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The beggining of everything

El inicio de todo

Abrió los ojos aún pasmado, los había cerrado al chocar con alguien sin haberlo visto venir; frente a él, en el suelo, estaba una niña un poco más pequeña que él, ¡la había empujado! El pánico recorrió su cuerpo en un segundo, seguramente la niña se enojaría y le pegaría o se echaría a llorar. ¿Las niñas lloraban? ¿Las niñas pegaban? ¡¿Qué es lo que hacía una niña?! El miedo lo invadió. ¿Qué debía hacer él? No sabía que debía hacer. ¿Se iba de ahí y hacía como si no hubiera pasado algo o ayudaba a la extraña niña a levantarse? Supuso que sería mejor ayudarla, pues si alguien chocaba con él, haciéndolo caer al suelo, agradecería aquella ayuda. Con duda, le tendió su mano a la niña.

La extraña niña pelirroja inclinó la cabeza hacía un lado al notar su mano extendida. ¿Sabría que la estaba intentando ayudar? Luego abrió los ojos como si comprendiera algo y seguido de ello, aceptó su mano. El azabache la ayudó a levantarse, soltando su mano un instante después. Lo miró con curiosidad mientras acomodaba el vestido rosado, algo desgastado, que llevaba puesto.

—Hey, ¿estás bien?— preguntó la niña al cabo de unos segundos. ¿Qué si estaba bien? Claro. Él debería hacer esa pregunta a la niña, no al revés. —Estás... pálido—, los ojos marrones de la niña se entrecerraron, estudiandolo. —Pareces enfermo...—estaba empezando a intimidarse ante aquella mirada —¿o así eres?— preguntó la pelirroja repentinamente.

Harry retrocedió un paso sin saber qué cosa debería hacer; nunca había visto a una niña y mucho menos había hablado con una. Claro, estaban las niñas de Hogwarts pero apenas había logrado ver una a la distancia y estas eran mucho más grandes que él, no parecían niñas. Y no solo nunca había visto a una niña antes, tampoco había visto a algún otro niño de su edad que no fuese su hermano. El estar la mayor parte del tiempo en las mazmorras de Hogwarts con Sev o en las oficinas del director, no le había permitido conocer otros niños. También cabia aclarar que su madre y Prongs evitaban a toda costa que Aidan y él salieran de la mansión y se acercaran al pequeño pueblo que había cerca.

—¿Te comió la lengua el ratón?—, la niña se inclinó hacía él en puntillas. Él solo hizo una mueca extraña con los labios —¡Oh, por Merlín! ¡Un ratón te comió la lengua!— Él asintió confundido. ¿A qué se refería con que un ratón se había comido su lengua? ¿Eso era posible? —¿Estás solo?— otro asentimiento. —¿Estás perdido?— volvió a asentir. Había sido por esa razón que había chocado con la niña en primer lugar.

Sus padres, por petición de Aidan, tomaron la decisión de que sería bueno salir de la mansión finalmente. Pero esta vez no por un viaje, sino para pasar un día de campo en el canal Tiverton, ubicado en Devon. Realmente el lugar no se encontraba muy lejos de donde vivían en Somerset, pero aún así Lily y Prongs habían decidido llevar a Sirius y Remus con ellos para cuidar de su hermano.

Inicialmente él no iba a ser partícipe de aquella salida, pero su hermano había hecho una rabieta para que fuera. Finalmente, sus padres para complacer a su hermano tomaron la decisión de que iría con ellos.

Harry sabía que James y su madre no lo querían ahí, aquello era muy obvio, tal vez y solo tal vez, el único entusiasmado porque Harry estuviera ahí era Aidan. Bueno, tal vez su padrino y tío Moony también. Aún así, seguía sintiendo que era un estorbo para todos ellos, razón por la cuál decidió caminar en una ruta distinta cuando el resto se había distraído caminando hacia el canal. Habían muy pocos turistas más, por lo que había agradecido no haberse topado con otra persona, hasta chocar con aquella niña frente a él.

—¿Y cómo te llamas?— el rostro de la pelirroja estaba a centímetros del suyo, supuso que debía seguir de puntillas para aparentar tener una altura similar a la propia.

La niña pareció pensar algo rápidamente y retrocedió, alejando su rostro de él. Había sido un alivio, tener demasiado cerca a una niña había sido muy extraño. Sus ojos verdes se posaron en los marrones de la contraria, sin estar muy seguro de qué debería hacer.

—Lo siento—, la niña parecía avergonzada. —Me había olvidado que no puedes hablar.— Pero él sí podía hablar. ¿Qué era lo que...? ¿A eso se refería con lo del ratón y la lengua? Ahora todo tenía sentido.

Movió los labios intentando decir algo.

—No te preocupes. Sé que no puedes hablar.— Harry soltó un suspiro frustrado. ¡Sí podía hablar!

—¡Puedo hablar!— la niña se sorprendió al escucharlo, él hizo una mueca. ¿La niña era tonta? ¿Todas las niñas eran tontas? ¿Los niños también? Su hermano solía serlo a veces. ¿Él era tonto?

—Eso es bueno. — la niña sonrió al salir de su estupefacción. Luego se acercó y tomó su mano de imprevisto; él se ruborizó. La niña lo jaloneo, caminando hacía el frente.

—¿Qué haces?— preguntó sin moverse de su lugar. La pelirroja volteó indignada.

—¡Ahora eres mi amigo! Iremos a jugar.— declaró.

¿Su amigo? Él nunca había hecho un amigo. Realmente no estaba seguro de si Aidan contaba como uno, puesto que era su hermano. Parpadeando, siguió a la niña pelirroja frente a él, que no soltó su mano mientras caminaban. Tras unos pasos de distancia de su posición inicial, se percató de que no sabía el nombre de su... ¿amiga? No estaba seguro de que debía hacer con una amiga. Pero por lo que había visto con sus padres, padrino y tío, entre ellos conocían sus nombres y solían conversar. ¿Eso hacían los amigos?

—Mmm—, Harry musitó al mismo tiempo que la pelirroja detenía sus pasos. Volteó a verlo con curiosidad. —No sé tu nombre.

—Uhm. Tienes razón.— la niña pareció pensar en algo y luego volvió a hablar.— Puedes llamarme Ginny.— Harry asintió con una tímida sonrisa, estaba empezando a sentirse cómodo. Así que "Ginny" era el nombre de su nueva y primera amiga —¿Cómo te llamo a ti?

—Harry.

—Lindo nombre. —La niña, Ginny, volvió a jalar su mano, esta vez con más cuidado, ambos retomando su caminar. Esta vez yendo uno al lado del otro. La pelirroja lo iba dirigiendo hacia lo que parecía ser un clero y si su vista no fallaba, parecía haber un grupo de pelirrojos ahí.

—¿A dónde vamos?— preguntó sin detener sus pasos, ambos niños yendo a un ritmo lento.

—Con mi familia. Tal vez puedan ayudarte a encontrar a tus padres. Estabas perdido, ¿cierto?— Harry asintió, aunque no supo si Ginny lo había visto hacerlo. —¿Tienes hermanos?

—Sí, tengo uno.— respondió, pensando en Aidan ¿Se habría dado cuenta de que había escapado?

—Oh... ¿es mayor o menor?

—Somos mellizos, pero él es mayor por unos segundos según mi padrino.

—¿Eso es como tener un gemelo?— Harry supuso que sí, así que asintió lento, la pelirroja viéndolo de reojo; Harry notó calidamente que su tono, aunque igual de rojo que el de su propia madre, era más vivo, como el fuego, pensó—. Dos de mis hermanos son gemelos—, empezó a contarle Ginny—, Ronald es menor que ellos pero mayor que yo. Luego está Percy, mayor que los gemelos. Seguidos de Charlie y Bill. ¡Charlie ama los dragones!— exclamó entusiasta la niña, dando brinquitos que lo hicieron dar un brinco a él, pero del susto, por la brusquedad de sus acciones—Lo siento—se disculpó la niña con una sonrisa inocente, sin sentirlo realmente— ¿Tu hermano cómo se llama? —Apunto de responder algo, una voz les interrumpió.

—¡Ginny!— ambos niños, aún tomados de la mano, voltearon hacia la dirección de donde la voz provenía.

Un pelirrojo, claramente mucho mayor que ambos, se acercaba trotando hacia dónde ambos estaban. El chico tenía el cabello algo desordenado y un poco largo, pecas alrededor de todo el rostro y cuello y un polo marrón puesto con probable despreocupación, apuntó Harry mentalmente, del mismo color que sus pantalones, aunque en un tono más oscuro.

—¡Billy!— Saludó su nueva amiga al joven que probablemente sería de sus hermanos mayores—Mira, este es mi nuevo amigo—, dijo poniéndolo frente a ella y empujándolo hacia el mayor. Harry se sintió una especie de escudo humano en un enfrentamiento, como los de los cuentos de batallas que le contaba Sev para dormir y en los que ambos terminaban haciendo totalmente lo opuesto, enfrascados en el libro.

Gin. ¿Qué dijimos de separarte de nosotros? Además, no puedes ir robando muggles por ahí—, lo último fue casi un susurró, pero el ojiverde pudo escuchar lo dicho claramente. ¿Eran magos? Él sabía que solo los magos usaban ese término.

—¡La encontraste!— otro muchacho pelirrojo, algo más pequeño que el primero, apareció dando un salto—, Te lo dije, iría por el niño moribundo. Me debes un dragón. —El recién llegado sonrió ampliamente al tal Bill. El mayor rodó los ojos.

—No te debo nada y mucho menos un dragón.— el más alto volteó al ver al recién llegado.

—Te dije—, Ginny lo miró —Charlie ama los dragones.— Así que ese era Charlie, le parecía haberlo visto antes aunque no estaba muy seguro de dónde. Tal vez era un estudiante de Hogwarts o algo y por eso se le hacía conocido.

—Oh, vamos Bill. Me lo debes.— los otros dos parecían estar en una especie de discusión. Discusión que se detuvo cuando el menor de los dos varones pelirrojos volteó y lo miró. Lo vio con ojos asombrados.

—Parece que viste un fantasma, Charles—, dijo Ginny, ya habiendo soltado su mano y acercándose a su hermano —Charlie, Charlie —le zarandeó el brazo, extrañada.

—¿Eres hijo de algún profesor de Hogwarts?— Harry ladeó la cabeza confundido.

—Idiota—, regaño el mayor, Bill. —Es un muggle.— volvió a susurrar en vano, pues Harry escuchó claramente lo que decía el adolescente.

—Oh, entonces creo que papá estará emocionado por esto.— El tal Charlie se rasco la nuca.

—¡Es mi amigo! ¡No un objeto!— se quejó su nueva amiga agarrándolo del brazo.

—¡Bill¡ ¡Charlie! ¡Ginny!— gritó la voz de una mujer. —¿Qué hacen ahí? —la mujer que había gritado se acercó con las manos en la cintura mientras negaba la cabeza. Al quedar frente a los cuatro, frunció el ceño.—La tía Muriel nos espera, caminen.— indicó la señora, igual de pelirroja que sus hijos, poniéndose detrás de los cuatro y haciéndolos avanzar hacia el frente.

Ahí a penas pudo divisar una casa al fondo del clero, Harry sin saber por qué siguió caminando. Ninguno dijo nada así que pensó que podía pasar el día con la familia de pelirrojos mientras su verdadera familia se divertía. Las cosas eran mejor de aquella manera. Además, estaba su amiga, ¡su primera amiga! No quería que esta lo dejara si se enfrentaba a la que creía era la madre de la niña.

—Niños, que bueno que han vuelto.— un hombre alto y de cabello pelirrojo  habló en dirección de los cuatro; a Harry le pareció curioso que todos allí, a excepción de él, tuvieran el cabello del mismo color. —Pasen, pasen.

—Y que se saquen los zapatos, no quiero más manchas de barro dentro de mi casa —, se quejó una mujer que justo salía de la casa. La mujer vieja y canosa, le recordó al director Dumbledore, ambos viejos y con apariencias trastocadas, vistiendo túnicas raras. Aún así la señora parecía ser una persona gruñona, caso contrario a lo que era el director.

—Tía, son niños.— habló la señora que los había regañado antes y que les indicó acercarse a donde estaban ahora.

—Niños que hacen travesuras. Como los gemelos, los crías mal, Molly—, se quejó nuevamente la señora vieja. Harry solo veía el intercambio de palabras entre ambas.

—Mejor entren a la casa chicos, vamos.— volvió a indicar el señor pelirrojo. —Un momento.— Harry se detuvo cuando el hombre puso una mano sobre su hombro, Ginny volteó a verlo.— ¿Tú quién eres?— preguntó el hombre con curiosidad.

—Bill dice que es un muggle que Ginny secuestró.

—¡No lo secuestre! ¡Es mi amigo!— chilló la más pequeña, indignada.

—No basta con que tus hijos sean delincuentes, ahora también son secuestradores—, volvió a quejarse la señora vieja.

—¿Un muggle?— el rostro del hombre que aún tenía su mano sobre su hombro se iluminó.

—No es un muggle, lo vi hacer magia—, dijo su amiga pelirroja. Harry aún se sentía raro ser llamado así: amigo. —Se apareció, como papá lo hace cuando vuelve de trabajar—, indicó la niña. Todos se le quedaron viendo asombrados y con curiosidad.

—¿Entonces eres hijo de...?— la pregunta del tal Charlie quedó en el aire cuando la señora pelirroja interrumpió.

—Oh, cariño. ¿Magia accidental?— Harry no estaba seguro si eso contaba como magia. Simplemente había estado huyendo y de un momento a otro cerró los ojos estando en un lugar más amplio y sin turistas. Y por lo que había leído de un libro sobre magia para principantes, la magia era el conjunto de fuerzas ocultas que deben ser dominadas. Según eso, Harry no sabía dominar la magia. —¿Sabes dónde están tus padres?— Harry negó con la cabeza —¿Cómo te llamas?—

—¡Su nombre es Harry!— respondió su amiga pelirroja por él.

—Niños que huyen de sus padres, muy mal.— volvió a quejarse la vieja. Ya le estaba empezando a caer mal.

—Muriel, creo...

—Callate, Arthur— volvió a quejarse la vieja, el señor tal Arthur cerró la boca, frunciendo el ceño un instante, antes de suavizarlo y mirar a Harry en un gesto conciliador.










(Nota de Beta:

Para mí, este sería Harry intentando defender a su nueva amiga con un punto muy válido, según él:

Harry: Secuestro: retención de una persona  sin consentimiento previo de la misma por un tiempo indeterminado con un fin "positivo" para el secuestrador y traumático para el secuestrado—, se recordó a sí mismo, recitando al pie de la letra las mismas palabras que había oído de Sev una vez, cuando preguntó por la palabra que no comprendía de un diccionario que leía en ese momento, los diccionarios son confusos, pensó—.  Bueno, ella sí me llevó—apuntó—, pero yo me dejé, no es secuestro. En todo caso autosecuestro, yo dejé que me llevara y con todo gusto. El único trauma que pudo haberme causado Ginny fue confundirme con que los ratones se alimentan de lenguas humanas y no de queso y desperdicios.

Todos:...

Gin: ¿Ven? ¿Ve, tía Muriel? No es secuestro—, exclamó Gin, igual de entusiasmada y asombrada por "lo adulto" que podía sonar su nuevo amigo).





Nota de Autora:

Avisar que nadie adivino el personaje que aparecería en el cap, pero igual denle amor a Ginny.

Y tranquilxs, que para la primera aparición de Draco no falta mucho.

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N/A (26/03/2023): Hola! Finalmente el último capítulo corregido hasta lo que habia publicado antes.

Los capítulos que se vienen les volaran la cabeza, especialmente los siguientes dos.

Nos seguimos leyendo <3

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