Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 1

Las cosas iban poniéndose en su sitio, sin duda aquella carta me había hecho recordar. Todavía estaba asimilando todo aquello, porque no, no era un sueño. Todo estaba difuso todavía, pero los puntos principales se iban asentando.
"Red bull", "fórmula 1", "Australia" eran palabras que rebotaban en mi cabeza, un poco como en el salvapantallas de un ordenador.
LLevaba diez minutos allí de pie, plantada en medio de la habitación. Desde luego se notaba que el viaje no corría a mi cuenta, jamás hubiera podido alojarme en uno de los mejores hoteles de Australia; sobre las blancas sábanas de la cama, había una manta, de tono oscuro que contrastaba con el resto de la habitación, de un tono crema, las lamparitas del escritorio y la mesilla seguían encendidas, supongo que desde la noche anterior, y una moderna ducha me invitaba a espabilarme bajo el agua; aquello era increíble.


Cuando salí de la ducha, me puse el albornoz y me sequé el pelo, que caía justo sobre los hombros, con su tono negro habitual. Me maquillé ántes de vestirme, tenía que arreglar de alguna manera la cara de zombie con la que me había levantado.
Una vez hube acabado, me senté en la cama y volví a tomar la carta de la escudería para comprobar la hora del desayuno.
"Se cita a los pilotos en el salón del desayuno a las 7.30 de la mañana."
Miré instintivamente mi muñeca, pero no llevaba el reloj, la habitación tampoco contaba con ninguno, por lo que no me quedaba otra opción que buscar mi móvil. Di un repaso rápido a las sábanas, pero no parecía estar ahí, tras dar un par de pasos por alrededor de la cama, maldije no llevar puestas las deportivas, me había golpeado los dedos del pie con algo, de hecho, ese algo era mi móvil.
Me agaché y lo desbloqueé, las 7.40.
—Mierda.
Cogí una chaqueta rápidamente, metí el móvil en el bolsillo y salí de la habitación cogiendo la tarjeta, para poder entrar más tarde.
Corriendo por el pasillo llegué al ascensor, el cual ya ocupaba un chico, que cubierto con una gorra, iba a la misma planta que yo. No pude verle bien la cara, lo que me generaba cierta ansiedad. Bajé las cinco plantas mirando al suelo del ascensor, y salí huyendo de aquel cubículo en cuanto pude. No tardé en llegar al comedor, donde una chica me esperaba impaciente; llevaba un pantalón ajustado y una americana de tono azul marino, sobre una camiseta blanca, que le daba el toque informal a su outfit, todo ello lo aderezaban unos tacones de un naranja brillantísimo.
—¿Chloe Novoa?— Preguntó la mujer, recogiendo su melena rubia en un moño rápido.
—Eh...— Dudé un momento, lo que me hizo sentir estúpida —Sí, sí, soy yo—
Ella miró el reloj desesperada y suspiró —Menos mal, pensaba que iba a tener que subir a llamarte, bueno, a llamaros a los dos, ¿Max Verstappen? — Dijo la chica girándose a mi izquierda, refiriéndose al chico que acababa de colocarse a mi lado.
Miré de reojo, y ahí estaba, el chico del ascensor.
—¿No os han dado todavía las identificaciones? Es que de verdad, si no lo hago yo, no lo hace nadie...
La chica sacó dos tarjetas de su mochila de ejecutivo; tenían un cordón para colgarlas al cuello, y estaban perfectamente plastificadas, el chico y yo nos las pusimos al momento.
—Mi nombre es Laia, y soy la Manager de Red Bull— Nos tendió una mano a cada uno. —Vuestra Manager— Se completó, remarcando la primera palabra.
El chico y yo nos miramos.
—Anda, id a vuestra mesa, y daos prisa.
Supusimos que sería una mesita para dos, colocada en una esquina del comedor, justo desde donde podía verse toda la ciudad a través de un gran ventanal.

Fui a sentarme, y el chico me ahuecó la silla con velocidad.
—Gracias.
Se sentó frente a mí y dirigió la vista a mi acreditación.
—Chloe Novoa— Dije tendiéndole la mano.
—Max Verstappen— Me sonrío y estrechó mi mano con fuerza.
Algo en aquel momento me hizo pensar; aquel piloto iba a dar mucho que hablar en las carreras.
En aquel momento un camarero llegó, para preguntarnos si preferíamos té o café, yo pedí un café bien cargado, que acompañaría de un ibuprofeno, Max, que parecía estar más despejado, pidió té. Ambos nos levantamos a la vez para ir a la zona de buffet libre.
Yo fui la que más tardó en decidir, al final me decanté por un Donut de chocolate y un mini sandwich vegetal, para cuando llegué a la mesa, al chico solo le quedaban galletas.
—¿Así que tú eres la nueva?
—Sí, supongo que sí— Dije mordiendo mi sandwich.
—Yo tampoco llevo mucho aquí, no creas— Intentaba sonar tranquilizador.
—Y... ¿Cómo es esto?
Max sonrió —Es una jodida locura—
Aquel chico tenía algo especial, estaba segura de que no era un piloto cualquiera.
Terminamos de desayunar, y Laia no tardó ni un minuto en llegar.
—Hola guapos, tenéis reunión con los jefes, os he dejado la ropita en las habitaciones— Se puso las gafas y miró el reloj —En diez minutos os quiero en recepción, PUNTUALES POR FAVOR— Dijo yéndose, levantando la voz para que se le oyera por encima del repiqueteo de sus tacones en el suelo de parquet.
Volvimos a subir juntos en el ascensor, y resultó que nuestras habitaciones estaban en frente la una de la otra.
—¿Entonces fuiste tú la que llegó anoche a las tantas?
—Uy, probablemente— Me sonrojé —Pero he descubierto una discoteca genial, esta noche te llevo—
El chico se encogió de hombros y cada uno entró a su respectivo cuarto. La cama estaba hecha, la habitación ventilada y el uniforme sobre la primera. En aquel momento empecé a ser consciente de lo que estaba sucediendo.
Me quité rápidamente mi camiseta y la sustituí por el polo azul marino del equipo, me quedaba como un guante.

Me puse bien la acreditación y me pinté los labios de un color oscuro que me encantaba.
Me asomé por la ventana ántes de salir de la habitación, y vi que había empezado a llover con fuerza, el cielo estaba tan oscuro como mi pintalabios, y desde luego la temperatura no parecía tropical, decidí ponerme un jersey rojo de lana encima del polo, así por lo menos no pasaría frío.
Cuando estuve lista, salí al pasillo, y llamé a la habitación de mi compañero, que abrió un poco sin pensar. Tras una densa nube de desodorante, Max se dejó ver, probablemente sin ser consciente de que estaba a medias de vestir.
—Pasa, pasa— Dijo él.
Entré en la habitación mientras terminaba de arreglarse. El chico estaba en frente del espejo, peinándose, se alejó un poco para verse mejor, y de repente se sonrojó y se puso el polo con prisa, al parecer ya se había dado cuenta; no pude evitar reír sutilmente ante aquella situación, Max se dio cuenta y sonrió de lado, pero no le dejé disculparse, no tenía importancia.
—Hey! ¿Por qué tú tienes una gorra y yo no?— Dije haciendo un puchero.
—Porque a mí me quieren más.— Sonrió fingiendo superioridad.
Puse cara de llorar, como un niño pequeño.
—No me mires así anda, toma, me han dejado a mi las dos por error.
No tardamos en salir ambos de la habitación, aunque en recepción tuvimos que esperar a Laia, quien por sorpresa llegó tarde. Mientras esperábamos a nuestra manager, nos hicimos un selfie de compañeros de equipo.
—¿Te quitas la gorra para la foto?— Me preguntó Max.
Asentí —No me quiero despeinar mucho, hombre—
—Vaya señorita—
—Lo dice el que ha tardado media hora en peinarse— Dije riéndome.
—Venga, no exageres— Se rió.

maxverstappen1🔹

❤️ 109.345 Me gusta
Maxverstappen1: I've always wanted a Spanish teammate🇪🇸
Ver los 2.382 comentarios...
ChloeeNov: High Five dude! 🖐🏻

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro