Las campanadas de boda comenzaron a sonar, Becky estaba al lado Freen, su nuevamente esposa sentada viendo la ceremonia, junto a sus 3 hijos, Song de 14, Niki de 6 y Jake de 1, este último se mantenía sentado jugando con su Don Dinosaurio, su dulce peluche.

La boda de Heng y Saint fue algo sorpresiva, a pesar de su relación ninguno parecía entusiasmado por una boda, pero ahí estaban felices entregándose juntos al altar. May y Gemini también se habían casado, cuando Song tenía 10, ahora recién esperaban a su primer hijo.

Richard y Billy, estaba felices con sus 4 hijos, Sam, Tao, Arthit y Yoko, porque sí, Yoko era la hija de Billy, quizá no de sangre, pero todo el amor que él le había dado era más que suficiente para ganarse el derecho de llamarla su hija.

Los padres de Becky dudaron mucho en aceptar a Freen nuevamente, pero finalmente lo hicieron, Freen al igual que con su esposa se había esforzado con sus suegros para ganar su confianza y empezar una buena relación.

Nam y Non habían decidido mudarse a Australia, ya tenían 2 hijas hermosas, Ryujin y Yuna, dos pequeñas cotorras, que cuando visitaban a sus tíos y primos hacían un desastre, pero siempre siendo cariñosas con todos los que los rodeaban, esas niñas eran un amor igual que sus padres, quienes seguían siendo felices a pesar de todo lo que sus amigos tuvieron que pasar, pero que nunca fue impedimento para su amor.

Becky y Freen por su parte estaban más que felices, demostrándose amor diariamente, no solo con palabras, sino con detalles, con acciones. Habían aprendido que, ante cada situación a hablar las cosas, tomarse su tiempo, expresar que les hacía bien y mal, junto con esa nueva base, sin mentiras ni engaños, pudieron educar muy bien a sus 3 hijos, quienes, a pesar de tener un carácter diferente, podían comprenderlos muy bien.

De algo no había duda y era del inmenso amor que había entre ellas, después de todo solo tenían dos opciones, olvidar o amar y ellas eligieron amar, eligieron amarse por siempre.