Narra Chloe:
La risa de James retumbaba en el salón del desayuno del hotel, y Dan se estaba poniendo terriblemente nervioso.
-¿Por qué grita tanto?- se quejaba el australiano, sujetándose la cabeza con fuerza.
-No grita tanto, eres tú que estás de resaca- me reí, y el chico me miró de reojo.
Carlos llegó y se sentó con nosotros.
-Buenos días chicos- saludó.
-Hola Carlos- le sonreí.
Dan saludó con la mano.
-Qué sosete estás esta mañana, Ricciardo- dijo Carlos.
-Tu amigo, que grita tanto que me va a estallar la cabeza- contestó el de Renault.
Sainz se giró sobre sí mismo para ver a James, que seguía riendo muy animadamente con Rose.
-Se le ve entretenido al chico, sí- dijo Carlos, mientras se metía la cucharilla a la boca.
A Dan se le veía nervioso, inquieto, no paraba de mover los pies, y de tamborilear en la mesa con los dedos. Posé mi mano sobre la suya para que parara, y él me miró a los ojos.
-Voy a mi cuarto- dijo Dan.
Presioné con mi mano sobre la suya, impidiendo que se levantara.
-No vas a ningún sitio- dije.
El chico temblaba con fuerza.
-Clo, necesito ir a mi cuarto- rogó.
-Que te he dicho que no.
-¡JODER CHLOE!- se levantó de golpe y salió corriendo hacia su habitación.
-Mierda- susurré -¡Nos vemos luego Carlos!-
Corrí todo lo que pude, pero joder, no llegué a tiempo, cuando entré a la habitación del australiano, lo encontré tirado en la cama, con los restos de una raya de coca sobre la mesilla.
-¡Joder Dan!- me tiré en la cama con él después de cerrar la puerta.
-Lo siento Clo.
-Tienes que controlarte.
-No puedo, te juro que lo intento.
Tumbados en la cama abracé al chico, y apoyé mi cabeza sobre su pecho.
-Tenemos que hacer algo, Dan.
-No aguanto el mono, Chloe.
-Tienes que ser fuerte.
-Es muy fácil decirlo.
-Yo lucharé contigo.
Al chico le dio el subidón, y se levantó de golpe con muchísima energía, y una sonrisa de oreja a oreja. Me tendió la mano para que me levantara.
-Somos un equipo entonces- me dijo.
-Lo somos, Dan.
Él sonrió de lado, y con un movimiento rápido me cargó en su hombro al más puro estilo del saco de patatas.
-¡BÁJAME DAN!
-Ni hablar- se rió.
-¡BÁJAME!
-No- dijo saliendo de la habitación, y corriendo hacia el ascensor.
-¡DAN!- me iba muriendo de la risa.
-¡Nada, nada!
-¡DAN! ¡PARA!
El chico no contestó.
-¡DAN! ¡ME AHOGO!
Seguí sin obtener respuesta, y el chico no paraba de correr.
Notaba una presión horrible en el pecho, me dolía muchísimo y no podía respirar.
El puto asma.
No era capaz de hablar, se me arrancaría la voz, tampoco llevaba encima mi inhalador.
Mierda.
Me acabé dejando llevar por Morfeo, y dejando de pensar.
Narra Dan:
En cuanto las puertas del ascensor se abrieron, entré en el mismo como una exhalación, Chloe había dejado de quejarse, así que una vez dentro de aquel chisme la coloqué en el suelo (que para colocado como estaba yo).
La chica no se tenía en pie, era yo quien la sostenía.
-¿Clo?
Ella no respondió.
-¿Clo?
De nuevo no obtuve respuesta.
-Esta broma no tiene gracia, Chloe.
La chica no se echó a reír como yo esperaba, ni siquiera abrió los ojos. Tenía el color de piel más extraño que había visto jamás.
-Clo, ¿qué te pasa? Dime algo.
Evidente era que estaba inconsciente, pero yo, en la situación en la que estaba, no podía hacer nada por ella.
En aquel momento me asusté mucho, mi mente no podía entender lo que había pasado.
Sujeté a Clo para que no se golpeara, y esperé a que el ascensor se detuviera, rezando para que un alma caritativa apareciera al otro lado de la puerta y me ayudara.
En efecto, mis ruegos sirvieron de algo, porque en recepción, Alex esperaba para coger el ascensor.
Cuando las puertas se abrieron, y la chica se encontró el panorama de golpe y sopetón, tampoco supe como reaccionar.
Al me miró friamente a los ojos -¿Vas drogado?-
-Sí- dije tajante.
-¡JODER DAN!- se llevó las manos a la cara, para después agacharse con su amiga -¿Qué le has hecho?-
-¿Yo? Nada- dije.
-Algo has tenido que hacer- dijo ella enfadada, mientras sacaba su móvil para llamar a la ambulancia.
-Soy un drogadicto Alex, ni un agresor, ni mucho menos un asesino- dije serio.
Ella me miró -Lo siento, me estoy poniendo nerviosa-
La ambulancia llegó, y se llevó a Chloe, Alex fue con ella, pero no creyó conveniente que yo, en mi situación, las acompañara.
Aquella situación me había abierto los ojos, o eso creí yo, porque tuve muy claro lo que iba a hacer.
Me dirigí a mi habitación, y sin pensármelo, saqué de golpe el cajón donde tenía toda aquella mierda. Me dirigí al baño como un robot, de nuevo sin pensar, y vacié el cajón en el váter, para después tirar de la cadena, y ver como aquello que tanto daño me hacía, se desvanecía en el agua del retrete.
No sé si me sentí bien, o mal, de hecho, creo que ni sentí.
No podía volver a tener un error cmo el de hoy, ¿Estaría bien Chloe? Nunca me lo perdonaría si le pasara algo grave...
Necesitaba estar en plenas facultades si quería poder ayudar a mis amigos.
Joder, mis amigos, no había nadie en este mundo a quien quisiera más que a ellos, y yo solo les estaba dando problemas...