
XXII
No sabía lo mucho que la lluvia me gustaba. Se siente relajante y liberador dejándote un sentimiento profundo de tranquilidad. El cual se hubiera intensificado si no tuviera a una criatura molesta detrás de mí aullando sin descanso.
—No tengo comida —le vuelvo a decir, pero salta hacia mi bota y se aferra a ella.
Me doy cuenta que su cabello está totalmente seco a pesar de la lluvia. Lo vuelvo a levantar del suelo.
—¿Qué sucede? —pregunto. Es bastante cálido ahora que lo pienso, aún así la lluvia ha tocado su piel a pesar de mantener su pelo seco.
Él chilla levemente antes de zafarse de mi agarre y saltar a mi hombro donde se sujeta con mucha facilidad.
—¿Me vas a atacar con la guardia baja? —pregunto al sentir como salta de un hombro a hombro.
No sé qué hice para ganarme esta situación. Como si no fuera suficiente todo lo que está pasando.
—Te advierto que Eris te volverá comida a penas te vea —dejo salir y de inmediato quedo atontado. ¿Por qué dirías eso? ¿Cómo sabría eso?
Niego con mi cabeza hasta que la cosa peluda me lame del cuello.
—Espera, no soy comestible —le advierto mientras intento atraparlo, pero es inútil.
¿Cómo puede ser tan rápido?
—Como gustes, pero deja de lamerme —sentencio con un tono que lo hace chillar, pero rápidamente se emociona y vuelve a saltar tengo la esperanza de que se corte con la guadaña en su diversión, pero al mismo tiempo una parte de mi repudia esa idea.
Me da la sensación que lee mi mente porque deja de moverse y en vez de eso se acuesta sobre mi hombro izquierdo cuando comienzo a caminar.
Realmente no sé hacia dónde debo ir y con esta oscuridad es un problema, se supone que es un árbol especial, pero ¿Qué debe hacerle especial?
¡Es verdad! Levanto mi brazo para ver mi muñeca, pero el rastreador debió haber sido carbonizado al igual que le sucedió a mi casco.
—Ángel de la destrucción, armadura, rastreador —digo.
—No se ha podido recuperar el rastreador —anuncia una voz masculina del botón de la camisa, que de hecho no me había fijado que es de un material bastante resistente, no tiene rasguño alguno ni señal de haber estado en un combate.
Estoy a punto de seguir caminando al darme por vencido, pero una cápsula sale de mi bolso haciendo que el peludo chillar.
La cápsula se convierte en un brazalete que se ajusta a mi muñeca como el rastreador que había sido destruido.
—Segundo rastreador en funcionamiento, desconectando el anterior —dice el botón, pero yo ignoro lo demás. Centro mi atención en el brazalete, vi a Eris usarlo cuando escapamos de los Avos, por lo que, no tengo idea de cómo funcione.
No recuerdo haber escuchado a Eris usar un comando de voz, por lo que debe ser manual. Busco algún tipo de botón, pero no encuentro nada. Así que toco el material y este se ilumina en los bordes antes de proyectar un mapa a pequeña escala sobre mi muñeca.
Hay un indicador en forma de diamante que al dar unos pasos compruebo que soy yo. No comprendo el resto de símbolos, pero no los necesito porque veo tres indicadores parecidos a las picas muy cerca de mí con un árbol dorado.
A diferencia de Eris, yo mantengo el mapa abierto mientras camino hacia donde deberían estar ellos.
Es raro que me sienta de alguna forma emocionado por verlos, cuando lo vi por última vez hace no mucho tiempo.
Supongo que esta no es mi manera de ser, pienso con una leve sonrisa en mis labios. Pará bien o para mal los tengo a ellos, de alguna forma me han apoyado en esto, aunque ellos no lo saben.
El recuerdo de Kit protegiéndome de la bola de fuego me hace sonreír completamente, es un estúpido. ¿Acaso se le olvido que yo no necesito guardaespaldas? Y encima hace esa pregunta molesta cuando ha aguantado todo el impacto. Por supuesto que voy a estar bien Kit, aunque me diera de lleno, me recuperaría. Que tipo más tonto. Bueno, tendré una larga conversación con ese cara de niño. Es verdad, hace mucho no me refiero a él de esa forma.
Han pasado un par de días, pero han cambiado tantas cosas desde entonces que parece otra vida. La concesión del tiempo es algo divertido.
Una luz blanca brillante sale de entre los árboles, estoy a un par de metros del lugar, pero estoy rodeado de mucha vegetación.
—¿Por qué hiciste eso? —inquiere Isis molesta.
—Fue una orden —deja salir Eris, su voz se escucha apagada.
—¿Y? Eres la maldita líder de la misión —protesta en respuesta.
Ella no responder.
—¿No tienes nada que decir para justificar abandonarlo? —presiona Isis con más fuerza.
Sigue sin responder y hay un momento de silencio entre ambas. Ya estoy a muy corta distancia, de hecho la luz se ha intensificado.
—Ya han pasado más de seis horas y ese niño ni siquiera despierta, no podemos quedarnos aquí sentadas, sino llegamos a último suspiro y completamos la misión, para mañana eso será una zona tan peligrosa que ni siquiera nosotros podremos estar ahí ¿lo entiendes? —agrega Isis más calmada.
—Lo sé más que nadie. A diferencia de ti, yo me he enfrentado a la princesa, sé lo que sucederá si no llegamos mañana, Ned dijo que vendría, deberías confiar en que lo hará ¿no lo crees? —deja salir Eris.
Nuevamente hay silencio. A travieso un arbusto más grande que yo.
—Simplemente no puedo creer que puedas estar tan tranquila —agrega Isis.
Lo primero que noto es a Eris sentada sobre en una roca al igual que Isis, al este de donde se encuentran hay un edificio que no debe tener más de dos habitaciones, por el tamaño, sin embargo, lo que más me llama la atención es el árbol que está detrás de ellas.
No sólo es enorme, sino que la zona debajo de sus hojas está totalmente seca como sino estuviera lloviendo. Su tallo está devorado y rodeado de luces LED incrustadas más grandes que la criatura que salta muy emocionada en mi hombro. Por otro lado, las hojas son de un verde brillante iluminadas por algo que no puedo distinguir en la cima que es lo mismo que genera esa luz artificial.
—¡Ned! —me llama Eris antes de correr hacia mi.
Isis se emociona tan bien que hace una cara para contener las lágrimas. No veo a Kit por ningún lado.
Levanto la mano en forma de saludo mientras me acerco a ellas, sin embargo, me detengo cuando una escena transcurre en mi cabeza.
Eso sucedió en este mismo lugar.
"Ned" esa voz "Ned" frente de mí una silueta de espaldas con los brazos abiertos.
"¡De verdad existe! ¡Esto es increíble, Ned! ¡Un árbol artificial que produce oxígeno! ¿No te parece maravilloso? Por supuesto, ya estás acostumbrado a verlo. Gracias por traerme. Ned."
De nuevo esa voz. ¿Por qué se me hace tan familiar? ¿Acaso eres tú?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro