09
Jungkook | povs.
Me quité los zapatos y los dejé en el mueble que estaba a un costado. Caminé hasta el living y quité el cinturón para tirarlo lejos.
Me tiré al sofa y solté un fuerte suspiró.
Esa era una de las razones por las que no iba a fiestas, siempre terminaba cansado y arrepentido por no seguir trabajando.
Kim GyuRi pasó por mi mente. Parecía ser que el matrimonio era la solución a sus problemas. No sabía si era una solución para mí.
Estaba seguro que ella quería saber la razón por la que acepté el compromiso y cuando le volví a recordar que lo hacía para beneficiarme, quedó desconcertada por mis palabras. Sus ojos desprendían la gran curiosidad de la razón de mis palabras. Pero no había ninguna necesidad de contarle. Ella era ajena a todo.
Miré el cuadro que estaba a un lado. Allí estaba mí madre, mí hermano y yo.
No pude evitar sentir enojo al recordar lo que viví a esa edad. Ellos murieron en manos de la mafia, y la mafia era mi familia. Mí propia familia terminó con la vida de quienes más amaba en este mundo.
Me levanté del sofá y comencé a caminar por la habitación, pensando en mi primer movimiento. La oscuridad de la noche se reflejaba en las ventanas, y la ciudad parecía estar durmiendo, pero mi mente estaba más despierta que nunca. Sabía que no podía atacarlos directamente, al menos no todavía. Necesitaba reunir más información y aliados antes de hacer mi jugada.
Mi mirada se detuvo en el teléfono que estaba sobre la mesa. Era hora de contactar a alguien en quien pudiera confiar. Alguien que conociera mi pasado y que estuviera dispuesto a ayudarme.
Comencé a buscar el número de TaeHyung, un viejo amigo de mi infancia. Habíamos crecido juntos, y él había sido uno de los pocos que había logrado escapar de la influencia de la mafia. Habíamos perdido contacto, pero siempre había recordado su lealtad y su honor.
Finalmente encontré el número y lo llamé. La llamada fue contestada después de unos rings, y la voz familiar de TaeHyung respondió.
—¿Jungkook? ¿Eres tú?
Suspiré al escuchar su voz. Era como si hubieran pasado solo unos días desde la última vez que habíamos hablado.
—Sí, soy yo —respondí, sintiendo un alivio al escucharlo.
—¿Qué pasa? —preguntó TaeHyung, su curiosidad era evidente en su tono.
—Tengo muchas cosas que contarte —dije, eligiendo mis palabras con cuidado—. Cosas que no puedo decirte por teléfono. Necesito de tu ayuda, Kim.
Hubo un silencio al otro lado de la línea, y supe que TaeHyung estaba procesando la información.
—Jungkook, estoy fuera del país —dijo finalmente—. Estoy en Estados Unidos, trabajando en un proyecto.
Me sentí un poco desanimado, pero sabía que no podía esperar que TaeHyung estuviera disponible al instante.
—¿Cuándo puedes volver? —pregunté, intentando sonar paciente.
—Puedo tomar un vuelo mañana mismo —respondió TaeHyung—. ¿Es urgente?
Asentí, aunque sabía que TaeHyung no podía verme.
—Sí, es urgente —dije—. Necesito de tu ayuda lo antes posible.
—Entendido —dijo TaeHyung—. Estaré allí en dos días. ¿Puedes esperar?
Me sentí un poco aliviado al saber que TaeHyung estaba dispuesto a volver para ayudarme.
—Sí, puedo esperar —dije—. Gracias, amigo.
—No hay de qué, Jungkook —respondió TaeHyung—. Sabes que estoy en deuda contigo. Nos vemos en dos días.
Colgué el teléfono y me senté en el sofá, sintiendo una sensación de alivio. Sabía que podía confiar en TaeHyung.
...
Me encontraba una vez más en mí oficina, con YoonGi a mí lado, leyendo un monto de papeles. Una llamada al teléfono sonó y atendí con desinterés.
—¿Que pasa ahora? —pregunté harto.
—Señor Jeon. Una mujer está aquí y pide hablar con usted de manera urgente —me quedé congelado—. Su nombre es Kim GyuRi...
Cerré los ojos tratando de calmarme.
—Que me espere en la sala de reuniones. — y corté.
Llevé mis manos a mí rostro, completamente sacado de mis casillas. YoonGi me miró extrañado.
—¿Quien vino?
—Mi prometida... —dije y salí de la oficina.
Me senté en la sala de reuniones, mirando a GyuRi, quien ya estaba allí. ¿Qué quería ahora? Había venido a la empresa sin avisar, pidiendo hablar conmigo de manera urgente.
—¿Por qué estás aquí? —traté de no sonar brusco.
—Mi padre exige conocerte —dijo, con una expresión seria—. No sé qué hacer.
—¿Y por qué quiere conocerme? ¿Acaso no lo sabía? —esperé una respuesta suya por varios segundos, pero no lo hizo.
Me recosté en la silla, cruzando los brazos. ¿Por qué tenía que involucrarse su padre en todo esto? Ya tenía suficientes problemas sin necesidad de agregar a un padre sobreprotector a la mezcla.
—¿Y por qué no sabía tu padre de nuestro compromiso? —pregunté, intentando sonar lo más sarcástico posible—. ¿No crees que es un poco extraño que tu padre no sepa que estás comprometida conmigo?
GyuRi se ruborizó, mirándome con una mezcla de nerviosismo y evasión.
—No...no sé —admitió—. Supongo que no se lo dije.
Me reí, sin humor. ¿No se lo dijo? ¿Por qué no? ¿Qué estaba escondiendo?
—¿Y ahora qué espera tu padre? —pregunté, intentando mantener la calma—. ¿Quiere aprobar nuestro compromiso?
GyuRi asintió, mirándome con una mezcla de miedo y súplica.
—Sí...sí, algo así.
Me levanté de la silla, caminando hacia la ventana. No podía creerlo. Primero, su padre no sabía de nuestro compromiso, y ahora quería conocerme. ¿Qué estaba pasando aquí?
—Esta bien, Señorita Kim —dije, intentando sonar calmado—. Hablaré con tu padre.
Pero en realidad, estaba molesto. Molesto por la visita inesperada, molesto por la petición de su padre, molesto por todo. Solo quería que me dejaran en paz, que me dejaran seguir con mi plan sin interferencias.
Espero les gustee! Besossss y voten cheee
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