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Tranquility?

¿Tranquilidad?

La mansión Potter estaba en completo silencio aquella mañana. El sol apenas estaba apareciendo y tras las cortinas, iluminaba vagamente su habitación. Aidan se encontraba en su habitación, mirando por la ventana, mientras reflexionaba sobre todo lo que había sucedido la noche de ayer. Las discusiones y peleas que aún mantenían a Aidan algo triste por presenciarlas. Nunca en su vida había visto a sus padres discutir y tampoco a su hermano tratar de aquella manera a su madre.

Tras la charla de ayer con su padre, donde expresó todas sus inquietudes, se dirigió a su habitación, extremadamente cansado y cayendo en el sueño rápidamente.

Mientras veía por la ventana que el sol apenas había salido, Aidan sabía que había despertado más temprano de lo usual. Sus pensamientos y una pesadilla no lo habían dejado en paz, haciéndolo despertar hacía unos minutos. ¿Qué pasaría si su familia se desmoronaba? ¿Era culpa suya? ¿Culpa de Harry? ¿Culpa de ambos? Sintió un fastidio en los ojos, una lágrima cayendo por su mejilla.

El sonido de la puerta de su habitación lo tomó por sorpresa. Volteando a ver la puerta abierta, donde su padre estaba recostado sobre el umbral con una sonrisa triste. Aidan no pudo contener sus emociones y se lanzó corriendo hacia los brazos de su padre, lágrimas cayendo por su rostro, con la esperanza de que el conflicto familiar ya se hubiera solucionado.

—Llorando no vas a solucionar las cosas. —Aidan se separó de su padre, mirando hacia arriba, encontrándose con la mirada del adulto. Su padre se arrodilló a su altura. —Llorar no soluciona nada. —Informó su padre con voz suave. —Los héroes no lloran. Llorar te hace vulnerable y tus enemigos pueden usar eso en tu contra. —Aidan hizo una mueca. ¿Los héroes no lloraban?

—¿Por qué no puedo ser un héroe junto a Harry?— preguntó Aidan con un nudo en la garganta, ya conociendo la respuesta. Su padre le dirigió hacía la cama, ambos tomando asiento en ella.

—¿Por qué él es una persona común y corriente.— le respondió el mayor en tono más serio, pero sin dejar de lado su tono paternal. —Harry, él es un niño que no tiene el potencial para ser un héroe. A diferencia de tí, que salvarás al mundo mágico. ¿No te gustaría ser un héroe?

—Me encantaría, pero Harry también puede serlo. Así pasaremos tiempo juntos.— una pequeña sonrisa apareció en su rostro. Tal así, Harry dejaría de sentirse desplazado, pensó Aidan. Lo que ayudaría a que las discusiones entre su hermano y su madre cesaran.

—No Aidan. Sería muy complicado cuidar de él.— los ojos avellanas del menor se entristecieron. Una lágrima se resbaló por su rostro, él quería que Harry los acompañe.

—Hey, no llores.— suavemente su padre limpió la pequeña lágrima que caía de su rostro. —Eres un héroe, los héroes no lloran.— Volvió a repetirle su padre. Los héroes no lloran, repitió su mente, memorizando. —Llorar es de débiles.— su padre seguía hablándole en un tono cálido. —Llorar es una debilidad. Nunca demuestres debilidad, nunca. No sabes cuando alguien la usará en tu contra.— Como si de un robot se tratase, Aidan memorizó esas palabras. —Así que recuérdalo Aidan.— el tono de su padre endureció un poco. —Los héroes no lloran. Nunca lloran. Así que no quiero volverte a ver de esta manera.— el de niño asintió y su padre lo abrazó.

Los héroes no lloran. Él no llora. Llorar es de débiles. Los llorones son débiles. No debe, no.. Nunca, Nunca llorar.

Aidan contuvo sus emociones. Finalmente era su padre quien le decía que llorar estaba mal. Y su padre nunca mentía, era su padre... Los padres nunca se equivocaban.

—Lo entiendo papá. Nunca lloraré. Los héroes no lloran. —Repitió Aidan. Su padre se separó del abrazo, sonriendo cálidamente.

—Quería informarte algo. —Empezó a hablar su padre una vez que lo notó calmado. —Como sabes, tu madre y Harry han tenido algunas diferencias últimamente. Para poder solucionarlas, propuse que sería bueno que ambos pasen algunas vacaciones fuera para solucionar sus diferencias. Así que no estarán en casa por un tiempo.

Aidan escuchó atentamente a su padre, entendiendo que el hombre estaba intentando mejorar la relación que Harry tenía con mamá. De seguro, cuando volviesen, todo sería como antes.

—Iré a despedirme. —Aidan se levantó ansioso de la cama, pero su padre lo tomó del hombro con suavidad, deteniéndolo.

—Se fueron ayer. Así que no te sorprendas por no verlos por acá. —Aidan entristeció un poco, pero asintió, comprendiendo la situación.

—¿Cuándo vuelven?

—Eso no lo sabremos con seguridad. —Su padre le sonrió. —Cuando vuelvan, ambos ya no discutirán. No te preocupes por ello.

:.:.:

James Potter cumplió su palabra, alejarlo una temporada de la mansión.

James Potter lo había dejado muy temprano esa mañana en la oficina de un asombrado Albus Dumbledore. El director le preguntó al hombre por las razones de su visita aquella noche. James respondió que Lily estaba enferma y no podía cuidar de Harry mientras atendía otros asuntos con Aidan.

Harry sabía que el director no se había convencido por aquellas palabras, pero James terminó yéndose sin decir algo más. Pero Dumbledore le dirigió una mirada preocupada.

—¿Tu madre está enferma? —preguntó el director, realmente preocupado. Harry negó. —¿Te gustaría decirme que es lo que sucede? —Harry volvió a negar, no queriendo hablar del asunto.

Dumbledore comprendió que Harry no quería hablar en ese momento, pero decidió dejarle en claro que estaba allí para él si necesitaba conversar o desahogarse.

—Harry, quiero que sepas que si en algún momento necesitas hablar o tienes alguna preocupación, puedes acudir a mí. Mi puerta siempre estará abierta para ti —dijo Dumbledore con amabilidad.

Harry asintió, agradeciendo el gesto del director. Sabía que podía confiar en él y que Dumbledore siempre estaba dispuesto a escucharlo, pero no quería contarle lo que había sucedido en Potter Manor. Mucho menos le agradaba la idea del director tratando de involucrarse en el asunto. Creyó que contarle, solo empeoraría las cosas en la mansión.

Estar lejos de las discusiones de la mansión, lo tenía un poco más tranquilo.

Pasó poco tiempo en la oficina del director, porque de inmediato se dirigió a las habitaciones de Severus por la chimenea. Al llegar, no había rastro del hombre, quien de seguro debía estar dictando clases a alguno de los cursos de Hogwarts.

La mañana transcurrió tranquila en Hogwarts. Harry decidió dirigirse a su habitación y acomodar las cosas que había empacado. Eran muchas, más cosas de lo que usualmente solía llevar cuando los Potter viajaban. Pero Harry sabía que no lo habían dejado en Hogwarts porque estos saldrían de viaje, sino porque la presencia de Harry era molesta para los demás que habitaban la mansión.

Aunque extrañaba a su madre y a Aidan, y le dolía el hecho que su madre parecía no haberse opuesto a que James lo dejara en Hogwarts. También sabía que este tiempo apartado les permitiría solucionar sus diferencias.

Tras ordenar sus cosas, tomó uno de sus libros y se recostó sobre su cama a leer.

Inseguro de cuánto tiempo había pasado, levantó la mirada hacia la puerta cuando sintió una presencia interrumpir en el espacio. Severus lo veía desde el umbral. El hombre se acercó y tomó asiento en la cama, Harry se levantó, imitando la postura del hombre y también sentándose.

—¿Todo bien? —preguntó Severus, notando que algo inquietaba a Harry nuevamente.

—Solo es que... bueno, ayer mamá y yo discutimos —confesó Harry con sinceridad. —Luego, también discutí con Aidan. Para finalizar en medio de una discusión entre mamá y James. —Harry tembló por un segundo al recordar ese momento.

Severus asintió, comprendiendo que Harry necesitaba desahogarse y hablar sobre lo que había sucedido.

—Entiendo que fue un día difícil para ti, Harry. Las discusiones pueden ser complicadas.—dijo Severus con calma con una mueca.

Harry miró a Severus, notando su expresión comprensiva. Desde que el hombre había entrado en su vida, Harry había encontrado en él el apoyo y el cariño de un padre. Se sentía agradecido por tenerlo en su vida. Severus realmente se sentía como su papá.

—Sé que tienes la fuerza y la valentía para enfrentar cualquier situación —dijo Severus, poniendo una mano reconfortante sobre el hombro de Harry. Harry asintió cabizbajo, sintiendo un poco del consuelo en las palabras de Severus.

—Tal vez no debí discutir con mamá... o, bueno, no estoy seguro. —Habló Harry enredado entre sus palabras. —¿Crees que debería haber hecho algo diferente? —preguntó Harry con cierta inseguridad.

—Harry, no siempre podemos evitar las discusiones o los conflictos, pero lo importante es cómo enfrentamos esas situaciones y cómo aprendemos de ellas —respondió Severus con sabiduría. —Lo que sí puedo decirte es que siempre estaré aquí para apoyarte y escucharte, sin importar las circunstancias.

—Gracias, Sev. Como te lo dije, realmente me gustaría que tu fueras mi padre. —dijo Harry con sinceridad mientras levantaba la mirada. Severus sonrió suavemente y abrazó a Harry, transmitiendo su cariño y afecto.

—Eres muy especial para mí, Harry. Y siempre estaré aquí para ti, como un padre lo estaría para su hijo —dijo Severus con ternura mientras acariciaba la espalda de Harry. —Creo que aún no has desayunado, ¿te parece si preparo algo? —Harry asintió con el rostro aún sobre el pecho de Severus. —Vamos entonces.

Harry se separó despacio de los brazos reconfortantes de su padre. Era extraño pensar en Severus como su padre cuando sabía que James Potter era el suyo, pero llamar "papá" a Severus se sentía espacial y creyó que finalmente le había encontrado sentido a aquella palabra que solía ser dolorosa de pronunciar frente a James o para referirse a este.

Severus lo guió despacio hasta la cocina y ambos caminaron en un silencio cómodo. Su padre le preguntó que quería desayunar y Harry decidió que unas tostadas francesas no estarían para nada mal. Harry ayudó a Severus a batir los huevos, mientras el adulto cortaba con delicadeza (tal ingrediente de pociones se tratase) un mango para hacer jugo.

Ambos pusieron la mesa y tomaron asiento. Harry sonrió para sí mientras su padre le cortaba las tostadas francesas por más que supiera que Harry era capaz de hacerlo solo. Un sentimiento cálido se apoderó de su pecho, sintiéndose querido y amado por un adulto que era capaz de cuidar y preocuparse por él. Harry aún seguía siendo un niño y se le hacía confuso el aceptar como padre a un hombre que no era nada suyo y no poder tener una relación positiva con el hombre que le había dado la vida; un hombre que debería estar haciendo todo lo que Severus hacía con él.

¿Qué hacía a un padre realmente un padre? ¿Era la sangre? ¿Era el cariño y preocupación? ¿Porque se le hacía doloroso llamar "papá" a James pero con mamá siempre era a medias todo?

Trató de no darle más vueltas al tema mientras comía su desayuno, pero era inevitable pensar en toda esta situación relativamente extraña. Estar con James era ignorarlo, apagar sus emociones lo más que podía. Con mamá era siempre como una montaña rusa, aveces sí, aveces no, otras solo un poco. Cuando Harry quería de la atención de Lily ella nunca estaba, pero cuando Lily estaba para él, Harry no podía evitar sentirse incómodo.

¿Acaso no era lo suficientemente bueno como Aidan para que James y Lily sean capaces de tratarlo igual que su hermano? ¿El destino de su hermano tenía más peso que un niño común y corriente? Con James y con Lily, nada era claro.

Pero con Severus, con él era completamente distinto. Con Severus se sentía seguro, sentía la tranquilidad y paz que pocas veces tenía. Y eso lo hacía especial. Eso hacía que Harry pensase en Severus últimamente como su padre y que cada vez que lo veía quisiera hacer uso de aquella palabra que pocas veces salía de su garganta.

Quería que Severus le diera las buenas noches y le leyera un cuento cada vez que volvía a Potter Manor. Quería sentarse con Severus a comer aunque pidieran la comida hecha por los elfos del castillo. Quería sentarse a leer y tener la compañía del adulto a pesar de no decir ni una palabra, quería hablarle de su día a día, jugar ajedrez, hacer pociones, escucharlo quejarse de sus alumnos, quería que Severus fuera su papá.

Harry quería crecer con la compañía de Severus, ser regañado por él y aprender de él. Harry quería que Severus lo viera como un hijo así como Harry lo vea él como el mejor padre del mundo. Sev ya lo había llamado "hijo" con anterioridad, pero ¿realmente anhelaba a Harry como hijo suyo?

—Harry. — Ante la voz calmada de Severus, Harry levantó su mirada hacia el adulto. Sev, su padre, le veía con preocupación.

El silencio cómodo, supo Harry, era una invitación a hablar por si lo necesitaba.

—¿Sabes? Me gusta pasar tiempo contigo. — Se sinceró el menor y Severus sonrió ligeramente. —Es como realmente tener un padre y pesar de los problemas que hay con James, no cambiaría nada de esto por nada. Tu eres mi padre. — Aclaró Harry con nerviosismo, sin estar seguro de lo que diría Severus sobre eso. —Realmente desearía que fueras mi padre y yo poder ser tu hijo.

Tras un corto silencio, Sev habló:

—Me alegra saber que te agrada mi presencia. Sorprendentemente, estos años tu presencia se volvió menos molesta. —Habló Severus calmado y con una sonrisa en el rostro que solo tenía cuando Harry estaba cerca. —Me gusta ser tu padre y que tú seas mi hijo. —Harry sonrió y se preguntó internamente si a Sev le molestaría que Harry empezara a llamarlo "papá".

—¿P-puedo decirte papá? — preguntó Harry con un brillo en los ojos.

—Claro que puedes. Soy tu padre al fin y al cabo.

Harry volvió a sonreír y no importó que James y Lily prefirieran a su hermano mientras tenía a Severus. Olvidó todo, las peleas en Potter Manor, la indiferencia, las lágrimas y gritos. Se enfocó en ese momento que recordaría siempre porque no estaba solo, tenía una familia y ese era Severus; el mejor padre de todos los tiempos.

:.:.:

Después de la cena, Dumbledore apareció en las oficinas de Severus. Ambos adultos hablaron por un rato hasta que el director se dirigió hacia Harry, pidiéndole que le acompañe a un corto paseo por el castillo. Harry dudó por un momento pero Severus le animó a salir de las oficinas por un rato mientras revisaba algunos exámenes de primer año. De esa forma, Harry terminó caminando por el castillo bajo un hechizo desilusionador en la compañía de Albus.

—A esta hora los alumnos deben estar en el Gran Comedor o pasando tiempo en sus salas comunes. —Comentó el director mientras caminaban por un pasillo del séptimo piso del castillo. —Así que, aprovechando que no hay alumnos curiosos por acá, quería mostrarte algo.

Harry miró con curiosidad al director mientras este caminaba frente a una pared vacía, dando unas tres vueltas. De pronto, y sin esperarlo, una puerta grande se materializó en la anterior pared vacía. Dumbledore lo miró, Harry ya había notado que el director podía verlo a pesar del hechizo desilusionador puesto en él, y le hizo una seña para ir tras la puerta. Harry pasó primero y el director entró detrás de él.

Se decepcionó un poco al ver que era una sala vacía y con poca iluminación.

—Esta, Harry, es la sala de los Menesteres. Puedes venir acá cuando gustes hacerlo y pedirle a la sala lo que necesites. —Harry ladeó la cabeza ante las palabras del director, considerando poco entretenido venir a una sala vacía. ¿Y qué era eso de poder pedirle cosas? —Solo debes pensar en lo que te gustaría que se convierta esta sala y dar tres vueltas frente a la pared hasta que aparezca la puerta.

—¿Pensar en lo que me gustaría?

—Claro, esta sala aburrida puede convertirse en una sala de entretenimiento para ti. Desde una simple sala con sillones, hasta un campo de quidditch cerrado. —Explicó el director. —Espero que venir acá, calme un poco lo que sea que haya sucedido en tu casa. Sé que las cosas no están muy bien por ahí, pero tampoco puedo ayudar si no me dices lo que sucedió. Quiero ayudarte Harry. —El director le sonrió tristemente.

Sabiendo que no quería hablar de las recientes discusiones, Harry intentó evadir el tema.

—Ya quiero ser un alumno de Hogwarts. —Comentó Harry en aquel silencio de la sala. Y realmente anhelaba poder ser alumno de la escuela pronto.

—El tiempo pasará tan rápido que pronto estarás sentado para tu selección. —Sonrió el director. —Cualquiera de nuestros fundadores se alegrará de tenerte en sus casas.

—Espero poder estar en la misma casa que Aidan. — Mencionó Harry en un ligero tono de tristeza.

—Estoy seguro que crearán buenos recuerdos en este castillo sin importar las casas en las que estén. — El director soltó un suspiro al finalizar su oración, como si recordara algo. —Es cuestión de... comunicación. — Añadió firmemente el director y luego sonrió como siempre hacia Harry.

—Eso espero.

—Te traje acá con la esperanza de que puedas comentarme lo sucedido en casa. —Habló el director, retomando el tema anterior y Harry apretó los labios en una línea firme. —Está bien si no quieres hacerlo, pero si hay alguna forma de ayudar, lo haré si me lo pides. Después de todo, esta situación puede deberse a mí. —El director tomó una fuerte bocanada de aire y sonrió tristemente.

—¿A que se refiere?

—Como sabes, tu hermano tiene un destino que cumplir. Fui yo quien lo comentó con Lily y James pensando que sería lo mejor para todos. Pero ahora que pienso en retrospectiva, creo que debí esperar un poco para decirlo. Tú y tu hermano merecen crecer juntos y su destino ha impedido eso...

Escuchó atentamente al director, no entendiendo cómo podía ser su culpa. Al fin y al cabo, eran James y su madre los que decidieron apartarlo de todo. Pero no importaba, porque ahora tenía a Severus. Realmente no importaba... pero mentiría si dijera que a veces no sentía un pinchazo en el pecho al ver esas diferencias y ver como Aidan y él crecían de forma separada. En otras circunstancias, tal vez pudieron haber crecido como los hermanos gemelos de Ginny.

—Lo siento Harry. Merecen ser niños y crecer como tal.

—No es su culpa, director.

—De todas formas, pude prevenirlo.

—Pero tengo a Severus, y... y eso es mejor. —Habló Harry con sinceridad. —Gracias. —Agradeció Harry mirando al director, porque posiblemente sin esa distancia entre Harry y los Potter no tendría aquel lazo tan especial con quien era ahora su padre.

—Espero haber hecho algo bien, al menos. 

N/A: Volví justo antes de mis finales, así que aprovechen este capítulo. 

Sentí la necesidad, aparte de reforzar el lazo de Sev y Harry, mostrar algo de Dumby y Harry. ¿Que opinan de Albus?

Los leooo 

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