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Infortunio

-Kellen no puede quedarse más en esta casa - La voz del jefe Trevor no dio posibilidad para que ninguno de los presentes se quejara. Todos parecían estar en shock ante lo dicho por el dueño de aquella casa de acompañantes - En cuanto se recupere de sus heridas se irá.


Eso fue lo primero que el niño andrógino escuchó cuando recuperó la consciencia. Aun no abría sus ojos y ya estaban echándolo de su hogar de toda una vida. Bueno, suponía que era algo que debió ver venir. Su presencia ya no era requerida y él ya no sentía conexión con nadie en esa casa.

Ese sentimiento de no pertenencia hizo que su mente comenzara a trabajar rápidamente. ¿Por qué pensó eso? ¿Por qué se sentía así? Él siempre había sentido una pequeña conexión a ese lugar debido a Luka, Theo, Akiko y su madre. ¿Por qué ya no lo hacía? ¿Qué estaba mal con él?

Trató de relajar su mente para entender lo que estaba pasando. Sentía como sus llamas estaban funcionando bien dentro de su cuerpo, así que no era eso. Su cuerpo dolía como si estuviese en el infierno, pero debido a eso sabía que todo aún estaba en su lugar. Entonces, ¿Este sentir tenía que ver con su mente? 


-Hermano no - La presencia de dos llamas diferentes a las conocidas por el castaño hizo que abriese los ojos con preocupación y alerta, aun cuando se sentían pesados. ¿Qué estaba pasando? ¿A quién le pertenecían esas llamas?

-Hijo - La conocida voz de su madre lo hizo relajarse ligeramente. Si ella estaba tan tranquila significaba que no estaban bajo ataque. Lo que era bueno, porque no creía poder levantarse de la camilla y atacar a alguien - Me alegro de que te hayas despertado finalmente.

-¡Kellen! - Dos niños corrieron a su encuentro y se lanzaron sobre su cuerpo. Inmediatamente el ruso sintió como le sacaban el poco aire que podía permitir en su cuerpo sin querer ponerse a llorar por el dolor.

-Con cuidado chicos o van a lastimarlo más - La fémina castaña ayudó a la mayor de niños a acomodarse a su lado mientras que el infante se abrazaba cual koala al pecho herido. Era raro ver cuán preocupados estaban por él, ¿Cuánto tiempo había estado ahí como para que actuaran así?

-Llevas poco más de 3 semanas inconsciente - Un niño de piel morena se acercó al mayor y se sentó a su lado mientras respondía una pregunta que aún no había sido hecha por la boca ajena. Algo que el último agradeció porque no creía poder hablar - Han estas turnándose para venir a cuidarte.

-Lo dices como si tú no lo hubieses hecho - La asiática observó al otro con ojos pícaros y una sonrisa divertida apareciendo en sus labios sin que pudiese evitarlo. En los días transcurridos habían aprendido a convivir mejor, aunque sus formas de ser chocaban algunas veces.

-Yo no me turné como ustedes - Los ojos ambarinos se mostraron poco interesados en la conversación mientras tomaba la muñeca de su mejor amigo con una mano y la apretaba suavemente sin que el resto notara aquel actuar.

-Luka ha estado todo este tiempo a tu lado Kellen - La azabache decidió centrar su atención en su ángel guardián mientras seguía burlándose del otro chico. Era algo que no se podía lograr siempre debido a su estoicismo, así que debía aprovechar esa oportunidad de oro - No se despegó de esta camilla hasta hace un momento.

-... - La joven nube no abrió su boca para nada, pero su mirada se centró en la mano que aún estaba sujetando la suya y odió profundamente el no poder moverla para calmar los demonios que seguro rondaban la cabeza del otro en ese segundo.


El menor podía actuar frío y poco interesado normalmente, pero eran cosas como esas las que valían más que cualquier otra cosa que pudiese decir. Kellen sabía sus temores mejor que nadie y lo que había hecho seguramente había activado todas las alarmas de preocupación del contrario. Luka ya había perdido a una persona amada sin poder hacer nada y que estuviese apretando su muñeca para sentir su pulso era indicativo del susto que había hecho que se alojase en su alma.


-Veo que Kellen despertó - Un hombre ingresó a aquel pequeño espacio y la tensión en los cuerpos de los menores sanos le dijo inmediatamente que su presencia no era bienvenida - Niños, tengo que hablar con Kellen, así que si pueden...

-Te escuché la primera vez - El pequeño andrógino sintió su garganta arder y su pecho romperse en pedazos. Sin embargo, se obligó a seguir hablando. No iba a quedarse como muñequita mientras el adulto rompía su espíritu- No seré una molestia para ti luego de que me recupere Trevor, así que puedes irte. Quiero pasar tiempo con ellos en paz.

-... - El jefe de la casa de acompañantes asintió con la cabeza sintiendo la energía amenazante provenir del cuerpo del niño. Sus manos se formaron como puños ante lo impotente que se sentía en ese instante - Me iré entonces, pero te equivocas en algo Kellen. No eres una molestia para mí y jamás lo serás.

-... - El menor no dijo nada más, solo cerró sus ojos permitiendo que el calor del pequeño en sus brazos calmara los pensamientos que estaban comenzando a rondar su cabeza. Pronto se sintió un poco mejor, pero se le hizo rara aquella mejora tan rápida por lo que abrió sus ojos confundido.


Su mirada se topó con unas muy pequeñas llamas azules en las manos del bebé que estaba abrazando su pecho. No sabía si sentirse sorprendido o preocupado ante aquel hecho. El despertar de las llamas en un chico tan pequeño normalmente se debía a una situación estresante. No sabía si había sido por el secuestro o por su tiempo inconsciente, pero se sentía responsable de ese hecho.


-Las despertó hace un par de semanas - Marianne fue la que aclaró aquel hecho cuando notó que su niño observaba preocupado al pequeño koala humano - Luka se metió en una pelea y Theo las despertó poco después de ello.

-... - Bien, entonces había sido culpa del "poderoso hermano mayor" lo que había causado aquella situación. Entonces, ¿Por qué sentía que esa no era toda la historia? Ah sí, era porque el otro jamás se metía en peleas físicas o verbales, pero ahora lo había hecho - ¿Por qué te peleaste Luka?

-No necesitas preocuparte por ello - El italiano movió un par de veces una de sus manos para restarle importancia al hecho. Lo cual para el contrario fue una confirmación de que algo malo había pasado mientras su mente estaba en el limbo.

-¡Lukagh! - El castaño trató de alzar su voz para reclamarle al otro su falta de colaboración. Sin embargo, sintió su garganta romperse en pedazos cuando lo hizo, por lo que tuvo que contenerse de hablar otra vez.

-Descansa por ahora - El moreno acarició los cabellos castaños y pronto ambos sintieron una corriente eléctrica rondar por todo su cuerpo de manera dolorosa, por lo que el menor retiró su mano rápidamente con sus ojos llenos de preocupación y resignación - Te lo diré cuando puedas sentarte en la camilla sin ayuda.


Kellen quiso decir algo más o debatir aquel dolor que lo recorrió de punta a punta. Sin embargo, las llamas de Theo seguían activas y estaban comenzando a hacer que se sintiera somnoliento. No quería dormirse todavía, pero todas las miradas parecían instarlo a hacerlo, así que se resignó y permitió que el mundo de los sueños lo atrapara.


-No pude armonizar con él - Luka alzó la voz luego de que su mejor amigo se durmiera y la madre de este se retirara. Sus ojos se mantenían fijos en la mano que había acariciado la cabeza del herido y la cerró en un puño sintiéndose molesto con aquel hecho.

-Quizá no es el momento Luka - Los ojos rojizos mostraron preocupación, pero la dueña de estos trató de mostrarse positiva. A penas habían tenido sus despertares, era normal que no funcionase tan pronto - Aun somos jóvenes. Tenemos una vida para armonizar correctamente con él.

-No Akiko, no lo entiendes - El chico observó a su durmiente hermano y sonrió con tristeza inundando su pecho. Los sueños que había planteado en las últimas semanas se comenzaban a romper sin compasión - Me rechazó. Sus llamas huyeron de las mías cuando toqué su muñeca y luego me lastimaron cuando traté de insertarlas desde la cabeza.

-Kellen está herido y usó sus llamas en cantidades industriales antes - La niña con llamas de la tormenta se levantó de su lugar para darle un par de palmadas en el hombro al único varón despierto - Deben de estar acomodándose todavía a su flujo natural. Dale tiempo al tiempo.


El mayor de ojos ambarinos no dijo nada más mientras veía aquel pecho subir y bajar debido a la respiración que ocurría. No iba a seguir tocando el tema con la chica porque ella no estaría de acuerdo con él sin importar que dijera. Sin embargo, sabía lo que había sentido y lo que había pasado. 

Su razón para despertar sus llamas y aprender a controlarlas lo había lastimado. Las llamas de su mejor amigo, e incluso hermano de otra madre, lo habían visto como una amenaza para su portador. Kellen, inconscientemente, no lo consideraba como un cielo digno para controlarlo. Aquel por el que estaba dispuesto a morir no consideraba que fuese un cielo suficientemente fuerte como para guiarlo.

Y lo peor es que él ya lo había imaginado. Porque él confiaba y dependía de Kellen, pero el otro no confiaba en nadie, mucho menos dependía de alguna persona, y tal vez jamás lo haría.

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Las semanas pasaron lentamente a partir de aquel día para todos los que habían estado aquel día en la enfermería. Marianne había vuelto a trabajar para que no hubiesen quejas por su ausencia, pero todas las tardes, antes de su turno, iba a ver a su hijo y lo llenaba de mimos. Ella decía que aquello le daba suficientes fuerzas para soportar el trabajo, el cual se hacía cada vez más pesado.

Por su parte, el trío de menores había sido obligado a volver a sus clases de defensa luego de haber pasado una semana entera al lado del mayor. Todos se habían quejado e incluso Akiko había hecho la amenaza de activar sus llamas, pero Luka la detuvo y aceptó seguir con sus estudios. La reacción tan extrema de la niña que era su tormenta le había hecho entender que debía controlarla mejor o sería un peligro para todos.

Finalmente, el ruso había estado recibiendo atención médica de todos los poseedores de las llamas del sol. Ninguno decía nada sobre la situación, pero el chico sabía que solo estaban curándolo para que se largara de una buena vez. Algo que él también quería hacer pronto para ya no tener que aguantar tanta hipocresía mal disfrazada y el dolor que se generaba en su interior cada vez que esas flamas hacían contacto con él.

El niño había comenzado a perderse a sí mismo entre las terapias físicas, para recuperar la movilidad de sus músculos, y las sesiones de curación con llamas. Su mirada había perdido brillo y sus respuestas hacia aquellos que le visitaban eran cada vez más mordaces. Algo había sucedido con su mente luego de recuperar la consciencia y ninguna de las personas que lo querían sabían qué hacer.


-Forzó sus llamas demasiado en aquel momento - El líder de aquella casa de acompañantes suspiró mientras revisaba nuevamente los registros médicos del pequeño que había estado bajo su cuidado durante más de 6 años - Quizá eso afectó su mente.

-Pero no mostró señales de ello cuando despertó - La nube suspiró cansada mientras pensaba en su retoño. Los últimos días habían sido difíciles para todos cuando se trataba de acercarse al chico. Parecía que los veía como enemigos y no como su familia.

-¿Segura que no lo hizo Marianne? - El hombre de cabellos azabaches se sintió más cansado de lo usual al pensar en aquella situación. ¿Por qué todo se había vuelto así? - ¿Podrías jurar que Kellen era el mismo en cuanto abrió los ojos?

-No lo era - La voz de un niño interrumpió el debate de ambos adultos. Parado frente a la puerta recién abierta de aquel despacho estaba un menor de tez morena - Su forma de actuar, de responder e incluso el flujo de sus llamas no es el de siempre. Incluso con todo lo que ha estado pasando él normalmente sería amable y diría palabras tranquilizadoras para el resto. Sin embargo, ahora no quiere ver o acercarse a nadie y responde como si el resto fuese una molestia.

-... - El italiano mayor masajeó sus sienes al escuchar aquella respuesta que ya esperaba. Aun así, pensó un poco más en lo que significaba todo lo que acababa de confirmar sobre la situación - Hay algo de lo que no nos aseguramos cuando despertó y que ahora está cobrando los impuestos atrasados.

-¿Qué quieres decir? - Luka frunció el ceño confundido mientras notaba que las expresiones de los adultos se endurecían, como si finalmente hubiesen encontrado la raíz del problema. Algo que esperaba que si hubiesen logrado.

-Kellen apenas va a cumplir 9 años la próxima semana, aun así, ha asesinado más gente en un día que un hitman promedio en un par de meses - La castaña apretó sus puños sintiendo un gran malestar recorrer su pecho. ¿Cómo no se había dado cuenta? - Nos preocupamos tanto de su salud física, que olvidamos las secuelas mentales.


Ninguno de los presentes dijo nada más al saber la situación. Cada uno pensaba en una manera de ayudar al castaño a recuperarse para que volviese a ser el mismo chico de siempre. El menor y la fémina dispusieron a abandonar la oficina cuando alguien abrió la puerta y entró. Su rostro desesperado indicaba que algo andaba mal.


-¿Qué sucede? - El portador de llamas de lluvia observó seriamente al hombre que acababa de entrar sin pedir permiso. Su rostro estaba rojo y su respiración estaba agitada, así que supuso que una situación sin precedentes se había llevado a cabo.

-Es el niño - El tono serio pero temeroso con el que dijo eso hizo que el resto de presentes entendiese a quien se estaba refiriendo. Era imposible que un le diese miedo a un adulto, a menos que fuese uno capaz de arrancar cabezas solo con mirar.

-¿Kellen? - La dama de compañía frunció el ceño preocupada y alterno su mirada entre fu empleador y el sujeto que acababa de llegar - ¿Le ha pasado algo?

-No está jefe - El recién llegado tembló bajo la mirada molesta de los otros adultos y rogó mentalmente para no ser quien pagase los platos rotos - La camilla estaba abandonada cuando la señorita Sarahí llegó para la terapia de llamas.

-¿Un niño de 8 años, herido de gravedad, se escapó de la vigilancia de los hombres más fuertes que están bajo mi mando? - El azabache se puso de pie mientras azotaba con ambas manos su escritorio para tratar de no golpear a alguien - ¿Cómo demonios es posible eso?

-No lo sabemos señor - El guardaespaldas bajó la mirada al suelo con pena y temor. Incluso si el menor deba miedo era demasiado preocupante que hubiese huido en su condición actual - Pero parece que usó llamas para irse de aquí

-Si usa más sus llamas podría ser fatal - La castaña frunció el ceño mientras empujaba fuera de la oficina al chico que había quedado de piedra desde que el escape fue mencionado - Tenemos que encontrarlo pronto o será demasiado tarde.

-Quiero a todos listos para partir en 5 minutos - Los ojos chocolate del líder se desviaron a un archivero y cerró sus ojos sabiendo lo que debía hacer - Quien no esté listo para partir será severamente castigado.


Si una niebla era capaz de corromper la mente de cualquiera y un sol era capaz de cambiar sus llamas curativas para lastimar. Si una pacífica lluvia era capaz de inmovilizar a una persona y una tormenta podía destruir todo a su paso al estar furiosa. Si un rayo puede cortar y electrocutar a sus enemigos y una nube puede propagar sus ataques sin parpadear. Todo esto sin ser una persona enloquecida.

Entonces, ¿Qué sería capaz de hacer una nube que no se restringe a sí misma para lastimar a otros? 

La verdad, es que no querían saber.

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Kellen se mantuvo observando el río que se mantenía corriendo a su lado. Aquel cuerpo de agua tenía un inusual recorrido, pero no por eso era menos bello que el resto. No por ello dejaba de atraer atención o generaba algún tipo de miedo en la sociedad que vivía a su alrededor. A diferencia de otros ríos este era menos lineal, pero eso no le arrebataba su belleza.

A diferencia del río, el niño se estaba cayendo a pedazos con cada día que pasaba. Su mente distorsionaba la realidad cada vez que abría los ojos, haciéndole ver una y otra vez los cuerpos de las personas que había matado. Ya no confiaba en lo que veían sus ojos, ya no creía lo que escuchaban sus oídos. Había tenido la intención de preguntarle a su madre, pero los gritos y las risas se habían entremezclado en su cerebro y tuvo que cerrar la boca.

Las voces siguieron acompañándole mientras caminaba cerca del río. Al inicio había pensado en terminar con todo aquel sufrimiento de manera rápida, pero el pensar en su madre y en sus amigos lo había detenido de activar sus llamas y lastimarse hasta el punto del no retorno. Ahora, sin embargo, estaba desesperado por parar el pánico que se volvía parte de su alma.


-¡Kellen! - Una voz conocida se escuchó por sobre todas aquellas que habían tratado de asustarlo desde los últimos días. La voz era una que no había sido replicada por su cerebro de manera milagrosa.

-¿Luka? - El castaño desvió la mirada hacia el lado contrario del río y pronto notó que su mejor amigo corría hacia su dirección. ¿Esto era real o era otra alucinación? 

-¿¡Por qué escapaste!? No contestes - El menor no paraba de sacudir al contrario con molestia. ¿Qué había estado pensando? Se preocupó más cuando el otro niño se alejó con una mirada confundida y preocupada, aunque no era el momento para esto - Vamos de vuelta a casa.

-¡No! - Las voces se rieron mientras se burlaban de él y de su inútil intento de salvar a su amigo de sí mismo. Ellas no iban a parar, no lo iban a dejar parar hasta que estuvieran satisfechas y luego querrían más y él...

-¡KELLEN! - El moreno golpeó con fuerza la cabeza de su mejor amigo al notar que su respiración se tornaba complicada y errática. Necesitaba terminar con la situación de una vez por todas - Iremos a casa y pasarás los siguientes días encerrado en la enfermería hasta que te recuperes, ¿Entiendes? No uso de llamas, no paseos afuera, no intentos de pelea contra otras personas.

-... - "Está restringiéndome. Este cielo está tratando de restringirme y encerrarme. Alguien que no está vinculado a mí trata de arrebatarme todo" La mente del andrógino se apagó por completo al escuchar aquellas palabras. Nadie tenía derecho a encerrar a una nube, nadie tenía el poder para limitarlo a él - No.

-No voy a pelear contigo - El italiano alzó las manos a la altura de los hombros en señal de paz y luego se llevó una de las manos al rostro para calmarse. Eran niños con menos de una década de vida, ¿Por qué sentía tenían el estrés de un adulto de 60? - Vámonos ahora y ¡Agh!


Luka cayó al piso luego de sentir un golpe directamente en su pecho. El aire había sido arrebatado de sus pulmones debido al impacto y casi podía jurar que algunas de sus costillas estaban al borde del colapso. Aquella situación lo aterró y el sentir la presencia de unas llamas acercándose lo preocupó aún más.

Los orbes ambarinos se toparon con unos amatistas que se habían oscurecido completamente mientras unas llamas de tonalidad similar brillaban en sus manos. Esto no podía ser bueno para nadie presente. Algo estaba mal y no sabía qué exactamente es lo que había arruinado todo en aquellos pocos segundos.


-Kel, despierta - Un puñetazo fue directo a su cara y el portador de llamas del cielo se alejó lo más rápido que pudo - ¡Despierta! ¡Soy yo! ¡No soy un enemigo Kellen!

-... - El ruso se mantuvo con la boca cerrada mientras lanzaba puñetazos y patadas al cuerpo del más joven. No había un solo signo de que algo de claridad y lucidez estuviese volviendo a su mente.

-Hijo, ¡Detente ahora! - Un ataque de llamas privó de movimientos al mayor de los niños y este solo se giró para ver a la mujer que acababa de detenerlo. La castaña estaba parada a una distancia prudente, pero suficientemente cerca como para sacar de problemas al de cabellos con puntas rojizas.

-... - El rostro de la mujer sin duda alguna se veía borroso, pero era uno que había en sus sueños. Era un rostro que lo había acompañado en sus peores pesadillas y era el rostro que tenía en su colgante de bebé y en sus registros familiares. Era la mujer que lo había dado a luz y luego lo había vendido como si fuese un animal.


¿Era este menor frente a él otro hijo de la mujer? ¿Habían venido a restringirlo y venderlo nuevamente al mejor postor ahora que Trevor ya no lo quería en su casa? Seguramente era el caso. Lo venderían de nuevo, lo usarían de nuevo, lo destruirían mentalmente de nuevo.

No iba a permitirlo. No iba a dejar que lo encerraran otra vez.

Sus ataques esta vez fueron dirigidos a la mujer. Ella lo esquivaba y bloqueaba con sus llamas, lo que significaba que era más experimentada, pero tenía miedo de lastimarlo. ¡Que divertido! La mujer que lo había tratado peor que a un perro ahora quería evitar herirlo y hacerlo sufrir. Seguramente era para proteger su inversión.

No importaba. Iba a matarla con todo su poder y luego destruiría todo lo que amaba. Él había perdido todo debido a su herencia maldita. ¿No sería amable devolverle el favor hecho con los intereses que debía? Si la hacía sufrir y la destruía entonces no lo alejaría de Marianne, ni de Luka, Theo y Akiko. Todo volvería a la normalidad.

¡Recuperaría su hogar y su normalidad!

Golpeó con fuerza a la mujer, dejándole en el piso y sonrió como un demente. Era hora de terminar con todo este teatro. Alzó sus manos a la altura de su pecho y comenzó a concentrar sus llamas todo lo que pudo. Incluso si moría luego de este ataque podía estar satisfecho de que lo haría llevándose a la bruja consigo.


-¡Detente ahora Alekseev! - Un ataque de llamas azules restringió pronto los movimientos del cuerpo que estaba cayéndose a pedazos. El dueño de este estaba peleando desesperadamente para liberarse de sus restricciones - Laila y Meredith, traten las heridas de Marianne, Sarahí encárgate de Luka. 

-¡Sí! - Las tres mujeres corrieron hacia los heridos y comenzaron a curarlos sin dudar ni un segundo. Todos estarían a salvo mientras la locura de la nube fuese contenida por el jefe, aun así, no debían tardar mucho o sería un problema.

-Kellen, ¿Puedes reconocerme? - El hombre se acercó sin temor al pequeño que aún seguía inmovilizado debido a su ataque. Notó que los ojos parecían más los de un animal que los de una persona y maldijo su suerte - Kellen Alekseev, ¿Puedes reconocer la cara del hombre que te salvó hace 6 años?

-... - El castaño paró de luchar después de escuchar aquellas palabras, pero la lucidez no había vuelto a su mente como para reconocer al hombre que estaba delante. ¿Alguien lo había salvado a él? ¿Cuándo había sido salvado?


"El niño andrógino de 7 años estaba sentado en las piernas de un adulto mientras observaba fijamente los documentos que estaban frente a él. Días atrás había despertado sus llamas y el jefe de la casa había pedido algo de su tiempo para explicarle algo importante. Él supuso inmediatamente que hablarían de lo sucedido y le daría algunos consejos como el día que despertó.

Ahora, de hecho, tenía frente a él los registros de la familia Alekseev. Los registros de la familia a la que alguna vez había pertenecido y que lo había vendido a aquella hermosa casa, tal como lo había dicho Angela cuando le preguntó por la mujer en su colgante. Al menos esa era la historia que había creído hasta ese momento.


-Tus padres te vendieron a una familia llamada Istyazateli - El azabache mantuvo su mirada en el menor mientras le explicaba resumidamente lo que acababa de leer. No necesitaba decirle mucho, él era suficientemente inteligente como para entenderlo solo - Es una mafia rusa que se encarga de aquellos que no son deseados

-¿A qué te refieres? - Su mente se había atorado en el nombre de la familia y se perdió durante la explicación. Realmente no quería preguntar, pero... ¿Istyazateli no significaba torturadores en ruso?

-Aquellos que son comprados pasan su vida siendo esclavos - No iba a ir más allá de la definición básica para el otro, pero no eran esclavos comunes y corrientes en lo más mínimo. Malditos enfermos - Son juguetes para todo aquel que pague el precio correcto.

-¿Ellos iban a...? ¿Me iban a...? - Entre el significado del nombre y lo mencionado por el adulto, el andrógino pudo procesar rápidamente la información. ¿Por qué sus padres lo habían vendido a ese tipo de gente?

-Habíamos estado siguiendo su rastro por un tiempo - Trevor decidió cambiar el tema para que calmar los pensamientos que comenzaban a surgir en la cabecita ajena - No son una mafia poderosa, pero son como las cucarachas, nunca están realmente muertos.

-... - Los ojos morados observó al hombre que estaba a su espalda con ojos brillantes e ilusionados - Entonces, ¿Me salvaste la vida?

-No estás en deuda conmigo Kellen, no es por eso que te dije sobre tus padres vendiéndote al mejor postor - El varón mayor dijo aquello primero porque supo que si no lo hacía el menor lo malinterpretaría - Lo hice para que entiendas que no solo hay bien en este mundo. La gente mala a veces no tiene motivos para serlo, así que no debes ver a todas las personas como aliados. Mucha gente te podría traicionar con el tiempo.

-¡Pero aquí estamos a salvo! - El ruso se dio la vuelta y alzó sus manos lo más alto que pudo antes de bajarlas para que una señalara al hombre al que veía fijamente en ese instante - Porque tú nos proteges.

-No voy a vivir para siempre Kellen - El hombre con llamas de lluvia sonrió divertido y encantado al ver la ciega confianza del infante en su persona. Sin duda alguna había hecho lo correcto cuando secuestró el convoy de aquella mafia y crio al único niño de este como si fuese su propio hijo - Y como mi futuro sucesor debes comenzar a analizar al resto mucho más.

-¡Entendido! - Kellen dio un salto para bajarse de su antiguo confort y le sonrió adorablemente al mayor. Ahora se sentía más tranquilo y confiado en sí mismo - ¡No voy a decepcionarte!

-Nunca me decepcionaras Kellen - Los ojos caramelo brillaron con cariño mientras el dueño de estos despeinaba los cabellos de su autoproclamado heredero - Estaré orgulloso de ti, sin importar lo que hagas."


El pequeño cuerpo fue vencido por el peso de las memorias y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas que habían sido retenidas desde que el pequeño despertó de la inconsciencia. Todo él temblaba sin compasión mientras rompía en un llanto desgarrador. Se apegó más al cuerpo que había evitado su choque contra el suelo y se dejó llevar por la bruma de sensaciones que había sentido hasta el momento.

Trevor observó con tristeza al chico que tenía en sus brazos. Él se había cerrado a mostrarle sus sentimientos desde el momento en el que lo había nombrado su sucesor y ahora se arrepentía de hacerlo tan pronto. Quizá si no hubiese puesto aquella carga en los hombros tan jóvenes entonces él habría confiado más en los adultos que debían haberlo ayudado. Quizá no hubiese creído que era su obligación salvar a todos. Quizá, quizá, quizá.

Ahora todos los hubiera y los quizá no importaban. Ambos habían tomado sus decisiones, y él incluso había decepcionado al pequeño que alguna vez había salvado. Había sido negligente con el castaño y este se había tragado todo su sentir hasta que fue tarde. Se supone que lo había salvado, pero, ante esta escena, sentía que había hecho todo lo contrario.

El ruso quedó inconsciente luego de tantas lágrimas y tantas disculpas que salieron de su boca. Nadie dijo nada cuando el jefe lo cargó y se lo llevó del lugar en silencio. Aun si hubiesen querido hablar, nadie se atrevería a abrir la boca luego de ver la cantidad de heridas que tenía la joven nube. No las heridas físicas, que se curarían en un par de días, si no que las simbólicas, que quizá jamás sanarían del todo.

Aquella noche quizá habían detenido una tragedia, pero esta fue causada por una mucho más silenciosa que ninguno quiso ver hasta que fue tarde. Ahora probablemente la tragedia de origen no tenía solución y todos los presentes vivirían con ello en la consciencia. 

Los ojos de la lluvia se nublaron mientras pensaba en qué hacer ahora. Su heredero no podía quedarse a su lado o estaría en contacto constante con aquello que disparaba su locura, pero tampoco quería que se fuese y terminase en la mira de alguna mafia que probablemente lo mataría poco después. ¿Qué podía hacer?

Observó el fuerte agarre en su camisa y suspiró sintiendo su corazón romperse en pedazos. Lo mejor sería preguntarle a su niño. Al final, tarde o temprano tendría que cambiar su manía de controlar todo y qué mejor inició que dándole libertad al niño que había cuidado durante tantos años.

Solo esperaba que la herencia maldita estuviese de acuerdo con él.

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¡Hola! ¿Qué tal?

Parece que la señorita inspiración se compadeció de mi alma y visitó antes de navidad o año nuevo. ¡Milagro! Ahora bien...

Alargué de nuevo la situación. Se suponía que en este capítulo terminaría el relato de Kellen, pero metí el drama y el resto es historia.

¿Esto estaba planeado? No, por supuesto que no. Pero parece que la madrugada es mi tiempo para escribir drama y tragedia. ¿Quién lo diría?

¿Por qué hago sufrir a mis protagonistas? Es una pregunta que incluso yo me pregunto.

¿Qué será a lo que se refieren con herencia maldita? No lo sé, digan sus teorías. 

Espero que les haya gustado el capítulo. 

Nos leemos pronto.

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