parte 3
omegaverse; mpreg; violencia;
El entrenamiento de los nuevos cadetes era un total éxito, a menudo Jaehyun lo iba a visitar para informarle del avance que estaban teniendo, también para pedirle consejos sobre cómo llevar algunas prácticas; así que creyó que esa era la razón por la que su compañero había vuelto a visitarlo esa semana.
Ambos alfas se quedaron en el comedor mientras el omega estaba ausente por estar en la cocina, en ese momento aprovechó para hablar con Jeongguk.
—Jeongguk, en la última caza que programamos con los novatos, todo salió bien. Pero...bueno, ¿te acuerdas del novato Wong?, él se desvió un poco del territorio estimado para la caza. Resulta que encontró una zona oscura, donde había sangre seca y animales mutilados...—La sangre se le heló al alfa que estaba escuchando, sus ojos estaban abiertos de la sorpresa y cuando abrió la boca para decir algo, el otro alfa continúo— No creemos que sean...
—Son vampiros. Mierda, Jaehyun, ¡son vampiros! —Dijo un poco alterado, se pasó las manos por el rostro y suspiró— Lo mismo habíamos visto esa vez que...—No pudo terminar la frase porque los recuerdos le cayeron como un balde de agua fría.
Años atrás, cuando su amigo y él eran novatos, durante una revisión del territorio se habían topado en el centro del bosque con una zona cubierta por grandes árboles. Recuerda haber visto el cuerpo de un oso con dos grandes hoyos en el cuello y cervatillos mutilados, antes siquiera de poder sentir horror había recibido un fuerte golpe que lo lanzó contra un duro tronco. Eran únicamente ellos 2 contra 4 de esas criaturas.
Pero estos eran diferentes. Los chupasangres comunes eran como murciélagos enormes, posiblemente de más de 2 metros, lo que los diferenciaba de los animales es que eran calvos y tenían unos ojos saltones oscuros. Estos eran grises, enormes, con los ojos bañados en sangre y unos colmillos sobresalientes y afilados. Jeongguk y Jaehyun lucharon contra esas criaturas con nada más que unos cuchillos y unas armas cuya munición no hacía ni cosquillas a las bestias. Recibieron infinidad de golpes, las probabilidades de sobrevivir eran nulas, pero aun así se las arreglaron para derribar a 2 de ellos.
Estaban cansados, heridos y él se había desplomado después de un fuerte golpe que había recibido. Lo que vio después fue como su cuerpo estaba siendo tomado entre las manos de esa bestia y después su compañero, a pesar del cansancio se convirtió en lobo, corrió lo más rápido que sus patas le permitieron y atacó el cuello del chupasangre, masticando con fuerza hasta que lo decapitó.
La criatura que seguía de pie huyó, de miedo tal vez. Jaehyun comenzó a sentirse débil pero aun así se las arregló para subir el cuerpo de Jeongguk a su lomo y correr, era una batalla contra el tiempo, ambos estaban malheridos y Jae estaba a nada de colapsar.
Lo último que recordaba de ese día era que ya había caído la tarde cuando llegaron a la manada y antes de que Jae llegara a la clínica, él se desmayó.
Los recuerdos eran frescos para Jeongguk, su lobo tenía las cicatrices de ese día y siempre le recordaban que tan cerca estuvo de la muerte. Sintió que podía ponerse a llorar en ese momento, más lo evitó para no preocupar a Yoongi. Jaehyun le explicó que iban a revisar el territorio e iban a ir armados para evitar una tragedia, pero Jeongguk no podía evitar sentirse preocupado.
Deseaba ir con ellos, quería estar con ellos para protegerlos, para proteger a Jaehyun. Pero estaba en labor de parto y tampoco quería preocupar a su pareja, quien estaba más nervioso por el parto y recibir a la nueva integrante de la familia. Sí, en uno de sus últimos chequeos el doctor Kim les dio la noticia de que esperaban una linda niña.
La guardia salió ese día temprano y regresaron días después de "no haber visto nada extraño" según el líder. Jeongguk seguía sin estar muy seguro de las palabras del alfa, pero antes de poder pedirle una revisión del territorio y la inclusión de los novatos oficialmente a la guardia, rompió fuente.
Entonces ella nació, Min Sunhee. La luz de su vida, el resultado del enorme amor que Yoongi y Jeongguk se tenían. Una nena preciosa con los bonitos labios de Yoongi y los expresivos ojos de Jeongguk, al alfa se le derritió el corazón cuando la tuvo en brazos y el omega no pudo evitar llorar.
Por fin tenían una familia, una hermosa familia. Todo en casa estaba listo para la llegada de la pequeña, su habitación de colores pastel, su cuna. Estaban listos para vivir esta nueva etapa, Jeongguk había cambiado radicalmente y le gustaba pensar que era para bien.
Pero una mañana, mientras le daba biberón a su hija, un fuerte grito alertó a toda la manada.
—Quédate aquí con la bebé, iré a ver que sucede —Yoon salió de la casa, sólo para encontrarse con que una de las cadetes novatas estaba siendo atacada por un chupasangre.
No un chupasangre cualquiera, uno más grotesco y horroroso. Y cuando Jeongguk salió a ver lo que sucedía, el corazón se le detuvo al reconocer al tipo de criatura que tenía enfrente, la criatura que casi lo asesina junto a Jaehyun.
—Jeongguk, vuelve adentro. Los cadetes resolverán la situación. —Yoongi tomó a Jeongguk de un brazo para llevarlo de regreso a casa, pero Jeongguk se detuvo a la mitad del camino, observando como la guardia no podía retener a la bestia que comenzaba a gruñir y golpeaba a matar.
—No, Yoon, n-no lo entiendes...—Las lágrimas se acumularon en sus ojos y después miró entre sus brazos a su pequeña bebé. Esta le miraba con curiosidad y una enorme sonrisa. Sintió su corazón oprimirse y antes de siquiera pensarlo besó a su nena en la frente, se acercó a su omega y le dio un fugaz beso antes de depositar a su hija en sus brazos— P-perdón...
Jeongguk se separó y corrió hasta donde se suscitaba la pelea, Yoongi vio incrédulo la escena mientras le gritaba a Jeongguk que regresara. El alfa corría con dificultad, no tenía mucho que había dado a luz y su cuerpo seguía agotado, pero su alma no.
No lo quiso decir, pero tener a su bebé en brazos y ver a Yoongi feliz todos los días al despertar le llenaba de calma y felicidad, tanta que, si muriera pronto, moriría en paz. Tal vez era el momento, Jaehyun lo había salvado, le había dado una oportunidad aquella vez y ahora le tocaba regresársela.
Así que no lo dudo dos veces cuando tomó el arma de uno de los cadetes heridos y corrió hasta la criatura que quería repetir la escena de unos años atrás, sólo que con los papeles invertidos. Jaehyun estaba derrotado, de rodillas mientras intentaba disparar una última vez y fallando en el intento. La bestia se preparó para encajar los dientes en su cuello y el alfa cerró los ojos aceptando su cruel destino. Cuando escuchó los colmillos encajándose en su carne y no sintió dolor alguno abrió nuevamente los ojos, encontrándose con que Jeongguk había recibido el ataque por él.
—¡Jeongguk!
Sintió que gritaron todos al unísono, pero se concentró únicamente en la voz de su pareja. Rota, devastada, pudo escuchar después el llanto de su hija y sintió el corazón partírsele. Sin perder un segundo más le disparó a la criatura en la cara, este le soltó el brazo ante el impacto. Se convirtió y mientras la criatura estaba distraída, atacó su cuello. Volvió a masticar, el hocico se le llenó de su asquerosa sangre y sintió ganas de vomitar, pero continúo, eso hasta que sintió un bajón de fuerzas y cayó en el suelo con dureza.
Algunos cadetes se encargaron de terminar de decapitar a la bestia mientras los demás corrían hasta Jeongguk. Yoongi se acercó al lobo, estaba lleno de sangre, no podían saber cuál era la de la bestia y cual de él. El alfa comenzó a sentirse más agotado, sus ojos se cerraban, pero se negaba a hacerlo.
—Jeongguk, no me dejes, amor, por favor...—Yoongi estaba rompiéndose entre lágrimas, el lobo no pudo evitar llorar con él. Levantó la cabeza un poco para poder ver a Sunhee llorosa al igual que sus padres, con dificultad el lobo se acercó más a ellos para frotar su nariz contra su bebé y la mano de su pareja— ¿Recuerdas lo que hablamos sobre tener más bebés?, y-yo puedo tenerlos esta vez, de verdad...amor...n-no te vayas...
Deseaba decirle por última vez a Yoongi cuanto lo amaba, deseaba darle más besos a Sunhee y volverla a alimentar con su biberón. Pero no pudo ser, ya que después de las últimas palabras de Yoongi, todo se volvió negro para él.
———
Fue como un choque. Como si su alma hubiera regresado a su cuerpo con fuerza; se despertó con el peor de los dolores de cabeza y su cuerpo se sentía pesado, con dificultad lograba mover los dedos de la mano. No identificaba la blanca habitación donde estaba, tampoco sabía porque su cuerpo estaba entubado y la cara de sorpresa del médico frente a él sólo le hacía tener más preguntas.
—Traigan a las enfermeras, ¡Jeon Jeongguk acaba de despertar!
En cuestión de segundos la habitación se llenó de enfermeras que hicieron infinidad de cosas, algunas le tomaban los signos vitales, otras se detenían a verlo con asombro. Un fuerte calor en su cuello, más precisamente en donde recordaba tener la marca de Yoongi, se hizo presente. A la par de ello un llanto proveniente de afuera de la habitación le hizo volver en sí.
—S-Sunhee... —Susurró, mientras se intentaba levantar de la camilla y sus ojos se volvían a llenar de lágrimas. Las enfermeras salieron de la habitación y entonces entró su pareja con su bebé en brazos, Jeongguk no se contuvo y comenzó a llorar con fuerza.
—Dios, Jeongguk. Y-yo...nosotros... —Yoongi tampoco se pudo contener. Se acercó a su pareja y le abrazó, teniendo cuidado de no lastimarle. Jeongguk tomó a su nena en brazos mientras se apegaba a Yoongi, estaba ojeroso, con los ojos hinchados, claramente había estado llorando antes— P-pensé que nos habías dejado...
—T-te dije que n-nunca te iba a d-dejar... ¿s-sigues sin creerme? —Jeongguk sonrió con la poca fuerza que aún mantenía y descansó la cabeza en el pecho de su pareja, quien lo mantuvo más cerca y le borraba las lágrimas del rostro— ¿Q-qué...
—Cuando el vampiro te mordió, inyectó en ti su veneno. —Hablo Yoongi entre pequeños hipos ocasionados por el llanto— E-estabas muriendo y los médicos te llevaron a la clínica, dijeron que no había muchas esperanzas...
Jeongguk intentó borrarle las lágrimas a Yoongi del rostro y después se apegó más a él. —Has estado una semana entera aquí y aunque te ibas estabilizando, no había mejoría. Y-yo...de verdad...
El llanto de la bebé paró, Jeongguk la acercó más hacía ella y le besó la frente nuevamente, admirando como una linda sonrisa se aparecía en su rostro. Hizo lo mismo con Yoongi, lo mantuvo entre sus brazos para calmarle, ahora se sentía mejor que al despertar.
—Jeongguk...—La voz de Jaehyun les hizo separarse. Yoongi se sentó a un lado en la camilla mientras el otro alfa entraba, sonriendo ante la bonita imagen de esa familia reunida— No tengo palabras para agradecerte lo que hiciste...
—No tienes que agradecerme nada...
—Tengo qué. El doctor Kim dice que las probabilidades de sobrevivir al veneno de uno de esos chupasangre es mínima, pero, bueno, que puedo decir de la persona que se burla de las probabilidades. —Dijo esto mirando a Sunhee, Jeongguk en ese momento entendió porque el personal médico le miraba con tanta sorpresa— Es bellísima, tiene tus ojos...—Se acercó más a la pequeña Sunhee, recibiendo una enorme y dulce sonrisa de ella— Prometo tener una vida plena en agradecimiento, no los molesto más.
El alfa se despidió de los tres y se retiró de la habitación, Jeongguk se acurrucó con Yoongi en la camilla mientras su bebé estaba en medio de ellos. El alfa acarició el cabello de su omega mientras este se iba quedando dormido poco a poco, necesitaba descansar después de toda la preocupación que le hizo pasar. El ambiente era de total calma, el alfa no recordaba otro momento en su vida donde se sintiera tan dichoso como ahora.
—Nunca los dejaré solos...—Susurró para los amores de su vida mientras los miraba descansando— Ustedes son mi fortaleza...
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F I N
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