❥Capítulo XXIX
—Querido come por favor —habló Rawe tocándole la mano a Patric, su esposo, padre de Becky y padrastro de Richard.
El hombre tenía la vista en Freen, quien comía de a poco la pizza que estaba servida en su plato, se sentía intimidada ante la mirada furiosa e intensa de su exsuegro, quien lo veía con bastante rencor.
—Ya lo voy a hacer, solo tengo que cortar la pizza.
—Papá, solo tienes un pedazo en el plato —dijo Becky.
—Señor —Billy se permitió sonreír en toda la noche para la sorpresa de todos, aligerando el ambiente un poco— Yo creo que, si no come esa deliciosa pizza, no va a tener las fuerzas necesarias para matar a Freen.
—No estas ayudando Billy —regaño Becky con sonrisa divertida.
—Billy tiene razón querido, debes comer bien, recuerda que hace unos días me comentabas como querías estrangular a Freen si la tuvieras cerca, si no comes, no podrás hacerlo.
—¡Mamá!
—Abuelito ¿Estás enojado por qué mis mamis se iban a besar?
Song preguntó con la boca llena viendo a su abuelo, quien no había quitado esa mirada llena de enojo para su exnuera.
—Pastelito, no me lo recuerdes, por favor —forzó una sonrisa.
—Es normal que las personas que se amen se besen, además...
Song fue interrumpida por el timbre de la casa que comenzó a sonar y Rawe se levantó para abrir la puerta, el resto de las personas que estaba en el comedor se quedó disfrutando la pizza y segundos después entró Warang, con una sonrisa, sorprendiendo a todos los presentes.
Becky se levantó confundida, ellas no habían hablado y su presencia en su casa era una total sorpresa.
—Buenas noches —sonrió y se acercó a su prometida, besando posesivamente sus labios.
—¿Qué haces aquí? Lárgate —fue el ataque de Song.
—Song compórtate por favor —regañó Patric.
—No, que se vaya, nadie la invito, mi mamá está aquí.
—Yo la invité —habló el padre de Becky— Pronto Warang será parte de esta familia, es bueno que se vaya integrando, que vaya compartiendo con nosotros y no quiero ofenderte Freen, pero es ella quien debe estar aquí.
—No me ofende en lo absoluto, lo entiendo y tiene razón, yo me retiro. — Dijo Freen
—Llévame contigo mamá, por favor, no quiero estar aquí.
Song se paró rápidamente de la mesa, con la pizza en su plato sin terminar, Rawe al igual que Billy y los otros niños estaban sorprendidos del cambio de actitud de Song, la conocían lo suficientemente bien para saber que no era una mala niña y mucho menos mal educada.
—Siéntate Song, no has terminado de comer, tu otra mamá está aquí y también debes compartir con Warang, cuando regreses a Londres, deberás verlo como figura materna.
—¡Nunca! ¡Te odio abuelo! ¡Te odio a ti y a Warang! ¡Los odio!
La pequeña se comenzó a alterar y a gritar, sin poder controlar las lágrimas salientes de su rostro, apretando sus manitos, conteniendo su rabia.
—Song —Freen se agachó a su altura y tomó sus manos— Tranquila mi amor, respira conmigo.
Freen comenzó a inhalar y exhalar, mirándola con tranquilidad, trasmitiéndole por medio del toque de sus manos esa paz y esa calma, haciéndola respira lentamente hasta que se pudo calmar.
Los demás se quedaron en silencio, no dijeron nada, y fue Freen quien empezó a hablar.
—Lo mejor es que me retire con mi hija —la cargó en sus brazos.
—No te vas a llevar a mi nieta, no puedes cumplir todos sus berrinches, además tiene que compartir con nosotros.
—Papá —regañó Becky— Creo que Freen tiene raz...
—Amor, tu papá está en lo correcto, tu hija tiene que estar contigo y con su familia.
—Disculpa Warang, pero no he pedido tu opinión sobre la crianza de mi hija, eso es algo que nos incumbe a mí y a Becky, tú no eres ni nadie.
—Se te olvida que pronto seré su esposa y tendré poder de decisión sobre lo que pase.
La pelinegra se rio con gracia.
—Decidirás sobre tu vida y sobre tu matrimonio, pero no sobre mi hija, permiso —comenzó a caminar fuera del comedor, pero antes de salir vio a Becky— Si quieres que coordinemos algo, hagámoslo afuera, no aquí, no es bueno para Song.
Dicho eso salió de la casa con su hija en brazos.
Becky estaba molesta, se le notaba en el rostro, no daba cabida a lo que había hecho su padre, a las opiniones fuera del lugar de Warang y seguía sin entender el odio de Song.
Rebecca corrió detrás de su exesposa, quien ya había subido a su hija al auto y ella estaba por hacer lo mismo, pero la detuvo sosteniendo su brazo.
—Perdón por el mal momento que pasaste con mi papá, por favor.
—Tranquila Bec Bec, solo quiero pedirte que hables con él, no me gusta que le hable así a nuestra hija, que le quiera imponer de esa forma a tu prometida.
—Yo sé que estuvo mal y ... ¿Faye no te ha averiguado nada de por qué Song odia tanto a Warang?
—No, pero es algo que también quiero averiguar porque no es normal las actitudes que tiene, tan solo es una niña de 8 años.
—Tal vez solo quiere que estemos juntas y es su forma de llamar la atención.
—Es algo más, hay algo más y lo voy a averiguar —suspiró— Bueno, me voy, cualquier cosa, me vas avisando.
Freen se acercó un poco más y besó la frente de Becca de forma suave, una de sus manos viajó hasta su mejilla acariciándola con suavidad, acto que hizo que la menor cerrara sus ojos de forma inconsciente por unos segundos.
Sonrió de forma suave y se separó por unos segundos, viendo los ojos de Freen, intentando descifrar aquella mirada llena de ternura con la que la estaba mirando.
Freen se separó de ella y entró a su auto marchándose, dejando a Becky solo con sus pensamientos.
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Habían pasado exactamente 15 minutos desde que Freen se había ido y Becky no se atrevía a entrar a su casa, se había quedado pensando en cómo su vida había cambiado desde su regreso a Tailandia.
Se suponía que el plan inicial era trabajar y evitar a toda costa que su hija conociera a su otra madre, pero todo sucedió al revés y ahora ellas se conocían y aunque no lo había admitido en voz alta, en su interior se sentía inmensamente culpable por haberle ocultado a Freen la verdad sobre Song tantos años.
La culpa invadía cada parte de su cuerpo cada vez que las veía juntas, cada vez que las veía reír, o cuando su pequeña le contaba las maravillosas cosas que pasaba en su día a día con su otra madre ¿Cómo haría ahora para separarla de ella?
Su otro plan era mantener los muros que había construido en contra de Freen y el amor que jamás dejo de existir por su exesposa, pero ahí estaba ella, demostrando día a día sus cambios, por ella mismo y por su hija, ahí estaba Sarocha Chakimha de la que alguna vez se había enamorado, no la patán de la que se divorció.
—Becky —su prometida apareció a su lado tocando su hombro— ¿Qué haces aquí? Entra, hace frio y vas a resfriarte.
—Estaba pensando, lo siento, ahora entro.
—¿Pensando? ¿En quién? ¿En tu ex? —tomó su brazo— Porque si es así mejor entremos y le decimos a toda tu familia que lo nuestro se acabó y que mejor vas a regresar con la otra.
Rebecca levantó una ceja, ni siquiera debía tener motivos para enojarse con Warang, era cierto lo que decía, pero la manera brusca en que lo decía hizo que se molestara.
—Me estas lastimando —se soltó— Y no, pensaba en mi hija y lo que pasara cuando regresemos a Londres, en que haré para que se vuelva a adaptar sin su madre.
—Eso es algo que debemos pensar las dos, entremos.
—Por favor Warang, como bien te dijo Freen, es algo que solo nos incumbe a ella y a mí —caminó hacia dentro de la casa— Y que sea la ultima vez que me hablas de esa forma, porque me conoces y yo no me quedo callada.
La menor entró molesta, con ganas de golpear tirar los platos y gritar, de desahogarse, pero grande fue su sorpresa que al dirigirse al comedor encontrara a su madre y a Billy abrazados llorando a lagrima viva.
Su padre estaba cargando y abrazando a los niños quienes también estaban llorando.
Warang entró segundos después, confundida al ver la escena ante sus ojos, buscando una explicación con la mirada, no había salido ni 5 minutos y había todo un drama dentro de la casa de los Armstrong.
—¿Qué pasa? —Becky se acercó a su madre y cuñado.
—Bec —su cuñado la abrazó sin dejar de llorar— Non acaba de llamar y... y nos dijo que Richard acaba de despertar.
—¿C-cómo?
Su madre asintió.
—Si Becky, mi esposo esta despierto, está vivo.
—¿Y qué esperas Billy? ¿Una invitación? Vamos de una vez, tienes que estar con él.
—Eh si, pero los niñ...
Rawe se levantó y le jaló la oreja a su yerno mientras limpiaba sus lagrimas negando y sonriendo suavemente.
—Nosotros nos encargamos de ellos, tu ve por mi hijo.
El castaño asintió tomando su abrigo y salió de la casa junto a Becky, seguidos por Warang, quien se había ofrecido a llevarlos en su auto hacia el hospital, usando eso como excusa para no quedarse en casa de sus futuros suegros para oír todo el drama.
Billy no podía dejar de mover sus manos, estaba muy nervioso, por fin su esposo estaba despierto, lo vería y podrían arreglar todo, por fin después de tanto martirio y sufrimiento.
No tardaron mucho hasta llegar al hospital, donde el castaño bajo corriendo del auto sin esperar a nadie más, Rebecca lo miró y sonrió, eso era el verdadero amor, entonces se cuestiono ¿Eso era lo que sentía por Warang? ¿Se emocionaba cuando lo veía? ¿Sentía esas estúpidas mariposas?
No. La respuesta de su cerebro fue rápida, no sentía eso por ella, la quería mucho, claro, pero amarla como alguna vez había amado a la madre de su hija, no.
Freen, a pesar de los años, tan solo pensar en su nombre hacía que su corazón brincara, pese a que se ponía fuerte para no demostrar cuan boba enamorada seguía de ella, pese a los besos y las miradas cómplices. En el fondo deseaba que todo fuera diferente y que realmente pudiera vivir el sueño de estar juntas como tantas veces habían hablado, pero era imposible.
¿Qué debía hacer para quitar esos sentimientos? ¿Olvidarlo con Warang o ser darse una oportunidad con Freen?
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Billy entró a la habitación donde le indicaron que estaba su esposo, y todo su mundo que estaba en ruinas parecía reconstruirse, luego de meses de llanto y de culpabilidad, por fin volvía a ver los ojos del amor de su vida.
—Billy...
—No hables, no digas nada —le dijo el castaño mientras se acercaba a la cama y se sentaba en ella tomando las manos de su esposo.
—Perdón por todo —susurro con un poco de dificultad— He cometido tantos errores que me han costado tu amor y... daría todo por retroceder el tiempo, por ser sincero contigo, por encontrar una solución juntos, por..
Sus palabras fueron interrumpidas por los dulces labios de su esposo, quien estaba llorando de felicidad de escuchar su voz, de verlo nuevamente, porque no volvería a dejarlo ir, nunca más. Desde jóvenes dejaron todo para estar juntos como para que cualquier persona se metiera en su vida y en su relación.
—Te creo mi amor, sé que nada fue tu culpa —acarició con suavidad su mejilla— Bueno, si tuviste la culpa al no decirme la verdad, pero ahora sé que lo que esa mujer te hizo fue algo en contra de tu voluntad.
—¿Eh?
—Friend está en prisión, presente cargos por intento de homicidio, secuestro, y por maltrato infantil —Billy suspiró— Ella confesó lo que pasó el día que te conoció, ella te drogó, Richi tu no me engañaste voluntariamente, prácticamente estabas bajo el efecto de las drogas y el alcohol.
Richard apretó ligeramente la mano de su esposo tratando de procesar un poco lo que él le decía acerca de Friend, porque esa idea no se le había pasado por la cabeza, durante todo ese tiempo, se había sentido culpable, pero nunca pensó en la posibilidad de haber sido drogado y claro era algo lógico, él jamás había tomado tanto como para emborracharse y menos para engañar a la persona que tanto amaba.
—Se embarazó de ti, eso es cierto, así que... Yoko si es tu hija —Richard iba a decir algo sobre su hija, pero lo interrumpió— Intenté quedarme con ella, alegando que eras mi esposo, pero no me dejaron debido a que estábamos tramitando el divorcio, que por cierto ya cancelé esos trámites.
—¿Lo hiciste?
Asintió.
—Visito a Yoko todos los días, ella está en una casa hogar del estado, no hay ningún familiar de Friend que pueda tener la custodia, solo tú, pero estabas en coma... igual si hubieras muerto, hubiera hecho lo imposible para adoptarla y tenerla conmigo, porque ella es parte de ti.
—Definitivamente no te merezco, soy una basura, yo...
—No mi amor, no digas eso —le sonrió y beso sus labios nuevamente— Tú único error fue no haberme dicho la verdad desde el inicio, hubiéramos buscado una solución juntos, como siempre, pero ya paso, ya es pasado, ahora tenemos que concentrarnos en nuestro presente y nuestro futuro, con nuestra familia, nuestros hijos y nosotros.
—Nuestros hijos... ¿Acaso nuestro bebé ya nació?
—Es un niño hermoso, se llama Arthit, ese nombre lo elegiste tú ¿Recuerdas? Dios... él es tan parecido a ti, cuando lo conozcas te vas a enamorar de él.
Richard no podía dejar de mirar a su parlanchín esposo, quien ya había vuelto a entrelazar sus dedos, mientras lo estaba poniendo al día de todo lo que había pasado en esos meses, anhelaba realmente poder recuperarse e ir a casa con su esposo y sus hijos, estar por fin en paz después de tanto infierno.
Varios minutos después, Billy se acostó al lado de Richard, importándole poco si el espacio de la cama de hospital era pequeño o incomoda, estar a su lado otra vez y de esa forma era lo único que necesitaba para volver a sentirse vivo, Richard lo hacía sentir vivo.
Él amaba a Richard y Richard amaba a Billy ¿Quién podía destruir un amor como ese? La respuesta era fácil, nadie.
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