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Kim GyuRi | povs.
Caminé hacia la mesa donde estaba anteriormente. Cada persona que pasaba por mí lado, me felicitaba, me decía lo hermosa que estaba o solo me sonreían.
No estaba acostumbrada a tener tanta atención de otras personas, siempre me agradó más estar entre las sombras.
—¡Hija! —papá se acercó a mí, completamente contento— El señor Jeon es un hombre muy bueno, tiene muy buenas proyecciones.
—Entonces disfrutaste hablar con él. —me apoyé en su hombro.
—Si, fue agradable. ¿Tu ya hablaste con él?
Jamás cruce una sola palabra con ese hombre. Cada vez que lo veía, sentía que era capaz de matarme, me daba miedo.
Jungkook es frío, pero no es como su padre, no lo parecía. Así que, suponía que debe ser parecido a su madre.
—No tuve la oportunidad de entablar una conversación con él...
—Bueno, ya que pronto serás la esposa de su hijo, deberias hablar más.
No, no quería acercarme a ese tipo, me generaba una gran desconfianza.
—Pronto, papá.
—¿Donde estabas? —me preguntó mientras me acompañaba a mí lugar— No te ví por ningún lado.
—Fui al baño... —me senté y acomodé mí cabello.
—¿Y Jeon Jungkook? Tampoco lo ví.
—Esta afuera tomando aire, se sintió un poco sofocado.
Tenia el presentimiento de que realmente estaba sofocado. Lo entendía, yo también me sentía presionada por toda esta gente.
—¿Todo está bien? —me preguntó otra vez. Al instante sonreí y asentí— Llámame si necesitas algo.
—Esta bien, gracias...
Absolutamente todos disfrutaban de la fiesta, pero yo sentía que no pertenecía allí. Estuve sentada por unas horas más, con dolor de espalda y pies.
De a poco los invitados fueron retirandose. Hasta quedar solo la mí familia y Jungkook con su asistente.
—Es hora de irnos, hija. —me dijo papá, él se levantó y acomodó su traje.
Asentí y me levanté. Y con su ayuda, me llevó hasta la salida dónde nos esperaba el chófer con el auto. Estuve a punto de subir, pero mí madre apareció.
—¿GyuRi a dónde crees que vas? —se acercó y me tomó del brazo.
—Se irá conmigo. —respondió mí progenitor. Mí madre quería matarlo con la mirada.
—No, eso no. Ella se irá conmigo, tenemos que organizar muchas cosas para la boda y eso incluye elegir el vestido.
Estaban discutiendo frente a todos, era una vergüenza. Si tan solo mí madre fuera más tranquila, nada de esto pasaría. De pronto, vi como Jungkook salía junto con su asistente.
—¿No te vas a despedir? —preguntó papá.
Carajo. Había olvidado que mí padre no sabía nada detrás del compromiso. Él creía que Jungkook y yo nos amábamos.
Mientras me acercaba al castaño, éste me miraba extrañado. Y cuando lo tuve a tan solo centímetros, tomé su mano y la entrelace con la mía.
—¿Que estás...?
—Mi padre nos está viendo —él miró a mí padre y éste miraba a otro lado, haciéndose al distraído—. Acércate.
Él castaño obedeció. Sentí su perfume, olía demasiado bien. Se inclinó un poco y de puntitas me acerqué a su rostro. Mí corazón latía con fuerza, no sabía si él también estaba nervioso. Era la primera vez que teníamos tanta cercanía. Podía sentir su respiración en mí oído y mí piel se erizó.
Posé mis labios en su mejilla y me separé lentamente. Se me escapó una risita al ver qué tenía el labial marcado en su piel.
—Nos vemos, cielo. —mi voz salió más dulce.
—Adiós...
Caminé hasta el auto y subí, mí madre entro detrás de mí. La miré de reojo, estaba sonriendo.
...
Me senté en el sofá de nuestra sala, intentando relajar mis nervios después de la tensa noche en la fiesta. Mi madre entró en la habitación, su rostro reflejaba desaprobación.
—¿Tienes algo que decir? — preguntó, en sus manos tenía un vaso con whisky.
—Fue una agradable celebración, madre — respondí, intentando sonar tranquila—. Te luciste.
Ella se sentó en el sillón que estaba en frente. Su mirada era penetrante. Bajé la vista, esperando su regaño.
—Kim GyuRi, te he dejado muy en claro estos últimos días lo que debes hacer —se paró y rápidamente se acercó a mi—. Esta fiesta era importante y como siempre lo hechas a perder.
Me sentía pequeña ante ella. Era algo que odiaba.
—¿Sabes que decía la gente? —preguntó alzando la voz— Que esto no es más que un negocio, que Jungkook y tu se odian, que... Tu solo lo haces para complacerme —tenía los ojos cristalizados—. Pero ¿Sabes? Ellos tienen razón, pero no deben saberlo.
Mi madre se sentó junto a mí.
—Si lo sé, mamá.
—Vi cómo te despediste de Jungkook — dijo, con su voz llena de insinuación. —. Un beso en la mejilla no es suficiente, GyuRi.
Recordé el momento en que me acerqué a él para despedirme. Él estaba distante, como siempre.
—¿Qué más quieres que haga, madre? — pregunté, sintiendo frustración— Yo no le intereso, no quiere estar cerca de mí.
Suspiró y se levantó del sillón. Estaba tensa.
—¿Y que va a pasar después? ¿Cuando estén cansados no van a hablar? —su voz era firme— ¿Que va a pensar la gente? Tú eres una mujer, haz algo para llamar su atención.
Me sentí abrumada por la presión de mi madre. ¿Por qué no podía entender que él no estaba interesado?
—Pero, madre... — comencé a decir.
—No hay peros, GyuRi —interrumpió—. Tu te mereces lo mejor y ese es Jeon Jungkook. Piensa en tu futuro.
Me sentí atrapada, sin salida.
—Digamos que no hay boda con los Jeon. —comenzó a suponer— ¿Acaso te casarás con un profesor? ¿Con el dueño de un puesto de comida? ¡Jamás! ¿Sabes por qué? Porque yo nunca lo permitiría.
Mí madre creía que yo jamás podría tener una vida sin lujos, yo no creía eso. Pero Jeon Jungkook era mí salvación en ese momento y tenía que amoldarme a sus juegos, a sus decisiones. Si bien, él ganaba, yo tampoco me quedaba atrás.
VOLVIMOS CON FORZADOSSSS
Aún no terminaron las clases, pero tengo un poco más de tiempo jaja
Espero les gustee
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