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01

Una gota de sudor cayó por su frente en cuanto pisó con fuerza el acelerador.

Estaba muy cerca de ganar la carrera que se interponía entre una buena suma de dinero y perder gran parte de la reputación que había ganado en ese lugar.

Sus manos estaban rojas de tanto apretar el volante.

Constantemente evitaba las curvas peligrosas que poseía aquella pista para no caer, y no podía negar que ya se encontraba un poco mareado a pesar del conocimiento que poseía. Aunque si era razonable, a aquel montón de tierra y piedras ni siquiera se le podía llamar pista. Un montón de carbón incendiado sería mejor que aquel inestable acantilado en el que ponía su vida en riesgo cada día.

Y le encantaba.

Era la mejor sensación que había vivido en su puta vida.

─¡Oye, Jeon! ─gritó Lee desde su coche. Jungkook lo ignoró─. ¡¿Qué se siente saber que te espera el segundo lugar?!

El chico rió, y Jungkook no tardó en chasquear la lengua con egocentrismo.

Su mirada estaba fija al frente.

Aceleró una vez más y mordió su labio inferior con brusquedad al divisar la meta a unos cuántos metros de distancia.

Ese premio era suyo.

El primer lugar era suyo.

Lee aceleró al ver el auto de Jeon rebasarlo. Apretó los labios y maldijo para sí mismo al girar violentamente en una curva que casi lo hizo chocar con el auto de J.

─Maldición.

Ambos estaban a escasos metros de la meta, y ninguno tenía intenciones de detenerse por más brutos y peligrosos que fueran los movimientos de sus autos.

Jungkook quería el dinero.

Hayoon quería la reputación.

─¡Aquí vienen! ─exclamó una chica desde el final de la corrida─. ¡Apártense!

Jeon y Lee estaban a la par. No se miraban, pero un movimiento en falso y sabían que perderían la carrera.

«Ni en tus sueños, idiota». Pensó J.

Jungkook giró el volante hacia el lado contrario en el que se encontraba Lee, cerca del barranco. Todos se quedaron quietos y confusos ante aquella acción, incluso Hayoon, quién pensó que ya lo tenía todo ganado, pero no estaba más que lejos de la realidad.

Jungkook con todas sus fuerzas pisó nuevamente al acelerador y dio una corrida en el borde del barranco para lanzarse con todo y auto hasta la meta.

Todos quedaron con la boca abierta, y antes de que alguien pudiera decir algo, Jeon cruzó la línea con Hayoon detrás de él.

─¡Mierda! ─gritó Lee.

Golpeó el volante con furia y maldijo para si mismo.

Jungkook dejó salir un suspiro de alivio al detener el coche y soltó una estruendosa carcajada al ver el semblante de Hayoon. Se bajó del auto y recibió feliz los aplausos y las ovaciones de los presentes al coronarse nuevamente en el primer lugar.

─¡Eso fue una puta trampa, J! ─exclamó Lee al bajarse del auto.

Jungkook se encogió de hombros.

─Conducimos en carreras clandestinas, ¿de qué trampa me hablas?

Hayoon entrecerró los ojos y empujó a Jeon con enojo.

─Eres un hijo de puta ─escupió.

Se dio la vuelta para irse de ahí con varios de sus amigos y seguidores detrás, pero el chico en ese momento no tenía ganas de estar con nadie. Jeon le había jodido toda la noche.

─¡Oye, Lee! ─gritó J antes de que Hayoon se fuera.

Este no volteó, pero sí se detuvo.

─¿Qué jodidos quieres?

Jungkook sonrió con altanería.

─¿Qué se siente que te reciba el segundo lugar?

Hayoon giró su cabeza con enojo, y rápidamente escuchó las risas de los presentes mientras felicitaban a Jeon.

─No ganarás la próxima vez.

Y dicho esto, se fue.

Jeon rodó los ojos y abrazó a sus amigos feliz mientras gritaba de satisfacción.

A su lado llegó uno de sus mejores amigos con expresión preocupada mientras los gritos felices de todos incrementaban.

─¡Nam!

─¡No me digas 'Nam', idiota! ¡Pudiste haber muerto! ─gritó Kim, intentando que sus palabras se escucharan entre la multitud.

Jungkook lo rodeó por los hombros y lo alejó de los gritos.

─Hombre, estás tenso. Relájate ─dijo, y de su bolsillo sacó un cigarrillo─. ¿Tienes encendedor?

Namjoon bufó antes de sacar uno del bolsillo de su pantalón. Jungkook sonrió y encendió el cigarro antes de darle una profunda calada para ofrecérselo a Kim, quién aceptó de mala gana.

─Debes dejar de hacer esas estupideces, Jungkook. Si te mueres, no pienso ir a visitarte al infierno.

Jeon volvió a tomar el cigarro y sonrió.

─Morir es de putos.

Namjoon rió.

─Tú eres uno.

─Touché.

Ambos amigos rieron y continuaron fumando mientras celebraban.

─¡Hey, J! ─gritó Hoseok, otro de sus amigos, al llegar a su lado─. ¡Felicidades por el triunfo!

Jungkook chasqueó la lengua y abrazó brevemente a Min.

─Se sabía que el primer lugar era mío ─alardeó─, aunque una botella de ron no me vendría nada mal con tus felicitaciones.

Hoseok rió.

─¿Qué tal una fiesta con mucho alcohol?

Namjoon y Jungkook se miraron entre sí.

─¿Y sexo?

─Lo que quieras.

Los tres rieron complacidos.

─¿Dónde será?

Hoseok le quitó el cigarrillo a Jeon y le dio una calada.

─En una casa de riquillos.

Namjoon frunció el entrecejo.

─¿Qué?

─Es una coladera, en realidad.

Jungkook rodó los ojos y sonrió.

─¿Por qué no me sorprende viniendo de ti?

─Becky conoce al anfitrión. Dijo que si tú ganabas, la casa era nuestra.

─Y los hijos de papi también, al parecer ─mencionó Kim entre risas.

Min mordió su labio inferior.

─Exacto.

Jungkook volteó hacia atrás y buscó entre la multitud a Becky, su compañera de sexo.

De repente, alguien se posicionó detrás de él y cubrió sus ojos con ambas manos.

Sonrió.

─Adivina quién soy ─canturreó la voz.

Hoseok y Namjoon fingieron no escuchar.

─La chica de mis sueños ─respondió J contento.

Aunque claro, no era eso lo que pensaba realmente.

Becky destapó sus ojos con una brillante sonrisa y abrazó a Jeon por detrás.

─Siempre sabes cómo dejarme sin palabras.

Jungkook volteó y tomó a la chica por la cintura.

─Y tú cómo volverme loco.

Claro, Becky no era la chica de sus sueños, pero quizás sí la de sus sueños húmedos.

─Bien, tortolos, ya es hora de ponerle algo de acción a esta noche, ¿no?

Jungkook sonrió.

─La acción inició cuando me subí a mi auto y le di mil patadas en el culo al engreído de Lee ─mencionó.

Namjoon golpeó su hombro en acuerdo.

─Pues más allá de coches y carreras, yo quiero otro tipo de acción ─aclaró el azabache con picardía─. Becky, ¿nos llevas a la fiesta?

La chica se separó de Jeon antes de asentir. Besó la mejilla del azabache y aclaró su garganta.

─Iré por los demás para que vayamos todos juntos. Si nos ven llegar en el grupo grande que somos, nadie podrá hacer nada para impedir que la pasemos bien ─informó risueña.

Los tres amigos asintieron y a los pocos segundos la chica se dispuso a llamar a los demás para ponerse en marcha.

─Espero que por lo menos la fiesta esté buena ─comentó Namjoon mientras encendía un nuevo cigarro.

Jeon chasqueó la lengua.

─Nam, sólo hay riquillos allí ─recordó con obviedad─. Nosotros somos los que haremos buena la fiesta.

•••

Jimin acomodó el bol de palomitas y suspiró.

─¿En serio me van a dejar solo con un bol de palomitas, una buena serie y mucho chocolate caliente un viernes por la noche?

Taehyung rodó los ojos y lo observó.

─¿En serio te vas a quedar en casa un viernes por la noche en lugar de ir de fiesta con tus mejores amigos?

Jin se miró por última vez en el espejo y sonrió para sí mismo.

─Son pésimos amigos ─lloriqueó Park.

─En realidad, somos los mejores, pero no estás listo para esta conversación ─comentó Jin mientras se sentaba junto a él.

Jimin bufó.

─No utilices frases de memes conmigo, hyung ─dijo, y metió un puñado de palomitas en su boca─. Quédense conmigo. Yoongi hace fiestas todos los viernes y ustedes siempre van, ¿qué les impide quedarse un día conmigo?

Taehyung se sentó al otro lado del sofá.

─Siempre vamos porque nos quedamos el resto de los días viendo películas contigo, y es genial, pero ir un día a una fiesta no te matará. Debes relajarte, Mimi.

─Ir a fiestas ruidosas no me relaja.

─De hecho, las fiestas de Yoongi siempre suelen ser tranquilas.

─¿Y entonces por qué van?

Taehyung y Jin se miraron entre sí con una sonrisa cómplice.

─Chicos.

─Sexo.

─Sucios ─decretó Park.

─Ay, sólo ven, Jimin.

El pelinegro sonrió, se acomodó en el sofá, puso play a su serie y contestó:─Por supuesto que no.

Ambos chicos bufaron con cansancio, pero finalmente terminaron resignándose.

─Bueno, si cambias de opinión ya sabes dónde es. Nosotros ya nos vamos, Mimi ─habló Jin mientras se levantaba y despeinaba el cabello del menor.

─Te avisaremos cuando lleguemos a nuestras casas. Sabemos que sueles preocuparte un poco.

Esta vez, fue Tae quién se levantó del sofá y se acercó a Jimin para abrazarlo por los hombros. Este último lo ignoró con dramatísmo al saber que sus dos amigos preferían ir a una fiesta en lugar de pasar su noche del viernes llorando por series románticas con él.

Da igual, tendría más para comer.

─Ojalá alguien les dé tan duro que no puedan levantarse en días ─deseó entre dientes.

Sus amigos voltearon a verlo con cierta indignación antes de que Jin sonriera y abriera la puerta.

─En realidad, yo espero lo mismo, cariño.

Y dicho esto, salió de la casa con Taehyung detrás.

─¡Te queremos!

Fue lo último que escuchó antes de que la puerta fuese cerrada.

Apretó los labios y tomó un nuevo puñado de palomitas.

─Como sea ─murmuró─. Prefiero sufrir por hombres ficticios a tener que escuchar a Jin gemir toda la noche. Es peor que una mujer pariendo.

Sonrió y por fin le puso atención a la serie que había escogido y que se reproducía en el televisor de la sala.

Su noche de relajación estaba por comenzar, y nada podría alterar sus planes.

•••

Jin y Taehyung llegaron a eso de las once de la noche a la casa de Yoongi.

─¡Chicos! ─exclamó Min al verlos─. Qué bueno que hayan venido.

Yoongi se acercó hasta ellos con un vaso entre sus manos y la camisa algo entreabierta.

Taehyung le guiñó el ojo y Jin sonrió.

─¿Pensaste que no vendríamos?

─En realidad pensé que convencerían a Jimin de venir con ustedes.

Tae suspiró.

─Ese sería un acto que sólo Lee MinHo podría lograr. Ni en veinte años lograría convencer a Jimin de venir a una fiesta. Es imposible.

Min sonrió y apoyó su brazo alrededor de los hombros de Kim.

─Nada es imposible. En una fiesta, todo puede pasar ─comentó, y le devolvió el guiño─. ¿Quieren algo de tomar?

─Sí, pero prefiero ir yo a buscar mi vaso. ¿Quién sabe? Podría encontrarme con alguien interesante en el camino ─habló Jin con un perfecto tono coqueto.

Yoongi y Taehyung rodaron los ojos divertidos antes de ver a Jin desaparecer entre la gente.

─¿Y bien? ─preguntó el mayor. Tae enarcó una ceja─. ¿Qué tal todo con Hayoon?

El castaño bufó y comenzó a caminar con su amigo a la par.

─Es un idiota ─contestó─. La última vez que nos vimos me dijo que estaba ocupado con su trabajo, pero que aún así haría todo lo posible por hablarme porque quería verme de nuevo, pero ni siquiera contesta mis llamadas.

Yoongi se separó de Kim al llegar a la cocina y sacó un vaso para servirle un trago.

─No lo conozco y ya sé con certeza que es un desgraciado por hacerle perder el tiempo a mi amigo ─dijo─. ¿Ron o whisky?

─Vodka.

Yoongi rió antes de negar con la cabeza.

─Te daré vodka negro.

─Gracias. Necesito olvidar todo por una noche ─lloriqueó Kim.

─¿Incluyendo a...?

Min no pudo terminar su oración porque el ruido del timbre llamó su atención.

Observó la puerta preguntándose quién podría ser, ya que ya todos sus invitados se encontraban presentes, pero en cuánto observó a una chica ingresar al lugar, supo que ahora sí la había cagado.

Y la había cagado en grande.

─¡Nos dijeron que había una fiesta aquí! ─gritó una voz masculina al entrar a la casa con un inmenso grupo de gente detrás.

─Pero como vimos que la 'fiesta' prácticamente está muerta, hemos venido a revivirla ─mencionó otro con superioridad.

Un gigante grupo de chicos y chicas de ropas cortas, ajustadas y negras ingresaron con un montón de botellas y cigarrillos en sus manos. Todos tenían mala pinta, incluso parecían pandilleros sacados de una mala película, y aún así ninguno de los invitados de Yoongi, ni siquiera él mismo, hizo algo para sacarlos.

─¿Quiénes son esos? ─preguntó Taehyung sorprendido.

Yoongi frunció los labios.

─No lo sé ─respondió, y su mirada cayó sobre una chica de cabello negro y falda corta que venía abrazado de un azabache─, pero creo saber quién sí sabe.

Y dicho esto, salió de la cocina bajo la confundida y un tanto preocupada mirada de Kim.

─Genial ─murmuró, y miró hacia todos lados en busca de su hyung─. Ojalá Jin no se meta con alguno de ellos.

•••

Eran cerca de las dos de la mañana y Jimin estaba cerca de acabar la serie que había puesto en un principio.

Sus ojos estaban hinchados y el sofá se encontraba rodeado de pañuelos usados. El bol de palomitas estaba vacío, y lo único que se escuchaba en toda la casa era la despedida del protagonista ante la muerte de su novia y su llanto.

─¿Por qué tuviste que morir, estúpida? ─lloriqueó el pelinegro mientras sacaba otro pañuelo─. ¿No ves que estoy sufriendo y ni te conozco? ¡Devuélveme mis lágrimas!

Limpió su nariz una vez más y su celular sonó.

Giró su cabeza hacia el lado y observó el aparato al otro del sofá.

Gesticuló una mueca de molestia.

─No me pienso levantar ─dijo, y volvió su mirada al televisor.

El celular continuó sonando, por lo que decidió subir el volumen de la televisión para intentar que su concentración se mantuviera en la serie, pero en cuánto el aparato dejó de sonar y por fin se sintió más tranquilo, una nueva llamada se hizo presente.

─No me pienso levantar ─repitió.

El celular sonó una y otra vez, y ya para la quinta llamada decidió pausar su serie, soltar un grito de frustración y levantarse del sofá.

─¡Agh! ¡¿Es que acaso uno no puede ver televisión tranquilo un viernes por la noche?!

Tomó su celular y atendió sin observar el identificador de llamadas.

─¿Quién molesta? ─atendió.

Del otro lado de la línea se escuchó un montón de ruido de fondo, gente gritando y música estruendosa que perturbó sus oídos.

Maldijo.

─¡¿Jimin?! ¡Jimin! ─gritó una voz un tanto extraña.

Jimin frunció el ceño.

─¿Taehyung?

─¡Jimin! ─gritó otra vez─. ¡Hoy no vuelvo a casa!

─¿Tae, estás borracho?

─¡No me llames porque hoy follo! ─gritó, y alargó la última 'o' mientras la risa se apoderaba de sus palabras.

Jimin cerró los ojos y tomó aire.

─¿Sigues en la fiesta de Yoongi?

─S...

Taehyung no pudo terminar de hablar porque gracias a un repentino mareo, vomitó mientras se agarraba de una persona desconocida.

─Tae, ¿qué...? ─Las palabras de Jimin quedaron en el aire cuando entendió lo que había pasado─. ¡Joder! ¡Así no te puedes ir con ningún tipo! ─exclamó preocupado─. ¿Dónde está Jin?

Taehyung tomó un poco de aire y se largó a reír mientras miraba la pantalla de su celular con confusión.

─¿Jin, quién?

─¡Tae!

─¿Quién es Chini?

Jimin apretó los labios y apagó la televisión.

─Quédate ahí y no te muevas, ¿quieres? Iré a buscarte ─dijo, y una mueca de tristeza se posó sobre su rostro al saber que de igual manera tendría que salir y arruinar su noche del viernes─. ¡Por nada del mundo voy a dejar que te vayas con alguien en ese estado, irresponsable!

─¡Pero...!

─¡Pero nada! ─Lo interrumpió─. ¡No soy tu madre y aún así tengo que hacerme responsable de ustedes dos!

Taehyung ya casi no le prestaba atención al pelinegro. Estaba muy entretenido bebiendo un poco más de vodka.

─Me debes una grande, idiota ─dijo, y colgó.

Miró su ropa, ya que tenía su pijama puesto, y lloriqueó.

─¡Alguien denme algo de paz!


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