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DESSPUES - XXXI ; Should I Stay or Should I Go.


De pie, bajo el umbral de aquella gigantesca puerta, mis brazos se encontraban cruzados a la altura de mi pecho, y mis ojos fijos en la chica de mi amigo.

Amigo, sí. Me había disculpado con Blake, por haberlo usado a mi beneficio, por haberle mentido incluso a pesar de lo mucho que confiaba en mí. Me disculpé por haberlo hecho partícipe de mis mierdas, de mis locuras. Me disculpé por haberlo golpeado hasta dejarlo casi moribundo unos meses atrás.
Me disculpé por todo, menos por estar enamorado de su prometida.

“Prometida”, que difícil se me hacía pensarlo. Incluso mucho más que el decirlo.

Llevaba tres largas semanas aliado con los Muttone, cada día que pasaba me disculpaba por algo nuevo. “
Memphis me había dicho que “Dejase de hacerlo, o me patearía las bolas”, él era muy agradable y simpático.
Shanna y Morrison eran buenos muchachos, pero no confiaban en mí y tampoco querían mantener conmigo mucha relación.

La pequeña Monroe me adoraba, casi tanto como yo a ella. A veces veía el rostro de su padre reflejado en aquellos ojos cafés.
Una vez, luego de compartir horas y horas de juegos con ella, me vi obligado a encerrarme en un cuarto de baño de la mansión de Margot a llorar. No podía creer lo sucedido con Maddox y lo involucrado que me encontré en aquella situación.

Aquella ocasión me disculpé con los Muttone una vez más, y Memphis me propinó la patada en las bolas que había prometido.

Por su parte, Blake me trataba como si fuese su mejor amigo otra vez. El muchacho no tenía resentimientos ni orgullo, me hacía sentir como si fuese parte de la familia , su nueva familia.
Él y yo nos lo contamos todo, cosas que sólo los amigos comparten. En distintas ocasiones me encontré agradeciéndole por haberme dado una segunda oportunidad, y por haber ayudado a que todo sea menos incomodo.
El muchacho me respondió que quien debía agradecerme era él, pues si no hubiese sido por mí el jamás habría conocido a su único gran amor: mi Maggie, o su Maggs, como él solía llamarle.

Con Margot las cosas fueron distintas y distantes, y lo entendía a la perfección. No podía pretender que todo volviera a ser como antes, no después de haberle infringido tanto daño durante años.

Aquellas tres semanas me hicieron saber que Margot, era la persona más pura y hermosa del maldito universo, tanto interna como externamente.

¿Qué la hacía tan especial?

Su bondad sobrenatural, su fortaleza, su capacidad para el perdón. Su suavidad y tacto, la dulzura que derramaba su voz incluso cuando se encontraba molesta.
Un corazón enorme y la predisposición de hacer siempre el bien. Su sencillez y humildad me dejaba anonadado, casi tanto como su preciosa sonrisa.

Una sola vez en mi vida había conocido a persona igual, y esa era mi madre.

Entonces me encontré durante días y días imaginando a Margot como la mamá de mis hijos. Sabía que sería una excelente madre, tal cual lo había sido la mía. Sólo no debía de tocarle un hijo idiota y mal agradecido como lo había sido yo, porque la pasaría mal y ella no se merecía eso.

Fantaseaba con llegar a casa luego del trabajo y encontrarme a Margot con sus pies descalzos y una barriga grande, cargando sus siete meses de embarazo, mientras que tres pequeños daban vueltas a su alrededor reclamando por la cena.

Pero eso no iba a suceder, jamás.

Porque yo no sería el padre de esos pequeños. Porque Margot ya había encontrado a su verdadero amor, ese que no la hacía sufrir, el que la amaba y protegía por sobre todas las cosas. El que la hacía completamente feliz, y ese era Blake.

Pasé días y días, semana tras semana observando al amor de mi vida besar los labios de quien se había vuelto mi único amigo. Presencié sus caricias, escuché sus “te amo”, deseé ser yo quien la enrollara en mis brazos. Quería ser yo quien se acostase con ella cada noche, anhelaba besar sus labios al despertar.

Para esas alturas, comenzaba a comprender al amor casi tanto como a la vida.

No siempre se gana, y a veces para ganar hay que perder.

-¡Ed.. Harry!-Margot llamó mi atención.

-Oh, Maggie-Medio sonrió, medio hizo una mueca al escuchar aquel sobrenombre-Lo siento, estaba inmerso en mis pensamientos.

Hizo un gesto restándole importancia, le sonreí.

-Mi padre necesita que nos reunamos, él está en la sala y me ha pedido que venga por ti-Informó.

-Bien, adelántate. Iré enseguida-Dije, muriendo de ganas por tomar su mano y caminar junto a ella.

-De acuerdo-Asintió, y sin decir mas abandonó aquel salón.

Esperé que pasaran unos minutos para recién dirigirme al lugar, lo cierto era que quería evitar cualquier momento incómodo con Margot.

Al llegar a la sala principal me encontré con los Muttone, Margot, Memphis, Morrison, Shanna y Blake.

-¿Sucede algo?-Pregunté, al observar sus rostros serios.

-De hecho sí, sucede algo Harry-Habló Memphis abandonando el cómodo sofá y poniéndose de pie-Todos sabemos lo que Kara tiene planeado hacer mañana, antes de las corridas.

Nos mantuvimos en silencio.

-Ella quiere matarme-Soltó Blake de repente, y Margot tomó su mano.

-Eso no sucederá, cariño-Aseguró la castaña.

-Es por eso que estamos aquí-Informó Memphis-Con tu ayuda, Harry. Sabremos lo que Kara planea, y así lo evitaremos que se salga con la suya.

Asentí, y tras la petición de Memphis, informé detalladamente sobre los planes  de Kara para acabar con Blake. Juntos nos ingenieríamos para evitar que aquello sucediera.

-Harry, lo cierto es que Kara no debe enterarse que actuarás en su contra mañana-Habló Shanna.

-Lo ideal sería que le digas que vas a colaborarle-Intervino Morrison, frunciendo el ceño.

-Creo que deberíamos dejarte fuera de esto, Harry-Soltó Memphis-Necesitamos que Kara siga confiando en ti.

-Papá tiene razón-Dijo Margot poniéndose de pie-Luego tenemos que atraparla, y eso no será muy fácil.

-Lo cierto es que lo será-Aseguró Shanna y todos observamos confundidos-El tío Memph se ha encargado de conseguir pruebas que la incriminan, si bien no lo ha hecho por métodos legales, el testimonio de Harry puede validarlas.

Me mantuve en silencio durante unos segundos. Y por un instante pensé: ¿Debería irme, o debería quedarme?

¿De verdad quería traicionar a Kara? Luego de todo lo que había hecho por mí… luego de aquellos fuertes sentimientos encontrados hacia ella desde el momento en el que la conocí…

Y la respuesta era sí. Porque aquello era lo correcto, haría el bien después de tanto mal… y perdería para ganar. Porque aquella sería mi redención.

Mi teléfono comenzó a vibrar en mi bolsillo, antes de tomar la llamada informé a los Muttone que se trataba de Kara, ellos me dieron el okey y me pidieron por favor que la pusiese la llamada en altavoz.

-Harry-Habló Kara-No tengo mucho tiempo, quería saber ¿Estás listo para mañana?

-Lo estoy-Suspiré.

-No veo las malditas horas de ver a Margot sufrir  mientras Blake se desangra-Carcajeó-El siguiente paso será tuyo.

-Así es, he estado realizando un seguimiento de los movimientos de Memphis-Mentí-Al bastardo no le queda mucho tiempo.

Memphis tocó mi hombro y me levantó el dedo mayor, casi se me escapa una risa.

-Eso espero-Dijo Kara-Será mejor que cuelgue, te veré en unas horas cariño.

-Hasta luego Kara.

-Oh Harry, te amo-Soltó, provocando que todo en mi interior diese vueltas.

-También  te amo, Kars-Suspiré y observé la mueca realizada por Margot.

Tras colgar la llamada, oír la sarta de insultos hacia Kara, y terminar de pulir los detalles del plan, los Muttone abandonaron la mansión de Margot uno a uno, asegurando a Blake que aquella no sería la ultima vez que lo verían.

Y yo concordaba con aquello, Blake no moriría.

-Estoy putamente asustado ¿Sabes?-Confesó el castaño cuando nos encontramos solos.

-El miedo no es malo-Informé-Y para esta ocasión tampoco es necesario.

Blake hizo una mueca.

-No lo se hermano… tengo un mal presentimiento y…

-¡No!-Exclamé-Nada va a pasarte, haré lo necesario para evitar que salgas lastimado.

-Eres un buen chico Styles-Sonrió-Te habías descarrilado un poco, pero ya regresaste a tu lugar, amigo.

-Tu también lo eres Blake-Solté tomando asiento junto a él, sus ojos estaban medio llorosos.

Blake estaba aterrado y aquello me partía el corazón.

-Solo quiero que si algo me sucede…

-Nada va a sucederte, Blake-Aseguré.

-Sólo en el remoto caso que algo me suceda, quiero que le entregues esto a Margot-Me tendió un sobre blanco, completamente cerrado-Puedes leerla sí quieres, pero no es muy distinto a lo que voy a decirte.

-Blake nada va a sucederte mañana, no tienes que…

-¡Lo sé, mierda!-Gritó-¡Se que nada va a sucederme, se que no voy a morir!-Carraspeó su garganta-Pero ante la mínima posibilidad, sólo quería pedirte que cuides de Margot.

Asentí.

-Harry sé que la amas, y créeme si no sintiera lo mismo por ella, ya me hubiese hecho a un lado-Confesó-Porque me guste o no, se que Margot aún te ama… sólo que luego de todo lo que sucedió, ella endureció su corazón de tal manera que a veces se prohíbe a sí misma aceptar sus sentimientos.

Aquellas palabras… y el simple hecho de pensar que podían ser verdad hacían que mi estómago experimentáse aquella rara sensación una vez más.

-Amo a Margot como jamás he amado a alguien en toda mi vida, es una muchacha preciosa y estoy dispuesto a dar la vida por ella y su familia-Habló-Pero ella te ama Harry, lo ha dicho en sueños una innumerable cantidad de veces.

Mi corazón se aceleró y una sonrisa se escapó de mis labios.

-Se que las cosas mañana saldrán bien, y quiero disculparme contigo porque continuaré junto a Margot y tengo planes de formar una familia y ser inmensamente feliz-Informó-Pero si algo falla mañana… si Kara logra salirse con la suya y me quita la vida… sólo por favor cuida de Margs. Y entrégale todo el amor que se merece, haz que sea feliz. Dale los seis hijos que quiere, aunque te parezcan demasiados-Blake rio, antes de ponerse a llorar-Por favor, Harry no la decepciones ni la dejes caer… Margot puede ser fuerte, pero también necesita que cuiden de ella.

Para ese entonces empecé a llorar también, Blake me abrazó fuertemente y le devolví el gesto.

Me prometí a mi mismo que al castaño no le sucedería nada, juré que sería yo quien se encargaría de evitar aquello.

Blake se merecía la vida feliz que tanto anhelaba, y yo haría hasta lo imposible para que él pudiese luchar por aquello.

Incluso si debía renunciar al amor de mí vida, si debía ver a Margot partir en los brazos de otro hombre.

Porque renuncia también es amor, y el amor a veces duele, pero el dolor en ciertas ocasiones cura.
Y yo deseaba curarme, casi tanto como deseaba una larga y feliz vida junto a Margot.

-Este ha sido el momento más homosexual de mi vida-Confesé provocando en Blake una risotada.

-Y eso que aún no has salido del closet-Rio.

-Lo haré pronto, maldito-Continué su broma mientras secaba las lágrimas en mi rostro.

Blake imitó mi acción.

-Creo que será mejor que me retire-Me puse de pie-Todos debemos descansar, mañana nos espera un largo día.

Blake se puso de pie y tras darme un fuerte abrazo y  despedirme, me pidió por favor que llamase a Margot pero que no mencionara absolutamente nada con respecto a nuestra charla.

Caminé hacia las afueras de aquella gigantesca sala, dirigiéndome en busca de Margot, pero sin la necesidad de ocupar mucho tiempo.

La castaña se encontraba escondida a un costado del umbral, con sus ojos rojos y lágrimas rodando por sus mejillas.

No me hacía falta preguntar, ella lo había oído todo.

-Margot yo…

No me permitió continuar, hundió su rostro en mi pecho y me abrazó fuertemente. Le devolví el gesto, y me mantuve así durante un largo rato.

Aquella sería la última vez que la abrazaría, porque luego de evitar que Blake muriera, me iría para siempre.

Lejos de todo aquello…

Lejos de mi gran amor…

Lejos de Margot Muttone...

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