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Brotherhood

Hermandad

Con su libro aún en manos, escuchaba atentamente lo que le contaba su hermano. Ambos niños se encontraban en la habitación del menor de ellos, Aidan hablando y Harry escuchando.

Su hermano le comentaba sobre el último viaje que había tenido; habían estado en México y fueron a visitar distintos lugares muggles del país luego de que Aidan fuese atendido por el reconocido medimago por el que fueron allí en primer lugar. Visitó la parte muggle del Chichén Itzá, ya que en los subsuelos de esta construcción vivía un pequeño poblado mágico que no era visto por los muggles. Su hermano también comentaba sobre lo genial que había sido pasar una semana entera en Cancún y lo hermosas que eran las playas. Según lo que le contaba el de ojos avellana con emoción, había sido divertido ver el mar y jugar en este junto a sus padres.

La playa sonaba muy divertida, Harry nunca había estado en una.

— Uh, también fuimos a comprar cosas, como siempre — vio a Aidan saltar de su cama y agacharse para recoger algo del suelo, luego se acercó con el peluche que había llevado al ingresar a su habitación. Se lo tendió a Harry —Lo compré para ti — su hermano sonrió, por consiguiente él también.

Dejó su libro a un lado y tomó el peluche entre sus brazos.

—¡Gracias!— sus ojos brillaron en sincero entusiasmo —¿Qué se supone qué es?— preguntó, estudiando la extraña forma del peluche, lucía como...un gran felino de color gris con manchas blancas en el cuerpo.

—Un Dulum— Aidan hizo una mueca extraña con su boca—, ¡No! un mmm... Duz-du-dz-du aaa, bueno un Dzulúm. Algo así era — Luego de trabarse varias veces parecía haberle dado un nombre a la criatura.

Aidan vio la mesita de juegos donde había puesto su libro, entre él y el libro un par de veces.

—¿Sabes leer?— le preguntó al fin, asombrado.

—Mmm ¿...sí?— su mente trabajó rápidamente para generar un engaño por si Aidan le preguntaba quien le había enseñado a hacerlo.

—¿El director te enseño?— Preguntó Aidan y Harry asintió despacio.

—Mmm...sí, el director.

—¡Oh, genial! Mamá también me está enseñando a leer durante las noches, cuando estamos viajando, ¡Es muy difícil!—soltó un chillido frustrado, corriendo hacia su cama y cayendo en ella de un brinco, de cara al colchón.

Harry escuchó ruidos provenientes de su hermano, supuso que le estaba diciendo algo, pero al tener su boca enterrada entre las frazadas no entendía lo que intentaba decirle.

— Sabes que no puedo entenderte, ¿verdad? —  Harry se acercó a su cama y se sentó sobre esta mientras Aidan rodaba para quedar mirando al techo — ¿Qué decías? — una sonrisa traviesa apareció en su rostro. Le gustaba pasar tiempo con su hermano.

— Decía...que papá me dijo que cuando crezca seré un héroe — En menos de dos segundos el rostro de su hermano estaba frente al suyo. Ojos color esmeralda y avellana chocando — ¿Crees que papá tiene razón? ¿Eso de ser un héroe? — Un brillo en los ojos de Harry apareció.

— Sí, creo que sí.

— ¡Seremos los héroes más valientes del mundo! — Aidan se levantó de improviso, jalando su mano, ambos quedando parados sobre la cama, saltando de la emoción — ¡Solo imagínalo! Seríamos los héroes del mundo mágico. Tú y yo, ¡Lucharemos contra el mal! — exclamó eufórico entre saltos — ¡Seremos más famosos que el mismo Merlín!

— ¡Y salvaremos al mundo de magos tenebrosos! — Terminó Harry la frase. Ambos continuaron brincando.

— ¡De mortífagos! — Harry no detuvo su salto, aunque un tramo de su cerebro se encendió, buscando una definición para la extraña palabra que su hermano dijo y que juraba haber escuchado de Sirius.

—¡De bestias!— respondió Harry tras su conmoción.

— ¡Muggles y magos!

— ¡Todos estarán muy agradecidos con nosotros! —  Harry asintió energéticamente.

—¡Luego iremos por mujeres! — Harry dejó de saltar luego de que Aidan hablara, confundido —¿Qué?—Aidan también se detuvo, mirándolo fijamente y con la cabeza ladeada.

—¿Mujeres?—Harry frunció el ceño, pensando en si había escuchado bien las últimas palabras de su mellizo, ¿por qué no helado? Lo miró extrañado.

—Papá me dijo eso — Aidan lo vio con detenimiento, explicando —Dijo que los héroes siempre van por mujeres. No sé, deberías preguntarle a él — suspiró, sentándose sobre la cama, colocando sus zapatillas en cada pie correspondiente al notar que Harry no comprendía. Harry vio a su hermano luchar con los cordones.

Unos segundos después, la puerta de su habitación se abrió, dejando ver a Prongs. El adulto tenía el rostro serio, como casi siempre que se dirigía a Harry, su mirada posada en él. Parecía que iba a regañarlo por estar parado sobre la cama, pero justo en ese momento su hermano salió al encuentro con el hombre, abrazando la pierna de este. James separó su mirada de él y la dirigió hacia su hermano, suavizandola revolviendo los cabellos de este (cabellera idéntica a la que Harry tenía). El hombre murmuró algo a su hermano que no puedo entender y luego Aidan salió de la habitación dando saltitos. Harry se bajó de la cama.

— El almuerzo ya está listo — indicó su padre James ... Padre. Por alguna extraña razón la palabra empezaba a sonar rara en su mente al asociarla con Prongs — Y la cama no es para jugar, es para dormir — Harry asintió despacio, colocándose sus zapatillas grises sin esperar la ayuda de Prongs, pues solo ayudaba a Aidan cuando tenía dificultad en amarrar sus cordones.

— Voy —  murmuró Harry, le empezaba a incomodar la mirada seria de Prongs puesta en él.

— Bueno, no demores — Prongs le sonrió forzadamente. A punto de salir de la habitación, posó su mirada en el peluche que Aidan le había dado. El adulto encaró una ceja — Eso es de tu hermano — señaló, acercándose al peluche.

— Es mío, Aidan-

— No lo creo — Prongs le interrumpió, con rudeza, Harry agachó la cabeza desde su lugar, sus zapatillas ya puestas — Aidan me pidió que se lo compre a él. Me llevaré esto y lo dejaré en su habitación — Vio a Prongs tomar el peluche entre sus manos y salir de la habitación. Harry, resignado, no hizo nada para impedirlo y solo se dirigió al comedor de la mansión.

:.:.:

Inmerso en su lectura sobre hombres lobos, no se percató del momento en que la puerta de su habitación se abrió. Era de noche, las ocho para ser exactos, hora en la que su madre enviaba a él y a su hermano a dormir. El que no tuviera tanto sueño lo incitó a tomar uno de los libros que Sev le había comprado y continuar leyendo. El libro era muy interesante, tanto así que no era capaz de soltarlo desde que lo había tomado entre sus manos para leer; hablaba sobre qué eran los hombres lobos, cómo diferenciarlos y una pequeña guía de cómo protegerte de ellos.

Se sobresaltó al ver algo trepar sobre su cama, cerró sus ojos con fuerza y luego escuchó un ruido sordo y una queja. Abrió los ojos despacio y se asomó para ver el suelo de su habitación, a pesar de la oscuridad, pudo diferenciar a su hermano tirado en el suelo boca arriba con una expresión de dolor en su rostro. ¿Él había hecho eso? ¿Acababa de lastimar a su propio hermano? Dejando su libro a un lado, se bajó rápidamente de su cama para ayudar a su mellizo.

— Hey, estoy bien— susurró Aidan. Harry no le creyó  — Solo vine a devolverte el peluche — Le señaló hacia su derecha, el peluche estando a unos pasos — Prongs no entendió que te lo había regalado — Harry ignoró lo dicho por su hermano, ayudándolo a levantarse.

— Lo siento.

— No fue tu culpa. Debí tocar la puerta antes de entrar pero no quería que mamá o papá me vieran — Le explicó Aiden, acercándole el peluche, luego se dirigió hacia su mesa, donde había dejado las colecciones de cuentos.

Ambos niños quedaron en silencio, Harry llevó la mirada al suelo. No notó cuando su hermano intentó leer algo sobre uno de los libros de la mesa. Levantó su mirada lentamente cuando sintió los pasos de su hermano acercarse, para luego verlo trepar sobre su cama. Harry le siguió.

— Es tuyo — el peluche fue tendido hacia él cuando Aiden logró subirse a su cama — Yo hablaré con papá después —Harry asintió despacio, tomando el peluche entre sus manos.

Otro silencio. Esta vez ambos se acomodaron en su cama, acurrucados. Ambos sonrieron al unísono, aunque Harry no pudo notarlo.

— ¿En qué casa crees que estaremos al ir a Hogwarts? — Susurró Aidan, intrigado — Lo más probable es que seamos Gryffindors, como mamá y papá —  se respondió a sí mismo, con tono satisfecho.

— ¿Y sí no es así? — preguntó Harry dubitativo.

— Igual seremos inseparables, estaremos siempre juntos — Aidan volteó de lado, recostando uno de sus brazos sobre la almohada para ver a Harry  —Imagínalo, podría colarme a tu sala común o tu a la mía.

Harry pensó, sonaba como una gran idea, aunque sabía que tal vez les podría traer algún problema ya estando en la escuela. Aún así, no le importó, era su hermano después de todo. Siempre estarían juntos y mucho más estando en Hogwarts, porque Aidan ya no tendría que viajar constantemente como lo hacía ahora. Una pequeña sonrisa se asomó en su rostro.

— Pero como dije, seremos leones. Rawr — Aidan imitó el movimiento de la garra de un león con su mano libre.

— Eso espero...

Con aquella pequeña conversación, Harry se quedó completamente dormido, sin percatarse de que su hermano se levantaba de su cama con una gran sonrisa en el rostro al verlo. Aidan debía volver a su habitación, no quería meterse en problemas, además, una pequeña duda rondaba en la pequeña cabeza de Aidan.

Mañana preguntaría.






Yo cada vez que hago un salto temporal: Parkouuur.

Sí sé que es un capítulo cortito pero me gustó escribirlo ya que tenía la necesidad de mostrarles cómo Harry se lleva con su hermano. Estaré trayendoles más capítulos de Harry y Aidan porque lo necesito.

Tmb comentarles que estoy pensando en cambiar mi usuario a velaprince, xq lo si luego ven q llegan actualizaciones o anuncios de ese usuario pues soy yo :)

Casi me olvido, pero la próxima semana les estaré trayendo un songfic Drarry por si gustan ir a chismosear en mi perfil luego.

Ahora sí, nos leemos pronto

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