23
Estaba cansada.
Sus ojos querían cerrarse, tenía muchas ganas de dormir. Pero no podía, debía arreglarse y empacar unas cosas más para su viaje.
No tenia sentido llamarlo 'Luna de miel', si viajaban era por complacer a sus mayores. Jungkook le dejó muy en claro lo que sería ese viaje, él seguiría con su trabajo.
Ella iba a aprovechar ese viaje para conocer el paisaje. Era la primera vez que viajaría sin su madre, finalmente era libre. Sintió un alivio en su corazón, después de todo, era lo que más quería.
Se sentó un su cama, y a su cabeza volvió las palabras que marcaron el comienzo de una nueva vida "sí acepto".
Verlo a él, vestido con ese elegante traje le encantó, y por un momento se alegró, estaba casada con una gran empresario, y por supuesto, era muy apuesto. Pero solo era eso.
La puerto de su habitación se abrió y entró JunHee y una empleada, que la saludo con una reverencia y rápidamente fue hacia el armario para sacar una maleta y abrirla en la cama. Comenzó a sacar la ropa y a doblarla, separando las camisetas con los pantalones.
—Ven —le ordenó su madre—. Te quitaré el vestido.
Se acercó a su progenitora y le dió la espalda. Sintió alivio al sentir que el vestido ya estaba desajustado y así, pudo respirar mejor.
Se puso una bata y nuevamente tomó asiento, esperando para que la mayor comience a decirle que es lo que tendría que hacer.
—Debes aprovechar este viaje para ganarte su... —frunció los labios pensando— confianza. —terminó de decir.
Ella sabía que eso era difícil de conseguir.
—Y así, se harán más cercanos. Y tal vez, no lo sé, puedan quererse, pero eso no es obligatorio —soltó una gran risotada que la hizo estremecerse—. Solo... haz bien tu trabajo,Kim GyuRi.
—Ya está listo, señora. ¿Hay algo más que quiera agregar? —dijo la joven sirvienta, esperando la aprobación de ella.
Se levantó de la cama y fue hacia la joven. Observó la maleta llena de sus pertenencias. A un costado había una bolsa negra, inmediatamente llamó su atención. Lo cogió y metió la mano para ver qué era. Sintió que la tela era muy suave, así que rápidamente lo saco.
Frunció el ceño al ver qué en sus manos tenía un sostén de encaje y seda. Algunas prendas se cayeron en su cama, así que las agarró para verlas. Había un vestido negro corto, con las mismas propiedades que el sostén. Y por último, la parte inferior, también era así.
—Mamá ¿Que es esto? —preguntó confundida.
—¿Por qué eres tan ingenua? —respondió con otra pregunta, estaba a punto de perder la paciencia— ¿No es obvio? Para que te acuestes con él.
—No creo que llegue a pasar —negó y guardó las prendas en la bolsa—. Él dejó muy en claro las reglas de este matrimonio.
—¿Reglas? —soltó otra risa— GyuRi, debes saber que ningún hombre puede callar los gritos del deseo. Su cuerpo se calienta y no puede hacer nada más que... Seder.
Sus mejillas se ruborizaron.
—Ire a darme un baño.
...
GyuRi llegó al aeropuerto con tiempo de sobra, vestida muy cómodamente para el viaje. Se dirigió al mostrador de facturación y entregó su pasaporte y tarjeta de embarque. Mientras esperaba a que le entregaran su tarjeta de abordar, miró a su alrededor, buscando a su ya esposo.
Finalmente, lo vio aparecer en la distancia, vestido con unos jeans negros y un suéter gris. Su cabello estaba peinado hacia atrás, y sus ojos parecían estar escaneando el área. Cuando sus ojos se encontraron, se acercó a ella con una expresión neutral.
—Kim GyuRi. —dijo, con una ligera inclinación de cabeza.
—Buen día. —respondió GyuRi, con una sonrisa formal.
Él tomó su maleta y se dirigió hacia la zona de seguridad. La mujer lo siguió, sintiendo una mezcla de alivio y nerviosismo. Sabía que ese viaje sería una oportunidad para escapar de su madre, pero también era consciente de que estaría sola con un hombre que apenas conocía.
Mientras pasaban por la zona de seguridad, Jungkook se quitó su reloj y su cinturón, y los colocó en una bandeja para que los escanearan. GyuRi hizo lo mismo, sintiendo su mirada sobre ella. Cuando salieron de la zona de seguridad, se volvió hacia ella y dijo:
—Vamos. Nuestro avión sale pronto.
Ella asintió y lo siguió hacia la puerta de embarque.
El viaje hacia las Islas Maldivas fue una experiencia monótona y silenciosa. Ambos se sentaron en lados opuestos del avión, cada uno sumido en sus propios pensamientos. La distancia entre ellos parecía más profunda que la del océano que estaban cruzando.
A medida que el avión volaba sobre las nubes, GyuRi se sintió cada vez más desconectada de su esposo. No había ninguna tensión palpable entre ellos, solo una sensación de indiferencia.
Cuando llegaron a su destino, ella se sintió un poco más animada. La belleza natural de las islas era impresionante, y la villa de lujo que habían reservado era aún más impresionante.
El joven Jeon estaba centrado en trabajar desde su laptop. GyuRi se sentía sola y aburrida, sin nada que hacer excepto mirar el océano. La privacidad y la tranquilidad de la villa, que habían parecido tan atractivas al principio, ahora se sentían opresivas.
Ella se preguntaba si esto era todo lo que podía esperar de su matrimonio. ¿Un vida de silencio y soledad, con un esposo que parecía más interesado en su trabajo que en ella? La idea era desalentadora, y GyuRi se sintió cada vez más desanimada a medida que pasaban las horas.
La noche cayó sobre la villa, ella se sentó sola en la terraza, mirando el océano. La luna estaba llena, y su luz plateada iluminaba el agua. Se sintió pequeña e insignificante en comparación con la inmensidad del océano.
GyuRi se levantó de la terraza y se dirigió hacia su habitación. Se sintió aliviada al poder retirarse a su propio espacio, lejos de la presencia de Jungkook. Se cambió de ropa y se preparó para dormir, sintiendo una sensación de vacío y soledad.
Mientras se acostaba, no pudo evitar pensar en su vida antes del matrimonio. Se preguntó qué habría pasado si no hubiera aceptado la proposición de Jungkook. ¿Habría encontrado la felicidad con alguien más? ¿O habría quedado atrapada en la vida que su madre había planeado para ella?
Las preguntas sin respuesta la mantuvieron despierta durante un rato, pero finalmente se durmió, exhausta por el viaje y la emoción del día.
No sé cuánto pasó ¿un mes? no sé, pero acá está el siguiente capítulo, perdón por tardar es que no sé JAJAJJAHA feli año nuevooo
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