguro. JungKook le tenía mucho pánico a otro bebé, porque no estaba preparado para ello, para enfrentarse a esa situación otra vez, a los nueve meses de embarazo, a los antojos, a los cambios de humor, a un estómago marcado y los dolores. Y luego del parto vendría cambiar pañales él solo. Despertarse a hacer dormir al bebé... él solo. Criar al bebé los primeros meses... él solo.

TaeHyung estaría presente, por supuesto, sin embargo, sería en los momentos más fáciles. JungKook no recordaba muy bien algún momento en el que TaeHyung se hubiera despertado para hacer dormir a SeokJin o a NamJoon o a JiMin, a menos que JungKook estuviera enfermo.

Era su deber, claro, él era el omega, era la mamá de ellos, así que su deber era ese, pero...

Se estremeció cuando recordó todas las veces que lloró, luego del parto de los mellizos, rogándole a TaeHyung que le ayudara. Que él no podía solo. Que no podía cuidar de los cachorros y lo necesitaba en casa.

Y lo que ocurrió después...

Trató de no recordarlo demasiado.

Miró la hora, viendo que ya era momento de que sus cachorros llegaran. Terminó de lavar los platos, pensando que al día siguiente se encargaría de arreglar el jardín, y sintió la puerta siendo abierta. Secando sus manos, fue al pasillo para recibirlos con una sonrisa amplia.

SeokJin entró primero, yendo de la mano con Geum, ambos riéndose de algo privado, y detrás venía NamJoon con una expresión de molestia. JungKook sabía lo mucho que le fastidiaba al mellizo mayor los alfas ajenos a la familia, en especial aquellos que le coqueteaban a sus hermanos, y podía entenderlo porque era un alfa, por lo tanto era celoso con la familia.

Miró hacia atrás, esperando ver...

- ¿Y JiMin? - Preguntó, frunciendo el ceño.

NamJoon miró a SeokJin, y éste miró a Geum.

Geum se aclaró la garganta. Era el mayor, con dieciséis años, y su vecino cuando más pequeños. Su hermano menor era YoonGi, y todos habían crecido juntos, por lo que se conocían desde bebés.

- Acompañamos a JiMin a su clase de taekwondo junto con mi hermano, YoonGi - Dijo Geum con una sonrisa educada -, al terminar, YoonGi lo invitó a comer helado y Minnie aceptó, así que él lo va a traer...

- ¿Qué? - Miró a SeokJin y a NamJoon El mayor tenía una expresión culpable - ¿Y ustedes lo dejaron solo? ¡¿Luego de lo ocurrido?!

- Mamá, es YoonGi... - Comenzó a decir Jin.

- ¡No me importa si es el jodido Presidente de Corea! - Les gritó, sobresaltándolos - ¡JiMin tiene sólo doce años, no tiene la edad para que un alfa le empiece a cortejar!

- Pero a Minnie le gusta... - Trató de decir NamJoon.

- ¡Es muy joven para siquiera saber quién sería un buen alfa!

Los mellizos bajaron la vista e incluso Geum parecía culpable. JungKook sabía que no tenía que ser tan duro para regañarlos, pero estaba realmente asustado de que algo le pudiera pasar a su cachorro menor. En especial después de lo que pasó casi un mes atrás. ¡Eran una familia! ¡Una manada! Tenían que protegerse entre ellos...

Soltó un chasquido y los menores aprovecharon el momento de distracción para huir al cuarto. No se preocupó de que Geum fuera con ellos porque, después de todo, NamJoon y SeokJin compartían habitación, NamJoon se encargaría de que la pareja no tuviera un momento de intimidad que acabara en resultados desastrosos.

Pero JiMin...

JungKook conocía a YoonGi desde que era pequeño y siempre lució interesado en su hijo menor, siguiéndolo y cuidándolo a donde quiera que fuera. NamJoon incluso varias veces, debido a lo insistente que era YoonGi, se ponía en medio de ellos para que no estuvieran juntos, pero eso no evitó que Minnie desarrollara sentimientos por el alfa. Muy posiblemente terminaran casados, así como Jin y Geum (que llevaban saliendo ya varios meses), aunque eso no evitaba que JungKook se pusiera nervioso.

Pensar en que sus cachorros omegas contrajeran matrimonio a los dieciocho años le asustaba a más no poder, aunque no sabía por qué, si él se casó a esa misma edad con TaeHyung. Si todos los omegas solían casarse a esa edad. Incluso un omega de veinte años, sin estar casado, era considerado raro.

Sin embargo, JungKook, en el fondo, no quería que sus hijos pasaran por ello. Por el doloroso proceso de la marca, de la costumbre, de priorizar a un alfa por sobre sus necesidades. De parir, de los bebés, de... de...

No quería que ellos pasaran por lo que tuvo que pasar él luego de su primer parto.

Marcó el número de JiMin, pero su hijo no contestó. Eso lo alteró más aún.

¿Y si YoonGi se propasaba? ¿Qué iba a pasar si lo marcaba? JiMin tenía doce años, su celo como tal todavía no llegaba, pero un omega podía quedar marcado desde los diez años. Si recibía esa marca quedaría como omega de un alfa para siempre a menos que el alfa le cambiara por otro omega, aunque...

NamJoon bajó después, viéndolo nervioso, mordiendo el pellejo de su uña.

- Mamá - Le dijo con paciencia- JiMin está bien. YoonGi le vendrá a dejar, relájate un poco, ¿Quieres? Ya no es un niño pequeño, ¿Lo sabes?

Frunció el ceño.

- Ustedes siempre serán mis bebés, aunque tengan cincuenta años -Respondió.

NamJoon parecía dispuesto a replicar, pero en ese momento la puerta se abrió.

TaeHyung entró a la casa y JungKook se percató de la hora que era. Las siete de la tarde.

El alfa dejó su maletín en el suelo, suspirando, y levantó la vista, olisqueando el aire. Tuvo que percibir las feromonas de terror que JungKook soltaba, porque caminó hacia él con expresión preocupada.

- ¿Bebé? ¿Ocurre algo? - Preguntó con evidente urgencia.

JungKook lo abrazó, sintiéndose algo más estable de que su alfa estuviera allí. Pero otra parte suya entró en pánico al notar que, por la preocupación, se olvidó de preparar la cena, y a TaeHyung le gustaba comer al llegar del trabajo.

- ¡JiMim no ha llegado! - Le dijo con la voz temblando - Salió con YoonGi y...

- ¿Qué? - TaeHyung se echó hacia atrás, sorprendido - ¿JiMin? Pero si está con YoonGi...

- ¡YoonGi lo está cortejando! - Replicó con poca paciencia - Y JiMin tiene doce años, ¿Cómo...?

- JungKook, ¿Hablas en serio? - TaeHyung lo soltó, frunciendo el ceño - ¿Estás preocupado por eso?

¿Qué?

JungKook abrió su boca para responder, sin embargo, como ocurrió minutos atrás, se vio interrumpido cuando la puerta de entrada volvió a abrirse, y JiMin entró riéndose, seguido de YoonGi.

El mayor sintió el estómago apretado, alejándose de TaeHyung, y alcanzando a su hijo menor.

- ¡Mamá! - Dijo JiMin, sin dejar de sonreír - No sabes...

JungKook lo abofeteó.

El sonido resonó en la casa, JiMin con el rostro volteado, YoonGi detrás congelado, TaeHyung sin moverse, NamJoon abriendo la boca con sorpresa.

El omega mayor agarró la muñeca del niño.

- ¡¿Sabes cuán preocupado estaba por ti?! - Le gritó - ¡Estas no son horas de llegar, Kim JiMin! ¡No eres un adulto como para salir de esta forma sin avisarme!

- JungKook, ¿Qué estás haciendo? -Siseó TaeHyung de pronto, alcanzándolo.

Los ojos del niño estaban llenos de lágrimas de pronto, y se escucharon pasos bajando la escalera. Geum y SeokJin se asomaron, sin entender qué pasaba.

JungKook se soltó del agarre de TaeHyung.

- ¡Explícate, JiMin! - Le exigió - ¡Un alfa amenaza con marcarte y tú haces esto!

- ¡YoonGi me está cortejando! - Soltó JiMin.

- JungKook - Insistió TaeHyung.

- ¡¿Cortejando?! ¡¿CORTEJANDO?! - JungKook ignoró a TaeHyung - ¡Doce años, JiMin! ¡Tú no vas a ser cortejado hasta ser mayor!

- Mamá, ¿puedes calmarte? - Preguntó NamJoon, dando unos pasos también.

- Señor Kim... - Comenzó a decir YoonGi con voz tímida.

JungKook se volteó hacia TaeHyung, buscando que le diera su apoyo. ¡Eran pareja, su alfa debería ayudarlo en esa situación!

Sin embargo, TaeHyung tenía la mandíbula apretada, enojado de pronto con él, JungKook lo podía sentir a través de su enlace.

- JiMin es un omega - Dijo TaeHyung -, y YoonGi le está cortejando de forma correcta. ¿Quieres comportarte como corresponde?

Sintió el alma caer a sus pies, atónito por lo que le estaba diciendo, en shock porque TaeHyung no estuviera apoyándole. No estuviera de su lado.

TaeHyung lo aprovechó para voltearse hacia los hermanos Min, que lucían incómodos. El mayor parecía avergonzado de lo ocurrido, porque además ambos hermanos eran alfas, y un omega les gritó también. Un omega mayor, por supuesto, pero un omega al fin y al cabo.

- Disculpen, chicos - Dijo con voz suave -, no volverá a repetirse. ¿Les parece si vienen otro día? JungKook les pedirá disculpas después.

JungKook sintió su garganta apretada ante sus palabras, sin entender un poco esa situación. Sin comprender qué estaba ocurriendo.

Los Min asintieron. Geum se despidió de Jin con un beso suave, en tanto YoonGi le revolvió el cabello a JiMin, y pronto salieron de la casa. Una vez la puerta fue cerrada, la tormenta se desató otra vez.

- ¡Mira lo que hiciste, mamá! - Gritó JiMin - ¡Me avergonzaste frente a YoonGi! ¡Frente a mi alfa!

- ¿Tu alfa? - JungKook parpadeó- ¡Tú no tienes ningún alfa, JiMin!

- ¡¿Quieres dejar de meterte en nuestras vidas?! - Gritó ahora SeokJin con fastidio - ¡Hasta Geum lucía molesto por tu actitud! ¡Ya no somos unos bebés, estamos grandes con JiMin, somos capaces de elegir a nuestros alfas!

- ¡No me levantes la voz, SeokJin! -Gruñó JungKook.

- ¡Consíguete una vida, ¿quieres?! -Soltó JiMin - ¡Lo único que haces es molestarnos con tu actitud tan sobreprotectora! ¡Puedo defenderme yo solo, no te necesito!

JungKook se estremeció, sintiendo como su corazón se rompía ante las palabras de sus hijos. Miró a NamJoon, que contemplaba el suelo con vergüenza ajena, y recordó que su hijo mayor ya no quería que le diera siquiera besos porque le golpeaban en el ego.

Se volteó hacia TaeHyung, cuyos ojos refulgían con ira, todo su rostro apretado en señal de enojo total.

Volvió a estremecerse.

- ¿Sabes lo que acabas de hacer? - Le gruñó TaeHyung, agarrándolo de la muñeca- JiMin tiene razón, nos avergonzaste frente a dos alfas por tu actitud. SeokJin ya tiene quince años, está saliendo desde hace cuatro meses con Geum, y ya sabe que será su alfa. JiMin tiene doce años y posee la capacidad suficiente para aceptar a YoonGi como pareja. Tus hijos ya no son unos bebés, JungKook, deja de actuar de esta forma.

Apretó su muñeca y soltó un jadeo de dolor, pero no sabía si fue por el apretón o por las palabras de su esposo. Tus hijos. No nuestros hijos. Tus hijos, porque JungKook era el encargado de criarlos.

- Estás haciendo un show increíblemente estúpido - Prosiguió TaeHyung y los ojos del omega se llenaron de lágrimas, porque TaeHyung nunca le trató así antes- Actuando de una forma idiota. Ni siquiera tienes la cena lista por preocuparte de esta tontería, ¿Ves el desastre que estás causando?

Dejó salir un gemido bajo cuando TaeHyung lo soltó, empujándolo a un lado.

- Ve a preparar la comida - Le ordenó en voz alfa, y JungKook no tuvo más remedio que obedecer, conteniendo el llanto que moría por salir de su boca.

Ninguno de sus cachorros lo siguió a la cocina.

Una vez allí dentro se permitió comenzar a llorar, aunque se preocupó de no soltar ruido alguno ya que, luego de lo ocurrido, no quería ver a nadie. Mientras cortaba las verduras para preparar un sofrito, su oído captó la conversación baja en el comedor.

- Papá, ¿Podré seguir saliendo con Yoongi, entonces? - Preguntó JiMin con voz llena de esperanza.

Se asomó, preocupándose de que no lo vieran, sin dejar de sollozar.

TaeHyung estaba sentado en el sofá, observando la televisión, con JiMin sentado en su regazo. El alfa le sonreía, orgulloso.

- Por supuesto que sí - Le dijo, revolviéndole el cabello-, es un buen alfa. Yo me encargaré de que mamá no vuelva a hacer lo de hoy.

- ¡Eres el mejor! - Contestó JiMin, contento.

- Va lo mismo contigo, SeokJin - Agregó TaeHyung -, puedes salir con Geum sin problema alguno.

- ¡Por eso te prefiero a ti! - Se rió SeokJin.

- Y si NamJoon tiene algún o alguna omega...

- Quien sabe - Bromeó NamJoon.

JungKook no quería seguir oyendo más, regresando a la cocina mientras lloraba porque todo estaba yendo mal, porque sus cachorros parecía que le odiaban y TaeHyung no era capaz de comprenderlo un poco.

¿O acaso todo siempre estuvo mal?

¡gracias por leer!

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