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05

Estaba sentada frente un espejo mientras maquillaban su rostro y la peinaban. Estaba allí hace como una hora y ya estaba cansada. Todos preguntaban por Jeon y por qué aún no llegaba. La más alterada era su madre. Caminaba de un lado hacía otro tratando de suprimir su nerviosismo.

—¿Donde está? —le preguntó.

—No lo sé, mamá. Recuerda que es un hombre muy ocupado.

El hombre comenzaba a caerle mal. Ella sabía que él sabía que tenían una sesión de fotos, pero solo los hacía esperar para burlarse de ella. Para GyuRi, Jungkook era un inmaduro. 

Mientras tanto el castaño estaba sentado en su escritorio firmando unos informes. Su semblante era tranquilo, pero unos toques en la puerta detuvieron su qué hacer. Y de muy mala gana respondió.

—Pase...

—Buenos días, jefe —saludo haciendo una reverencia—. Le informo que usted tiene una sesión de fotos...

—Cierto, lo había olvidado.

—Es dentro de treinta minutos. Llegará tarde...

—Pues tendrán que esperar —dijo burlándose—. El trabajo es mucho más importante que una maldita sesión de fotos.

Se tomó todo su tiempo para terminar sus papeleos. Luego de unos largos minutos, subió a su vehículo para que lo llevasen al estudio. 
Tras esperar largos minutos, llegó a un edificio muy lujoso. Bajó del vehiculo y acomodó su traje y peino un poco su cabello. Con su secretario al lado, subieron por el ascensor hasta el estudio. Cuando entraron, vieron que ya todo estaba preparado. Y una mujer de mediana edad se acercó muy emocionada.

—¡Joven Jeon Jungkook! —dijo sonriendo. Él solo la miró de pies a cabeza. Tenía puesto un vestido muy costoso, sus uñas estaban bien hechas y su cabello bien peinado— Es un gusto conocerlo.

El castaño la miró confundido.

—Soy la madre de Kim GyuRi —aclaró—.  Realmente nos hizo esperar mucho. —dijo en tono de broma.

—Es que tenía mucho trabajo. Usted lo entenderá ¿No?

Pasó por su lado sin mirarla. Ella quedó confundida.

A un lado, estaba su prometida mirando su teléfono mientras comía unos chocolates. Se encontraba tan distraída que no notó que el varón había llegado. Ella ya estaba con su vestuario, traía un vestido negro simple pero lindo, tenía el pelo recogido y un maquillaje muy natural.

Jungkook se sentó en una silla frente a un espejo iluminado por luces cálidas, las mujeres encargadas de su maquillaje, vestuario y peinado comenzaron su trabajo con movimientos precisos y rápidos.

—No te veo entusiasmada —dijo Jungkook, mirando a GyuRi con una ceja levantada, su voz baja y ligeramente sarcástica.

GyuRi levantó la vista de su teléfono, sus ojos castaños se encontraron con los de Jungkook por un instante antes de desviar la mirada. Su voz fue neutra, pero con un toque de resignación.

—No lo estoy —respondió—. Pero es parte del trato.

Jungkook no respondió, se limitó a mirarla con una expresión indescifrable, su rostro angular y bien definido parecía esculpido en piedra.

Ella rato de no trabarse al hablar y lo logró. Al no recibir una respuesta, se paró y fue hacia el fotógrafo para hablar con él.

Al cabo de varios minutos, terminaron de maquillarlo y peinarlo. Una mujer de mediana edad, traía consigo un perchero con varios vestuarios. Agarró el conjunto de prendas blancas. Obviamente la ropa era de marcas muy lujosas.
Jungkook estaba en su vestidor, miraba en el espejo el atuendo que portaba y no estaba nada mal, se veía muy bien.
El set ya estaba preparado, solo había un sofá y el fondo era gris. Las cámaras ya estaban listas. Caminaron hacia el set, donde todo estaba bien acomodado e iluminado.
El fotógrafo, un hombre de mediana edad con una sonrisa amable y ojos brillantes detrás de sus gafas redondas, se acercó a ellos con una cámara colgada al cuello y un asistente que llevaba luces y reflectores.

—Excelente, ahora que están listos, comencemos —dijo, revisando su cámara con dedos hábiles—. Quiero una sesión romántica, con mucho sentimiento. Quiero capturar la química entre ustedes dos.

GyuRi y Jungkook se miraron, pero no hubo conexión entre ellos. Solo una sensación de obligación y resignación. El aire estaba tenso, como si la electricidad hubiera abandonado la habitación.

—Comencemos —dijo Jungkook, poniendo su mano en la cintura de GyuRi con un toque ligero, pero firme. Su piel parecía radiar un calor que GyuRi no sentía.

Ella se tensó ligeramente, pero no se apartó. Su madre la miraba desde el lado, con una expresión de aprobación y una sonrisa forzada que no llegaba a sus ojos.

—Sonrían, por favor —pidió el fotógrafo, moviendo su cámara para capturar el ángulo perfecto.

GyuRi forzó una sonrisa, mientras Jungkook mantenía una expresión seria, como si estuviera posando para un retrato. Sus ojos parecían mirar a través de ella, sin verla realmente.

—Miren hacia la cámara —indicó el fotógrafo, ajustando la luz para suavizar las sombras en sus rostros.

La sesión continuó así, con poses y sonrisas forzadas. La tensión entre GyuRi y Jungkook era palpable, como una niebla que se cernía sobre ellos. El clic de la cámara parecía resonar en el silencio incómodo.

Después de un rato, el fotógrafo se detuvo, satisfecho con las fotos que había tomado.

—Excelente, creo que ya tenemos suficientes fotos —dijo, sonriendo.

GyuRi se apartó de Jungkook, respirando con alivio, como si hubiera estado conteniendo la respiración todo el tiempo. Su piel parecía fría, como si hubiera perdido todo el calor.

—Gracias —dijo Jungkook, sin mirarla, su voz era baja y distante—. Puedo irme.

—Sí, por supuesto —respondió el fotógrafo, asintiendo con la cabeza.

Jungkook se fue sin despedirse de GyuRi ni de su madre, dejando un vacío que parecía imposible de llenar. Ella, amablemente agradecía a cada una de las personas del staff. 

Cuando estaba cambiándose en el vestidor, su madre la interrumpió con una cara de mal gusto.

—Mamá, estoy cambiándome —se cubrió con una prenda sus pechos—. Al menos dame privacidad...

—Kim GyuRi ¿No intentaste hablar con él?¿Por qué no obedeces?

—¿Qué? Pero si él no quiere hablar conmigo no lo obligaré, yo tampoco quiero hacerlo.

—No importa si no quieres, debes hacerlo, es tu obligación. —estaba comenzando a levantar la voz y una pelea frente a todos era lo que menos quería.

Se tragó sus respuestas y bajó la cabeza una vez más.

—Lo siento, tienes razón.

La mujer se acercó y acarició su rostro.

—Solo quiero lo mejor para ti, GyuRi. —sonrió cálidamente para luego dejarla sola.

Las lagrimas no tardaron en aparecer. Ya estaba cansada de sus ordenes y amenazas. Jamás la dejaba tranquila, sabía cada aspecto de su vida.

Guardó sus pertenencias en su bolso de mano para finalmente irse junto a su madre.

Acá el capítulo de hoy!!
El siguiente está muy bueno, así que votennnn.

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