18
El estaño permanecía en su escritorio sin dejar de pensar en la llamada de anoche, esa información que Taehyung le había proporcionado, lo dejó muy preocupado y quería saber qué es lo que estaba tramando su padre.
Su compañero YoonGi estaba a su lado, resolviendo unos asuntos de la empresa, además, estaba ahí para conversar un poco acerca de sus planes.
—¿Entonces te besó? —dijo el pálido mientras se reía— Ojalá hubiera estado allí.
El castaño le contó todo lo ocurrido en la fiesta y lo de aquel beso también.
—Me beso en la mejilla —bebió de su vaso—. Además, solo fue porque su padre estaba frente nuestro, él no tiene que saber nada.
—Pero pronto lo sabrá... Y estoy seguro que querrá matarte.
—Más que a mí, querrá asesinar su ex esposa.
Pensar en eso no le afectaba tanto, además, tal vez asesinar a su madre le iba a hacer un favor a su prometida. Eso creía él, pero a pesar de que fuera una manipuladora y controladora, GyuRi la amaba, por supuesto, era su madre.
—Lo que me dijo TaeHyung me dejó preocupado —el otro asintió, comprendiendo su angustia—. Ese hombre sabe cosas y muy importantes, Min.
Ese hombre era un subordinado de Park JaeWon y muy amigo suyo. Ese hombre continuó trabajando con el padre de Jungkook incluso después de que el señor Park haya renunciado. En ese entonces era un joven de 19 años, conoció al hijo mayor de los Jeon y tenían una muy buena relación. Le dolió mucho la pérdida de aquel joven y también que su jefe se haya ido. Continuó con ese trabajo ya que le pagaban muy bien y un hombre como él sin estudios terminados no podría haber conseguido un trabajo.
A sus 39 años, parecía ser un hombre muy fiel en la familia Jeon, así que jungkook y lo demás estaban muy confundidos con su desaparición.
Una vez más fueron interrumpidos, el asistente entró al despacho e hizo una reverencia.
—Disculpe señor. Me han llegado nuevas invitaciones para su agenda. Su abuelo nos dijo que era muy importante.
—Dime, por favor.
—Mañana por la noche su abuelo organizará una cena con la familia Kim para terminar de organizar las cosas para su... boda. —ni siquiera el asistente podía creer que su jefe iba a casarse.
—¿Ya sabes cuándo será? —preguntó el pálido.
—No, pero estoy seguro que será muy pronto. Están desesperados para que nos casemos.
—No te olvides de hacerme llegar la invitación. —se burló.
—Y también por la tarde tendrá una cita con el sastrero. Tiene que elegir su traje para la boda, señor.
—Por Dios —se quejó y golpeó levemente la mesa con su mano—. Esta será la primera y última vez que me casaré.
...
Muy afuera de la ciudad. Jeon Junhyeok estaba sentado y sus subordinados estaban detrás de él, dispuestos a obedecer cualquier petición suya.
Era un hombre que con tan solo verlo se te revolvía el estómago. Era un tipo al que realmente había que temer, respetar y evitar. Muchos pensaban que solo era una exageración y que no era tan peligroso como decían, Y cuántas veces se equivocaron.
De pronto, escuchó cómo un llanto se acercaba cada vez más, fusionado con quejas y gritos. Y por la entrada, se podía ver a una mujer, atada de las manos y con los ojos cubiertos. El hombre que la acompañaba, la lanzó a los pies de su jefe. Cayó y totalmente confundida rogó.
—¡Por favor! —lloriqueó— Estoy embarazada, por favor no me hagan daño.
Junhyeok miró al otro, dándole la señal de que le quitara la venda a la mujer. Y obedeció.
La fémina tenía los ojos rojos e hinchados, parpadeo unos segundos hasta que se acostumbró a la luz y miró a su alrededor. Estaba repleta de hombres vestidos de negro, con algunos tatuajes, uno más fuerte que el otro y sintió mucho miedo.
—Que poco considerado es tu esposo. Te dejó sola... —sos vos era fría y muy hostil.
Su cuerpo comenzó a temblar y en su mente rogaba para que no le hicieran daño, ni a ella y ni a su bebé. Sabía quién era ese hombre, sabía que su esposo trabajaba para él y que recientemente habían tenido un altercado, ya que él no quería trabajar más para Jeon Junhyeok. Quería dar por terminada esa etapa de su vida, quería tener una vida tranquila con su familia.
—Llévame con él...
—Descuida, muy pronto te reunirás con él.
Los otros comenzaron a reír. Ellos sabían lo que le esperaba a esa mujer.
El mayor se levantó y comenzó a caminar alrededor de la mujer que estaba de rodillas.
—Sabes que tu esposo cometió muchos errores, y lo he perdonado incontables de veces. Pero hay algo que jamás... —se arrodilló y la tomó bruscamente del menton— Jamás aceptaré y es la traición.
La mujer comenzó a negar y llorar.
—No, no. —su voz temblaba.
—Sé que se reunió con Park JaeWon, a quien estuve buscando por mucho tiempo.
—Por favor, se lo suplico —se dejó caer por completo en el piso—. No nos haga daño —tocó su vientre levemente abultado—. Haré cualquier cosa...
Él se levantó y se sentó nuevamente en su silla. En su rostro había una sonrisa cínica. Se divertía al ver como la mujer suplicaba.
—Quitate la ropa... —le ordenó de manera imponente.
El rostro de la mujer reflejó angustia, confusión y desespero. No sabía qué decir. No quería obedecer, pero tampoco quería morir.
Así que, se levantó y de manera torpe, temblando, se quitó la blusa, haciendo ver su sosten rojo de encaje y su vientre. Sus manos fueron al cierre del pantalón, lo bajó y se quitó la prenda, quedando solo en ropa interior.
Se abrazó a sí misma, queriendo desaparecer.
—La ropa interior también... —agregó mientras tenía una sonrisa en su rostro.
—¿Que...? —preguntó confundida.
—Dijiste que harías cualquier cosa...
Suspiró cerró los ojos y llevó sus manos así la parte de atrás de su sostén, lo desabrochó y se lo quitó. Escuchó unas risillas, unos silbidos y pequeñas frases morbosas qué le asquearon. Acto seguido, se quitó la parte inferior.
Ya estaba completamente desnuda y avergonzada miró hacia el piso.
—¡Salgan todos! —les ordenó y obedecieron
Éste se levantó, llevó sus manos a su cinturón y se lo quitó. Se acercó a la mujer y con brusquedad, la agarró del mentón, obligándola a mirarlo.
Un capítulo difícil de escribir, pero se logró.
Espero el curso de la historia les esté gustando.
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