Becky estaba en serios problemas, Song estaba frente a su otra madre y Freen esperaba una respuesta. ¿Cómo iba a mentir frente a su hija? ¿Qué mentira podría decir para salvarse y seguir ocultando la verdad? Estaba buscando las palabras correctas, pero se dio cuenta que su pequeña estaba con los ojos abiertos al igual que su boca viendo a Freen.

—Becky ¿Ella es tu hija? —volvió a preguntar Freen.

—D-disculpa ¿T-tú eres Freen Chankimha?

—Si, soy yo pequeña ¿Y t...?

Sin previo aviso y sin que nadie pudiera hacer nada, Song corrió hacia ella y la abrazo por las piernas, Freen la miró con confusión e instantáneamente se agachó un poco para corresponder el abrazo, sintiendo una extraña sensación de calidez apoderarse de su pecho, en ese momento quería llorar, no sabía el motivo, pero sentir el abrazo de esa niña lo conmovió.

Becky se quedó boquiabierta, viendo como sin saberlo Madre e hija estaban juntas, prácticamente no daba crédito a lo que sus ojos miraban, sino fuese por Non que llegó en ese momento después de estacionar el auto, ella hubiera desmayado.

—Y-yo me llamo Song y yo te admiro mucho.

Freen se puso de cuclillas y tomo las pequeñas manos de la niña enfrente.

—¿En serio me admiras? ¿Por qué?

—Por qué gracias a ti me empezó a gustar el arte, me gustó aprender a dibujar y pintar.

—Wow... imagino que debes ser una maravillosa artista.

—Espero hacer grandes obras de arte tal y como tú las haces, Freen... señora Freen.

—Puede decirme Freen, no hay problema.

—¿De verdad? ¡Muchísimas gracias! —volvió abrazarla, pero esta vez por el cuello y nuevamente la pelinegra correspondió el abrazo.

—Becky ¿Por qué nunca me dijiste que tenías una hija?

—Mmm por-porque y-yo... t-tu n-nunca —Non le dio un codazo al ver que estaba tartamudeando de nerviosismo— Tú nunca me preguntaste, Freen.

Sentía que estaba perdida, a pesar de tener un poco de confianza, se sentía muy insegura, sus manos temblaban y tenía inmensas ganas de vomitar.

—¿De quién es hija?

—De mí y un hombre que conocí allá.

—¿Ah? —Song volteó a ver a su madre.

—Oh... una mujer —Freen hizo una mueca de confusión— ¿Y dónde está su padre?

—S-su ¿Qué? Ah, sí, su p- padre es José, si el —dijo tartamudeando otra vez, pero vio la cara de confusión de todos los presentes

—Pero mami tu dijiste que yo no tengo papá, sino tengo otra mamá- —Becky inmediatamente le tapó la boca.

—Estrellita ¿Te duele la cabeza? El golpe te dejo mal —La cargó y se la dio a Non— Llévala a casa, yo.... Debo hacer cosas.

—Bien —Non levantó las manos en signo de confusión, pero fue lo único que hizo y salió del hospital con su sobrina en brazos.

Becky seguía nerviosa, sino inventaba una mentira rápido iba a ser descubierta por la madre de su hija y eso era lo menos conveniente que le podía pasar, había logrado tener una amistad más o menos estable con la pelinegra y a pesar del daño que hubo en el pasado, no quería arruinar esa nueva oportunidad.

No era amor, quizá solo era cariño de los años que compartieron antes de que toda su relación cayera de picada, era consciente de que, si Freen se enteraba de la verdad, iba a enojarse y mucho ¿Tenía miedo? Si, claro que tenía miedo.

Freen no hace menos de 3 semanas le había contado muchos de sus miedos e inseguridades y entre ellos había hecho una confesión que de alguna forma descongeló un poco el corazón de Becky.

Recordaba la conversación que tuvieron un día saliendo del trabajo mientras caminaban hacia una cafetería a las afueras de Bangkok, estaban sentadas en una cómoda mesa, tomando café y hablando de temas triviales hasta que el tema salió a flote.

Flashback.

—Charlotte no puede tener hijos.

—¿Qué? —suspiró— La tecnología ha avanzado mucho Freen, quizá haya un tratamiento para que eso suceda.

—No hay solución, ella sufre de insuficiencia ovárica primaria, que prácticamente es la pérdida prematura de óvulos del ovario, posiblemente debido a la genética, el ovario ya no produce óvulos, así que... con ella no podré tener hijos.

—Tu... ¿Tu deseabas tener hijos?

—Claro que si Bec... ese sigue siendo mi gran sueño —sonrió con tristeza— Tener a un pequeño o pequeña que corra, que me diga "Mamá", a quien yo pueda cuidar y proteger, enseñarle sus primeros pasos, sus primeras palabras.

—Lamento que no puedas tener hijos, Freen.

—Este es mi castigo por lo que te hice, siempre dicen que el karma te llega tarde o temprano, así que este es mi karma... Por siempre decirte que sería raro que una chica intersexual tuviera un hijo...

—Odiaba que me dijeras esas palabras, realmente lo odiaba.

—Cuanto hubiese deseado que tú y yo hubiéramos tenido un hijo... es decir, tú también anhelabas ser madre y yo te quité eso —se río con tristeza— No me mires así, está bien, en ese momento yo era demasiada inmadura, no aprecie lo que tuve, me cegué en un capricho y Nam me lo dijo, muchas veces, pero...

—¿Pero...? —buscó su mirada.

—Por mi capricho adolescente perdí a la única persona que realmente he amado.

Becky se acordaba de esa conversación como si fuera ayer, se acordaba con claridad los ojos tristes de su exesposa, como su voz se quebraba cada vez que mencionaba el pasado o el problema con Charlotte. Había empezado una mentira y debía acabarla a como dé lugar, hasta que regrese a Londres, Freen nunca se enteraría de la verdad.

Fin del Flashback

—Becky, que bueno que estas aquí —apareció Heng interrumpiendo sus pensamientos.

—¿Song está bien?

—Si, Song está bien, solo tuvo raspones en sus rodillas y una pequeña herida en su cabeza, la cual ya he curado. Para cualquier descarte —le entregó un papel— Tráela mañana a que se haga unos estudios, solo para estar fuera de dudas de alguna posible lesión cerebral y con los resultados, te veré en tres días.

—¿Medicinas?

—Ahí en la receta puse una crema antinflamatoria que deberás aplicarle en las mañanas y en las noches antes de dormir, unas pastillas por si siente algún tipo de dolor. Fuera de eso, puedes llamarme si pasa algo.

—Gracias Heng.

Heng sonrió y volvió a entrar a su consultorio, quedándose con Freen y Nun.

—Creo que debo irme, permiso.

—No Becky, te llevare a casa.

—Puedo pedir un taxi.

—No claro que no, esta lloviendo, dejaré a mi madre en casa y te llevaré a ti a la tuya ¿Bien?

Asintió al ver los ojos suplicantes de la pelinegra y la mirada asustada de su suegra, definitivamente ella tenia mucho más miedo que ella misma. Las tres salieron del hospital y subieron al auto de Freen, el viaje fue silencioso, Rebecca seguía temblando y mordiendo su labio inferior, hasta que llegaron a casa de la mujer.

—Conduce lento Freen, adiós Becky.

—Hasta luego señora Chakimha.

El viaje continuo con su rumbo y el silencio seguía siendo el rey de ese ambiente frio, quizá era lo mejor, así Rebecca no tendría que dar tantas explicaciones de la situación ¿Verdad?

—¿Cómo mi madre y mi hermano conocen a tu hija?

—Mmm... —jugó con sus manos— Hace unos días los encontré por ahí y Song amaba conocer gente, así que me pidió que la trajera este fin de semana con tu mamá.

—Tienes una hija hermosa ¿Lo sabes?

—Lo sé, ella es hermosa.

—Song... es un nombre muy hermoso, yo también lo hubiera escogido en tu lugar.

Becky prefirió no contestar, prefirió quedarse callada y seguir con su mirada en la ventana, contando cada gota de lluvia que caía sobre la enorme ventana. No paso mucho hasta que llegaron al departamento de la menor, Freen se bajó del auto y le abrió la puerta, pero al momento de pisar el suelo, resbaló y fue Freen quien la sostuvo de la cintura evitando que cayera.

Sus ojos se conectaron provocando miles de mariposas en el estómago de ambas, pero en un acto impulsivo, Freen cargó a Becky y ella al sentir como era cargada se aferró al cuello de la mayor.

A la mente de ambas llegó el primer día de su luna de miel, estaban exactamente en esa misma posición, con la diferencia que sus bocas en aquel entonces estaba unida, demostrando el amor y la pasión que sentían solo cuando estaban juntas.

—¿En qué piso vives?

—En el último piso.

—¿Tienes un pent-house?

Sin soltarla Freen se acercó al ascensor entrando en este y presionando el botón del último piso, pero mientras Rebecca habló.

—Bájame por favor, Song debe estar adentro con Non y no quiero que nos vean así.

—Claro.

Desilusionada la bajó hasta que llegaron al ultimo piso, las puertas se abrieron y ambas entraron, Rebecca se sorprendió al escuchar tanto silencio, normalmente Song hacia ruido o estaba mirando TV a todo volumen, pero ahora no estaba.

—"Bec, me llevaré a Song a mi casa y junto con Nam la cuidaremos, si el doctor te dio alguna receta mándamela por foto, yo le comprare todos los medicamentos, te amamos: Non y Song" —leyó Rebecca cuando encontró una nota en la mesa de la sala.

—¿Qué? —le quitó la nota mientras la leía— Lo voy a matar por separarme de mi hija en esta situación, odio dormir sola.

—¿Quieres que me quede a dormir?

—No Freen, que lo odie no significa que no pueda dormir sola.

—Si... tienes razón, lo siento.

—Hace frio, te serviré un poco de chocolate, espérame aquí sentada.

Sin decir otra cosa, fue hacia la cocina y sacó una pequeña olla, la puso en la hornilla esperando que calentara lo suficiente. Durante los segundos que esperaba, sacó una barra de chocolate metiéndola a la olla, viendo cómo se derretía, cuando vio que estaba en su punto, sacó una jarra llenándola de agua, para luego echarla a la olla y esperar que se cociera.

No se dio cuenta de como Freen se acercó a ella por detrás.

—Recuerdo lo delicioso que te quedaba el chocolate en épocas de invierno.

—En esa fecha... éramos muy felices.

—En aquel entonces yo te amaba tanto, Becky.

—Igual yo —dijo sonriendo un poco mientras removía el chocolate — Pero es pasado.

—Queríamos tener una familia grande, teníamos tantos planes —cuidadosamente la abrazó por la espalda y se acercó a su oído— Daria cualquier cosa por volver el tiempo atrás, por amarnos como nos amábamos.

—Freen—susurró girándose con la intensión de alejarla.

—Becky...

Becky estaba acorralada por los brazos de su exesposa, sus respiraciones se entrelazaban, Rebecca quería evitar la intensa mirada de Freen, pero era casi imposible y la mayor no dejaba de mirar los finos labios rosados de ella. Poco a poco sus rostros se fueron acercando, ninguna tenia la fuerza de voluntad para separarse, ya no era una sola, ahora las dos anhelaban ese beso.

Freen tomó la iniciativa, siendo ella quien terminara de pegar sus labios a los de Becky, abrazó su cintura más contra ella y Rebecca no pudo resistirse a besarla, envolviendo sus manos alrededor del cuello de la contraria, moviendo sus labios en sintonía.

—No... no Freen esto no puede ser —la menor la empujó un poco— No puede haber nada entre tú y yo.

—Tienes razón, lo siento, me deje llevar por los recuerdos —habló apretando sus puños, deseando calmar sus ansias por volver a besarla.

—Las dos tenemos diferentes planes para nuestra vida, ya no congeniamos como pareja.

—Y-yo... debo irme, perdón.

Sarocha tenia un nudo en la garganta, no quería verse débil ante Becky, no quería llorar frente a ella y decirle de lo arrepentida que estaba de todo lo que había hecho, quería luchar por recuperarla, por su amor, pero ¿Cómo lo haría si ella ya no sentía nada? Se odiaba a sí misma, odiaba ser una cobarde.

—No puedo ver a Rebecca como mi pareja... aunque la ame, no puedo si ella ya no me ama —dijo una vez sentada en su auto, recargó su cabeza en el auto y comenzó a llorar en silencio.

La menor dentro de su departamento también estaba llorando, odiaba la situación en la que vivía ahora, si tan solo antes Freen hubiera sido clara con lo que sentía, tal vez nunca se hubieran separado, tal vez ambas hubieran visto crecer juntas a su hija, tal vez y solo tal vez hubieran tenido su hermoso final feliz.

El cruel destino las separó.

No podía negar que ese nuevo beso la había hecho temblar y la había hecho dudar de si lo que hacia al ocultar la verdad era lo correcto. Al sentir los labios de Freen sobre los suyos, sintió un cariño que muchos años atrás no había sentido, el pequeño abrazo que le dio mientras se besaban la hicieron sentir segura

—No puedo negar que me estremecieron sus caricias y sus besos, pero no regrese para recuperar el amor de Freen, regrese por trabajo y en cuatro meses me iré, seguiré mi vida lejos de ella, asi la ame.