Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 21

Llevaba cerca de dos meses en la ciudad.
Me gustaba poder pasear junto a mi hermano, hablar referente a lo que hemos vivido el tiempo que hemos permanecido separados cogidos de la mano.
Al parecer a mi hermano le va todo de maravilla y eso me hace de sentirme orgullosa.
Mientras yo espero la oportunidad para hablar con Salim para continuar con mi vida.
O mejor dicho. Empezar desde cero, puesto que ahora nada es lo mismo para mí.

Siguiendo el protocolo, debo esperar hasta el martes porque  es cuando él recibe personalmente a las personas que tienen algún problema.
Mientras tanto, voy visitando los importantes museos, voy a la biblioteca, salgo a pasear, voy de compras, al campo de fútbol para ver jugar a mi hermano.
Intento hacer lo posible para tener mi mente ocupada hasta que llegue el día que pueda tener audencia con el rey.

Temprano, tomo mi desayuno en el jardín antes de marcharme para la oficina que tiene instalada en uno de sus palacios.
Acompañada por Munir, llego al palacio pasando directa hacia la oficina de Salim.

Al entrar me noto nerviosa, camino contando los pasos hasta llegar al borde de una alfombra.
Intimidada por su mirada, balbuceo pidiendo permiso haciendo una pequeña reverencia.

— Buenos días, tome asiento por favor. — Con torpeza me acerco hasta un sillón de cuero tomando asiento manteniendo mi postura recta a pesar de estar muy nerviosa.
Estar de nuevo delante de él me hace sentir vulnerable azotando en mi corazón sentimientos ya olvidados.

— No era necesario que pudieras cita y mucho menos vinieras hasta aquí. Lamento no haberme puesto en contacto contigo desde mi regreso. Pero he tenido demasiadas obligaciones...y...

— No te disculpes Salim. Entiendo que ahora eres un rey y tú deber es mirar por los intereses de tú país.
Además, eres padre y marido, me imagino que tendrás una vida privada.

— Veruska. Quería habértelo contado yo mismo. Mi vida dio un giro, y en estos momentos ya no soy aquel príncipe que conociste.

— Han pasado cuatro años y medio Salim. Además, yo en estos momentos no sería la mujer indicada para ser tú esposa. Mi cuento de hadas terminó en el momento que esos desgraciados nos raptaron y a base de golpes fuimos sometidas a cualquier manipulación.
Por ello estoy aquí. Quería agradecerte el haberme rescatado de esa mafia. Me disculpo por la manera que me comporté cuando nos encontremos de nuevo la primera vez.
Estoy muy agradecida de que hayas cuidado y salvado a mi hermano de una muerte segura.
No tengo nada para darte como agradecimiento por todo lo que has hecho por nosotros.

— Veruska, no tienes nada que agradecer. Era mi deber cuidar de tí y de tú familia también.

— Eso fue cuando nos conocimos hace años, ahora mírate Salim, eres un rey. Un hombre con muchas responsabilidades, además...estás casado y tienes un hijo.
Debemos ser realistas, yo ya no soy aquella chica que conociste.
Hay demasiadas líneas escritas en mi piel, las cuales se pueden leer todo el maltrato que me visto obligada a padecer.

— No sabes cómo me gustaría poder echar el tiempo hacia atrás y haber conseguido convencer a tú madre para traerte conmigo. Aquí, a mi lado nada malo te hubiera ocurrido.

— Lo sé. Cómo también sé que si nos hubiéramos entendido quizás yo esté ocupando un lugar en el reino de tú corazón. — Salim se levanta abrochándose los botones de su chaqueta con un estilo que me deja impactada ante sus modales. Como un modelo camina hacia mí parándose a una distancia prudencial. Su mirada oscura se vuelve más tierna, con una sonrisa pícara hace que mi corazón galope en mi pecho.

— Veruska, — Salim se pone de rodillas agarrándome  con delicadeza mis manos.— Habibati,  creo profundamente en el amor verdadero e inmortal. Siempre he tenido la certeza de que en otra vida, nuestras almas se volverían a encontrar. Por supuesto con otro contexto, distinta cara y otra ocupación, pero siempre con la misma mirada y con el mismo corazón, pues este amor que nace dentro de nosotros es imposible borrarlo.
Te estado buscando durante cuatro malditos años, he recorrido medio mundo para volver a estrecharte entre mis brazos y encadenarte a mi cuerpo. Cubrirte con mi fuego mientras te beso, quiero poder respirarte, robarte el aliento impregnarse con tu olor, dejándote mi aroma.— Salim está muy cerca de mí, nuestros rostros están muy cerca uno del otro. Acaricio su rostro bajando por su cuello dándome cuenta que aún lo amo.
—Veruska, déjame poder acariciar con mis labios los tuyos, quiero que poder besarte para robarte tus suspiros mientras te observo con mis manos y te beso con mi mirada. — Quien puede luchar contra la atracción y el amor que siento hacia él.
Dejo que sus labios acaricien ligeramente los míos dejando que su húmeda lengua entre en batalla con la mía.
Sus besos son tan apetecibles y apasionantes que me enloquece su manera de acariciar mi cuerpo.
De mi boca sale por primera vez un gemido de placer. He estado con muchos hombres y ninguno ha conseguido hacerme perder la razón de esta manera. Aunque intente ponerse de acuerdo mi razón con mi cerebro, quien manda es mi corazón.

— Veruska, para por favor. — Con mi respiración agitada y mis mejillas ardiendo observo cómo Salim se ha girado dándome la espalda.
Entonces me percato de lo que ha podido ocurrir y lo que pensará él de mí.

— Discúlpame, no pretendo hacer algo que después nos podemos arrepentir. — Avergonzada miro al suelo.

— Déjalo, es normal porque tú estás acostumbrada ha...

— Ha follar en cualquier momento, en cualquier lugar y con cualquier hombre. Llevas razón Salim, soy una puta que ha sido extorsionada.

— Yo no quise decir eso.
Mírame Habibati,  no quiero que  vuelvas a decirlo. Tú no eres ninguna puta. Eres Veruska, una mujer fuerte con corazón noble.
Pero me mata saber que después de haberte entregado a mí, otros hombres te han martirizado.
Dime Veruska. Dime qué puedo hacer para que tu sufrimiento sea eliminado.

— Nada Salim. Ya haces bastante con demostrarme que me amas. Pero este amor que sentimos está contaminado. Nunca podremos estar juntos. Ahí afuera ahí un país que te reclama y en tu cama te busca tú mujer.
¿Qué pinto yo en esta historia, en tú vida? Simplemente soy la otra y yo no quiero ser eso.
Tengo derecho a tener mi marido, mis hijos, llevar una vida normal con alguien que me quiera.
No quiero compartirte Salim, soy demasiado egoísta como ser tú amante y seguir viviendo a la sombra.

Salim se queda fijamente mirándome sin decir nada.
Me muerdo mi labio inferior luchando contra estas emociones y el dolor que me causa tener que decirle adiós nuevamente a una persona que amo.
Al no poder sujetar por más tiempo mis lágrimas, decido irme cuando la mano de él me sujeta firmemente por mi brazo.

— No serás mi amante, porque no hay otra mujer que ame más que a tí.
En el primer momento que te vi en el hotel, tus ojos fueron mi reflejo. Me miraste de una manera tan frágil como dulce que no pude dejar de pensar en ti inspirándome emociones las cuales deseaba conocer, y tú con tú manera de ser, me enseñaste a querer. Hiciste que me quedara prendado de tú belleza y tú inteligencia.
Y ha día de hoy, sigo pensando que eres la mujer que amo, aunque esté casado no quiero a mi mujer. Ella lo sabe, nuestro matrimonio es uno de los tantos  protocolos que debemos seguir los que nacemos con el privilegio de ser reyes.
Nuestras vidas están basadas en escritos, leyes, acuerdos... Desde pequeño me educaron para ser rey, sin importarle a nadie mis sentimientos. Soy un ser humano Veruska, y al igual que tú tengo derecho amar y que me amen. Cuando murió mi padre mi matrimonio ya estaba pactado. Aquí lo importante son los intereses no los sentimientos.
Mi esposa sabe perfectamente que no la amo y aun así quiso contraer matrimonio.
Después como está estipulado, debemos tener herederos. Ya tengo uno, por lo cual los dos decidimos hacer nuestras vidas por separado sin apartarnos de nuestras obligaciones como reyes.

No podía creerme el calvario que conlleva ser rey. De un modo otro Salim y yo no somos tan diferentes.

— Escúchame Veruska, tómate el tiempo que necesites para recuperarte por lo que has debido pasar. Yo permaneceré a tú lado haciendo lo que tú me digas ayudándote para que lleves una vida mejor.
No voy a forzarte hacer algo en contra de tú voluntad.
Vivirás en la casa que tú decidas yo te la compro. Podrás ir a estudiar a la mejor universidad del país y tendrás dinero para gastarlo en lo que tú deseas. Tendrás una vida de lujos, a tí a Ismail nada les faltará.
Tan solo te pongo una condición.
Tú fidelidad.
En el momento que faltes a tú palabra todo te se retirará y te quedarás sin mi protección y saldrás inmediatamente del país.

— Te puedes saltar la última línea. Creo que ya me he quedado demasiada harta de hombres. No quiero que ningún hombre me toque. Puedes estar tranquilo que aunque me pongas el mundo a mis pies no te engañaré con otro hombre.
Puedes dormir por las noches tranquilo.
Aunque pensándolo bien, tú propones algo y yo quiero también algo a cambio.
Te quiero a tí, y no voy aceptar esta propuesta.
Algún día quiero tener hijos, los cuales serán bastardos. Deberé vivir en la sombra como tu...querida, amante, mantenida...

— Te equívocas.
Serás mi esposa, no reina porque ya no se puede cambiar lo que está escrito. Nuestros hijos llevarán el título que les corresponde.
Te recuerdo que soy árabe y puede casarme con cuatro mujeres. Y como mi primera mujer está educada y sabe perfectamente que nuestro matrimonio es de conveniencia, no tendrá ningún problema en firmar para que me case contigo.

— ¿Estás dispuesto a casarte conmigo a pesar de todo? ¿Y qué dirán sobre mí? Seré investigada, todo el mundo sabrá que...

— Veruska piensa en nuestra felicidad y deja eso en mis manos. De aquí en adelante serás Amira, mi princesa.
Nadie sabrá de tú vida salvo lo que queramos contar. Y algún día dejaremos escrito tú historia para que dentro de cien años, cuando se haya extinguido la trata de personas las mujeres que creen en los cuentos de príncipes y princesas sepan que hubo una mujer valiente que se convirtió en princesa porque supo conquistar a un príncipe rompiendo con todo los formulismos escritos.
Te quiero mi princesa, te amo Veruska. 

Aquel beso tan apasionante fue el sello de nuestro acuerdo.

Me prometí a mí misma que iría a una clínica para ponerme en manos de psiquiatras para poder intentar olvidar todo lo que he vivido. Comenzando al mismo tiempo con mis estudios en la universidad llevando una vida como cualquier persona normal y corriente.

Salim me compró una casa donde vivo con medio equipo de hombres de seguridad y mi hermano.
De momento he preferido mantenerme al margen de todo. Salim continúa con su tarea de rey, acude a los actos oficiales con su esposa.
He sabido por Sahar que Salim y su esposa no duermen en la misma habitación y tampoco tiene amantes.
Hasta ahora está cumpliendo con su palabra.
Su tiempo libre lo pasa conmigo, viajamos en su avión privado, navegamos en su yate y a pesar de vivir rodeada de lujos, lo que más  feliz me hace es poder estar junto a él.
Sólo Salim sabe hacerme sentir bien, es paciente, tierno,  romántico y siempre está pendiente de mí y aún no hemos pasado de cuatro besos.

Necesito tiempo para construir mi propio castillo. Pero antes debo deshacerme de los pedazos que me impiden dar un paso más.
Aún soy joven y quiero disfrutar de la vida junto a él. Mi majestad.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro