17
GyuRi estaba lista, bien vestida y maquillada. Ese día lo esperaba una agenda muy apretada. Tenía que empezar a preparar todo con respecto a su boda; la fecha, el lugar, invitados, comida, vestido, absolutamente todo. Y como siempre su madre estaba ahí.
Las dos estaban en el auto yendo hacia su primera parada.
—Nos reuniremos con la organizadora que nos proporcionó el Señor Jeon —comentó la mayor—. Propondrá algunas fechas y elegiremos la adecuada.
La joven asintió, solo miraba hacia la ventana sin decir ni una sola palabra.
La espera no fue muy larga, el auto se detuvo frente a un restaurante muy distinguido y frecuentado por grandes figuras. Ambas mujeres se bajaron y se adentraron hacia el lugar y el mozo las guió hacia una mesa que tenía muy buena vista, desde allí se veía la ciudad.
—¿Qué quieres tomar, hija? —preguntó la mujer.
—Un café está bien... —el mozo asintió y se retiró.
—Quita esa cara de amargura, hay gente presente. —le retó.
De pronto una mujer elegante, de mediana edad se acercó hacia la mesa e hizo una reverencia.
—Buenos días —la señora tenía un aura brillante—. Soy Lee Jihna, estoy encantada de conocerlas. El señor Jeon me pidió que las asesorara con la organización de la boda de la señorita y el joven Jeon. —señaló a GyuRi, sacándole una sonrisa.
—Es un gusto para nosotros tenerla aquí. —dijo la madre de GyuRi.
La señora Lee, miró a la chica esperando a que dijera algo.
—Estoy muy emocionada por comenzar. —dijo.
—Bien, entonces creo que deberíamos empezar, primeramente, por poner una fecha para hablar con el salón que se alquilará, con el servicio de la comida y bueno, las invitaciones.
De su bolso sacó sus lentes y se los puso, también, puso sobre la mesa una libreta junto con un bolígrafo.
—El señor Jeon me dijo que esta boda tenía que realizarse en poco tiempo, así que supongo que tenemos unos... ¿Seis meses?
—No... —la mayor frunció el ceño, esperando una respuesta— Vera, esta boda tiene que realizarse a la velocidad de la luz y esperaba que fuera en... 2 meses.
La Señora Lee se quitó los lentes y entrelazó sus dedos y su rostro estaba serio.
—Eso es muy pronto —miró a la joven— ¿Tan ansiosos están por casarse?
—Si, queremos... —sonrió y soltó una leve risita al ver como tenía que mentir a otra persona más— estar juntos lo antes posible.
—La verdad, será muy difícil —tomó un sorbo del vaso que estaba a un costado—. Familias con una gran influencia siempre esperan una boda perfecta, que sea recordada, pero eso se logra con meses de trabajo y la verdad, 2 meses es muy poco tiempo.
La madre de GyuRi le dio una patadita por debajo de la mesa, para que dijera algo y la convenciera de que las ayude.
—Yo sé que es muy poco tiempo, pero estoy segura de que se puede lograr, hay mucha gente que está dispuesta a colaborarnos. Quiero casarme lo antes posible y que sea grandioso.
—Parece que están muy enamorados... —rió y se puso nuevamente los lentes— Está bien, primero fijemos una fecha.
—Si, en primavera sería genial —comenzó a hablar la madre—. Yo creo que...
—Espere —la señora Lee la detuvo—. Esta boda es de su hija y ella tiene que tomar las desiciones. Usted podrá darle algunas sugerencias o consejos, pero la señorita tiene la palabra final.
Por dentro estaba impactada por esas palabras ,pero solo sonrío y asintió. Se sintió un poco humillada.
—Bien, señorita GyuRi ¿Qué fecha quieres que sea tu boda?
Esa pregunta no sabía cómo responderla. Su madre estaba a cargo de todo y siempre todos obedecían lo que ella quería y nadie se tomaba la molestia de preguntarle qué es lo que quería, entonces no sabía qué decir. Pero recordó cuando era una niña, cuando soñaba con una gran boda al aire libre, con su príncipe azul, con la gente que la quería, con sus amigos, pero ese sueño se fue desvaneciendo mientras crecía, porque sabía que jamás se cumpliría.
—Mi sueño siempre fue tener... Una boda al aire libre, rodeada de la naturaleza, en un hermoso y verdoso jardín —la mayor asintió con una sonrisa cálida en su rostro.
Tal vez su boda era con intenciones de dinero y estatus, pero ella sabía que era la única oportunidad de vivir la boda soñada que siempre anhelo, sin amor, pero de todas formas iba a disfrutarlo.
—¡Perfecto! —anotó en su libreta— ¿Junio te parece bien? —la chica asintió— Puede ser entre el 15 y 20 de ese mismo mes.
La mujer escuchaba con atención cada deseo que quería GyuRi, todo lo que quería, lo anotaba en su libreta.
Luego de una hora terminaron y se levantaron para despedirse.
—Yo me ocuparé de lo demás, las estaré llamando.
La señora Lee se fue por su lado y la chica con su madre subieron al auto. Y siendo sincera, estaba feliz.
—¿Y ahora? —preguntó a su madre.
—Nos reuniremos con un gran amigo, y veremos lo de tu vestido.
Estaban en el centro de la ciudad, la chica estaba ansiosa por conocer a ese amigo de su madre. Pasaron minutos hasta que el auto se detuvo frente a un local. Ella bajó primero y en la vidriera vió los vestidos exhibidos ahí, eran preciosos.
—Vamos, querida —ambas entraron al lugar y se acercaron a la recepción—. Tengo una cita con Oliver Kang. Soy Kim JunHee.
—Claro, la estábamos esperando. Por favor pase.
La chica hizo una reverencia y siguió a su madre hacia el ascensor, ninguna soltó ni una sola palabra.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron se encontraron con un nombre caminando con unos alfileres en mano hacía un maniquí y detrás de él, estaba una mujer con unas tijeras.
—¡Oliver! —gritó la mujer.
El hombre al instante se dio la vuelta. Y con una expresión de sorpresa y alegría se acercó corriendo hacia ella y la abrazó.
—¡Kim JunHee! Cuánto tiempo sin verte. Estás hermosa como siempre.
Se separaron y Oliver miró hacia atrás y se encontró con una jovencita parecida a su amiga.
—¿Ella es tu hija?
—Si, ella es Kim GyuRi.
—Mucho gusto. —dijo la joven respetuosamente, seguido de una reverencia.
—Es igual de hermosa que tú. —dijo emocionado— ¿Y a qué se debe tu visita?
—Veras, mí hija se está por casar y...
—¡Claro! —la interrumpió gritando— lo vi en las noticias, se casará con uno de los empresarios más importantes del país, Jeon Jungkook.
Ambas asintieron.
—¿No me digas que quieres que haga su vestido de bodas? —dijo emocionado y la mujer asintió— Estaría encantado, solo dime cuándo es y comenzaré a trabajar.
—En dos meses...
Frunció el ceño, intentando entender.
—¿Dos meses? —y asintieron otra vez— Disculpa, pero un vestido de bodas no se hace en dos meses. Se necesitan entre 4 y 6 meses para fabricarlo y se necesita otros 2 o 3 meses para hacer modificaciones. —explicó.
—Lo sé, lo sé, Oliver —dijo apenada—. Pero ellos están ansiosos por unir sus vidas y quieren hacerlo lo antes posible. Por favor...
—Tengo mucho trabajo... —miró a la joven que estaba detrás de su madre, ésta miraba sus manos— Pero haré mí mayor esfuerzo para hacer el mejor vestido.
—¡Gracias, Oliver!
Rápidamente el varón tomó de la mano a la chica y la llevó frente a un espejo para tomar sus medidas.
Espero les gusteeee
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