✧a year without you
*Pov narradora*
Para Jungkook, las cosas habían pasado de la manera más amena que su mente le pudo dar, como bien se vio, él en ningún momento sintió aquellas cosas negativas que lo rodeaban, sin embargo, para Taehyung habían sido meses demasiado complicados.
Pero, ¿exactamente cómo comenzó aquella pesadilla?
Bueno, fue en primavera, la mañana en que el mayor salió solo, con el afán de comprarle flores a su novio.
*Pov Taehyung*
*flashback*
Recuerdo que desperté de golpe, debido a que me giré y toqué el colchón vacío, dándome cuenta de que hacia falta la presencia de Jungkook junto a mi.
Sentí frío inmediatamente, la ausencia de su acostumbrado abrazo matutino me desconcertó bastante. Aunque, después recordé que aveces salía por su cuenta y volvía al poco rato.
Eran poco más de las nueve cuando reaccioné por completo, y me quedé en la cama esperando a que él regresara. Seguramente había salido a comprar algo, pensé, así que no debería demorar mucho. Sin embargo, aguardé durante más de cuarenta minutos, y Jungkook no llegaba, cosa que me preocupó, pues lo más que tardaba era media hora como máximo.
Con ese sentimiento latente, me levanté con la intención de salir a buscarlo. Sí, puedo ser exagerado, pero sólo quería saber que él estaba bien, que sólo había tenido algún percance en el camino, pero que ya venía de regreso.
Busqué una chaqueta, la cual le pertenecía a mi novio, arreglé un poco mi alborotado cabello, y tomé mis llaves.
Literalmente corrí a la entrada, pero justo cuando giré la perilla de la puerta, mi teléfono sonó en mi bolsillo. Era Jungkook, o eso creí al ver su nombre de contacto.
—¿Kookie?, ¿dónde estás, todo bien?—dije al instante, un suspiro pesado fue mi respuesta.
—¿Es usted Taehyung, cierto?—era la voz de un señor, al parecer de edad avanzada, y se escuchaba decaído.
—Sí... ¿Qué hace con el celular de mi novio?—era algo extraño, ya que él jamás prestaba o perdía sus cosas.
—Lamento tener que darle una noticia así, pero...—mi preocupación aumentó—Encontré a su novio sobre la acera, al parecer se desmayó, pero lleva varios minutos sin reaccionar.
—¿Qué?—una punzada muy fuerte apareció en mi pecho—¿En dónde está?...
—Cerca de la florería Blossom, cuando llegue le explicaré lo que ocurrió.—agradecí y colgué.
Con más preocupación que antes, salí prácticamente corriendo del departamento, ni siquiera me detuve a ponerle seguro cuando me fui.
La florería que el señor mencionó estaba a cuatro cuadras, por lo que no tardé mucho en llegar, aunque... La verdad, hubiera preferido no haber sido tan puntual.
La imagen que me recibió al dar vuelta en la última esquina, fue por mucho la peor que había presenciado hasta ese momento.
Una ambulancia acababa de estacionarse junto a la acera, había mucha gente formando una especie de círculo, y en el centro de ellos... Estaba Jungkook, tirado en el suelo, con un ramo de tulipanes y rosas a unos cuantos centímetros de sus manos.
—¡Jungkook!—grité y corrí hasta él, acercándome inmediatamente hasta su rostro, raspando mis rodillas por agacharme tan bruscamente—¿Jungkook?, ¿amor?, ¡por favor responde!
Tenía el cabello totalmente desordenado, su ropa obviamente estaba llena de polvo debido al suelo, pero para mi sorpresa, no había rastro alguno de heridas, golpes o algo que delatara la razón de su estado.
Me abracé a su pecho, llenando su chaqueta de lágrimas en el acto. Escuchaba su corazón, respiraba con lentitud, pero no se movía ni reaccionaba, lo cual era algo extraño para mi. Pero al menos, sabía que seguía conmigo.
—¿Qué le ocurrió?...—pregunté al aire, y la misma persona que me contactó fue quien respondió.
—Salió de la florería, compró ese ramo.—señaló las flores en el suelo—Todo estaba normal, hasta que unos metros adelante vi como se desplomó, honestamente, desconozco el motivo.
—Gracias... Por avisarme.—me entregó el teléfono de Jungkook y me dedicó una leve sonrisa.
—Señor, tenemos que llevarlo al hospital.—se agachó junto a mi un camillero, yo sólo logré asentir y retirarme con dificultad de mi novio.
Me pidieron acompañar el traslado, pues era mi pareja, básicamente el único "familiar" cercano en ese momento. Subí a la ambulancia junto a ellos, sin poder controlar mis lágrimas.
No entendía absolutamente nada, Jungkook estaba sano hasta donde yo sabía, ¿porqué quedaría inconsciente de un segundo a otro?
Ni siquiera tenía sentido, caerse así sin más no es algo que se vea a diario, pero sólo los doctores me dirían exactamente qué le había pasado a mi novio.
[...]
Al llegar al hospital, los dos camilleros bajaron a Jungkook —quien aún no mostraba reacción alguna—, ingresando rápidamente al edificio y corrieron por el pasillo de urgencias.
Yo, por supuesto, quise seguirles el paso, pero como era de esperarse, no se me permitió hacerlo.
Tuve que quedarme en la sala de espera, —después de hacer el papeleo de ingreso correspondiente— con la angustia a tope y el corazón latiendo en mi garganta. No llamé a nadie, pues ambos teníamos problemas con nuestras familias, así que era evidente que no querrían venir aquí.
Permanecí solo, allí sentado, luchando por no derramar más lágrimas. Tenía la esperanza de que Jungkook estuviera bien, y que sólo hubiera sido una baja de presión.
Así fue, hasta que media hora después, un médico salió por aquel pasillo, con un aura bastante preocupante. Me asustó la seriedad de su mirada, se notaba a leguas que no traía buenas noticias.
—¿Familiares del paciente Jeon?—preguntó en voz alta.
—Yo, soy su novio.—me levanté delante suyo—¿Cómo está?, ¿qué fue lo que le pasó?
—El joven tuvo un accidente cerebrovascular.—arqueé una ceja confundido por el término.
—Perdón... Eh... ¿Sería tan amable de explicarlo?—me dio pena preguntar, pero realmente no tenía idea de lo que se refería.
—Es una irrigación disminuida o interrumpida de sangre al cerebro, que puede ser causada por arterias bloqueadas o el estallido de un vaso sanguíneo.—explicó lo más fácil que pudo—Eso es lo que le ocurrió, se le encontraron dos arterias bloqueadas y un vaso reventado.
—¿Y... Cómo se cura eso?—sonaba demasiado grave.
—Por el momento, se le deben hacer más estudios para averiguar la causa exacta de éstos problemas.—mis ojos comenzaron a arder debido a la amenaza del llanto—Pero, su novio permanecerá en ese estado.
—¿Dormido?—juro que sentí que mi corazón se frenó por un instante cuando él me dijo la definición correcta.
—En coma.—finalmente, mis lágrimas desbordaron bajo su mirada transmisora de lástima—Lo lamento joven.
[...]
Durante el atardecer, se trasladó a Jungkook a su habitación "temporal", yo firmé más papeles específicos para casos así, y se me permitió quedarme por un rato más.
Los médicos dijeron que el coma podía durar solamente unas cuantas semanas, lo cual, fue un poco de alivio para mi, pero a la vez no.
No iba a aceptar así de sencillo que mi novio estuviera allí, en una cama de hospital, sin despertar, durante quien sabe cuánto tiempo. Y sobre todo, me causaba frustración el pensar que ni siquiera sabía la causa exacta de su estado.
¿Acaso él lo sabía?, ¿habrá tenido idea de su condición?, ¿o estaba igual que yo, desinformado?
Ninguna de esas preguntas tenían respuesta, pues el único que podía resolverlas, era Jungkook.
—Por favor amor... Tienes que abrir tus hermosos ojos pronto... ¿Sí?—me mantuve en una silla junto a él, tomando sus manos entre las mías, y sin poder parar de soltar sollozos—Te lo pido...
Me rompió totalmente el corazón verlo así, con sus ojitos cerrados, su respiración sumamente lenta y sus latidos débiles. Su piel había comenzado a sentirse fría debido a la falta de movimiento, cosa que me hizo extrañar en demasía su calor habitual.
Realmente, tenerlo tan cerca y a la vez tan lejos, era muy difícil de asimilar.
Más cuando había sido de una manera tan fugaz, de un momento a otro, mi Jungkook ya no estaba conmigo igual que siempre.
*Pov narradora*
En primavera, Taehyung pasó los días en aquella habitación, sin visitar frecuentemente el departamento que compartía con Jungkook.
Prefería mil veces quedarse a dormir en una silla junto a él, a ocupar la cama matrimonial en completa soledad.
Sus ánimos no eran iguales a los comunes, y contrastaban terriblemente mal con la temporada, pues las calles eran de colores vivos, mientras que él lucía una paleta triste. Se suponía que debía ser feliz y ver con una sonrisa los tonos rosas que el paisaje le regalaba, sin embargo, ¿cómo apreciar algo así?, si su mundo se había tornado de un profundo color gris el día en que su novio quedó en coma.
Mientras Jungkook soñaba que ambos caminaban por el parque, tomados de la mano, y que él le colocaba una bonita flor de cerezo sobre su oreja, Taehyung cortaba aquellas flores, las acunaba entre sus manos, las dejaba sobre el regazo del mayor, y las colocaba lentamente sobre el cabello sin movimiento de éste, extrañando la sonrisa que seguramente le estaría regalando.
—Nuestros días de primavera regresarán, yo lo sé amor mío.—decía cuando terminaba de acomodar la última flor de cerezo, y una lágrima más caía por su mejilla.
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❝¿Cuánto más debo esperar?, ¿cuántas noches más debo permanecer despierto?, hasta que pueda verte, hasta que pueda estar contigo❞
—Spring day.
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En verano, Taehyung canceló los planes que su mejor amigo, Jimin, había hecho para ambos con el fin de ayudarlo un poco con su ánimo.
Se suponía que los dos irían a la playa por unos días, para intentar que el mayor del dúo se despejara del estrés que mantenía.
Sin embargo, después de debatir consigo mismo si era correcto o no ir, acabó llamando a su amigo a última hora, para decirle que no lo acompañaría.
—No puedo dejar a Jungkookie aquí solo, mientras me voy de vacaciones.—explicó por teléfono.
—Tae, suena mal que te lo diga, pero él no se dará cuenta si te vas.—eso le provocó una punzada en el pecho.
—Jimin, dije que no y punto, vete tú.—colgó la llamada con evidente molestia.
Aunque más que enojo, le daba tristeza que su amigo no entendiera aún la gravedad de su situación.
Sí, Jungkook realmente no percibía si él estaba dentro de la habitación o no, pero no quería irse a "disfrutar" mientras su pareja se quedaba allí sin compañía. Su promesa era "estar en las buenas, en las malas y en las peores", así que era lógico que Taehyung no querría irse lejos en esos momentos.
Jungkook lo necesitaba de alguna manera.
Mientras el pelinegro soñaba con caminar juntos por la orilla del mar, para luego hacer el amor con el oleaje como música de fondo, Taehyung se privó de un viaje similar, prefiriendo quedarse junto a esa camilla, sosteniendo la mano de su novio, y hablándole constantemente para hacerle saber —de cierta forma— que seguía allí.
—El año que viene, iremos juntos a la playa, y veremos el atardecer tomados de la mano.—besó la frente de Jungkook con lágrimas corriendo por su rostro—Te lo prometo...
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❝Miras lo mismo que yo con un dolor en tus ojos, por favor, quédate en mis sueños❞
—Euphoria.
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Pasaron los meses, y el otoño arribó a Seúl.
Durante ya dos estaciones, los médicos habían intentado buscar una cura para el coma de Jungkook, sin tener éxito alguno.
El chico, por su parte, no había tenido gran cambio a lo largo de tantos meses. Únicamente se presentaban reacciones reflejo en sus manos y piernas, pero eran leves espasmos, además, en los primeros estudios, sus pupilas aún reaccionaban a la luz. Sin embargo, cuando la revisión de Octubre llegó, éstos reflejos dejaron de aparecer.
Según determinaron los médicos, sus funciones cerebrales estaban disminuyendo poco a poco, y aún no sabían con qué clase de medicamentos podían reactivarlas. Se necesitaban realizar pruebas con distintas medicinas, y las estaban haciendo, sólo que con ninguna daba una respuesta favorable.
Nada parecía surtir efecto en Jungkook, y temían que medicarlo tanto tampoco le dejaría algo bueno.
Noviembre entró en escena, y fue allí cuando se le informó más a Taehyung sobre el estado poco esperanzador de su novio.
—Probablemente deberíamos cortar la medicación por un tiempo.—dijo con un suspiro—No hemos encontrado ninguna medicina que le funcione como debería, y podríamos hacerle más daño si continuamos llenándolo de inyecciones.
—Pero... No me puede decir eso, ¿en verdad han agotado todas las opciones?, no me lo creo.—contestó con algo de desesperación.
—Créame que estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance señor.—respondió más serio—El punto no es experimentar de más con el chico, ¿comprende?
—Sí...—bajó la mirada—Supongo que debo firmar algo para su petición, ¿cierto?—recibió una afirmación, y él acabó por resignarse.
No quería que tantas pruebas fallidas afectaran a su Jungkook, de por sí, ya su situación era bastante mala, no se perdonaría nunca si la empeoraba con su necedad.
Se cortó la medicación, solamente quedando los sueros regulares conectados al antebrazo izquierdo del pelinegro.
Él se veía cada vez más delgado, obviamente por la falta de alimentos como tal, además de que su cabello y uñas habían crecido un poco rápido.
Mientras Jungkook se imaginaba comprando los boletos de avión, y viajando a París junto con su novio, Taehyung se quedaba las noches en vela, recostado en la orilla de la camilla, arreglando sus uñas y peinando el ya largo cabello del mayor en pequeñas coletas.
Sintiendo como el frío, propio de la temporada naranja, se adentraba en su cuerpo, extrañando la calidez de Jungkook, y luchando por no perder las últimas gotas de esperanza que le quedaban.
—Sé que vas a despertar pronto amor... Dicen que los tratamientos no funcionan pero... Tengo fe en que sí lo harán...—ocultaba la cara en el pecho poco tibio de Jungkook, soltando sollozos lastímeros entre cada palabra—Te extraño... Por favor... Vuelve...
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❝Tu corazón sólo se aleja más y más y no puedo alcanzarte.
No puedo alcanzarte más.
No puedo aguantarlo más❞
—Autumn leaves.
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Finalmente, la cuarta y última estación hizo aparición.
Las calles se pintaban de blanco, el frío aumentaba, y el flujo de personas subía rápidamente. Todos estaban preocupados por las próximas fiestas navideñas, corriendo de aquí para allá comprando regalos y organizando cenas.
Taehyung también solía hacerlo, sólo que él organizaba una cena pequeña junto a Jungkook, y ambos intercambiaban besos y abrazos como regalo.
Ahora, ni siquiera quería salir a caminar entre la nieve que caía, simplemente, deseaba continuar a lado de su "bello durmiente".
Pasaba horas sentado en el borde de aquella misma cama blanca, aveces se daba el permiso de recostarse en el pequeño espacio sobrante junto al mayor, y después de tanto tiempo de ser un rostro recurrente en el hospital, los empleados del lugar lo dejaban estar allí.
Les causaba tristeza el ver como Taehyung seguía llegando cada amanecer, o en ocasiones ni siquiera salía de la instalación, y que aún tuviera un ligero destello de esperanza.
Él le cantaba constantemente, intentando no romper en llanto a mitad de la letra.
Platicaba siempre, como si quisiera mantenerlo al tanto de la vida del exterior.
Le llevaba ciertos obsequios, como flores, peluches, ropa nueva, incluso llegó a redactar cartas. Siempre acabando totalmente destrozado, al ver que ninguno de sus regalos eran recibidos.
Taehyung se encargaba de arreglar su apariencia, cortando sus uñas y peinando su cabello, además de ayudar a las enfermeras para limpiarlo cuando era necesario.
Simplemente, hacía todo por una persona que, lastimosamente, ya no respondía en lo absoluto.
Los medicos habían pasado las primeras dos semanas de Diciembre diciéndole que el estado de Jungkook era realmente crítico, muy probablemente en etapa terminal. Él ya no tenía reflejos ante ningún estímulo, sus espasmos leves de los primeros meses se habían ido para no volver, y sus estudios revelaban cada vez menos actividad cerebral.
Jungkook había entrado en un punto sin retorno, y Taehyung aún no quería aceptarlo.
—Tu novio debe irse, sabes que es lo mejor Tae.—decía Jimin.
—Los tratamientos no sirvieron, su condición cerebral era muy mala desde el inicio, y ya no hay mucho que se pueda hacer ahora.—decían los doctores.
—Él ya no va a despertar nunca Taehyung.—le decía su propia mente.
¿Cómo aceptar aquello así nada más?
No se había encontrado una cura en casi un año.
No había señales de que la situación mejorara.
Ni siquiera habían logrado hallar la causa principal de las arterias bloqueadas y el vaso sanguíneo roto que Jungkook tenía en el cerebro.
En tanto tiempo, nadie le había podido dar ni una sola resolución clara.
Sólo quería amanecer un día, y recibir la noticia de que su pareja hubiera abierto sus ojos por fin.
Pero, sabía muy en lo profundo de su ser, que eso no pasaría por más plegarias que lanzara al cielo. Y se sentía terriblemente mal por no tener más armas en su poder para cambiar las cosas, para mover el destino, para regresar el tiempo y evitar todo ese infierno.
Cada día, se resignaba un poco más a la idea que todos sus empeñaban por plantar en su cabeza.
"Jungkook ya no va a despertar".
[...]
Después de haber pasado la Navidad sentado junto a su novio, tratando de fingir que tenían la velada perfecta, se le presentó aquella situación que tanto había deseado alejar.
—Señor Kim, no me complace decirle ésto, pero debo hacerlo.—el médico de cabecera encargado de Jungkook tenía un semblante lleno de pena—Varios médicos y yo hemos tratado el tema, y creemos que sólo hay una solución viable.
—¿Cuál?—sus esperanzas sobrevivientes se fueron al caño, cuando ese doctor abrió la boca nuevamente.
—Desconectar al paciente.—largó un suspiro—Tenemos presente que el señor Jeon ya no tiene posibilidades reales de salir del coma, y no es algo muy humano mantenerlo allí en estado vegetativo.
—Pero...—sintió el peso de una piedra enorme cayendo sobre su pecho—N-no... ¡No permitiré que lo hagan!
—Señor... Piénselo, analice qué es lo mejor para el paciente.—sin más, se retiró de la vista del menor.
[...]
30 de diciembre, cumpleaños de Taehyung. Él no estaba ansioso por la fecha en sí, y de hecho su ansiedad no tenía un contexto bueno.
Más bien, estaba a punto de hacer algo a lo que jamás creyó acceder, pero que ahora, realmente lo veía como su última opción.
Sabía que se arrepentiría el resto de su, esperaba que corta, vida.
Sabía perfectamente que su corazón se partiría en miles de pedazos que nunca volverían a unirse entre sí.
Y también sabía que su alma no estaba de acuerdo en aquella decisión.
Sin embargo, su mente ya había dado el paso definitivo, y ya no había vuelta a atrás.
Taehyung, el día de su cumpleaños 23, decidió permitir que el amor de su vida fuera desconectado de la máquina que lo mantenía respirando.
¿Porqué?, él pensó que estaba actuando de forma egoísta al quererlo tener allí, a pesar de saber claramente que no tenía caso continuar buscando una inexistente solución.
El cuerpo de Jungkook solamente estaba desgastándose más de la cuenta conforme el tiempo pasaba, bajaba de peso alarmantemente, su cabello crecía más lento, y sus ojeras se marcaban cada vez más debido a su disminución de peso. Odiaba verlo así, tan acabado, enfermo y, de alguna manera, sufriendo.
Y si él supiera todo lo que había pasado, no estaría rebosante de alegría.
Jungkook había perdido casi un año de su vida allí, incluso su cumpleaños 25 en Septiembre. Su mente le hizo un gran favor, y último regalo, al permitirle imaginar una vida perfecta, en donde sus problemas habían acabado, y podía enfocarse en su amor, Taehyung.
La mente humana es muy poderosa, y la suya lo fue en extremo, pues hizo que ni siquiera se diera cuenta de en qué momento ocurrió su accidente.
Aquel día, a 24 horas de llegar Año Nuevo, Taehyung tomó la decisión final, lo que creyó sería lo mejor para su novio.
No quería perderlo para siempre, pero tampoco le agradaba la idea de tenerlo ahí durante, probablemente, años mientras su cuerpo colapsaba gradualmente.
Antes de que los médicos entraran a la habitación para desconectar los aparatos del chico, Tae pidió algo de tiempo para hablar con él una última vez. Se le otorgó, y pasó al cuarto junto con una cajita pequeña color púrpura y un rollo delgado de papel decorado.
—Amor mío...—cerró la puerta trás de sí—Hoy te e traído dos regalos más...
En la misma silla de siempre, se sentó con un aura sumamente deprimente, dejando ambas cosas sobre su regazo mientras continuaba su plática.
—Compré dos anillos... Porque yo no quiero dejarte ir sin habernos unido como siempre quisimos, al menos, quedaremos comprometidos.—luchó por no soltar los primeros sollozos.
De la cajita púrpura sacó un par de sortijas de compromiso, una se la colocó él mismo, y la segunda la puso en el dedo de Jungkook, sintiendo como su mano estaba ya demasiado fría.
—Espero aceptes ésta débil propuesta, Jungkookie.—unas lágrimas cayeron de sus ojos cristalinos—Podré decir así que sí fui Taehyung de Jeon.
Respiró profundo antes de continuar, no quería romper en llanto aún.
Desenvolvió el rollo de papel, revelando un ramo de flores totalmente marchitas, sin muchos pétalos, y casi hechas polvo de ciertas partes. Dejó el ramo junto con su decoración sobre las piernas del mayor, y sintió como sus ojos ardieron horriblemente al pronunciar aquellas palabras.
Esas que Jungkook logró escuchar entre sueños.
—Éstas son las flores que jamás llegaste a regalarme esa mañana de primavera, Jungkookie.—tragó duro intentando no llorar, sin embargo, no tuvo éxito ésta vez.
Soltó lágrimas de dolor puro, al recordar cual había sido la última acción de Jungkook, antes de, prácticamente, morir en vida.
—Ellos dicen que debo dejarte ir, porque ya jamás despertarás amor mío...—entrelazó sus manos con las del mayor—Han sido muchos meses sin respuesta...
Trataba de no hacer demasiado ruido, pues sabía que los médicos lo estaban escuchando al otro lado de la puerta. Aunque, realmente no podía contener por más tiempo todo el sufrimiento que a duras penas retenía su corazón.
—No quiero que te vayas para siempre, pero... Estoy siendo egoísta al mantenerte aquí... Dormido.—sollozó con más fuerza.
Juró sentir como su alma se quebraba en miles de pequeños pedazos, y cada uno de esos trozos le gritaba que no continuara. Sin embargo, debía parar de jugar a engañar al destino, solamente se hería más él mismo, y lastimaba a su novio sin quererlo hacer. No podía, ni debía, seguir dejando que el cuerpo de su pareja se desgastara poco a poco.
—Te amo Jungkook... Mi vida entera se va contigo ésta noche...—finalmente, no resistió más la distancia, depositó un suave beso en la frente contraria, y se aferró al torso del pelinegro.
A esas alturas, Taehyung ya no lograba detener su llanto ni sus emociones desbordantes. Había peleado mil y un batallas dentro de sí para no romperse, para mantener esa luz de esperanza y fuerza. Pero, después de tantos meses, había perdido la guerra totalmente.
—Quisiera que nuestras cuatro estaciones fueran reales... Pero... Desgraciadamente, el destino tuvo un plan diferente para nosotros.—acarició las mejillas frías de Jungkook—Por favor... Sé el ángel que me cuide desde el cielo... Nunca me dejes solo... Otra vez.
Un médico y una enfermera entraron a la habitación, justo en el momento en que Tae decidió darle un último beso. Uno que no sería correspondido nunca más. Uno suave, no muy duradero, y que tenía por objetivo despedirse de su amor.
Con las manos temblorosas, retrocedió unos cuantos pasos al darse cuenta de un sonido particular. El monitor que reflejaba el pulso emitía un pitido constante, Taehyung no sabía exactamente cuanto tiempo llevaba así, pero se asustó. Se odió un poco más por no poner la suficiente atención a su entorno, pues según había percibido con anterioridad, ese pitido había comenzado a sonar hacia un par de minutos.
El médico lo único que tuvo que hacer fue desconectar el oxígeno y apagar el monitor. El corazón de Jungkook había frenado sus latidos por sí mismo, como si él supiera que era momento de irse.
Taehyung volvió a abrazarlo, y ésta vez se rompió completamente al ya no sentir rse golpeteo en el pecho de su novio. Se había ido para siempre, justo entre sus manos.
Sin embargo, lo que acabó de pisotear su dolida alma, fue una pequeña acción de Jungkook.
Lo miró con los ojos inundados en tristeza, y allí lo notó. Una lágrima, pequeña y única, cayó por la pálida mejilla de su novio, demostrando así su último sentimiento. Dolor.
[...]
La vida es demasiado fugaz, tanto, que nunca puedes saber con certeza cual será la última acción que realizarás. Por ejemplo, aquella última cosa que Jungkook hizo sin saberlo, fue comprarle un ramo de flores a Taehyung.
»»————- ♡ ————-««
❝Desearía que me amaras de nuevo, como ayer.
No sueltes mi mano.
Y cada vez que mi corazón late, sigo nuestros pasos de nuevo, así no deambularé nunca más❞ .
—Heartbeat.
»»————- ♡ ————-««
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