Capitulo 6
-¿Todo listo?-
-Todo listo, todo perfecto, todo maravilloso primor- contestó en la otra linea el echidna, con un extraño tono de diva.
-Hablo enserio idiota - dijo irritado por el comportamiento de su amigo.
-!Eh¡ relajante hermano, era una broma.
-Lo siento, pero esto no puede tener fallas, tiene que ser todo perfecto- espetó apretando los labios.
-Estará todo bien Sonic, no puedo creer que aun tengas la idea de que te diga que no en la cabeza.
-Bueno, tengo derecho a estar nervioso, es un gran paso- habló rascando su nuca mientras espetaba pequeñas risas nerviosas.
-Pero si ya viven juntos ¿qué hará esto diferente? Sólo es en otro lugar.
-Lo hace emocionante Knuckles. Ahora solo espero que nada salga mal - suspiró profundo antes de mirar la habitación donde yacía dormida la eriza rosa- te dejo, ya casi es hora y tengo el tiempo medido.
-Si no es que se pierde en el camino y te deja solo y abandonado en medio del bosque.
-Ja-ja-rió con sarcasmo- sólo... Avisarle a Rouge- dijo en un tono mas bajo, notando como la eriza se removía levemente en cama.
-La estará esperando con ansias.
Colgó su llamada y guardó su móvil en el bolsillo de su pantalón. Era un día importante, no podía fallar nada. Con cuidado se dirigió al cuarto de sus dos pequeños hijos, los veía en su gran cuna acurrucados uno con el otro, eran realmente unidos.
-Vamos pequeña, ven con papá- susurro tomando cuidadosamente a la chiquilla de seis meses en brazos y tomando una pañalera, asegurándose de recoger todo lo necesario- hagamos el trabajo mas fácil para mami- susurro dando un beso sonoro en la mejilla de su hija. Inmediatamente ella se removió pasando sus pequeñas manitas torpemente sobre la zona donde su padre mostró su afecto y rió risueña.
Con una sonrisa se acercó hacia su otro hijo y acarició su cabeza suavemente a la par de que depositaba un beso en su frente, haciendo que este se quejara por tal acción. El rió por lo bajo.
-Cuida de mamá campeón - dijo saliendo de la habitación, dirigiéndose a la salida.
Salió entre confiado y nervioso del lugar, antes había revisado las cosas unas cuatro veces antes de partir, el lugar, la caja, las cartas. Se detuvo cuando se dio cuenta de la hora, alejándose de una vez de su hogar y cruzando los dedos para que todo saliera a la perfección. Claro, antes de darse cuenta de que había olvidado algo...o a alguien.
-!Ally¡- dijo alarmado entrando de nuevo a su hogar y encontrar a la pequeña justo donde la había dejado, sentada en el sofá- ¿por qué no me avisaste?- la pequeña solo soltó un par de risas de bebé, moviendo sus manitas torpemente en dirección a su padre- Oh, claro, eres una bebé - recordó tomándola en brazos y ahora si, dirigiéndose a la salida- deberías de aprender a hablar ya ¿no crees?
• • • •
Despertó por el sonido fuerte de una alarma, por un momento pensó en simplemente tirarla por la ventana y continuar durmiendo, era de las pocas veces que se daba el lujo de dormir tantas horas pues desde que nacieron los mellizos era un trabajo difícil, no dormía tanto como acostumbraba pero para su suerte tenía a un erizo a su lado que se ofreció para cuidarlos hasta que ella despertara de nuevo con energías.
Se sentó a la orilla de la cama y frotó uno de sus ojos mientras abría su boca soltando un bostezo, miró cansada la oscura habitación y se colocó ambas pantuflas rosadas en sus pies para caminar arrastrando lo pies por el frío piso, lanzado uno que otro bostezo en su camino a la cocina. Tomó un vaso y lo llenó de agua tomando todo su contenido en busca de saciar su sed y garganta seca. Al darse cuenta de ese "algo" que parecía estar diferente en el lugar miró con el ceño fruncido en todas direcciones, estaba silencioso, lo cual era extraño pensando con quien vivía.
-¿Sonic?- llamó dejando el vaso en la mesa con la esperanza de obtener respuesta. No entró en pánico, posiblemente se quedó dormido en el cuarto de sus hijos y por eso no lo escuchaba.
Se dirigió a dicho lugar en silencio, alumbrando la habitación para tener una mejor visión. No estaba él. Miró la cuna y inmediatamente se tensó al ver la falta de la pequeña en ella, sus ojos empezaron a cubrirse de lágrimas obstruyendo su visión y sus manos temblaban pensando lo peor. Respiró hondo antes de sorber la nariz cual niña pequeña y fijó finalmente la vista a una pequeña nota en el lugar donde debería estar acostada su bebé, la tomó entre sus temblorosas manos y leyó su contenido arrugando bruscamente la nota a su par. Suspiro fuertemente, relajando sus músculos con alivio dejando atrás ese pensamiento terrible que tenía en la mente, pero aun así frunciendo el ceño por tal nota y su autor.
-Sonic...- murmuró entre dientes, aun con las lágrimas saltando de sus cuencas. Era claro que lo mataría solo lo viera, pues darle un susto así no era para nada divertido si era lo que quería lograr. A veces, por no decir muy seguido en situaciones parecidas a esta, odiaba que el fuera tan infantil e inmaduro, pero aun así amaba su forma de ser, incluso su lado infantil que lo hacia parecer un niño irremediablemente adorable.
Suspiró una vez más, parecía tener mucho aire que soltar de su sistema pues no dejaba de hacerlo solo para mantener la calma en su ser. Con mucho cuidado cargó a su pequeño hijo, despertándolo de su sueño y haciendo que soltara pequeñas quejas. Colocó en su hombro su bolso y pañalera de su bebé y se dio cuenta que una de ellas, para ser exactos la pañalera de color violeta que correspondía a Ally no estaba, Sonic había salido muy preparado para su bromita de mal gusto. Aun desarreglada, con pijama holgada y unos zapatos que tomó al ser los primeros en ver, salió decidida de su casa sin quitar el característico ceño fruncido de Amy Rose.
Se preguntaba por el camino ¿Qué es lo que hizo que se enamorara de él? Siempre supo que Sonic en el pasado tenía la idea que que ella lo seguía y amaba por ser un héroe. Una idea completamente errónea y que desmintió ella misma una y otra vez a través de los años, lo amaba por ser él, solo eso. Tenía demasiados puntos a su favor, su valentía, bondad, carácter, sentido de humor, entre muchas cosas más, pero nunca supo la razón exacta, el simple hecho de decir "me enamoré porque..." y cada vez que intentaba pensarlo con profundidad solo terminaba mas enamorada, así que optó por dejar de pensar en eso y sacar solo una conclusión. El amor es la cosa mas maravillosa que hay, pero también la mas rara y difícil de descifrar, no hay razón exacta, solo pasa, no es perfecto, pero es hermoso.
Sin darse cuenta ya se encontraba frente a la puerta de aquella casa apuntada en la nota. La casa de Rouge. No sabía que tenía que ver Rouge con esa broma que le heló la sangre y que hizo que casi explotara en lágrimas, pero lo iba a averiguar. No tocó ni dos veces antes de que la murciélago abriera la puerta con una sonrisa de oreja a oreja.
-Rouge ¿Qué está...?- no logró terminar su pregunta al ser arrastrada ferozmente al interior de la casa.
-Venga Pinky, pasa.
-Ya estoy dentro- la miró mal, con ganas de gritarle a la cara o escribirse un cartel en la frente con la frase "HELLO, BEBÉ EN BRAZOS"
- No te pongas así !Debes estar feliz¡ - sonrió tomándola por los hombros.
-¿Debería? Al despertarme casi sufro un paro cardiaco ¿Quiéres decirme que está tramando Sonic? - dijo al notar finalmente que no se trataba de una simple broma, puede que en ciertas ocasiones el sea bromista...o muy estúpido, pero no llegaba a tomarse tan serio algo y para que Rouge apoyara tal payasada,tenía que ser algo serio .
- Tu no te preocupes - sonrió ampliamente y dirigió su vista a el pequeño que ella tenía moviéndose en brazos- puedes dejar al mini big blue en la guardería de Rouge- señaló en espacio donde se encontraban Shade y Ally, quien jugaban con todos los juguetes a su alrededor- población, dos.
- !Ally¡- sonrió la mayor abrazando a su hija con felicidad y besando su rostro repetidas veces, las lágrimas traicioneras de la dramática Amy Rose no se hicieron esperar - cuando vea a su padre me aseguraré de que ya no pueda embarazarme. ¡Voy a castrar al desgraciado!
-Veamos si piensas lo mismo esta noche - la murciélago guiñó el ojo a la expresión confundida de su amiga y, acto siguiente movió la silla colocándola frente a su invitada- ahora ven aquí que no permitiré que sigas caminando por las calles con una pijama de conejitos y púas pareciendo un nido de pájaros.
- !Oh¡ entonces la próxima vez recuerdame que atuendo es el mas apropiado para ir a buscar a tu hija pérdida - respondió con el sarcasmo irradiando en todas partes.
Dejó a su hijo en el espacio donde se encontraban las erizas menores.
-!Ash¡- gritó con dificultad la eriza de púas negras al notar la presencia del pequeño.
- Así es, juega con Dash- indicó viendo como sus hijos intentaban hacer el esfuerzo por gatear de un lado a otro, o por lo menos Ally, quien era la mas hiperactiva de los dos y sin aprender a caminar aún, conquistaba el mundo aun intentando gatear.
Volvió con su amiga, sentándose en la silla que le ofrecía y viendo como daba un tratamiento de envidiar como toda una profesional. Un peinado no muy desarrollado y sencillo, sin embargo era hermoso y de envidiar. Nada comparado con el nido que tenía la cabeza antes. Prosiguió con el maquillaje y accesorios, nada extravagante solo discreto y hermoso.
- Rouge de verdad te luciste- admiró su apariencia en el espejo frente a ella y sonrió de lado - ¿Aun no me dirás que está tramando?
- Vaya ¿como lo supiste?- regresó la sonrisa.
-Okey...tengo un peinado y maquillaje extraordinario, pero un pijama de conejitos en el cuerpo. Algo está mal ¿no crees?
-Lo siento, esa parte no me corresponde a mi, si quieres tener con que cambiar esos infantiles atuendos deberás descifrar el acertijo para saber con cual de nuestros amigos debes ir- dijo sacando un papel con algo escrito en el.
-Genial, un juego de acertijos...- quejó con sarcasmo leyendo el papel que arrebató de las manos de su amiga.
"1+1=2
6+3=9 = 1
1+1=2 + 1= 3"
-Genial, matemáticas. Esto se pone cada vez mejor - dijo con sarcasmo, para después poner toda su atención y concentración en ese papel.
¿Uno de sus amigos? ¿Qué tenía que ver una operación estúpida con sus amigos? Pensó bien la respuesta, mordiéndose los labios y aplicando una mirada intensa en el papel que estaba algo arrugado por sus apretones.
-Silver y Blaze- contestó en voz alta y sin titubeos. Miró a su amiga, quien sonreía complacida ante su respuesta.
Ella sonrió de vuelta y se dirigió para tomar su bolso.
-Tu no te preocupes por los pequeños, aquí están en buenas manos - aseguró arrastrando a la eriza a la salida.
-Vaya, primero me arrastras para que entré y ahora me corres - comento falsamente indignada.
-Así es la vida cariño- sonrió antes de cerrar la puerta en su cara. Por si no le había quedado claro.
Se quedó un par de minutos tocando la puerta con insistencia, advirtiéndole de como cuidar a un bebé, hacer un biberón, cambiar panales, entre otras cosas. Rouge por un rato simplemente aseguraba que estaban bien y los cuidaría como si a una de sus joyas se tratase. Pero claro, la mamá oso en la que de convertía Amy hacía intimidar, hasta que finalmente la murciélago se hartó y corrió de su casa a su muy insistente amiga para llegar a su siguiente destino.
No tardó demasiado. Convenientemente todos sus amigos vivían cerca y no se tardaba en llegar de una casa a otra. No pudo evitar suspirar pensando en que es lo que le esperaba, pero no era demasiado difícil adivinar. Es solo ropa ¿no? Tocó un par de veces antes de que la puerta fuera abierta por Silver, con su esposa detrás de el quien mantenía el ceño fruncido.
-Silver no soy una inútil, se abrir una puerta- dijo seriamente y con desdén al albino.
-Cariño, necesitas reposo ¿lo recuerdas? Eso dijo el doctor.
-No me puedes mantener como una prisionera, además algo me huele mal con ese doctor.
-No seas grosera Blaze, el doctor skunk merece respeto.
- ¡No es por eso imbécil!.
La eriza rió al presenciar la escena, le recordaba demasiado a ella en sus etapas de bipolaridad cuando estaba embarazada y de algún modo le resultaba cómico ver a Blaze así, preguntándose "¿De verdad yo era así de bipolar?"
-Perdona Amy - se disculpó la felina haciendo paso a su hogar- pasa, eres bienvenida.
-Gracias - sonrió entrando a la casa. Un hogar bastante moderno y sencillo, pero igualmente hermoso. Era de esperarse viniendo de alguien tan pulcra como lo es Blaze- ¿Ustedes si me dirán que trama Sonic?
-No podemos, lo siento. Pero si podemos darte esto- contestó el albino pasando una caja blanca con un moño turquesa adornando.
Abrió la caja con cuidado, sacando de ella un vestido azul bebé con caída circular y escote en corazón. También había un collar y pendientes a juego con el vestido y a su vez Blaze le entregó un par de zapatillas (tacones) no demasiado altos, pero si hermosos en color plata. Sonrió conmovida, la broma de mal gusto que la molestó al principio se había convertido en un divertido juego.
- Espera, antes de que te lo pongas...- Blaze extendió una bolsa mas- asegurare de llevar esto- sonrió señalando con la cabeza la habitación donde podía cambiarse.
-Gracias Blaze- dijo para adentrarse al lugar y revisando la misteriosa bolsa que le habían entregado - o vaya...no te perdiste ningún detalle ¿verdad, Sonic?
Dentro se encontraba un conjunto de ropa interior de encaje en color rojo, era provocativo e inocente a la vez. Omitió la risa que la situación le daba, simplemente se limitó a disfrutar del juego y estando ya cambiada y "despampanante" como la había descrito Silver, se sentó esperando la señal para saber donde era su siguiente destino.
-Bueno, no sabemos mucho. Sonic solo nos entregó esta hoja y dijo que tu la entenderías - explicó el albino encogiéndose de hombros.
Miró atentamente la hoja inspeccionando esos garabatos que confirmaba, eran obra de Sonic. Conocía sus dibujos que para el eran "obras de arte que hacen que picaso se muera...otra vez de la envidia" soltó un par de risas mirando fijamente cada uno de los dibujos.
Una mancha negra. Así sin más estaba remarcada en un circulo en un espacio de la hoja. Una mano mal dibujada con un cuchillo a su lado, igualmente muy mal dibujado con rosa en el, creyó que eso quería representar la sangre. Después se encontraba un muñeco hecho de palos que solo destacaba en el fleco negro cubriendo gran parte de la cara.
-Em...parece...- trató de articular Silver, pues no entendía para nada lo que el mensaje quería dejar en claro.
-Un par de garabatos hechos con crayones- completó Blaze con una mueca en su rostro.
-Si pero...parece querer representar a un emo- dijo en broma la eriza rosa, riéndose de su propio chiste.
Quedó callada al comprender sus palabras. Miró a sus amigos quien también la miraban entendiendo por fin, y rieron fuertemente por la ocurrencia del erizo cobalto.
-Shadow - dijo finalmente poniéndose de pié. Sonrió orgullosa por su inteligencia, de improviso había contestado su propia pregunta. Y sin duda él era más que consciente a sus acciones, pues la rivalidad con el azabache no podía faltar en hacerse presente.
Se dirigió decidida a la puerta aun manteniendo su gran sonrisa en alto y su apariencia a deslumbrar, dispuesta a completar este extraño juego. Volteó su mirada para fijarla en sus amigos, sonriente.
-Gracias chicos.
-Nosotros sólo hicimos lo que nos pidieron, tu sigue - contestó el albino viendo como su amiga salia por la puerta- !Y felicidades¡
Blaze pegó un fuerte codazo en el estomago de su esposo con una mirada molesta por su comentario distraído, mientras Amy se removía del lugar confundida por su reciente comentario.
-¿Qué quieres decir, Sil?- preguntó con cautela. Tenía una idea, la mas coherente y seguramente la mas acertada, pero no quería darse falsas ilusiones por su tan apresurada mente.
-Felicidades por...!tu logro¡ si, llegar hasta aquí y...ya sabes- se excusó sin mucho éxito pues los nervios se notaban a leguas en cada una de sus palabras.
-Claro. Gracias- dijo sin darle mas vueltas al asunto. Era obvio que no le creía, sabía cuando su amigo mentía, llegaba a ser tan inocente y descuidado que da ternura y cariño su forma de ser.
Sin mas se dirigió a su siguiente destino. Como se había aclaró anteriormente, no era demasiado el transcurso de una casa a otra y con la emoción creciendo a flor de piel en su ser era casi indispensable llegar lo mas pronto posible. Sin darse cuenta ya estaba frente a la puerta de su querido amigo con una sonrisa dulce y un pequeño rubor rosado en sus pálidas mejillas.
Abrió como era de esperarse Shadow, recibiendo una sonrisa de su parte que obviamente correspondió con ternura. La invito a pasar, no sin antes recibir gustoso el tierno beso en la mejilla que ella había depositado en forma de saludo. Eran grandes amigos y se tenían bastante cariño.
-!Shady¡ que alegría verte- no contuvo la emoción en sus palabras. Realmente no habían tenido la oportunidad de encontrarse en un buen tiempo.
-Lo mismo digo, pasa. Es tu última prueba - murmuró con sarcasmo, rodando los ojos por sus palabras.
-Bien. La intriga me come por dentro- bromeó entrando finalmente al lugar, encontrándose con la dueña de este y su mejor amiga sentadas en el sofá. Sus miradas no tardaron en posarse en ella a lo que solo sonrió alegremente viendo como ellas se paraban a saludarla.
-A sido un viaje duro ¿cierto?- bromeó la anaranjada arqueando una ceja.
-¿Si te digo que si me dirán finalmente que trama?
-Mmm no.
- Pero tranquila...-continuó la hurón- sólo tienes que resolver este acertijo que te dará Atsuni cual duende gruñon de dora la exploradora y todo listo.
-Estoy preparada - contestó muy segura.
-Es grande y salvaje- dijo con simplicidad.
-Eso no es un buen acertijo, no puedo adivinarlo con solo eso - se quejó cruzándose de brazos- quiero decir...podrían ser muchas cosas, o incluso personas...!como Sticks¡- puso de ejemplo agrandando la mueca en su rostro. No podría adivinarlo si tenía tan poca información.
Ambas chicas alzaron las cejas, para después mitad divertida a la eriza.
-Bueno, algo de razón tienes en eso último- dijo Leia encogiéndose de hombros.
Amy miró con el ceño fruncido a la hurón, seguía confundida. ¿Qué tenía que ver Sticks con todo esto? Pensaba que esa era su última prueba y ya no tendría que ir con mas amigos, y admitiendo que la chica no tenía un lugar definido para vivir, tenía a la naturaleza pues creía que el gobierno podía monitorearla si dormía en el mismo lugar todos los días.
-Lo lamento, no tengo nada.
-¿Arboles? ¿Naturaleza? ¿Humedad?- señaló la eriza de ojos carmín dando pequeñas pero muy directas pistas. Aun así Amy negó con la cabeza- Hay bichos mas grandes que el ego de Sonic...
-Tu loca amiga creyente del área 51 pasa siempre con mucha frecuencia- continuó la hurón con las pistas directas. Alargando la U en "mucha"
Aun así la eriza negó.
-Venga, te repito de nuevo todo lo que...-
-!El bosque, Amy¡ ¡Ve al maldito bosque! - interrumpió desesperada la de ojos verdes tomando por los hombros a la eriza.
Ambas erizas alzaron las cejas. Amy esbozó una sonrisa de satisfacción al saber donde finalmente tenía que ir para saber la causa de esta extraña y pequeña aventura.
Se despidió rápidamente de sus amigos con un pequeño abrazo y un beso en la mejilla de despedida para Shadow, avanzando rápidamente a su siguiente y último lugar. El bosque de Sticks.
Desde que eggman destruyó su anterior bosque en una de sus misiones hace bastantes años. En esa misma misión fue donde conoció a Sticks, y como no tenía a nadie y ahora no tenía hogar, propuso que se fuera con ella y sus amigos y cuidara del bosque de ese lugar que amenazaba con ser destruido, siendo su hogar desde hace años.
Llegó frente al bosque, bajando de su auto mirando el lugar con olor a pino, aspiro el aroma que entraba en sus fosas nasales y suspiró con una sonrisa.
Camino un poco entre los arboles, conocía un poco el bosque pues venía a visitar seguido el lugar para ver a su amiga y viceversa, aunque a Sticks no le guste demasiado ir a la civilización. Parecía cada vez menos entusiasta por encontrar algo. Hasta que fijó su mirada en un camino de rocas pavimentado en el suelo, dando mas vista al lugar y sus riquezas. Aunque era extraño pues Sticks no dejaría que hicieran esos cambios a su amado bosque. Siguió el camino mirando de un lado a otro la belleza de ese lugar, desde que llegó Sticks el bosque estaba mas vivo que nunca, atrayendo visitantes de todas partes que sin embargo Sticks asustaba para que no entrara nadie mas que ella y sus amigos. Algo que le pareció muy halagador.
—¿Sticks? — llamó con la esperanza que apareciera y le dijera que tenía que hacer.
No obtuvo respuesta.
—¿Qué es...?— articuló sorprendida. Frente a ella, en la lejanía se podía divisar una gran cabaña, entre los arboles y el río. Ya era tarde y con ello la noche se hizo presente, haciendo que aquel misterioso lugar se viera aun mas hermoso por su ligera iluminación en la entrada combinando perfecto con la luz de luna.
Apretó los labios, frunció el ceño y se quitó las zapatillas dejándolas en sus manos. Con una sonrisa empezó a correr lo que quedaba de camino a la cabaña. Al llegar se inclinó sobre sus rodillas y empezó a respirar para recuperar el aire perdido en esa carrerilla y tragó hondo subiendo un escalón a la vez para llegar a la puerta.
Ni siquiera se molestó en tocar y directamente abrió la puerta para ver con detenimiento el cálido y hermoso lugar en donde había entrado.
—¿Sonic?— llamó extrañada por el silencio. El lugar estaba oscuro, sólo lo alumbraba la fogata encendida y a su frente, pudo divisar una mesa con platillos y un decorado como si se tratase de una cena romántica en un lujoso restaurante, pero aun mejor.
—Justo a tiempo— escuchó a sus espaldas, para ver al azulado vistiendo de traje mientras se acomodaba el cuello de la camisa blanca— ¿Es demasiado? — empezó divertido, al notar que la eriza no pronunciaba palabra alguna.
—Es...es...— tartamudeo. Estaba sorprendida y conmovida, parecía una pequeña niña viendo a un príncipe azul.
—Venga, te has quedado sin habla, se nota que me he lucido ¿eh?— bromeó acercándose a su pareja y rodeando su cintura con sus brazos — y tu, eres una mujer muy afortunada.
—Lo soy ¿eh?.
—Si que lo eres. —Sonrió mirándola de arriba a abajo— Te vez preciosa.
—Oh, gracias— murmuró mientras sus mejillas te teñían en un manto carmesí, sonriendo tímidamente. Él sonrió antes de darle un casto beso en los labios, dejándola sin habla y con un brillo de amor en los ojos.
—¿Cenamos?— propuso señalando la mesa adornada.
Se limitó a asentir con una sonrisa y estuvo atenta a los movimientos del erizo, que se portaba de una forma caballerosa y galante. Entre la cena charlaban de cualquier tema, realmente no importaba si solo podían verse el uno al otro, compartiendo sonrisas y risitas. Incluso de atrevía a pensar que parecían adolescentes en su primera cita.
—Todo es hermoso Sonic, realmente estoy reconsiderando retirar el castigo que tengo para ti por asustarme de esa manera— comentó divertida y con un tono de molestia en sus adentros. El cobalto puso una mano en su pecho fingiendo estar ofendido, lo que hizo que la eriza soltara otra de las risas que él sin duda amaba.
—Fue por una buena causa— se encogió de hombros— no quería que tuvieras que cargar con ambos por el camino así que te facilité la tarea.
—!Wow¡ que detalle de tu parte — dijo con sarcasmo.
—Lo siento ¿de acuerdo? quería darte una sorpresa — frunció el ceño mirando levemente a otro lado.
Ella suspiró ante la infantil actitud de su novio, apretó los labios y lo miró con una tierna sonrisa.
—Gracias. Realmente todo es hermoso— tomó su mano entrelazando sus dedos y la apretó con cariño, sacando una gran sonrisa a su contrario— ¿cómo conseguiste hacer esto? Veo difícil que Sticks estuviera de acuerdo.
—Fue difícil, pero conseguí su aprobación cuando vio que se trataba de ti— dio una leve pausa y soltó una risa— y también que en la construcción de la cabaña todo el techo fuera cubierto por aluminio para que los aliens no identificaran el lugar.
—Eres maravilloso Sonic— dijo entre risas.
—Estoy con una mujer maravillosa, y eso me hace ver maravilloso.
—Yo solo...— trataba de pensar en una respuesta, pero quedaba sin aliento ante las perfectas palabras que el le regalaba — te amo. Creo que...—suspiró mostrando una gran sonrisa. Esa noche simplemente no podía dejar de mostrarlas— estoy agradecida por todo esto, por la vida que tengo ahora y por tenerte a ti, por amarme y que me permitas amarte, pues nunca había sentido esto por alguien mas que no fueras tu. Creo que es cierto lo de "solo te enamoras una vez en la vida"
—Eso no es verdad — dijo haciendo que ella frunciera el ceño— yo me enamoro de ti cada día.
Su corazón latió fuertemente y las lágrimas amenazan con salir. Se levantó de su asiento y abrazó fuertemente al erizo, enrolló sus brazos por la gran espalda de este y aspiró su aroma. Sintió como el correspondía con el mismo o un mayor afecto y provocando cosquillas por el roce de su nariz por sus púas.
—No solo de ti...también me enamoro de nuestros hijos cada día que los veo, no puedo creer que esos dos ángeles sean nuestros y yo soy el que estar agradecido contigo. Por esperar a este idiota, por darme dos hermosos hijos y los que vendrán en un futuro, por darme esta familia...y es por eso que ahora quiero hacer esto.
La soltó con cariño y tomó una copa que estaba vacía y particularmente alejada, la llenó con vino y se la dio mientras repetía la acción con su copa.
—¿Hacer que?— preguntó lentamente.
Él suspiro nervioso, de verdad nervioso. Dio un sorbo a la bebida, dejó su copa en la mesa y palmeaba sus pantalones torpemente tragando saliva. Pronto sacó una pequeña caja de color negro de su bolsillo trasero, haciendo que la eriza colocara sus manos cubriendo su boca con sorpresa y lágrimas al borde de sus cuencas.
Ni siquiera se arrodilló, solamente la vio con una sonrisa larga y finalmente, abrió la caja dejando ver su contenido.
Ella miró fijamente. Su mirada rápidamente se desconcertó al no ser lo que se esperaba. La caja contenía unas llaves doradas y "familia Speed Rose" grabado en ellas.
—¿No estás feliz?— preguntó el sonriente— compré una nueva casa, es hermosa y espaciosa. Un pequeño departamento no sería adecuado para criar a nuestros hijos, y cuando la vi...realmente pude imaginarme a ellos corriendo por el jardín.
—Sonic...esto es...— comenzó mirando la gran sonrisa de emoción del erizo. Tal vez no era lo que ella esperaba, por una parte estaba molesta pero si estaba con el, entonces tal vez no importaba una argolla y tendría que aceptar que no quería tener esos compromisos— es maravilloso !realmente maravilloso¡— respondió sonriendo ampliamente y besando el rostro de su amado rápidas y múltiples veces.
—Si, lo es Ames— dijo mirando con detenimiento y una sonrisa a la eriza, quien acercaba la copa a sus labios y bebía el vino en su interior por completo— !ah¡ claro, olvidaba algo...
—¿mmm?— murmuró confundida aun tomando la bebida. De repente sintió algo duro querer pasar por su garganta, y con sorpresa empezó a toser múltiples veces con una mano en la boca.
Miró su mano con duda, observando aquel objeto que tenía en la boca al beber el vino. Saltó con sorpresa y fijó su mirada al erizo, quien sonreía de oreja a oreja. Un anillo de oro con un pequeño pero hermoso diamante en el centro.
—¿Te casas conmigo? —
Aspiró con sorpresa. Esa no se la esperaba.
—S-sonic, yo...— tartamudeo. Apretó los labios con las lágrimas a punto de caer.
Pero negó lentamente con la cabeza.
En ese momento su mundo entero se vino abajo. ¿Le había dicho que no? Su Amy, su amada, su todo. Lo rechazó. En esos segundos se sintió impotente, derrotado e incluso las lágrimas querían salir, obviamente pensó en esa posibilidad, pero la descartaba continuamente por ser casi nula y el rastro pequeño de duda que tenía sus amigos se encargaron de esfumarlo convenciéndole que no había posibilidad de que la eriza dijera un "no" por respuesta.
—Sonic...— escuchó. No quiso levantar la mirada porque no quería que lo viera de esa manera.
—Amy...si yo...si es por lo que... — trataba de articular, pero palabras no salían de su boca.
—No, es solo que...— apretó los labios esperando y preparándose para escuchar la razón de su rechazo— a mi me enseñaron que cuando un hombre pide matrimonio a una mujer este se tenía que arrodillar ante ella, tu no lo hiciste de la forma en la que se debe, tonto— levantó con rapidez la cabeza para mirarla, se encontraban con algunas lágrimas a punto de salir y una gran sonrisa en su rostro— anda, intentalo de nuevo...
Ella se inclinó un poco para entregarle la joya. Él soltó una pequeña risa incrédula y pasó su antebrazo por su rostro, suspirando con alegría. Tomó la joya entre sus dedos y lentamente colocó una rodilla en el suelo frente a ella, la miró con una sonrisa y extendió el anillo frente a ella.
—Amy Rose, tu...¿me harías el honor de ser tu esposo? De tenerte por completo, de amarte en las buenas y en las malas, en este mundo y en el siguiente...¿te casarías conmigo?
—Si...si, si, si, si !Si¡— repitió ella emocionada. lanzadose a sus brazos y besando con locura y amor todo lo que sus labios pudieron tocar, mientras las lágrimas salían de sus cuencas. — si quiero...nada me haría mas feliz.
Pegó sus labios a los de el en un gran beso, mientras el pasaba el anillo colocándolo en el dedo de la chica, admirando su hermosa y suave mano con el hermoso anillo como muestra de compromiso.
—Tu...realmente yo creí...— trataba de articular el erizo al separarse.
—No eres el único que puede hacer bromas, señor speed— respondió con una sonrisa, rodeando sus manos en su cuello y enredando sus dedos en las púas de este
—Ahora lo sé, señora de speed— sonrió besando sus labios con dulzura.
Eso es solo el comienzo de una familia..
CONTINUARÁ
Amenme o matenme(? Estuve de vacaciones por mi cumpleaños y aproveché para avanzar con capítulos de varias historias. Entre ellas, esta.
Es un cap laaaaargo v:
También vi como alguien recomendaba la historia de 9 meses por un grupo Sonamy. Pegué un niño grito interno v:
"Gracias chavo v: <3"
Se despide...io de v:<
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro