03
Abrochándose los botones del pijama, TaeHyun no cruzó palabra con BeomGyu desde que se levantó de la mesa para ir al cuarto de JungWon y prometerle que haría cualquier cosa para disuadir a su padre.
Cualquier cosa.
TaeHyun estaba dispuesto a lo que fuera para que su cachorro siguiera en el club de taekwondo, incluso si eso conllevaba darle a BeomGyu lo que tanto deseaba. Mirándolo de soslayo, el Alfa seguía tenso, aun sin perdonarle que le alzara la voz y cuestionara su autoridad delante de los niños.
— Gyunnie...
Este le miró por un instante, y TaeHyun supo que tenía su atención, pese a que no hubiera hecho ninguna seña o gesto. Estaba realmente enojado.
— No me gusta que peleemos — empezó, dando a entender que estaba apenado por lo sucedido durante la cena. — Eres mi Alfa, no tuve que desafiarte — se disculpó, consiguiendo que BeomGyu le mirara al fin, su expresión seria. — JungWonnie está feliz en el club de taekwondo, y yo sé cómo hacerte feliz a ti.
El Alfa enarcó una ceja, indicando que siguiera hablando. TaeHyun se plantó delante suyo poniendo ambas manos sobre su pecho.
— Tal vez sea el momento de tener otro cachorro.
En cuanto la palabra "cachorro" salió de sus labios, BeomGyu suavizó sus facciones. Otro cachorro era lo que siempre quiso desde que su tercer hijo se presentó como Omega.
Una familia gozaba de más prestigio, si la mayoría de sus hijos eran Alfas.
— Pídemelo, y te lo daré.
— ¿Y permitirás que JungWon siga en el club de taekwondo? — preguntó, esperanzado.
BeomGyu pudo haber replicado, incluso negado a ceder a su pequeño chantaje, pero, honestamente, le importaba más engendrar otro cachorro, que JungWon y su dichoso club de taekwondo. Aun así, le dio una advertencia.
— Si vuelve a ocurrir otro incidente como el de hoy, tú serás el único responsable.
TaeHyun frunció los labios, asintiendo en silencio. Estuvo feliz por JungWon, imaginándose cuál iba a ser su reacción cuando se lo dijera al día siguiente. Se acercó a BeomGyu con la intención de besarle, y pese a que BeomGyu le correspondió, fue un beso breve, distinto a los que compartieron en su despacho.
— ¿Cuándo será tu próximo celo? — preguntó, separándose de él.
— En... tres semanas.
Si no lo dejaba preñado un día de esos, lo haría seguro durante su celo. Sin embargo, esa noche no hicieron nada. TaeHyun lo agradeció, pues, en su cabeza, aún resonaban los gritos de su Alfa, su voz imponiéndose ante él y sus cachorros.
Se deslizó dentro de las sábanas, y BeomGyu le siguió poco después. Se dieron la espalda mutuamente sin decirse nada más, cada uno en un extremo de la cama sin un beso de buenas noches. Antes de dormirse, TaeHyun pensó que, al menos, consiguió hacer recapacitar a su Alfa.
La felicidad de sus hijos era lo primero en ese instante.
Cuando al día siguiente JungWon llegó a la escuela, todo eran cuchicheos y miradas a su alrededor. No fue una experiencia agradable ir por los pasillos y oír fragmentos de una versión completamente diferente a la que, realmente, pasó.
"— Dicen que vieron cómo se le insinuaba a Hwang en las duchas."
"— Yo oí que le suplicó que fuera su Alfa."
"— Claro, por eso ingresó en el club de taekwondo."
"— Lo ha estado calentando durante todo el semestre."
Lo gracioso de todo aquello era que ninguno de los que cuchicheaban a sus espaldas se molestaba en disimular, como si esperaran que JungWon les contará la versión con todo lujo de detalle.
En clase, tuvo que soportar las miradas de sus compañeros clavándose en su nuca, todos creyéndose el cuento de Hwang JaeJoong, como si su palabra valiera más que la suya. ¡Era tan injusto! Había salido de casa feliz porque su mamá le dijo que su padre no le quitaría del club de taekwondo, pero, en cuanto puso un pie en la escuela, toda esa felicidad desapareció.
En lo que duraron las clases, se la pasó sin prestar mucha atención, tomando pocos apuntes o nada, dado a que sus manos temblaban y no podía escribir bien. Aun así, no dejaría que el estúpido de Hwang se saliera con la suyo.
Durante el almuerzo, salió del salón y fue a buscarlo, sin importarle lo que los demás pudieran decir de él.
No tardó en encontrarlo, riéndose con su grupito de amigos en mitad del pasillo, todos Alfas. Su aparición hizo que las risas cesaran, pues, en su lugar, soltaron silbidos y comentarios que JungWon ignoró, haciendo gala de una gran indiferencia.
— ¿Podemos hablar un momento? — preguntó, fingiendo que la presencia de esos seis Alfas no le ponía nervioso.
Su petición causó más expectación entre los amigos de Hwang, quienes se reían por lo bajo y le dirigían miradas burlonas. Hwang JaeJoong tenía esa expresión arrogante de quien salió triunfante, pero poco le iba a durar.
En cuanto estuvieron separados del resto y nadie les podía escuchar, JungWon no se anduvo con rodeos.
— No sé qué mentiras has ido contando, pero nada, de lo que digas, impedirá que siga ganándote en los entrenamientos.
El rostro de JaeJoong enrojeció, rabioso porque un Omega le estuviera desafiando en vez de agachar el rostro como hacían todos. Acercó su mano para agarrarlo, pero JungWon fue más rápido y le sujetó por el brazo.
— Soy mejor que tú — declaró, sin permitir que el miedo le dominara. — Asúmelo.
El Alfa temblaba de pura rabia, pero antes de que sus instintos se descontrolaran, HeeSeung se asomó por la esquina del pasillo, su cuerpo en tensión cuando vio a Hwang con hermano. Decidió intervenir rápidamente, antes de que otros les vieran, llamando la atención de ambos.
— Aléjate de mi hermano — dijo, alto y claro.
El Alfa volteó el rostro, su mandíbula apretada. JungWon soltó el brazo, sus hombros tensos y sus labios fruncidos en una delgada línea. Finalmente, y tras una pausa en donde los tres contuvieron el aliento, JaeJoong hizo un ruido despectivo y se apartó del Omega, no sin antes decirle:
— Un día te enseñaré tu lugar, Omega.
— Hazlo y te arrancaré la cabeza — replicó HeeSeung.
Hwang no pareció darle mucha importancia a esa amenaza, mirando despectivamente a JungWon antes de irse y dejar solos a los dos hermanos. Se produjo otro tenso silencio, HeeSeung acercándose a su hermano pequeño para comprobar que estaba bien.
— Juro que un día lo golpearé.
— No lo hagas. No quiero que te metas en problemas por mi culpa — dijo JungWon, sorprendido de que hubiera plantado cara a ese Alfa y estuviera ileso.
HeeSeung hizo un gesto con la mano, como restándole importancia.
— Te estaré esperando, cuando salgas del club de taekwondo, SungHoon y SeongHwa también estarán.
JungWon agachó el rostro, sintiéndose mal porque tuvieran que tomar tantas molestias por él. HeeSeung, que estuvo escuchando y desmintiendo la historia completamente distorsionada que corría desde primera hora por los pasillos del colegio, rodeó a su hermano por los hombros, sacando a relucir su instinto protector.
— Vayamos a comer. SungHoon me ha abandonado por el idiota de SeongHwa — dijo, rodando los ojos. — ¿Vamos con ellos y les fastidiamos su momento íntimo?
JungWon soltó una risita, pero le dijo que no.
— Apenas les das tiempo para estar a solas.
— No puedo evitarlo. Es el novio de mi hermano, tengo que odiarlo — dijo, encogiéndose de hombros.
Por supuesto que no lo tomó en serio. HeeSeung podía quejarse mucho y poner mala cara cada vez que SeongHwa y SungHoon aparecían cogidos de la mano, pero, en el fondo, sabía que SeongHwa sería un buen Alfa, y solo se dedicaba a molestarlos cuando se aburría.
Cogiéndole del brazo, JungWon arrastró a HeeSeung lejos de su hermano y su novio, llevándoselo para comer con él.
La hora de la comida fue su único momento de paz, pues, cuando retomó las clases, nada cambió por mucho que HeeSeung intentara en vano limpiar su imagen, lo cual agradecía profundamente. Pero se dijo a sí mismo que no permitiría que cuatro habladurías minasen su estado de ánimo. Él no estaba haciendo nada malo, y tarde o temprano sus compañeros se darían cuenta de lo mentiroso y rastrero que era Hwang JaeJoong.
Solo tenía que ser paciente y hacer como si nada, ya que los chismes poco duraban en la escuela.
Afortunadamente, esa tarde no tenía entrenamiento y pudo salir sin encontrarse con el Alfa, aunque ya se aseguró de no toparse con él por los rincones de la escuela ni en la salida. No es que le tuviera miedo -solo un poco-, pero, si les veían juntos, ayudaría a difundir más rumores absurdos sobre ellos dos, y él prefería mantenerse al margen.
En la entrada vio a SungHoon y SeongHwa, que, en opinión de JungWon, parecían dos actores sacados de un dorama. Hizo el ademán de ir hasta ellos, pero luego se lo repensó. Quizás era mejor esperar a SungHoon y dejarles volver a casa solos. Sin embargo, alguien le llamó y pudo saber de quién se trataba sin tener que voltearse.
"No, por favor, él no."
— ¡JungWon!
Quería que la tierra se lo tragara ahí mismo.
— Hola, Hyung — saludó sin mucho entusiasmo.
Kim SungJun lo alcanzó, notándose enseguida lo mucho que creció durante ese año, pues con catorce años, ya era más alto que sus hermanos.
— Discúlpame. Estos días he estado muy ocupado con el Consejo Estudiantil y apenas he tenido tiempo para hablarte.
— Oh, no te preocupes. Estarás muy solicitado — dijo, apenado.
¿Por qué era tan amable? Debería mirarle con asco, como hacían todos en esa estúpida escuela. De seguro estaba al corriente de todo.
SungJun percibió lo abatido que se veía JungWon, por lo que decidió darle ánimos.
— Oí que le ganaste a JaeJoong durante el entrenamiento de ayer. Bien hecho.
De pronto, su rostro empezó a calentarse y trató de justificarse tontamente.
— No... No fue nada. Solo técnica y concentración.
JunWon se veía realmente tierno y SungJun no pudo resistirse más. Se lo soltó de una.
— ¿Tegustaríaquefuéramosacomerunhelado? — preguntó atropelladamente, tropezando con sus propias palabras.
Cualquier otro hubiera fruncido el ceño, sin entender, pero JungWon no.
— ¿Un helado? ¿Los dos?
— Solo si te apetece — contestó el Alfa, frotándose la nuca.
Después de tener un día nefasto, JungWon sonrió al fin. Nada le hacía más feliz que pasar tiempo a solas con SungJun. A pesar de todo lo que decían sobre él, SungJun se acercó por iniciativa propia y le invitó a un helado.
Todo lo malo dejó de tener importancia para JungWon.
Ahora lo único que quería era pasarlo bien con SungJun y comer ese helado.
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