01
Donde sea que pasara, era inevitable que llamara la atención de las mujeres, ya que era muy guapo. Toda mujer deseaba estar con él. Era alto, con un buen cuerpo —uno muy trabajado—, inteligente y tal vez lo más 'valioso' para algunas, era millonario.
Y era una enviada para cualquier hombre, pues lo tenía todo.
Era hijo del presidente de una empresa de electrodomésticos y nieto del fundador. Su futuro siempre estuvo destinado a ser parte de aquella empresa.
Esa marca era una de las más influyentes de todo el país e incluso estaba ganando reconocimiento en el extranjero.
Desde muy pequeño, le dijeron cual sería su rol y lo importante que era prepararse. Sus clases eran completamente exigentes y especialmente para él, pues fue educado en casa por los mejores profesores.
A la edad de 16 años, fue enviado al Reino Unido para profesionalizar su inglés, pero también, para estudiar finanzas.
Su vida se centraba en el trabajo, su vida era el trabajo. Llevaba una agenda apretada y rápida que hasta trabajaba en casa, y le gustaba, o tal vez solo estaba acostumbrado a esa rutina, una muy enfermiza.
El varón apuesto, esperaba en el living, la llegada de su padre y abuelo. Quienes le habían citado por un tema urgente.
Mientras tanto, observaba con detenimiento la nueva mansión de su abuelo. Era muy moderna y minimalista y costosa, por supuesto.
A su costado, en una mesa, posaba una foto 'familiar' donde solo salían los hombres de la familia. De entre todos ellos estaban su hermano mayor y él. Al instante tuvo recuerdos que le fastidiaban su existencia.
—Maldita fotografía. —maldijo por lo bajo mientras terminaba su bebida.
Resulta que su hermano había desaparecido hace unos veintidos años, cuando el mayor tenía dieciocho y él ocho años. Apesar de que era un niño, le resultó difícil la situación, ya que veía a su madre totalmente devastada y a su padre siendo indiferente, como si no le importara la desaparición de su hijo mayor. Tuvo que pasar los momentos de dolor sólo
—...Es tan devastador. —dijo el anciano a su hijo mientras entraban al living.
El joven se puso de pié e hizo una reverencia mostrando respeto hacia los mayores.
—Abuelo, padre —saludó—. Es un gusto verlos de nuevo. —mintió. Él los detestaba.
—¿Cómo estas, querido? —dijo tomando asiento en el sillón del frente junto a su hijo— Parece que muy bien.
—Si, lo estoy.
Los empleados no tardaron en aparecer con las bebidas y postres para los tres.
—¿Cómo van las ventas, Jungkook? —interrogó el anciano.
—Las ventas en el extranjero han aumentado un 10% y aquí, seguimos liderando el ranking. —informó muy seguro y orgulloso de su trabajo.
—Un buen número, pero no suficiente —su padre habló, y como siempre, rebajaba todo su esfuerzo—. Tienes que esforzarte más, Jungkook...
Él solo podía beber de su té mientras escuchaba las estupideces de su querido padre.
—Tienes que trabajar más y no pensar tanto en con quién pasarás cada noche.
Ya estaba acostumbrado a sus mentiras, pero las odiaba. Siempre menospreciaba su gran esfuerzo. ¿Pero qué ganaría él, respondiéndole a su padre? Nada, no ganaría nada.
—Queremos informarte algo —habló el más grande—. Y es importante.
Él asintió.
—Como sabrás, muy pronto tú padre dejará el puesto de presidente y lo tomarás tú —comentó el anciano mientras tomaba su café—. La empresa está en su momento más importante de la historia. Es reconocida mundialmente y es gracias al esfuerzo de muchas personas que trabajaron y trabajan aqui —el castaño arqueó una ceja—. La reputación del presidente es importante.
—¿Cual es el punto? —cuestionó cansado de tantas vueltas.
—Hemos decidido que te casarás.
Dejó el vaso a un costado y frunció el ceño.
—¿Por qué tendría que casarme? Puedo hacer todo lo que un presidente haría sin una esposa
El anciano se levantó.
—Es lo mejor para ti y para la empresa, hijo. —caminó lentamente por el lugar— ¿Quien crees que estará después de ti? Y qué mejor esposa que Kim GyuRi, la hija del Primer Ministro de nuestro país.
—¿Kim GyuRi?
En un mundo donde el poder y el dinero lo eran todo, dos personas se encontraban atrapadas en una red de obligaciones y expectativas. Mientras Jungkook luchaba contra su familia, GyuRi se debatía con su madre.
—¿Jeon Jungkook? —le dijo la chica casi gritando— Mamá, no puedes hacer eso, yo ni siquiera lo conozco.
—¡Claro que puedo hacerlo! Mi hija tiene que casarse con un hombre que esté a su altura —se acercó a su hija y la tomó de los brazos—. Lo hago por ti, hija. Tú mereces lo mejor.
—No, porfavor. Mamá ¿Quieres ver a tu hija casada con un hombre que no ama?—dijo poco audible y se soltó del agarré de su madre y se alejó.
—¿Crees que me casé con tu padre porque lo amo? Aseguré mí futuro y haré lo mismo contigo.
Ya lo sabía, pero cada vez que lo decía, le dolía.
—No lo haré... —con la voz quebrada salió de ahí, ignorando los llamados de su madre.
—¡Kim GyuRi! ¡Te ordeno que regreses!
Salió casi corriendo de aquella gran mansión donde vivía junto a su madre.
Mientras conducía, pensaba en todo lo que su madre había hecho. Sentía que en toda su vida no había hecho nada por si misma.
Detrás de todo estaba su madre, que controlaba cada aspecto de su vida. Gracias a eso no pudo lograr tener amigos. Y con veintiséis años no tenía relación con nadie.
Su madre era una mujer ordinaria y gracias a su padre, pudo tener mucha influencia. Cuando era adolescente su madre decidió divorciarse y quitarle gran parte del dinero. Se quedó con su custodia y desde ese momento comenzó el infierno para GyuRi.
Mientras tanto, el joven castaño miraba la ciudad, con un cigarrillo en sus manos.
Recordó a su madre y lo infeliz que era junto a su padre. Y eso era lo que quería evitar, lastimar a una mujer.
—Tu mente está en otro lado, viejo... —le dijo su compañero.
—No te escuché entrar, Min. —el pálido se apoyó en el escritorio— ¿A qué vienes?
—Mhm, no lo sé. Estoy aburrido —notó su semblante diferente—. ¿Que tienes?
—A divina, Min... —esperó su respuesta, pero permaneció en silencio— Mí maldita familia me comprometió a una mujer.
El lugar quedó en silencio, pero al instante se escuchó una fuerte risa. Jungkook estaba enfadado mientras el mayor, se burlaba de él.
—Espera un minuto. —se limpió las lagrimas y se recompuso- ¿Estás diciendo que tú vas a casarte? —el castaño asintió completamente enfadado— ¿Es linda?
—Es Kim GyuRi, hija del primer ministro.
Min estaba más que sorprendido.
—Hija del primer ministro... —repitió— Jeon ésto tiene una gran ventaja.
—¿Ventaja? —preguntó harto— ¿De qué?
El mayor suspiró cansado.
—Eres millonario, pero hueco... Solo piénsalo Jungkook, es hija de uno de los hombres más poderosos del país.
Jungkook comenzó a pensar en eso. Aquel hombre tenía influencia, poder y mucho dinero.
—¿Que es lo que más quieres? —cuestionó el pálido y no recibió respuesta— Destruir a tu familia. ¿No crees que con tremendo poder de tu lado podrás aniquilar la mafia de los Jeon?
Pensó con claridad. Casarse era la única forma de eliminar a esa mafia a la que pertenecía.
Nueva historia con la que estoy muy emocionada. Espero que no me agarre un bloqueo JAJAJ
Espero les guste. VOTEN!!!
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