CARDIO TEACHER
"Te enseñaré lo que es una buena sesión de cardio"

-Vamos Aisha,no seas perezosa- murmuró mi hermano tirando de las sábanas que cubrían mi cuerpo.

-Déjame Jude! Puede que tú seas un futbolista increíblemente famoso y con un entrenamiento muy duro pero yo soy arquitecta,no necesito ir al gimnasio- rodé los ojos y hundí mi cabeza en la almohada.

En qué momento he dejado que mi hermano pequeño me diga lo que tengo que hacer?

-Te llevaré a cenar sushi si vas al gimnasio- soltó espontáneamente.

-Pizza y de las grandes- abrí tan solo un ojo para verlo y negociar las condiciones de ese trato.

-Sabes perfectamente que no puedo comer pizza Aisha- se apoyó en el marco de la puerta, desesperado.

-Pues tan solo mirarás y pagarás, además,eres el mejor futbolista del Real Madrid ahora mismo Jude,tienes prestigio de sobra como para saltarte la dieta un día así que si quieres que vaya al gimnasio o me juras esa pizza o no voy- me crucé de brazos, incorporándome ligeramente y apoyando mi espalda en el cabecero de la cama.

-Está bien- terminó accediendo- por dios Aisha Bellingham,tienes 27 años o 9?- ironizó poniendo los ojos en blanco.

-Eh,soy tu hermana mayor,un respeto mocoso- le miré mal y me levanté de la cama, dirigiéndome a mi armario.

-Vale vieja. Iré al entrenamiento,te veo por la noche,y vendré con tu dichosa pizza.

-Espera,no irás conmigo al gimnasio? Jude! Te recuerdo que apenas llevamos un mes en Madrid,apenas conozco a alguien,por no decir que solo te conozco a ti y porque eres mi hermano- dije alzando un poco la voz.

-Y qué hay de malo en eso?- preguntó mirándome con el ceño fruncido.

-Me dejarás ir al gimnasio sola? Y si me secuestran?!- me llevé la mano al pecho de manera dramática.

-Por dios Aisha,eres la peor actriz del mundo. Deja de hacerte la niña mimada y sal a conocer Madrid,te vendrá bien ir sola, conocerás a gente nueva. Además,el gimnasio está en este mismo edificio,por qué coño dramatizas tanto?! Solo tienes que bajar 10 pisos y,para colmo,en ascensor!- exclamó alzando ambas manos.

-Y quién dice que no me puedan secuestrar en un ascensor!- me quejé mirándolo mal.

Jude rodó los ojos y se giró, dejando de verme.

-Sabes qué? Haz lo que quieras pero si no vas no hay pizza- y dicho esto abandonó mi habitación.

-Eres un chantajista Jude Victor William Bellingham!- grité para que me escuchase.

-Y tú una dramática Aisha Jenny Sophie Bellingham!- gritó de vuelta antes de dar un portazo contra la madera de la entrada.

Gruñí y maldije internamente a mi hermano por ser tan pesado.

A desgana me cambié de ropa y,para mi desgracia,no me quedó otra que ponerme unos leggins de deporte junto a un top y bajar en ascensor hasta el gimnasio del edificio.

Bueno,por lo menos no me han secuestrado en el ascensor...

Nada más llegar entré a los vestuarios de mujeres y dejé mi mochila posada sobre una de las bancas que habían en el medio del aseo.

Desanimada y sin gana alguna de hacer deporte, caminé hasta una de las estanterías con mancuernas y cogí dos de cinco kilos cada una.

-5 kilos es muy poco,no crees?- preguntó un chico que estaba haciendo dominadas en la baranda que estaba atornillada a la pared.

Y este quién se cree?

-Es más que suficiente- aseguré seriamente, ignorándolo y comenzando a hacer un poco de ejercicio con mis brazos y la ayuda del escaso peso.

-Si tú lo dices...- rió roncamente y,de un salto, posó sus piés sobre el suelo antes de comenzar a acercarse a mí- por cierto,soy nuevo en el edificio. Me llamó Carlos,Carlos Sainz- se presentó extendiendo su increíblemente musculado y venoso brazo.

Ay mamita, qué hombre!

Viéndolo de cerca y teniéndolo justo a mi lado pude ver lo realmente atractivo que era ese chico. Tenía el cabello oscuro al igual que sus ojos,una mandíbula tremendamente marcada que lo hacía parecer mil veces más sexy y una nariz un tanto grande y respingona, eso sin mencionar el trabajado cuerpo que se cargaba,era imposible ignorar lo guapo que era ese chico.

-Me llamo Aisha,Aisha Bellingham- acepté su presentación,estrechando mi mano con la suya y zarandeandolas varias veces.

-Vaya,no sabía que los Bellingham vivían aquí. Soy un gran admirador de tu hermano,ha ayudado mucho al equipo desde que llegó- sonrió ampliamente mostrando sus preciosas perlas blancas.

-A que adivino,eres del Madrid- reí retomando mi trabajo con las mancuernas.

-Alá Madrid- carcajeó junto a mí, observándome y siguiendo mis acciones atentamente- debes poner tu espalda más recta, así- colocó sus manos en mi cintura y ejerció una leve fuerza con sus dedos hasta que mi columna vertebral se enderezó junto a un involuntario cosquilleo que me recorrió de piés a cabeza al sentir su tacto sobre mi piel.

-Gracias- carraspeé mi garganta nerviosa.

-No hay de qué- me guiñó un ojo antes de volver a su antigua posición, continuando con los ejercicios que estaba llevando a cabo cuando llegué.

El corazón se aceleró al igual que mi respiración tras ese pequeño contacto entre nosotros.

Tras unos 20 minutos tratando de concentrarme en seguir la maldita tabla de ejercicios, abandoné las mancuernas en el suelo y me dirigí a las máquinas de correr.

Un poco de cardio nunca viene mal.

-Hay mejor cardio que ese- esa voz con notable acento español, volvió a retumbar contra mis oídos.

Mordí mi labio conteniendo una sonrisa y me giré para verlo mejor.

-Ah sí? Cómo cuáles?- pregunté cruzandome de brazos y viéndolo con cierta diversión.

-Bueno... Se me ocurren unas cuentas cosas que podemos hacer. Te enseñaré lo que es una buena sesión de cardio,si me dejas,claro- se subió a la cinta donde me encontraba y posó sus brazos a ambos lados de mi cuerpo, apoyándolos en el posamanos que habían en la máquina.

-Mhm,no estoy muy segura de que puedas ser un buen profesor- apoyé mi espalda contra el control de la máquina, procurando no tocar ningún botón.

-Por qué crees eso?- preguntó acercándose lentamente, rompiendo cualquier tipo de distancia entre nosotros.

-Porque un buen profesor no se follaria a su alumna- dije con atrevimiento.

-Un buen profesor haría lo que es mejor para su alumna- aseguró bajando su mirada,posándola sobre mis labios.

-Y qué es lo mejor para mí querido profesor?- hice un falso puchero,mirándolo con ojos de cordero.

-Lo mejor para ti es que alguien te enseñe la mejor manera de hacer ejercicio y,oh, sorpresa! Ese alguien seré yo bonita...- murmuró antes de atacar mi boca.

Aprisionó mis labios entre los suyos y,con audacia y rapidez,se abrió paso en mi boca con su lengua,jugueteando con la mía y creando una agradable y exquisita pelea.

Sus manos se colocaron en mi cintura y apretó sus dedos con firmeza sobre mi piel, haciéndome jadear sumida bajo su tacto.

De un salto, enredé mis piernas en su cintura, gozando de la increíble fricción que se había generado entre nosotros en cuanto nuestras intimidades se rozaron.

Soltando un pequeño gemido,Carlos se encargó de bajarnos de la cinta y tumbarme en una de las bancas que había para descansar en varias esquinas del gimnasio.

-Vayamos a los vestuarios- logré decir entre besos.

-Por qué no hacerlo aquí? No es más morboso e intenso que alguien nos pueda pillar en cualquier momento, mi querida alumna?- sonrió ampliamente y comenzó a besar mi cuello,bajando lentamente hasta mi escote y apartando la tela del top con sus manos,dispuesto a humedecer mis pechos con sus labios.

Y así fué.

En apenas un abrir y cerrar de ojos,el español se había hecho con el poder de mi cuerpo. Tenía mis pezones entre sus dedos o entre sus dientes alternandolos dependiendo del momento.

-Oh,Carlos- gemí echando la cabeza hacia atrás,apoyándola sobre el banco.

-Ves bonita? Estamos haciendo un buen cardio,el mejor que harás nunca de hecho- continuó bajando su cabeza.

Sus manos tiraron del elástico de mis leggins y se deshicieron de ellos con una facilidad abrumadora,dejándome con tan solo unas húmedas bragas cubriendo mi intimidad.

Tomando la iniciativa, guié mis manos hasta su pantalón,metiendo una de ellas dentro de éstos y de sus boxers,rozando mis dedos con su erecto miembro.

Sus largos y grandes dedos hicieron a un lado la tela de mi ropa interior y comenzó a atormentar mi clítoris con su pulgar sin piedad alguna.

Mi mano se deslizaba de arriba abajo lentamente mientras que sus dedos se colaban y me penetraban brusca pero placentaremente.

-Oh,por dios!- grité sintiendo un nudo construirse en mi abdomen.

-Silencio bonita,no queremos que nadie se entere de lo que estamos haciendo y tengamos que quedarnos a medias con nuestra clase de cardio, verdad?- preguntó sonriendo ladinamente.

Mordí mi labio a modo de respuesta,reprimiendo los intensos jadeos y gemidos que querían escaparse de mi boca a cada segundo que pasaba con sus dedos tocando lo más profundo de mi ser.

-Carlos,voy a...- traté de advertir pero mi voz salía entrecortada.

Joder,este hombre es capaz de hacerme sentir así usando tan solo sus dedos.

Me pregunto como será en el resto de los aspectos; tal vez deba averiguarlo otro día...

-Lo sé Aisha,puedo sentir como te estrechas alrededor de mis dedos- cerró los ojos sin dejar de proporcionarme placer.

Por mi parte,seguía moviendo mi mano al mismo ritmo que el sus dedos: si el iba rápido,yo iba rápido,por el contrario,si el iba lento,yo iba lento. Era una manera de darnos placer y disfrutar de la cálida sensación que todo eso estaba causando entre nuestros cuerpos.

Sellando mis labios y ahogando un gemido contra ellos,me besó con rudeza mientras sentía como mis piernas temblaban y mi interior se liberaba contra sus dedos.

Justo al mismo tiempo, su miembro comenzó a palpitar contra mi mano y no tardó mucho más en cubrir mi piel y sus propios pantalones de un espeso líquido blanco.

-Dios,es la mejor clase que he tenido en toda mi vida- reí mientras mi pecho subía y bajaba irregularmente,al igual que el suyo.

-Estaré encantado de ser tu profesor más veces bonita...- besó mi cuello y se incorporó, haciéndome sentir fría al notar su lejanía.

-A dónde vas?- pregunté mirándolo atentamente.

-Necesito una ducha. Te hace una segunda ronda de cardio Aisha Bellingham?- me miró de manera divertida.

Cómo respuesta sonreí y me adelanté a él hasta llegar al vestuario.

Bueno... Parece ser que Jude tenía razón; el gimnasio no era tan aburrido como yo creía.

APA,yo también quiero clases así🥴

Entre esta y la de Pierre me encantaría tenerlos a ambos como profesores...

¡Nos vemos mañana en la historia de Lance!

Atte: Alma<3