XLIX
Comienzo a juntar la sangre sobre la mesa lentamente alrededor de los brazaletes de hierro. Sett tiene un control absoluto sobre mis poderes. No creo que sean los brazaletes, todavía los tengo puestos y mis habilidades funcionan, por lo que sólo queda la opción de que sea Sett quién está detrás de eso. No recuerdo que haya o alguien haya mencionado que sea un primera generación, pero ahora tengo menos dudas de que lo sea y su habilidad si es la de anular las habilidades de los demás, es completamente terrorífica. Eso explicaría porque Nero le respeta tanto, podría eliminar su resistencia y dejarlo vulnerable. Eris es la única de nosotros que no necesita su habilidad para los combates, por lo que ahora tiene sentido que haya accedido ante su amenaza con semejante habilidad.
Debo tener más cuidado que antes.
—Estarás aquí un tiempo hasta que se hayan olvidado del accidente —comenta Sett volviendo a sentarse sobre la mesa— no intentes nada estúpido, no podemos deshacernos de ti, pero puedes ser bastante castigado o castigarlo a él.
Me estremezco tanto que intento levantarme de la silla como un perro rabioso. La sangre se vuelve puntiaguda en su dirección y rompe los brazaletes con mucha facilidad.
—No te atrevas —amenazo con la certeza de que puede anular mis poderes de nuevo y hacer que la sangre que me rodea de forma ofensiva lista para atacarlo se deshaga— puedes torturarme de las formas que quieras, pero si te atreves a ponerle un solo dedo a Kit, te juro que te mataré en ese mismo instante.
Él se ríe ante mí amenaza lo que me hace lanzar la sangre puntiaguda hacia él sin impactar.
—Hace mucho no había visto ese lado tuyo ángel de la destrucción —murmura al dejar de reírse como si no tuviera mi sangre a punto de matarlo— que interesante, entonces me vas a decir la verdad. ¿Quién es él?
Mi sangre cae de golpe sobre la mesa y siento mis poderes desvanecerse de nuevo. No sé qué pretende con esa pregunta, él tiene acceso a más información de la que yo puedo darle.
Él se acerca a mi, lo que me hace poner defensivo levantado los puños. No estoy seguro de poder ganarle en un combate limpio, pero de ser necesario, no tendré otra opción.
—Te haré mejor la pregunta —deja salir con una sonrisa pícara— ¿Qué relación tiene él con Daisy? O mejor dicho ¿acaso usó su poder para refugiarse dentro de él?
Ambas preguntas me dejan impactado. Lo único común que tienen ellos dos es su apariencia física. Aun así, qué quiere decir con esa última pregunta, el poder de Daisy se basaba en la curación de las heridas. ¿Ella puede meterse en el cuerpo de las personas? De ser así, ¿por qué entraría en el de Kit? No hay ningún tipo de relación entre ellos dos y cual seria el motivo de hacerlo, no tiene sentido, encima ella esta muerta, Eris dijo que encontró su cuerpo. Nada de lo que dice tiene sentido, a menos que sepa información que yo no recuerdo. De ser así, estoy en un problema.
Si ella vive dentro del cuerpo de Kit ¿Qué está esperando? Está en su hogar ahora, ella se encuentra a salvo, no hay necesidad de esconderse. A menos que no lo estemos realmente.
Los recuerdos de las sombras que a veces rodean a Kit. ¿Se refiere a eso? ¿Esas sombras son Daisy?
Alto. Nada de lo que piense ahora mismo tiene sentido. Solo estoy divagando mas y mas, no hay una lógica real en lo que él dice.
—¿De qué hablas? —inquiero sonando totalmente natural.
—No te hagas el tonto, Daisy tenia prohibido hablar de su habilidad, pero esta claro, que alguien tan cercano a ella como lo eras tú, debías tener acceso a esa información —comienza a decir sin darme un vistazo. Puede que tenga razón, pero en este momento no recuerdo absolutamente nada. No podría confirmar o negar nada. Que siga viva es una locura, pero al mismo tiempo, de ser así, podría volverla a ver, aunque su cuerpo ya no existe. Esto no tiene sentido por más que lo piense.
Él suspira y se agarra la nariz con sus dedos. Parece meditar algo. Debería usar ese tiempo para pensar un plan, pero mis poderes han desaparecido de nuevo. Los brazaletes que me tenían prisionero, los he roto, pero no parece que a Sett le importe, de cualquier forma, es una habitación sellada, no parece que haya una forma de salir.
—Olvida lo que dije —deja salir antes de reírse. Definitivamente es un demente, pero por mucho que no tenga sentido lo que dijo, es información que no puedes inventar y soltar a la ligera. Algo de todo eso es verdad, aunque sea rumor. Daisy de alguna u otra forma aún está viva, y él tiene información de eso.
Su comunicador empieza a sonar y él responde a la llamada.
—¿Qué sucede? Estoy en el proceso interrogatorio del ángel de la destrucción —se queja dándome un rápido vistazo.
Deben decirle algo, porque la cara que hace Sett de asombro es indescriptible.
—¿No es broma? —es lo que dice sentándose en la silla para poner sus manos sobre su frente— ¿Qué tan grave es?
La incertidumbre empieza a ponerme nervioso, necesito saber que está sucediendo. Pienso en Kit, él dijo que se encontraba bien, aunque pudo haberlo dicho para que cooperará con sus preguntas. Ahora mismo no estoy seguro de nada, todo lo que ha dicho Sett debería tomarlo con pinzas.
—Es una locura —deja salir— ¿Cuánto tiempo tenemos?
Lo veo golpear la mesa con su puño.
—Veré que puedo hacer —murmura levantándose.
Él comienza a caminar antes de girarse hacia mí, parece que había olvidado que estaba en la habitación.
—Levántate, tienes trabajo que hacer —dice con tono serio, la expresión de su rostro es aterradora.
Me levanto porque ya había destruido los brazaletes con anterioridad, sino, no sé cómo lo habría hecho, pero supongo que no se encuentra de humor para ese comentario, por lo que me quedo callado, aun así, tengo la necesidad de saber que está sucediendo.
—¿Qué sucede? —pregunto cuando he alcanzado su paso. Este toca una zona de la pared que interactúa con su mano y hace que esta se mueva como si fuera una puerta.
—Estamos bajo ataque enemigo —deja salir lo que me hace estremecer. Solo hay alguien que puede ejecutar un ataque a esa escala— la princesa está accediendo al cuartel cuatro, hay múltiples heridos, pero la primera generación ha logrado mantener al enemigo a raya.
El cuartel cuatro es el de Astra y sus amigos, era también mi antiguo cuartel, aunque tengo un solo recuerdo de ese lugar y no creo que sirva de nada para orientarme.
—Sus defensas no podrán resistir mucho tiempo, por lo que serás enviado allá de forma inmediata —sentencia.
—No envíes a Kit —pido.
Él se burla.
—No estás en posición de elegir, que te saqué de aquí para enviarte al frente de batalla, no te exonera de tus crímenes —dice saliendo de la habitación. Aprieto mis puños, tengo que decir algo, no puedo permitir que lo envíe a una muerte segura.
—No me mires de esa forma, no lo enviaré —agrega haciendo que suelte el aire que sin saber haber contenido— por cierto, el cuartel dos ha decidido ayudarlos también, por lo que, saldrán de aquí junto con ustedes.
—¿Quiénes más? —pregunto.
—Todos los nuestros, no se puede permitir que el cuartel cuarto caiga aunque seamos rivales —responde Sett dándome un guiño. De nuevo no tiene sentido, si ellos son nuestros rivales, lo mejor sería que la princesa acabara con ellos por muy cruel que suene. Así que debe haber un acuerdo de por medio o algo que no nos están contando, da igual, es información irrelevante para nosotros, después de todo, solo somos soldados.
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