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Capítulo 17.

Pequeños pasos resonaban por el alfombrado suelo, tropezando de vez en cuando y con torpeza la puerta de aquella habitación fue abierta con cierto esfuerzo. 

Entre ello, dos erizos que se encontraban divinamente dormidos en su cama, sintieron un peso llegar por los laterales de su suave colchón, sin darle mayor importancia por el cansancio instalado en sus cuerpos. Y con delicadeza, las presencias pudieron colocarse encima de esa pareja felizmente casada, preparado su entrada. 

  — ¡Mamá, Papá! ¡Desperten! — gritó con gran entusiasmo una pequeña eriza rosa pálido y ojos grandes y verdes. 

  Mientras que un pequeño erizo azul se dedicaba a zarandear con todas sus fuerzas a los bultos ocultos bajo las sábanas, con la intención de despertarlos. 

— No...aún es temprano...— murmuró el Cobalto, arrastrando la sábana a su rostro.

— ¡No, no es temprano!— Dijo esta vez el erizo menor, intentando retirar la manta del rostro de su padre. 

Amy, en cambio, logró con dificultad abrir sus ojos y observar con una dulce sonrisa a esos seres frente a ella, quienes poseían unas grandes sonrisas que podía reconocer a la perfección.

— Ya, tranquilos pequeños diablos. Me han despertado, ¿Contentos?— Inquirió Sonic con una sonrisa cansada, incorporándose en el colchón, observando con gracia como los pequeños celebraban su logro.

— ¡Shi!— celebró la eriza, levantando el puño con victoria y con pequeñas risas de por medio. 

  —  ¡Cumpleaños! — Dijo Dash con una sonrisa risueña. 

  — ¿Cumpleaños, de quién?— cuestionó Sonic con falsa confusión, haciendo reír a su esposa. 

— ¡Nuesto!— conestó Ally alegremente, saltando en las piernas cubiertas de su madre, haciéndola sobresaltar.

  — ¿Qué? no, eso no puede ser— espetó el erizo mayor exageradamente, sobando su barbilla en pose pensativa— su cumpleaños fue el año pasado, ¡No intenten engañarme!

  — ¡No!— gritaron ambos con el ceño fruncido— ¡Papá tonto, no sabe!

— ¿Qué no sé?— suspiró el erizo con aires ofendidos, mientras colocaba una mano sobre su pecho— ¿Quién es el adulto aquí?— Preguntó con una sonrisa victoriosa. 

—  ¡Mami!— dijo Ally, haciendo que la sonrisa del erizo desapareciera, mirando indignado a su esposa que no ocultaba sus ganas de reír.

  — ¡Nani, dile a Papá que es nuesto cumpleaños! — pidió Dash, quien aún le decía de esa forma a Amy, más por costumbre que por no saber pronunciar la palabra. Amy lo tomó como un apodo cariñoso hacia ella.

  — Sonic, es su cumpleaños— rió mientras se incorporaba junto a su esposo, observando con gracia las exageradas y graciosas expresiones del erizo.

— ¿¡Qué!? ¡Imposible!— dijo mirando de arriba a abajo a sus pequeños, quienes yacían impacientes— ¿Eso quiere decir que mis dos pequeños ya son grandes?

— ¡Sí! — afirmó orgullosa la pequeña, abrazando a su hermano mientras que, junto con él, alzaban exactamente cuatro dedos frente a la mirada de sus padres— ¡Cuatro!

  — ¿Cuatro años?—dijo exaltado.—¿Qué no tenían dos años?

Amy se echó a reír sin poder aguantar más, mirando como sus dos hijos negaban a las afirmaciones de su padre. La eriza tocó el brazo de su esposo para hacerlo entender que parara con sus bromas, y éste sonrió largamente.

  — ¡Por supuesto que sé que es su cumpleaños, erizos revoltosos!—gritó alegría, mientras enrollaba a ambos con sus brazos y los apretaba contra su pecho, mientras ellos reían fuertemente. 

  — ¡Papá, no respiro!— gritó Ally alzado sus manos al rostro de su padre, moviendo ambas por sus mejillas.

  — ¡Amy, únete! —gritó Sonic aún con sus hijos entre sus brazos, mientras ellos se quejaban.

  Amy rió un poco, acercándose para besar a su esposo y después, besar sonoramente las mejillas de ambos gemelos quienes reían con alegría.

  — Feliz cumpleaños, bebés—susurró contra sus mejillas. 

  — ¡Nani, no somos bebés!—quejó Dash haciendo un puchero— ¡Soy un hombre, como Shado!

  Sonic lo miró indignado, haciendo que el pequeño cubriera su pequeña boquita evitando una risa. 

  — ¿Cómo tu padre no? También soy un hombre.

  — Papi no tiene pelo— señaló Ally tocando el pecho de su padre, haciendo que éste se sonrojara y Amy soltara carcajadas.

  — Mis hijos no me respetan—murmuró Sonic mirando a los que contenían risas.

  — Ally ama a Papi— sonrió la eriza, agrandando su sonrisa. 

  — ¡Dash también!—se apresuró a decir el pequeño alzando su mano. 

Sonic no pudo evitar mirarlos con cariño, antes de revolver las púas de ambos con sus manos.

  — Por supuesto que sí, yo los cree — dijo como si esperara un agradecimiento. Amy carraspeó mientras alzaba una ceja y Sonic la miraba con nervios—Claro, mamá también ayudó un poco, pero solo un poco.

La eriza le pegó un codazo, antes de reír y besar a su esposo por segunda vez esa mañana. Esos días, donde era despertada con la primera vista de toda su familia, eran sus favoritos y no los cambiaría por nada.

  — Bueno, hay que levantarnos para comenzar el día— suspiró Amy, estirando sus brazos hacia arriba mientras quitaba las sábanas de su cuerpo. Escuchó como los tres seres restantes en la cama se quejaban, escurriéndose entre las cobijas, haciendo que rodara los ojos.— Quien no se levante, no tendrá pastel de cumpleaños.

  — ¡Llegaré primero!— gritó Sonic destapándose y bajando del colchón sin importarle que el frió tocara sus pies. 

— ¡No es justo!— riñó Ally con las mejillas rojas. Sonic no pudo resistir su mirada.


Sostuvo al pequeño Dash firmemente en sus hombros, mientras éste daba pequeñas palmas en su cabeza. 

— Entonces que sea una carrera, Dash y yo contra ti— Retó el erizo en posición de carrera. 


— ¡Reto!— gritó Ally en respuesta, lista para correr.

Ambos empezaron a correr, Sonic con Dash en sus hombros que lo animaba continuamente y Ally corriendo a su lado, que si bien, no alcanzaba ni a las suelas a la velocidad de su padre, era notablemente más rápida que los niños normales, Sonic simplemente moderaba bastante su velocidad para hacer que estuvieran bastante parejos, y así cuidar a ambos de cerca para no provocar ningún accidente.

  Amy llegó con pasos normales a la cocina, donde también se encontraban los tres erizos ''discutiendo''

  — ¡Mamá!

— ¡Amy!

— ¡Nani!

Amy rió, conmovida.

Ambos pequeños erizos llegaron frente a ella saltando, y la eriza mayor se inclinó para observarlos de mejor manera.

— ¡Papi no quiere perder!— riñó la rosada apuntando al erizo, quien mantenía sus palmas alzadas en señal de paz.

— De acuerdo, de acuerdo...los dejaré ganar porque es su cumpleaños— dijo resignado, mientra los gemelos chocaban las manos con una sonrisa.— pero no tendrás tanta suerte a la próxima.

  Ally solo mostró su lengua en señal de burla, haciendo que Sonic se indignara falsamente, y Dash solamente reía ocasionalmente. 

— Bien, aún queda cosas que preparar, ¿No es así?— cuestionó Amy observando a sus pequeños y emocionados hijos, levantar los brazos. 

(***) 


Todo estaba prácticamente listo, Amy había preparado un gran pastel, y sonrió graciosamente cuando ambos erizos gritaron de qué lo querían, su sabor favorito. 

¡Vainilla!

 Lo que la hizo recordar con alegría cierto accidente con un pastel y el genero de un bebé, o de dos. 

Sonic ayudó a colocar algunas decoraciones, pequeñas y no tan exageradas, pues no vendrían tantas personas como para hacer una fiesta en grande. En cuanto terminó su deber, comenzó a jugar con su hija, pues Dash decidió quedarse con su madre para ayudarla con la repostería del pastel y aperitivos, y él cuidaba a su hermana para distraerla de cualquier desastre que pudieran provocar, más por su hiperactividad.

Amy se encontraba terminando de decorar el pastel, limpiando pequeñas manchas de betún de su rostro y retirando el mantel violeta de cocina. Observó a su hijo cubierto de harina, con manchas de chocolate mientras lamía de la cuchara lo que quedó disfrutando del sabor. 

  — Bien, creo que hemos terminado, cariño— sonrió Amy, tomando un pequeño trapo y acercarse a su hijo.

— ¿Ya nani? — preguntó haciendo muecas cuando su madre comenzaba a limpiar su rostro.

— Sí, bebé. Gracias por ayudarme a decorar, fuiste de mucha ayuda— sonrió con dulzura al terminar de limpiar por completo su pequeño rostro, besando su mejilla regordeta. 

— De nada— contestó con una sonrisa, limpiando con su brazo la mancha de brillo labial dejado en su mejilla.

— Los guardaré, tu puedes ir a jugar con tu hermana y papá si quieres. 

— Sí— sonrió risueño antes de salir corriendo al encuentro con su querida hermana. 

Amy guardó los postres, y antes de que pudiera caminar hacia la sala, observó a Dash llegar con un peluche de dinosaurio entre sus brazos.

  — ¿Qué sucede, cariño? 

— ¡Nani, Ally y Papi pelean!— avisó apuntando atrás de él.

 Amy, extrañada, tomó la mano libre de su bebé y caminó hacia la sala con curiosidad, encontrando una escena bastante particular. 


Sonic se encontraba con Ally coloreando un par de dibujos, pero la menor se encontraba amenazando al mayor con un crayon rojo.

  — ¿Qué sucede aquí?— pregunta Amy con cierta gracia.

— ¡Amy/Mami!— gritaron al mismo tiempo.

— ¡Papi no me deja pintar mi elefante de verde!— riñe la rosada con las mejillas rojas.

— ¡Amy, dile a nuestra hija que los elefantes no son verdes!

La mencionada suspiró resignada.

— Sonic, Cariño, déjala pintar su elefante del color que quiera.

— ¡Ja!— sonrió triunfante la pequeña.

Sonic formó un puchero que fue borrado por el beso de la pequeña niña. 

— ¿Ya terminaste de ayudar a mamá en la cocina?— preguntó el cobalto a su hijo, quien sonrió asintiendo llegando con él— muy bien,  ¿Qué tal si coloreamos algo, campeon?— desordenó sus púas sintiendo alegría por la risueña risa del erizo.

— ¡Sí!— aceptó para sentarse a su lado y comenzar a tomar color tras color. 

— Mamá, papi quiere pintar esa jirafa de rojo, las jirafas no son rojas— acusó Ally apuntando al dibujo recién comenzado de su padre.

  — ¡Tú pintaste un elefante verde!

— Los elefantes verdes son bonitos, ¿Verdad Dash?— aseguró volteando a ver a su hermano, quien coloreando asintió dándole la razón a su hermana gemela.

— Pero...

— Y las jirafas rojas son feas, ¿Verdad Dash?— El mencionado asintió de nuevo, apoyando a su hermana.

— Amy, nuestros hijos se han unido en mi contra.

La rosada solo alcanzó a reír. 

Ally fue con Dash y ambos empezaron a dibujar en una hoja un poco más grande, pasando color tras color entre ellos como si supieran exactamente los colores que corresponden y querían en dicho dibujo.

— Ally pinta bonito, ¿Verdad Dash?— el nombrado asintió de nuevo, mientras coloreaba sacando la lengua.

Podrían ser muy diferentes, pero eran inseparables.

(***) 

Ahora se encontraban ellos, y sus amigos, platicando entre ellos mientras los niños jugaban entre ellos.

  — Son enormes— mencionó Rouge, observando a los pequeños jugar entre ellos alegremente.

— Nunca pensé que ser padre sería tan complicado— dijo Sonic sonriendo por ver a sus pequeños hijos divirtiéndose.

— Es fácil, solamente que tú eres un idiota— aseguró Shadow con burla, sentado en un sofá y con su pequeña en brazos.

— Mala palabra— acusó la pequeña de cinco años, frunciendo el ceño y golpeando suavemente el pecho de su padre. 

Shadow explicó harto de las risas de sus amigos como su pareja le explicó a su hija ''Cada vez que papá diga una mala palabra, dale un golpe para que sepa que está mal'' y así tenía que tener más cuidado de cuando pronunciaba las palabras.

— Sí, Shade, mala palabra— murmuró resignado, besando levemente la cabeza de la azabache, colocándola en el suelo— ¿Por qué no vas a jugar con los gemelos?

  Shade asintió obedientemente, comenzando a caminar hacia el área de juegos.

—No es muy risueña, ¿Cierto?—cuestionó Tails entre risas, acariciando el dorso de la mano de  su pareja.

— ¿Se nota de quién lo sacó?— comentó Knuckles, apuntando con la mirada a denominado ''Emo'' del grupo.

Mientras tanto, Shade llegó junto a los otros, quienes jugaban entre ellos animadamente.  
  —  
  — Hola— Saludó con un ademan, y en voz baja. Rápidamente los tres pequeños voltearon, haciendo que ésta cubriera su rostro con el dorso de su mano.

— ¡Shadey! — gritó Ally, abrazándose a la recién llegada con alegría.

  — Feliz cumpleaños— felicitó son una muy leve sonrisa, pasando su mirada desde la eriza que se abrazaba a ella con cariño, hasta el erizo azul atrás de ella, que al verla solo abrazó más su peluche de dinosaurio, escondiendo su rostro tímidamente en el muñeco.

— Gracias— mumuró Dash, meciéndose lentamente. Shade se acercó a él y palmeó su espalda. 

— Hola¡— Saludó el siguiente niño, el felino albino y de ojos oro, llamado Flame saludó con un ademán y una sonrisa animada. 

— Flamy!— dijo Ally, también corriendo a abrazarse a él. 

Después de unos cuantos saludos, Ally empezó a jugar con Shade, la última solo la seguía pues parecía bastante interesada en los métodos de diversión de alguien tan animada como la eriza, mientra que Dash y Flame jugaban con autos de carreras. 

Pronto fue la hora de cortar el pastel, y con mucho ánimo los gemelos soplaron las velas, cuatro para cada uno, deseado muchas cosas que solo un niño podría desear. Y como cada cumpleaños, se tomaban de las manos, pues para ellos se consideraba de suerte y el deseo que pidieran se volvería realidad, si alguna vez esto faltaba, no se haría realidad.

Cada vez que alguien les preguntaba sobre eso solamente llegaban a respondes con un ''Cosas de gemelos'' ignorando las súplicas de su padre por saber y su excusa de ''Yo soy trillizo''   

Los días nunca eran cansados desde que esos pequeños nacieron.

Y aún faltaba mucho por ver.




CONTINUARÁ



Okey, estaba emocionada por este cap, solamente por el hecho de poder escribir a los gemelos ya siendo niños, escribir sus diálogos y comportamientos. 

Lo escribí un poco a prisas porque ya es tarde, muy tarde xd mis padres ya me regañaron por andar aquí a las tres de la mañana y con la lap prendida...pero tenía que terminar xd

Ya bai :'v

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