✦ A million pieces
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KaiSoo
1,824 palabras; One-Shot
Cuando JongIn creía que estaba todo perdido, KyungSoo se convierte en la estrella más brillante de su cielo.
Basada en la canción A million pieces de KyuHyun ♥
Hurt-Confort, romance, fluff.
propuesto por N_Xmin_ ~
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Cuando JongIn se mudó a aquel pequeño pueblo, proveniente de la ciudad, completamente dispuesto a tener un nuevo comienzo en su vida, nunca en realidad se había detenido a creer que aquella oportunidad que se estaba dando de volver a comenzar, era la que verdaderamente había estado esperando.
JongIn no hablaba mucho, era un chico serio y siempre había sido bien portado, incluso cuando iba en la escuela, no había sido de muchos amigos, pero los pocos que tenía, contados con los dedos de una mano, siempre se preocupaban bastante por él.
Pese a que ya tenía veinticinco y se había graduado como ingeniero en sistemas, había comenzado a trabajar en una buena empresa con un sueldo respetable que le dejaba vivir demasiado bien y un departamento en una avenida que si bien no era de las mejores colonias, era bastante decente, Kim JongIn había agarrado sus cosas una mañana y había empacado una maleta un poco apresurado, para que no lo detuviera su cabeza en pensar demasiado las cosas.
Y no va a negar que le dolió abandonarlo todo, pero si eso era lo que había necesitado para poder sentirse un poco más tranquilo, JongIn tenía que hacerlo.
Dejar ir a una persona es demasiado difícil, mucho más si se había hecho castillos en el aire a su lado, un futuro incierto al que se había querido aferrar y que esa otra persona pensaba completamente diferente. JongIn lo había aprendido por las malas, cuando no hacía mucho le había encontrado besando labios ajenos en una calle oscura, aledaña al departamento que compartían de hacía un par de años.
El mundo de Kim JongIn se había partido en pedazos e incluso después de la partida de su ex pareja, todo se había quedado gris, la comida parecía haber dejado de tener buen sabor y JongIn se culpaba por todo lo que había ocurrido.
Porque probablemente si hubiese sido mejor, si se hubiese esforzado un poco más, seguiría siendo feliz. En aquellas paredes de colores sobrios se lo repetía constantemente, y la punzada en el pecho, la falta de aire en sus pulmones y el acumulo de lágrimas en sus ojos eran tales, que JongIn consideró que necesitaba despejarse de todo.
Ser Kim JongIn en aquel pequeño pueblo era un poco sencillo si nadie lo conocía, si nadie podía verlo a los ojos con aquella pena porque lamentaban mucho verlo así, partido en dos.
JongIn nunca creyó que su corazón iba a latir nuevamente, que iba a acelerarse como esa noche estrellada de Junio, cuando las nubes se habían ido de paseo y el fulgor de los astros a millones de kilómetros se esparcía por el firmamento oscuro como si de polvo se tratara.
El moreno nunca se había entretenido tanto viendo un espectáculo de aquella índole, porque en la ciudad eran contadas las veces que las estrellas se asomaban entre las nubes y la capa de contaminación luminosa.
Sin embargo, pese a que el cielo era maravilloso, sus ojos color chocolate se desviaron hacia una persona, alguien que estaba maravillado también, observando las estrellas que brillaban armoniosamente en sus ojos grandes.
El perfil de aquel chico era singular, precioso, y el corazón de JongIn se sintió repentinamente ligero, se sintió flotando entre las estrellas que el muchacho admiraba con cierta atención. Sus labios pomposos mostraban una sonrisa que lo hizo sonreír también y JongIn tembló.
Tembló por primera vez después de muchos meses. Se preguntó el por qué, el motivo por el cual se sentía tan extraño, como si todo a su alrededor hubiese comenzado a desvanecerse y solo quedaran ellos dos, cuando la vista del muchacho se giró repentinamente hacia donde él estaba.
Aquella fue la primera noche que JongIn vio a KyungSoo en el pueblo. La primera de muchas, porque a partir de ese momento, el moreno se había sentido con la necesidad de regresar, de buscar con la mirada llena de esperanza una señal.
Los cabellos azabaches danzando en su caminar perfecto, el contoneo de esas preciosas caderas y sus piernas torneadas casi con perfección. JongIn no podía describir con palabras lo que el pasar de las semanas le provocó, cuando el chico en cuestión siempre se detenía para regresarle la mirada, se la sostenía y también le sonreía, haciendo que el corazón de JongIn se sintiera tan ligero.
La sensación era suave como el contacto con sus manos la primera vez que se acercaron, JongIn había sido muy valiente pese al miedo que tenía de ser lastimado por aquel esplendoroso ser. Pero KyungSoo parecía ser todo lo que necesitaba en ese momento.
Compartir sonrisas, comentarios absurdos y anécdotas diarias de la vida cotidiana en aquel pueblo era refrescante para él, la manera en que KyungSoo se movía cuando caminaba hacia él y cómo extendía su mano para entrelazar sus dedos lo hacían enloquecer.
JongIn lo supo, esa noche cuando el verano estaba por terminar, que KyungSoo había sanado por completo su interior, que no había rastros de dolor, el bajito había juntado cada pedazo de su corazón y lo había restaurado con sus manos, con sus suaves caricias inocentes y sin dobles intenciones.
El corazón de JongIn se llenaba por completo de él y sin pensarlo, KyungSoo era la persona que iluminaba cada una de sus noches, antes de dormir cuando pensaba en él, con cada suspiro al cerrar los ojos y con una sonrisa cuando en sus deberes cotidianos lo recordaba.
¿Cómo podía KyungSoo ser aquella estrella brillante que iluminara cada uno de sus días? Era sin duda la más brillante del firmamento, destilando polvo estelar por donde pasaba, haciendo que su corazón se regocijaba por la dicha de compartir cada momento a su lado.
JongIn no lo había planeado, pero se había enamorado perdidamente. Y por eso, cuando KyungSoo se despidió aquella noche con una mirada llorosa, con una explicación pobre y con los labios fruncidos porque tenía que marcharse, JongIn no lo entendió.
ㅡ No me digas que... esto es el final.
La voz de JongIn estaba temblando como todo él, con los nervios a flor de piel por todas las emociones que repentinamente oprimían su pecho.
KyungSoo negó ligeramente porque se rehusaba a decir adiós, pero el verano se terminaba y tenía que regresar a su último año de carrera, para poder volver a aquel su lugar natal y ser un buen profesionista y servir a la comunidad.
JongIn lo sostuvo entre sus brazos temiendo ser destruido por segunda vez, lo estrechó contra su pecho y le besó la frente mientras asentía una y otra vez, porque KyungSoo valía mil veces espera, si tan solo le aseguraba que lo haría que volvería.
Lo besó con suavidad, se inclinó para que sus labios se apoderaran de la suavidad de los suyos, sintiendo que aquel par de meses desde que lo conoció hasta ese momento, había sido sin lugar a duda los mejores de su vida.
KyungSoo se aferró a él, le suplicó con los ojos brillantes que lo esperara y JongIn los cerró lentamente, porque definitivamente lo haría.
ㅡ Esta noche y todas mis noches, serás quien llene mi corazón. Serás un millón de piezas, polvo estelar alumbrando mis sueños, mis esperanzas de que vuelvas para quedarte conmigo.
Cada parte de su vida, cada pequeña pieza de aquel pueblo estaba lleno de él, JongIn veía a KyungSoo por donde pasara, podía imaginarlo sentado en la esquina de la cafetería de los Choi, tomando un café cargado como a él le gustaba. Lo veía corriendo hacia los campos mientras el cielo descargaba las últimas lluvias de la temporada y sus sonrisa resplandeciente lo hacía sentirse un poquito más cerca que los días anteriores.
La nieve en las calles no lo detuvo de ir al lugar donde lo conoció, con la esperanza de que su luz lo alcanzara, de embriagarse de los recuerdos porque su estela no moría jamás.
¿Por qué será que me haces temblar? JongIn se preguntaba en las noches en las que no podía dormir, con el corazón intranquilo pensando en las posibilidades. Pensando en regresar, en buscarlo, en no dejarlo ir. En enfrentar su pasado.
Pero una noche de invierno, cuando JongIn permaneció parado en el mismo lugar que todas las noches observando el panorama gris, con los pequeños copos de nieve cayendo por doquier, pintándolo todo de un blanco majestuoso y las nubes colosales recubriendo el firmamento, el moreno se preguntó si sería tan fuerte, si algún día podría estirar su mano y alcanzarlo, o si KyungSoo había sido solo un alma resplandeciente que cual estrella fugaz había pasado y dejado un recuerdo memorable.
Estiró el brazo y cerró los ojos, como un loco para quien lo observara, pero no para él, nunca para él. Porque todo lo que sentía, todo el amor que profesaba por aquel chico de mejillas arreboladas y deslumbrante sonrisa no podía expresarlo siquiera con palabras.
Un te amo no bastaba para hacerle saber cuánto lo anhelaba, cuan cansado se sentía de esperar, de contar los días y que sus suspiros se escaparan de su interior en sus noches en vela, haciendo que sus esperanzas menguaran con el paso del tiempo.
JongIn estaba de pie, en aquel mismo lugar, como un centinela que solo aguarda el tiempo correcto, y la mano que se deslizó por sus dedos largos y fríos por el clima lo hicieron estremecer. Su corazón latió apresurado y sus ganas de llorar se reflejaron en diminutas gotas saladas deslizándose hacia las cumbres de sus mejillas.
Cuando abrió los ojos y JongIn observó a KyungSoo frente a él, entrelazando su mano con su calidez y con los labios pomposos haciendo un perfecto corazón en una sonrisa, supo que no importaba más.
Que esa noche oscura y fría de invierno, era su adorado KyungSoo quien iluminaba la profundidad de su ser.
ㅡ Esta noche te he alcanzado finalmente. ㅡ JongIn enunció y KyungSoo asintió con las mejillas arreboladas por el frío.
ㅡ Esta noche soy para ti, un millón de piezas que debes unir, JongIn-ah.
La voz de KyungSoo era suave, tersa como su piel, como sus labios dispuestos a ser besados otra vez por los suyos, era invierno y estaba helando, eran vacaciones nuevamente, pero JongIn se sentía regenerado, se sentía completo por primera vez en la vida, completamente completo y estaba lleno de él.
Iba a llenarse de KyungSoo porque valía la pena esperar, si al final del camino estaba él, si al final del camino iban a encontrarse para abrazarse y ser felices finalmente.
Eran los dos un millón de piezas, un puñado de polvo cósmico que conformaban su propio universo, JongIn pintó con sus labios cada rincón de KyungSoo con perfección, mostrándole lo acalorado de su corazón y todo el amor que podía profesarle sin palabras.
Porque las palabras nunca serían suficientes para decirle a Do KyungSoo, que su existencia era la razón principal por la que respiraba ese y todos los días de su vida, desde que lo conoció.
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Gracias a Zeprima por este bello edit ♡
Notas:
Cuando escucho esta canción mi corazón se oprime un poco, al igual que con casi todas las canciones de KyuHyun, a quien amo con todo mi corazón. Cuando vi que la pidieron me sentí feliz, quería hacer algo bello con ella, ojalá lo haya logrado un poco.
Probablemente no era lo que esperabas, porque la canción parece hablar de un amor imposible y/o a distancia porque parece que nunca la alcanza, plus el vídeo donde la chica muere y él se queda esperando :v, pero yo quería hacer algo bonito y fluff, lo siento por eso ;w;
Espero que les haya gustado un poquito :P
Es la historia no. 16, voy muy lenta T_T ya lo sé.
Besos posholatosos.
🌠Ary
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