Capítulo 7
Ya estábamos cada uno en nuestro garaje, no quedaba nada para el primer gran premio de la temporada.
Max y yo esperábamos a que terminaran de poner nuestros coches a punto, aquello era una completa locura, jamás había estado tan nerviosa; iba a salir ahí a darlo todo, a jugarme la vida, y a demostrar que no por ser mujer valgo menos. Muchos sentimientos se agolpaban en mi cabeza, mis latidos iban tan rápido que adelantarían a un Ferrari en recta. La situación de Max no era muy diferente, daba vueltas sin parar, de lado a lado del garaje.
-Chicos, a los coches ya- dijo Horner -Vais a hacerlo bien, estoy seguro-
Verstappen y yo nos quedamos mirando, nos abrazamos con más fuerza que nunca y nos subimos a los monoplazas, era todo cuestión de minutos.
Ahí, metida dentro del coche, con el casco puesto y el volante a medio palmo de mi nariz, bajé el visor y cerré los ojos, tomé aire y nos remolcaron a la parrilla de salida. Era una sensación rara, casi como cuando eres bebé y tu madre te lleva a pasear en el carrito. El circuito de Melbourne estaba plagado de gente por todas partes, más que los días anteriores sin ningún tipo de dudas.
Red Bull tenía su propia afición, allí estaban vitoreando nuestros nombres, fue tal emoción la que sentí, que una lágrima se delizó por mi mejilla y agradecí sobre todas las cosas llevar el casco totalmente cerrado, para que nadie pudiera verme llorar como una tonta.
-Chloe, ¿me oyes?- La voz de alguien en taller salió por mi radio, traté de relajarme antes de contestar, me costó mucho -¿Chloe?-
-Sí, sí, estoy aquí.
-Bien, la radio funciona perfectamente, si necesitas algo, dinos.
-Gracias.
Mi respiración era rápida, quedaban pocos minutos y por algún motivo cada vez había más gente en la parrilla.
"Toc toc" oí en mi cabeza, tenía que estar empezando a delirar, no estaba bien, eso estaba claro, aquello no era como los entrenamientos, no podía permitirme ni el más mínimo error.
"Toc, toc" sonó de nuevo, y esta vez me di cuenta, alguien estaba llamando a mi casco como si fuera una puerta. Levanté la cabeza, y dos chicos con mono rojo me esperaban, uno a cada lado del coche. Seb y Charles eran geniales, me dieron las manos como señal de buena suerte, levantaron los pulgares y después se abrazaron entre ellos, para por último colocarse en sus posiciones; Leclerc a mi lado y Vettel detrás de mí.
30 segundos.
La gente empezó a vaciar la parrilla.
20 segundos.
Solo quedaban un par de mecánicos por coche.
10 segundos.
Solo los pilotos estábamos en la pista.
5.
4.
3.
2.
1.
Pisé el acelerador como si me fuera la vida en ello, pero la primera curva no tardó en llegar y tuve que reducir la velocidad, por el momento mantenía mi posición. Más atrás, Vettel y Verstappen empezaban a pelearse por el tercer puesto.
-Buena salida- oí por radio -Ten cuidado en la siguiente vuelta en la zona de la parrilla, está llena de trozos de fibra de carbono-
-¿Qué ha pasado? - ni siquiera había mirado por el retrovisor lo suficiente como para ver nada grave.
-Checo Pérez se ha llevado por delante a Valtteri Bottas, sus coches no pasarán de la quinta vuelta.
La comunicación con el equipo cesó, había tenido lugar el primer accidente de la temporada, Bottas no sería un problema en aquel momento.
Y de pronto, me di cuenta de que los nervios ya no estaban, ni las mariposas en el estómago, y muy pronto, las lágrimas de agobio se convirtieron en una muestra más de mi felicidad al volante.
Miré por el retrovisor y vi a Max acercándose peligrosamente por mi izquierda, ya llevábamos una quincena de vueltas y no me había dado cuenta.
Retuve a mi compañero de la mejor manera que pude, hasta que desistió y se distanció unos segundos.
Aquel circuito era brutal, con el lago en medio, rodeado de vegetación, y a la vez, el mar tan cerca; yo había crecido en el interior de España, por lo que el mar me provocaba una sensación muy especial, y es que no estaba acostumbrada a él, pero me encantaba.
-Mitad de carrera Chloe, lo estás haciendo bien.
Las informaciones que me llegaban me sorprendían inmensamente ¿mitad de carrera ya? Se me pasaba el tiempo volando, desde luego el ir montada en un artilugio a casi 300 km/h ayudaba a la pérdida de la noción del tiempo.
-Entras a Boxes en la siguiente vuelta, cambio de neumáticos.
-Oído.
Seguí las instrucciones del equipo, y en la siguiente vuelta entré por el desvío que llevaba a los garajes. La parada fue veloz, fugaz, ni siquiera me dió tiempo a pensar, y ya estaba de nuevo en pista. Me reincorporé quinta, por delante en este orden tenía a: Leclerc, Verstappen, Vettel y Hamilton. No sabía qué les estaba pasando a los Mercedes, si era mala suerte o estaban despistados, pero apenas tardé en adelantar a Hamilton.
Estaba cuarta y el siguiente objetivo era Seb, esperé un poco a llegar al último sector, en las curvas el Ferrari de Vettel perdería velocidad, y yo podría atacar; efectivamente el chico redujo su velocidad, y yo, jugándomela, la aumenté, pasé por al lado del alemán como un rayo, y aunque se opuso, pude colarme al tercer puesto tras un poco de presión.
Con Max fue mucho más complicado, teníamos dos coches iguales, y una forma de conducir muy parecida, en cuanto yo le pasaba un poco el volvía a recuperar la posición, íbamos prácticamente a la par.
Ya habíamos hecho todos nuestras paradas, y las últimas vueltas estaban resultando emocionantísimas. Detrás de nosotros, Carlos Sainz le pisaba los talones a Lewis Hamilton, y Daniel Ricciardo amenazaba con rebasar a los dos.
Respiré hondo y busqué mi oportunidad, necesitaba un despiste de Max, y lo tuve; metí el morro del monoplaza por el interior de una curva y aceleré a velocidades vertiginosas cuando llegamos a la recta, estaba segunda, y pisándole los talones a Leclerc.
La última vuelta comenzaba, y las posiciones parecían estar decididas, pero en aquel momento, uno de los Ferraris tuvo un problema.
Un montón de humo empezó a salir del coche de Charles Leclerc, no me lo podía creer, no podía fallarle el coche ahora. Estaba claro que la potencia de su coche estaba disminuyendo rápidamente, se apartó hacia un lado, y paró en una zona de hierba. Pasé de largo, pero pude ver por el retrovisor como Charles salía del coche y se tiraba al suelo, golpeándolo, con una carrera perfecta arruinada por el motor de su Ferrari, nadie daba crédito a lo que pasaba. Quedaban escasos 200 metros para la línea de meta, y sí, la crucé, pero con un horrible sentimiento agridulce. A mis espaldas, Vettel había adelantado a un confuso Verstappen que finalizaba tercero, justo delante de un merecido cuarto puesto para Ricciardo al que sucedían un perdido Hamilton y un Carlos Sainz orgulloso.
Dejé mi coche frente al cartel del número 1 y salí del monoplaza, me quité el casco y el pasamontañas ignífugo. La gente vitoreaba mi nombre, y la verdad, aquello me motivó mucho y consiguió animarme, salí corriendo hacia mi equipo, que esperaba radiante tras las vallas, salté sobre ellos y Christian Horner me cogió, entre todos me manteban, y yo me sentía la chica más afortunada del mundo. Cuando me bajaron al suelo, vi allí a cuatro personas a las que no esperaba ver; mis padres y mis hermanos habían venido a verme, la emoción se apoderó de mí, y empecé a llorar como una tonta, mientras recibía su cariño con ganas.
Era hora de subir a pesarnos y al podio, pero yo debía hacer algo ántes, y es que retrasé la ceremonia 15 minutos, pero mereció la pena.
Fui al garaje de Ferrari, y allí encontré a Charles, que me dio la enhorabuena con tristeza. No tenía tiempo de pararme a pensar, forcé al chico a venir conmigo, Leclerc era tremendamente cabezota, y me costó lograr mi acometido, pero tras insistir un rato conseguí lo que quería.
Ya nos habíamos pesado, Max Verstappen salía el primero a la ceremonia, y toda la plantilla le aplaudía mientras se subía al tercer escalón, justo después, Seb hizo su aparición, y el público tronó, vitoreaban su nombre y le aplaudían.
Por último dijeron mi nombre, y salí al podio, pero no iba sola, Charles me acompañaba, y para que no se sintiera incómodo, yo le pasaba el brazo por el hombro, se le veía agradecido.
Ambos subimos al podio, la gente aplaudía y gritaba con todas sus fuerzas, era una sensación espectacular.
El himno de España resonó por primera vez en mucho tiempo, desde los mejores tiempos de Alonso, y cuando terminó, Charles y yo nos las apañamos para meter a Seb y Max en el mismo escalón que estábamos nosotros.
Aquel día, con todo lo que habíamos vivido, me alegré de que en cierto modo, todos fuéramos ganadores.
chloeenov🔹
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chloeenov: First four winners of the Australian GP, luv u guys💙
Ver los 200.653 comentarios
charles_leclerc: Thanks for all, girl❤️
maxverstappen1: I can't be angry because of your overtaking, this is pretty nice Chloe😊
vettelofficial: We love you too😍
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