Kim GyuRi | povs.
Aún no entendía porqué Jungkook no estaba molesto. Él, esa noche había sido amable, hasta me dió su abrigo y olía demasiado bien.
Me quité el vestido quedando en ropa interior. El vestido me ajustaba un poco, había partes rojas en mi piel. Me metí a la bañera para relajar el cuerpo, mentalizar todo lo que estaba por pasar.
Luego de unos segundos la puerta se abrió, no hacía falta ver quien era porque ya lo sabía. Ella se paró a un lado mirándome fijamente.
Ni siquiera podía bañarme tranquila.
—No te escuché entrar... —estaba molesta.
—No quería despertarte, mamá. —mis ojos estaban cristalizados.
—¿Hiciste amigos? —yo negué, ella soltó un suspiró— ¿Al menos hablaste con alguien? —otra vez negué— ¿De que te sirve ser tan bonita si no puedes hablar ni con un maldito perro? —su tono de voz subió.
No respondí, era inútil hablar con ella y al cabo de unos segundos se fue dando un portazo. Tomé mi teléfono que estaba aun costado y lo prendí, mi padre me había mandado un mensaje de voz.
—Princesa, llegaré a Seúl por la mañana. Espero verte ahí.
Cada vez que hablaba para mi lo hacía con cariño. Siempre me decía princesa, bebé, cosas como esas.
Decirle a papá lo que estaba pasando sería difícil.
...
Estaba fuera del aeropuerto esperando a papá. Muchas personas entraban y salían con sus maletas. Conmigo no estaba mas que el chofer privado de mi padre.
Lo buscaba con la mirada hasta que lo ví con una maleta negra a su lado. Apenas nos vimos sonreímos. Me acerqué rápidamente a él para abrazarlo.
—No me fui por mucho tiempo —rió mientras me envolvía en sus brazos.
—Igual te extrañé, papá.
Nos separamos y caminamos hacia el auto. El chofer metió la maleta en el baúl mientras nosotros entramos al vehículo.
—¿Quieres ir a tomar algo? —asentí feliz.
A pesar de su ocupada vida como político, él siempre aprovechaba al máximo el tiempo que estaba conmigo. Cada vez que él tenía un viaje a cualquier lugar, siempre le rogaba que se quedara, hasta lo hacía llorar, pero siempre se iba.
Las constantes peleas entre mis padres nunca se detuvieron. Generalmente, mamá era la causa de las discusiones, le echaba todo en cara. Supongo que debió amarla mucho para permanecer junto a ella, pero todo tiene un límite. Papá descubrió que mamá le había sido infiel con un hombre más joven.
Los meses donde estuvieron en un juicio para determinar quien tendría mi custodia fueron horribles, mamá no me dejaba verlo y ni siquiera hablarle. Finalmente, el juez decidió darle la custodia a mi madre con la excusa de que siempre estaba presente en mi vida y que él, solo se la pasaba de viaje.
—¿Qué me has traído de Dinamarca? —pregunté entusiasmada.
Al instante sacó su billetera y entre sus manos había un billete.
—Sé que te gusta coleccionar billetes, asi que esta vez si te traje.
—¡Gracias! —tomé el papel y los puse en mi bolso.
Mi gusto por los billetes nunca lo entendí, solo quería saber y tener todos los billetes de todos los lugares del mundo.
Mientras él me contaba los lugares donde había ido, yo jugaba con los dijes en mi muñeca.
—¿En qué piensas tanto? —lo miré apenada— Dímelo ya.
Estaba molesto. Él me contaba todo lo que había hecho en su viaje y yo solo estaba jugando.
—Perdón, papá...
—¿Tiene que ver con tu madre? —preguntó un poco molesto.
De cualquier modo se enterará.
—Voy a casarme...
Mí padre quedó helado, me miraba sin ninguna expresión. Así permaneció unos segundos que parecían eternos. Parpadeó y suspiró, sobó su frente frustrado.
—No entiendo... ¿Cuando, como, por qué?
—Es... —pensé en las tres veces que interactúe con él y no tenía mucho que decir— un hombre muy bueno.
Mi padre soltó una risotada dejándome confundida.
—No sabes mentir... ¿Que clase de broma esa esa, GyuRi?
—No es broma papá —dije muy seriamente. A él se le borro la sonrisa.
Mi padre me miró con una mezcla de sorpresa y decepción, sus cejas fruncidas y sus ojos castaños llenos de preocupación. El lugar parecía haberse enfriado de repente, el silencio entre nosotros era pesado y tenso.
—¿Cómo pudiste aceptar un compromiso sin hablar conmigo? —preguntó, con su voz baja y controlada, pero con un poco de frustración— ¿No confías en mí?
Sonreí, intentando parecer tranquila, mientras mi corazón latía con fuerza en mi pecho.
—Papá, esto es lo que más deseo —dije, intentando sonar convincente—. Conozco a Jungkook desde hace tiempo, lo mantuve en secreto porque quería asegurarme de que era lo correcto.
Mi padre se inclinó hacia adelante, con una expresión escéptica.
—¿Desde hace tiempo? —repitió, con su voz llena de incredulidad—. ¿Y por qué no me lo dijiste?
Me encogí de hombros, intentando parecer nonchalante.
—No quería preocuparte, papá. Quería asegurarme de que era lo correcto antes de decírtelo —mentí, intentando sonar convincente.
Mi padre me miró fijamente, su mirada penetrante.
—GyuRi, no me mientas —dijo, su voz firme—. ¿Qué está pasando realmente?
Me sentí un nudo en la garganta, sabiendo que mi padre no me creía.
—Papá, te juro que es la verdad —insistí, intentando sonar convincente.
Mi padre se levantó de su silla, su rostro enrojecido de frustración.
—No te creo, GyuRi —dijo, su voz alta—. Quiero saber qué está pasando realmente. ¿Por qué aceptaste este compromiso sin hablar conmigo?
Me sentí atrapada, sabiendo que mi padre no me creía. ¿Qué podía hacer ahora?
—Papá... Tengo 26 años ¿No crees que ya tengo la edad suficiente para tomar mis propias desiciones?
Mi padre comenzó a caminar por el lugar, su frustración era palpable.
—GyuRi, eres mi hija y te amo más que a nada en el mundo —dijo, su voz llena de emoción—. Pero no puedo aceptar que te cases con alguien sin saber nada sobre él. ¿Qué sabes de Jungkook? ¿Qué te ha prometido?
Me sentí nerviosa, sabiendo que mi padre no se dejaría convencer fácilmente.
—Papá, Jungkook es un hombre bueno —dije, intentando sonar convincente—. Me ama.
Mi padre se detuvo frente a mí, su mirada intensa.
—Eso no es suficiente —dijo, su voz firme—. Quiero saber más sobre él. Quiero saber por qué aceptaste este compromiso sin hablar conmigo.
Me sentí acorralada, sabiendo que mi padre no se daría por vencido.
—Papá, por favor —supliqué, intentando sonar desesperada—. Confía en mí. Esto es lo que quiero.
Mi padre me miró fijamente, su expresión indecisa. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda, sabiendo que mi padre no se rendiría fácilmente. ¿Qué podía hacer ahora? ¿Cómo podía convencerlo de que Jungkook era el hombre adecuado para mí?
—GyuRi, no sé qué hacer —dijo, su voz llena de duda—. Pero te juro que voy a investigar sobre Jungkook. Y quiero conocerlo en persona.
Me sentí un nudo en la garganta, sabiendo que mi padre no se daría por vencido.
—Papá, no es necesario —dije, intentando sonar tranquila.
Mi padre me miró con firmeza.
—Sí, es necesario —dijo, su voz firme—. Quiero saber quién es el hombre que va a casarse con mi hija. Quiero saber si es digno de ti.
Me sentí atrapada, sabiendo que mi padre no se dejaría convencer fácilmente.
—Está bien, papá —dije finalmente, sabiendo que no tenía otra opción—. Organizaré una reunión con Jungkook.
Mi padre asintió, su expresión seria.
—Quiero conocerlo pronto —dijo—. Y quiero saber todo sobre él.
Bueno, espero les gusteee!! Nos vemos la próxima semana!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro