[43]
Getting better
—
Mejorando
Harry miró a su hermano.
Ese día estaban cumpliendo nueve años y era la primera vez que lo veía después de tiempo. Su hermano estaba cambiado, más alto, superando por uno o dos centímetros la altura de Harry. A diferencia de antes, donde Harry solía ser el mellizo más alto entre ambos. El cabello de Aidan también era diferente. Su cabello ahora caía sobre sus hombros, tapando la cicatriz en su cuello. Los ojos ámbar de su hermano lo miraban fijamente, con enojo y decepción.
—Feliz cumpleaños. —Harry finalmente encontró las palabras para hablar.
—Dudo que sea feliz si estás acá. —Se quejó Aidan sentado en el comedor de Potter Manor. —¿Qué hace acá? —Los ojos furiosos de su hermano se dirigieron hacia su madre.
También era la primera vez que la veía. Estaba cambiada, cabello corto, que comparándolo con el de Aidan, su hermano tenía el cabello más largo que su madre ahora. La mirada de Lily también era distinta, mismos ojos verdes como los de Harry, pero algo que el mismo niño no pudo reconocer en esta nueva mirada.
—Es cumpleaños de ambos. Pensamos que sería bueno un almuerzo familiar. —Las palabras de su madre salieron tranquilas de su garganta. James, sentado a su lado, asentía despacio.
—Toma asiento Harry. —incitó James, señalando el asiento vació al lado de su hermano.
Harry se sentó en silencio, sintiendo la tensión en el aire. No sabía cómo empezar a hablar con su hermano, cómo explicarle por qué había decidido irse de casa y vivir en Cottage Prince junto a Severus. La decepción en los ojos de Aidan le dolía en el corazón.
Esa misma mañana, había sido despertado por calurosos abrazos de su padre, Severus. Luego pasando la mañana en Hogwarts junto al director y Kazumi. En medio de eso, el director le entregó una carta escrita por su madre. La primera carta que recibía luego de un año de no verla. La carta era una invitación para un almuerzo con los Potter por su cumpleaños. Harry quiso negarse, pero el sentimiento de volver a relacionarse con su madre y Aidan creció en su pecho. Aceptando asistir.
—Lo siento por haberme ido sin decir nada —dijo Harry finalmente, sintiendo un nudo en la garganta—. No quería causar problemas ni preocupaciones a ustedes. Fue difícil para mí tomar esa decisión, pero sentía que necesitaba un cambio en mi vida. —Para ser un niño, logró hablar con bastante madurez.
—Un cambio en tu vida que nos abandonó a todos —respondió Aidan con voz amarga—. Te fuiste sin siquiera decir adiós, sin explicaciones. ¿Acaso no te importamos lo suficiente como para despedirte?
Harry miró a su madre buscando apoyo, pero su mirada reflejaba una mezcla de tristeza y resignación. Sabía que los había herido, pero no sabía cómo reparar el daño. El mismo había sido herido por ambos en su momento.
—Pensé que estarían mejor sin mí —dijo Harry con sinceridad—. Además, fue Prongs quien no me permitió despedirme de ustedes. —Dijo Harry con un nudo en la garganta, sus ojos puestos sobre la cabellera de su hermano. Su hermano ignorándolo con los ojos puestos sobre su plato sin tocar.
—¿E irte sin comunicarte? ¡Te escribí cientos de cartas! Ninguna respuesta—protestó Aidan con sus ojos aún puestos sobre su plato, su cuerpo tenso—. No puedo creer que decidieras abandonarnos.
—No es eso, Aidan —dijo Harry, tratando de explicarse. En ningún momento había recibido cartas de su hermano. El director siempre había sido muy honesto con él, ninguna carta había sido enviada a su persona por su madre o Aidan en todo ese tiempo—. Nunca me llegó una carta tuya.
Aidan se levantó de la silla con ira y frustración.
—No puedo creer lo mentiroso que eres, Harry. Te fuiste y nos dejaste atrás, y ahora vienes aquí como si nada hubiera pasado, como si todo estuviera bien. Pero las cosas han cambiado, no puedes simplemente volver y esperar que todo vuelva a ser como antes.
El corazón de Harry se apretó con esas palabras. Sabía que tenía razón, las cosas ya no serían como antes. Pero aún así, quería recuperar la relación con su familia o parte de ella.
—Lo siento mucho, Aidan. No pretendía que todo volviera a ser como antes, solo quería tener un momento para estar juntos como familia en nuestro cumpleaños —dijo Harry, luchando por mantener la calma.
—¡Un momento de familia! —exclamó Aidan con sarcasmo—. ¿Acaso crees que un almuerzo puede arreglar todo lo que ha pasado?
Harry bajó la mirada, sin saber qué decir. Se sentía abrumado y triste por la situación, pero también entendía la frustración de su hermano.
—¡Solo estás celoso! Porque yo soy el niño-que-vivió y tu no. Papá dijo que fuiste luego de que te contará sobre eso. —Aidan apretó la mandíbula.
—Harry, tal vez sería mejor que te vayas —intervino su madre con voz suave—. Las cosas están demasiado tensas ahora mismo.
Harry asintió, sintiendo un nudo en la garganta y el corazón roto. Se levantó de la silla y miró a los Potter, deseando que las cosas fueran diferentes.
—Lo siento mucho —dijo con voz temblorosa antes de girarse y salir de la casa. —Y prometo esta vez, escribirte. —Los ojos verdes de Harry se posaron en los ojos color avellana de su hermano que brillaban con furia.
Una vez fuera del comedor, Harry respiró hondo y se secó las lágrimas que amenazaban con caer. Sabía que había tomado la decisión correcta al irse y buscar su propio camino, pero también sabía que había herido a su hermano en el proceso. Se acercó a la red flú y apareció en en la oficina del director rostro cansado.
Ignoró la mirada preocupada del director. Volviendo a usar la chimenea para ir a Cottage Prince y encerrarse en su habitación.
:.:.:
Al día siguiente, Aidan se encontraba sentado en su habitación, observando la ventana. Le fastidiaba lo que había sucedido ayer, Harry llegando y amargando lo que se supone que debía ser una fecha especial para él. Ni siquiera sabía porque su madre y padre habían aceptado extenderle una invitación para el almuerzo.
Durante la ausencia de Harry, Aidan no presenció ninguna disputa familiar durante meses. Aidan supuso que su hermano era el problema central de todo. Estaban mejor sin Harry. Aidan estaba mejor sin Harry.
Durante esos meses, continuó con su entrenamiento forjado por su padre. Estaba cansado y entrenaba todos los días, a veces le daban ganas de querer detener el mundo. Complicado, todo complicado. Su principal motivación, en un inicio, había sido proteger a su hermano. Pero tras Harry abandonandolos, sus fuerzas para entrenar estaban cargadas de enojo. Quería demostrarle a Harry lo arrepentido que estaría de haberlos dejado.
Mientras su mandíbula se apretaba al pensar en su hermano, una lechuza blanca, que nunca había visto entró por la ventana abierta con una carta en sus patas. La pequeña lechuza se paró sobre su escritorio y Aidan se puso de pie, curiosos por saber quién le había escrito.
Sabía que no era Ron, porque era Aidan quien enviaba la lechuza familiar y volvía con la respuesta de su amigo.
Tomó la carta y sus manos temblaron al ver quien la había mandado. ¿Recién ahora escribía? ¿Enserio? Aunque sentía resentimiento hacia su hermano por haberse ido sin despedirse, también sentía un profundo vacío en su corazón. Por mucho que intentara negarlo, lo extrañaba.
Con manos temblorosas, abrió el sobre y sacó la carta. La letra de Harry era familiar, pero parecía más madura, más segura. Aidan se sentía dividido entre leerla y tirarla a la basura, pero finalmente decidió leer lo que su hermano tenía que decir.
__
Querido Aidan,
No sé si esta carta te llegará o si realmente querrás leerla, pero necesito decirte lo que siento. Anoche fue doloroso para ambos, lo sé. Me duele que te sientas abandonado y dolido por mi partida. Nunca quise lastimarte, pero en mi afán de creer que era lo mejor para ustedes, cometí errores y causé daño a quienes más quiero.
Creo que ambos cometimos errores, no solo yo. Nuestra comunicación se rompió y nos dejamos llevar por el resentimiento y el dolor. Me siento culpable por no haber respondido a tus cartas, pero también me sentí herido porque nunca recibí una de ti. No quiero culparte ni culparme, solo quiero encontrar una forma de reconstruir nuestra relación.
Sé que las cosas han cambiado y que no podemos volver a ser como éramos antes. Pero eso no significa que no podamos sanar nuestras heridas y tratar de construir una nueva conexión entre nosotros. Acepto la responsabilidad de mis acciones y espero que tú también puedas hacer lo mismo.
Te extraño, Aidan. A pesar de todo lo que ha pasado, eres mi hermano y siempre te he querido y admirado. Espero que algún día podamos superar esto y estar nuevamente juntos, como una familia. No puedo prometerte que será fácil, pero estoy dispuesto a intentarlo.
No espero que me perdones de inmediato, sé que necesitaremos tiempo para sanar y comprender todo lo que ha sucedido. Solo quería que supieras que te amo y que siempre serás importante para mí.
Con cariño,
Harry
—
Las lágrimas caían por las mejillas de Aidan mientras leía la carta. Sus emociones estaban en una montaña rusa, sintiéndose herido, enojado y al mismo tiempo con el deseo de abrazar a su hermano y perdonarlo. Se sentía confundido y no sabía qué hacer.
Se levantó de la cama y caminó hacia la ventana. Observó el paisaje fuera de la mansión, tratando de encontrar la calma en medio del caos emocional que sentía. No sabía si podía perdonar a Harry, pero tampoco quería perderlo para siempre.
Finalmente, decidió responder a la carta. Tomó un trozo de pergamino y una pluma, y comenzó a escribir.
—
Harry,
Recibí tu carta y aunque no sé si puedo perdonarte completamente, aprecio que te hayas tomado el tiempo para escribirme y explicar tus razones. También lamento que mis cartas nunca te hayan llegado.
La verdad es que me siento herido y decepcionado por tu partida, pero también entiendo que necesitabas encontrar tu camino. Supongo que ambos cometimos errores en nuestra comunicación.
No sé si podemos volver a ser como éramos antes, pero estoy dispuesto a intentar sanar nuestras heridas y encontrar una forma de reconstruir nuestra relación. Siento que hemos perdido mucho tiempo juntos y me duele.
También te extraño, Harry. Eres mi hermano y siempre serás importante para mí. No sé cómo será el proceso de sanar todo esto, pero estoy dispuesto a intentarlo.
Con cautela,
Aidan
—
Una vez que terminó de escribir la carta, Aidan la selló en un sobre y la dejó en su escritorio. No sabía si enviarla o siquiera si Harry quería recibirla, pero necesitaba expresar lo que sentía. Miró a la lechuza, quien parecía verlo con preocupación. De seguro era una de las lechuzas de Hogwarts.
Tras la partida de Harry, su padre le explicó que su hermano había decidido irse por cuenta propia. El director de Hogwarts, aceptó alojarlo en el castillo. Aidan no podía evitar sentir algo de envidia por su hermano viviendo en la escuela mágica antes de los once años. Pero no podía hacer nada. Harry había tomado una decisión: irse de casa. Y Aidan debía continuar con sus entrenamientos, no podía detener su vida por el abandono de su hermano.
No la había pasado tan mal. Tenía a Ron, quien iba a visitarlo de vez en cuando e incluso su padre sugirió involucrarse en los entrenamientos de Aidan. Aidan agradecía la compañía de su amigo pelirrojo. Pero Ron no era Harry, Ron no era su hermano.
Volvió a mirar la carta sobre su escritorio y decidió enviarla. La ató a la lechuza y la vio volar.
:.:.:
Aidan miró con sus grandes ojos ámbar la habitación de su hermano en Hogwarts. Habían algunos juguetes, pero los libros eran lo que más llenaba la habitación. Harry estaba sobre su cama con un libro en mano, quien le sonrió al verlo. Harry palmeó a un lado de la cama y Aidan se acercó algo tímido, finalmente sentándose.
Tras varias semanas de intercambiar cartas. Ambos finalmente habían decidido encontrarse nuevamente. Así que apenas se levantó ese día, se cambió y salió disparado a la red flú de Potter Manor (que había aprendido a usar durante la ausencia de su hermano) para aparecer en las oficinas del director de Hogwarts. El viejo mago lo guió hasta la habitación de Harry.
—¿Qué quieres hacer? —preguntó Harry.
Aidan jugueteó con la punta de la manta de la cama, sintiéndose incómodo ante la pregunta de su hermano. Habían pasado tanto tiempo sin verse, y aunque habían intercambiado cartas, estar frente a frente nuevamente le generaba una extraña sensación.
—No lo sé, Harry. Supongo que... solo quería verte, hablar contigo. Ver si podemos resolver algunas cosas —respondió Aidan, evitando mirar directamente a los ojos de su hermano.
Harry asintió comprensivamente y cerró el libro que tenía entre las manos. Lo dejó a un lado y se sentó en el borde de la cama, frente a Aidan.
—Estoy dispuesto a hablar, Aidan. Sé que cometí errores y que te lastimé, y lo lamento sinceramente. Solo quiero que sepas que estoy aquí si quieres hablar de cualquier cosa. No quiero que te sientas obligado a hacerlo, pero si hay algo en tu corazón que necesitas decirme, estaré escuchando —dijo Harry con una voz suave y apacible.
Aidan asintió lentamente, sintiendo que las palabras de su hermano eran sinceras. Quería creer en él, quería creer que podían arreglar las cosas, pero también tenía miedo de volver a ser lastimado.
—No es fácil, Harry. Me sentí tan abandonado cuando te fuiste sin decir nada, sin despedirte —confesó Aidan, sintiendo cómo la emoción se apoderaba de su voz—. Me sentí como si no significara nada para ti, como si fuera fácil para ti dejarnos atrás.
Las lágrimas amenazaban con caer nuevamente, pero Aidan se obligó a contenerlas. Se sentía vulnerable frente a su hermano y eso lo asustaba.
—Lo siento, Aidan. Nunca quise hacerte sentir así. Mi partida fue una decisión difícil y egoísta, pero no fue porque no te quisiera o no me importaras. Simplemente, me sentía perdido... Fue un error no decirte nada, y lamento el daño que te causé —explicó Harry con sinceridad.
Aidan levantó la mirada hacia su hermano y notó la tristeza en sus ojos. Aunque quería mantenerse firme y resentido, no podía evitar sentir empatía por Harry. Ambos habían cometido errores, y ahora se encontraban frente a frente, dispuestos a enfrentar las consecuencias.
—También cometí errores —dijo Aidan, mirando a sus manos—. No respondí a tus cartas porque estaba enojado contigo. Sentía que te habías ido sin considerar cómo me sentiría. Pero también me di cuenta de que te extrañaba, de que no quería perderte.
Aidan reconoció su error. Harry le había enviado varias cartas luego de su encuentro en su cumpleaños, donde solo respondió a la primera. A veces Harry le enviaba más de una carta en un día y estaba molesto. Hasta que finalmente se decidió a abrir una y responderle nuevamente. Fue así como ambos acordaron aquel encuentro.
Harry se acercó a su hermano y posó una mano cálida en su hombro.
—Yo también te extrañé, Aidan. Y aunque entiendo que no fue fácil para ti, estoy agradecido de que hayas decidido escribirme. Quiero intentar arreglar las cosas entre nosotros, aunque sé que no será fácil —dijo Harry, tratando de mantener la esperanza en sus palabras.
Aidan asintió, sintiendo cómo una pequeña chispa de esperanza se encendía en su interior. A pesar de todas las fricciones y la tensión entre ellos, aún había amor entre los hermanos, y eso era lo que los mantenía conectados.
Pasaron horas hablando en la habitación de Harry, compartiendo sus pensamientos y emociones. No todo estaba resuelto, pero al menos habían dado el primer paso hacia la reconciliación. Ambos sabían que llevaría tiempo y esfuerzo, pero estaban dispuestos a intentarlo.
El día llegó a su fin, y Aidan se levantó para despedirse de su hermano. Harry lo abrazó con fuerza, y Aidan sintió que la tensión entre ellos se aliviaba un poco.
—Volveremos a hablar pronto, ¿verdad? —preguntó Aidan, mirando a su hermano.
—Sí, volveremos a hablar. No quiero perder el contacto contigo otra vez, Aidan —respondió Harry, sosteniendo la mirada de su hermano.
Aidan asintió, sabiendo que aún había mucho por resolver, pero al menos habían dado un paso hacia adelante.
—¿Volverás a casa? —preguntó Aidan con esperanza. Harry miró al suelo.
—Por ahora, lo dudo. —Aidan sintió las palabras de Harry, no queriendo insistir en aquel momento. Seguro en un par de días Harry recapacitara y volviera a la mansión familiar para que todo sea como antes.
Se despidieron, y Aidan regresó a su hogar con sentimientos encontrados. Aunque la comunicación había mejorado, aún quedaban muchas cosas por resolver entre ellos. La historia de los hermanos Potter seguía siendo compleja y llena de tensiones, pero el futuro permanecía abierto.
N/A: ¿A quién más le dolió el corazoncito con este capítulo?
Y sí, en estos últimos capítulos hay varios saltos temporales. Aaaa solo quedan dos más y veremos a mis niños en Hogwarts
Espero que la agonía se detenga con el siguiente cap que les he preparado. Tendremos la aparición de un personaje que hasta ahora no había aparecido, pero muy importante para la trama. Un niño de cabellos rubios.
¿Adivinan?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro