04
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Cuando BeomGyu terminó de anudar en su interior, TaeHyun tuvo que morder la almohada para así no llamar la atención de los cachorros, escuchando el jadeo de su marido mientras se salía de su interior, sus piernas temblando gracias al orgasmo que experimentó segundos atrás.
Ahogó el grito que quiso soltar al sentir el azote en su culo. A BeomGyu parecía encantarle hacer eso a pesar de que varias veces le dijo que no lo hiciera, pero su Alfa siempre le ignoraba con descaro.
— No me gustan los azotes — se quejó, girándose, pero BeomGyu solo rodó los ojos.
— Me gusta ver tu culo rojo — respondió BeomGyu.
Y eso fue todo, porque BeomGyu era su Alfa, y él actuaba según lo que consideraba mejor.
Frunció sus labios, poniéndose de pie, sin embargo, antes de dar dos pasos BeomGyu lo agarró de la muñeca, deteniéndolo. Lo observó con expresión inquisitiva.
— Ven, recuéstate un momento — dijo el Alfa. — ¿Crees que ya estás esperando un bebé?
Soltó un chasquido con su lengua, aunque trató de suavizar su expresión porque no podía mirar a un Alfa de esa forma.
— Gyu, solo han pasado tres semanas desde que lo estamos intentando — trató de explicar con poca paciencia.
Su celo acabó la semana pasada y fue muy intenso, con BeomGyu follándolo casi en todo momento y anudándolo sin descanso. TaeHyun lo único que quería era que BeomGyu le mimara, se volvía más viejo y berrinchudo con cada año, pero entendía que su Alfa quería un cachorro como se lo prometió.
BeomGyu lo agarró de las caderas, sus labios deslizándose por su vientre desnudo, gruñendo con gusto, y le arrancó un par de risas gracias a las cosquillas.
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— Un nuevo cachorrito — canturreó BeomGyu, contento. — ¿Sabes lo feliz que soy con eso? He esperado mucho por este momento — le dio otro beso enorme —. ¿Te imaginas que fueran gemelos? ¡Y Alfas! Dos bebés Alfas...
TaeHyun sintió la sonrisa desaparecer de su rostro.
— Bueno, ¿y si fueran dos Omegas? — preguntó con el ceño fruncido.
BeomGyu levantó la vista, la sonrisa todavía en su rostro, aunque algo más tensa.
— Yo los querría igual — replicó BeomGyu —, pero quiero Alfa, ¿me entiendes, Omega?
TaeHyun bajó la vista. Cuando BeomGyu le trataba de "Omega" era para darle una advertencia de que se estaba pasando.
Y él no quería pelear más, la verdad, quería volver a la comodidad y calidez de su hogar.
— Sí, Alfa — contestó, para luego soltarse de su agarre. — Iré al baño para darme una ducha y volveré a dormir, ¿está bien?
BeomGyu asintió, sin dejar de mirarlo.
Una vez dentro del baño, TaeHyun miró su reflejo en el espejo, echando a correr el agua de la ducha, pero sin entrar y, aprovechando todo el ruido, rebuscó en el botiquín de emergencias que tenían. De allí sacó los anticonceptivos que tenía escondidos, y tomó el correspondiente a ese día.
En la ducha, con el agua humedeciendo su rostro, se recordó quince años atrás, con diecinueve años, en medio del parto, y los difíciles y dolorosos meses después. Con dos gemelos que demandaban toda su atención y su instinto materno... su Omega...
Luego vino JungWon, su cachorrito precioso, y todo fue más fácil, pero el dolor seguía allí, en el fondo de su corazón. Tres hijos estaban bien, TaeHyun no entendía por qué BeomGyu quería más, por qué tenía esa necesidad de otro bebé que fuera Alfa. ¿Acaso no los podía querer a todos por igual?
TaeHyun era un mal Omega, era egoísta, porque BeomGyu quería otro cachorro y TaeHyun no iba a dárselo a pesar de todo. Le estaba mintiendo, eso le hacía sentir horrible y una mala persona, pero TaeHyun, por esa vez, quería priorizar su situación.
Minutos después salió ya limpio, entrando al cuarto con el pijama puesto. BeomGyu roncaba, por lo que se acostó a su lado, acurrucándose contra el Alfa, que, segundos después, le abrazó.
— Te amo — murmuró TaeHyun.
BeomGyu gruñó con gusto.
— Yo también te amo — respondió BeomGyu.
BeomGyu no se enteraría de eso y ellos estarían bien. Todo iba a mejorar.
Las cosas se calmaron. Todo pareció retornar a su lugar días después: TaeHyun continuó con su rutina, no peleó más con BeomGyu, los niños continuaron yendo al colegio y JungWon regresaba a casa con sus hermanos sin llorar.
Sin embargo, TaeHyun no se sentía muy bien. No porque estuviera de pronto esperando un cachorro, sino porque algo parecía ir mal.
O él estaba demasiado paranoico con tanta calma, con el regreso a la simpleza.
BeomGyu y él hacían el amor por lo menos dos veces a la semana, el Alfa preocupándose de anudar siempre en su interior, y TaeHyun aplacó gran parte de su molestia e ira ante la situación. Seguía consumiendo los anticonceptivos, agradeciendo que su marido fuera tan distraído como para no notarlo: BeomGyu no solía preocuparse de revisar sus pertenencias porque confiaba en su Omega, así que no había amenaza de un embarazo, por ahora.
Pero eso no significaba que estuviera seguro. TaeHyun le tenía mucho pánico a otro bebé, porque no estaba preparado para ello, para enfrentarse a esa situación otra vez, a los nueve meses de embarazo, a los antojos, a los cambios de humor, a un estómago marcado y los dolores. Y luego del parto vendría a cambiar pañales él solo. Despertarse para hacer dormir al bebé.. él solo. Criar al bebé los primeros meses... él solo.
BeomGyu estaría presente, por supuesto, sin embargo, sería en los momentos más fáciles. TaeHyun no recordaba muy bien algún momento en el que BeomGyu se hubiera despertado para hacer dormir a SungHoon o a HeeSeung o a JungWon, a menos que TaeHyun estuviera enfermo.
Era su deber, claro, él era el Omega, era la mamá de ellos, así que su deber era ese, pero...
Se estremeció cuando recordó todas las veces que lloró, luego del parto de los mellizos, rogándole a BeomGyu que le ayudará. Que él no podía solo. Que no podía cuidar de los cachorros y lo necesitaba en casa.
Y lo que ocurrió después...
Trató de no recordarlo demasiado.
Miró la hora, viendo que ya era momento de que sus cachorros llegarán. Terminó de lavar los platos, pensando que al día siguiente se encargaría de arreglar el jardín, y sintió la puerta siendo abierta. Secando sus manos, fue al pasillo para recibirlos con una sonrisa amplia.
SungHoon entró primero, yendo de la mano con SeongHwa, ambos riéndose de algo privado, y detrás venía HeeSeung con una expresión de molestia. TaeHyun sabía lo mucho que le fastidiaba al mellizo mayor los Alfas ajenos a la familia, en especial aquellos que le coqueteaban a sus hermanos, y podía entenderlo porque era un Alfa, por lo tanto era celoso con la familia.
Miró hacia atrás, esperando ver...
— ¿Y JungWon? — preguntó, frunciendo el ceño.
HeeSeung miró a SungHoon, y este miró a SeongHwa.
SeongHwa se aclaró la garganta. Era el mayor, con dieciséis años, y su vecino cuando eran más pequeños. Su hermano menor era SungJun, y todos habían crecido juntos, por lo que se conocían desde bebés.
— Acompañamos a JungWon a su clase de taekwondo junto con mi hermano, SungJun — dijo SeongHwa con una sonrisa educada —, al terminar, SungJun lo invitó a comer helado y Wonnie aceptó, así que él lo va a traer...
— ¿Qué? — miró a SungHoon y a HeeSeung. El mayor tenía una expresión culpable. — ¿Y ustedes lo dejaron solo? ¡¿Luego de lo ocurrido?!
— Mamá, es SungJun... — comenzó a decir SungHoon.
— ¡No me importa si es el jodido Presidente de Corea! — les gritó, sobresaltándolos. — ¡JungWon tiene solo doce años, no tiene la edad para que un Alfa le empiece a cortejar!
— Pero a Wonnie le gusta... — trató de decir HeeSeung.
— ¡Es muy joven para siquiera saber quién sería un buen Alfa!
Los mellizos bajaron la vista e incluso SeongHwa parecía culpable. TaeHyun sabía que no tenía que ser tan duro para regañarlos, pero estaba realmente asustado de que algo le pudiera pasar a su cachorro menor. En especial después de lo que pasó casi un mes atrás. ¡Eran una familia! ¡Una manada! Tenían que protegerse entre ellos...
Soltó un chasquido y los menores aprovecharon el momento de distracción para huir al cuarto. No se preocupó de que SeongHwa fuera con ellos porque, después de todo, SungHoon y HeeSeung compartían habitación, HeeSeung se encargaría de que la pareja no tuviera un momento de intimidad que acabara en resultados desastrosos.
Pero JungWon...
TaeHyun conocía a SungJun desde que era pequeño y siempre se mostró interesado en su hijo menor, siguiéndolo y cuidándolo a donde quiera que fuera. HeeSeung incluso varias veces, debido a lo insistente que era SungJun, se ponía en medio de ellos para que no estuvieran juntos, pero eso no evitó que JungWon desarrollara sentimientos por el Alfa.
Muy posiblemente terminaran casados, así como SungHoon y SeongHwa -que llevaban saliendo ya varios meses-, aunque eso no evitaba que TaeHyun se pusiera nervioso.
Pensar en que sus cachorros Omegas contrajeran matrimonio a los dieciocho años le asustaba a más no poder, aunque no sabía por qué, si él se casó a esa misma edad con BeomGyu. Si todos los Omegas solían casarse a esa edad. Incluso un Omega de veinte años, sin estar casado, era considerado raro.
Sin embargo, TaeHyun, en el fondo, no quería que sus hijos pasaran por ello. Por el doloroso proceso de la marca, de la costumbre, de priorizar a un Alfa por sobre sus necesidades. De parir, de los bebés, de... de...
No quería que ellos pasaran por lo que tuvo que pasar él luego de su primer parto.
Marcó al número de JungWon, pero su hijo no contestó. Eso lo alteró más.
¿Y si SungJun se propasó? ¿Qué iba a pasar si lo marcaba? JungWon tenía doce años, su celo como tal todavía no llegaba, pero un Omega podía quedar marcado desde los diez años. Si recibía esa marca, quedaría como Omega de un Alfa para siempre, a menos que el Alfa le cambiara por otro Omega, aunque...
HeeSeung bajó después, viéndolo nervioso, mordiendo el pellejo de su uña.
— Mamá — le dijo con paciencia, — JungWon está bien. SungJun le vendrá a dejar, relájate un poco, ¿quieres? Ya no es un niño pequeño, ¿lo sabes?
TaeHyun frunció el ceño.
— Ustedes siempre serán mis bebés, aunque tengan cincuenta años — respondió.
HeeSeung parecía dispuesto a replicar, pero, en ese momento, la puerta se abrió.
BeomGyu entró a la casa y TaeHyun se percató de la hora que era: las siete de la tarde.
El Alfa dejó su maletín en el suelo, suspirando, y levantó la vista, olisqueando el aire. Tuvo que percibir las feromonas de terror que TaeHyun soltaba, porque caminó hacia él con expresión preocupada.
— ¿Bebé? ¿Ocurre algo? — preguntó con evidente urgencia.
TaeHyun lo abrazó, sintiéndose algo más estable de que su Alfa estuviera allí. Pero otra parte suya entró en pánico al notar que, por la preocupación, se olvidó de preparar la cena, y a BeomGyu le gustaba comer al llegar del trabajo.
— ¡JungWon no ha llegado! — le dijo, con la voz temblando. — Salió con SungJun y-
— ¿Qué? — BeomGyu se echó hacia atrás, sorprendido. — ¿JungWon? Pero, si está con SungJun...
— ¡SungJun lo está cortejando! — explicó con poca paciencia. — Y Wonnie tiene doce años, ¿cómo..?
— TaeHyun, ¿hablas en serio? — BeomGyu lo soltó, frunciendo el ceño. — ¿Estás preocupado por eso?
¿Qué?
TaeHyun abrió su boca para responder, sin embargo, como ocurrió minutos atrás, se vio interrumpido cuando la puerta de entrada volvió a abrirse, y JungWon entró riéndose, seguido de SungJun.
El Omega mayor sintió el estómago apretado, alejándose de BeomGyu, y alcanzando a su hijo menor.
— ¡Mamá! — dijo JungWon, sin dejar de sonreír. — No sabes-
TaeHyun lo abofeteó.
El sonido resonó en la casa, JungWon con el rostro volteado, SungJun detrás congelado, BeomGyu sin moverse, HeeSeung abriendo la boca con sorpresa.
TaeHyun agarró la muñeca del niño.
— ¡¿Sabes cuán preocupado estaba por ti?! — le gritó. — ¡Estas no son horas de llegar, Choi JungWon! ¡No eres un adulto como para salir de esta forma sin avisarme!
— TaeHyun, ¿qué estás haciendo? — siseó BeomGyu de pronto, alcanzándolo.
Los ojos del niño estaban llenos de lágrimas de pronto, y se escucharon pasos bajando la escalera. SeongHwa y SungHoon se asomaron, sin entender qué pasaba.
TaeHyun se soltó del agarre de BeomGyu.
— ¡Explícate, JungWon! — exigió. — ¡Un Alfa amenaza con marcarte y tú haces esto!
— ¡SungJun me está cortejando! — soltó JungWon.
— TaeHyun — insistió BeomGyu.
— ¡¿Cortejando?! ¡¿CORTEJANDO?! — TaeHyun ignoró a BeomGyu — ¡Doce años, JungWon! ¡Tú no vas a ser cortejado hasta ser mayor!
— Mamá, ¿puedes calmarte? — preguntó HeeSeung, dando unos pasos también.
— Señor Choi... — comenzó a decir SungJun con voz tímida.
TaeHyun se volteó hacia BeomGyu, buscando que le diera su apoyo. ¡Eran pareja, su Alfa debería ayudarlo en esa situación!
Sin embargo, BeomGyu tenía la mandíbula apretada, enojado de pronto con él, TaeHyun lo podía sentir a través de su enlace.
— JungWon es un Omega — dijo BeomGyu —, y SungJun le está cortejando de forma correcta. ¿Quieres comportarte como corresponde?
Sintió el alma caer a sus pies, atónito por lo que le estaba diciendo, en shock porque BeomGyu no estuviera apoyándole. No estaba de su lado.
BeomGyu lo aprovechó para voltearse hacia los hermanos Kim, que lucían incómodos. El mayor parecía avergonzado de lo ocurrido, porque ambos hermanos Kim eran Alfas, y un Omega les gritó. Un Omega mayor, por supuesto, pero un Omega al fin y al cabo.
— Disculpen, chicos — dijo con voz suave —, esto no volverá a repetirse. ¿Les parece si vienen otro día? TaeHyun les pedirá disculpas después.
TaeHyun sintió su garganta apretada ante sus palabras, sin entender un poco esa situación. Sin comprender qué estaba ocurriendo.
Los Kim asintieron. SeongHwa se despidió de SungHoon con un beso suave, en tanto SungJun le revolvió el cabello a JungWon, y pronto salieron de la casa.
Una vez la puerta fue cerrada, la tormenta se desató otra vez.
— ¡Mira lo que hiciste, mamá! — gritó JungWon. — ¡Me avergonzaste frente a SungJun! ¡Frente a mi Alfa!
— ¿Tu Alfa? — TaeHyun parpadeó. — ¡Tú no tienes ningún Alfa, JungWon!
— ¡¿Quieres dejar de meterte en nuestras vidas?! — gritó ahora SungHoon con fastidio. — ¡Hasta SeongHwa lucía molesto por tu actitud! ¡Ya no somos unos bebés, estamos grandes con JungWon, somos capaces de elegir a nuestros Alfas!
— ¡No me levantes la voz, SungHoon! — gruñó TaeHyun.
— ¡Consíguete una vida, ¿quieres?! — soltó JungWon. — ¡Lo único que haces es molestarnos con tu actitud tan sobreprotectora! ¡Puedo defenderme yo solo, no te necesito!
TaeHyun se estremeció, sintiendo como su corazón se rompía ante las palabras de sus hijos. Miró a HeeSeung, que contemplaba el suelo con vergüenza ajena, y recordó que su hijo mayor ya no quería que le diera siquiera besos porque le golpeaban en el ego.
Se volteó hacia BeomGyu, cuyos ojos refulgían con ira, todo su rostro apretado en señal de enojo total.
TaeHyun volvió a estremecerse.
— ¿Sabes lo que acabas de hacer? — le gruñó BeomGyu, agarrándolo de la muñeca. — JungWon tiene razón, nos avergonzaste frente a dos Alfas por tu actitud. SungHoon ya tiene quince años, está saliendo desde hace cuatro meses con SeongHwa, ya sabe que será su Alfa. JungWon tiene doce años y posee la capacidad suficiente para aceptar a SungJun como pareja. Tus hijos ya no son unos bebés, TaeHyun, deja de actuar de esta forma.
BeomGyu apretó su muñeca y TaeHyun soltó un jadeo de dolor, pero no sabía si fue por el apretón o por las palabras de su esposo.
Tus hijos. No nuestros hijos. Tus hijos, porque TaeHyun era el encargado de criarlos.
— Estás haciendo un show increíblemente estúpido — prosiguió BeomGyu, y los ojos del Omega se llenaron de lágrimas, porque BeomGyu nunca le trató así antes. —, y actúas de una forma idiota. Ni siquiera tienes la cena lista por preocuparte de esta tontería, ¿ves el desastre que estás causando?
Dejó salir un gemido bajo cuando BeomGyu lo soltó, empujándolo a un lado.
— Ve a preparar la comida — le ordenó en voz Alfa y TaeHyun no tuvo más remedio que obedecer, conteniendo el llanto que moría por salir de su boca.
Ninguno de sus cachorros lo siguió a la cocina.
Una vez allí dentro se permitió comenzar a llorar, aunque se preocupó de no soltar ruido alguno ya que, luego de lo ocurrido, no quería ver a nadie. Mientras cortaba las verduras para preparar un sofrito, su oído captó la conversación baja en el comedor.
— Papá, ¿podré seguir saliendo con SungJunnie, entonces? — preguntó JungWon con la voz llena de esperanza.
TaeHyun se asomó, preocupándose de que no lo vieran, sin dejar de sollozar.
BeomGyu estaba sentado en el sofá, observando la televisión, con JungWon sentado en su regazo. El Alfa le sonreía, orgulloso.
— Por supuesto que sí — le dijo, revolviéndole el cabello —, es un buen Alfa. Yo me encargaré de que mamá no vuelva a hacer lo de hoy.
— ¡Eres el mejor! — contestó JungWon, contento.
— Va lo mismo para ti, SungHoon — agregó BeomGyu —, puedes salir con SeongHwa sin problema alguno.
— ¡Por eso te prefiero a ti! — se rió SungHoon.
— Y si HeeSeung tiene algún o alguna Omega...
— Quién sabe — bromeó HeeSeung.
TaeHyun no quería seguir oyendo más, regresó a la cocina mientras lloraba porque todo estaba yendo mal, porque sus cachorros parecía que le odiaban y BeomGyu no era capaz de comprenderlo un poco.
¿O acaso todo siempre estuvo mal?
¡Gracias por leer!
pd: ¡miren! así es el sofrito –según Google‐:
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